SALVACIÓN

Por Tony Alamo

Todo alrededor de nosotros, la población mundial, está pasando y llegando a un fin, y estamos escuchando una proclamación amplia de esas verdades que son las menos aceptables para la carne. Las Escrituras dicen que lo más necesario para nosotros hoy es saber que esta vida nuestra puede terminar en cualquier momento.1 Si estamos conscientes, sabemos que pronto encontraremos nuestro destino: el Cielo para los justos2 y el Infierno para los inconversos.3 Esta es la enseñanza clara de la Escritura, nuestra fuente eterna de información santa, infalible y pura.

Una visión más clara de este asunto desterraría mucha de nuestra levedad, entendimiento e irreverencia satánica, permitiéndonos comprender nuestra profunda necesidad de huir de la ira venidera. Para lograr esto, tenemos que ver lo siguiente:

Un escenario bíblico del carácter de DIOS: SU soberanía absoluta, SU santidad inefable (demasiado sagrado para ser hablado), SU justicia inflexible, inmovible y SU veracidad y honestidad inalterable.4

Un escenario bíblico de la condición del hombre natural: su depravación total, su insensibilidad espiritual, su hostilidad inveterada hacia DIOS y el hecho de que él está “condenado ya,” así que la ira de DIOS que odia el pecado ahora está sobre él (Juan 3:36).5

Un marco bíblico del alarmante peligro en el cual encontramos los pecadores y el indescriptiblemente terrible destino que les espera.

Un marco bíblico de la naturaleza del castigo que le espera al perdido, describiendo su horror, desesperación, dolor insoportable e infinidad.6 Es una eternidad sin la posibilidad de libertad condicional. Es por estas convicciones que tratamos de hacer sonar la alarma, no sólo por pluma, sino por la voz.

La eternidad del castigo futuro ha sido sostenida por casi todos los teólogos más grandes desde la época de la Reforma hasta la actualidad. Después de cada asignación, admisión y deducción, queda una masa de evidencia escritural que soporta la doctrina de castigo eterno que jamás puede ser justificada, evidencia que ninguna revisión ni ninguna nueva traducción de la Biblia podrá derrocar.

Indudablemente, hay grados de miseria, así como grados de felicidad, en el estado futuro. Los temerosos, los incrédulos, y los abominables, lo cual incluye a los asesinos, fornicarios, hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos, todos tendrán su parte en el lago que arde con FUEGO y AZUFRE (Apocalipsis 21:8). Aquí aprendemos que el más vil de los viles estarán asociados juntos. Aquellos de estándares morales altos, aquellos que se enorgullecen de su sinceridad, su honestidad, su religiosidad, su moralidad, si mueren en sus pecados, estarán encerrados por siempre en la cárcel del universo con todos los sodomitas viles (homosexuales),7 con cada asesino, cada fornicario y cada blasfemo que jamás haya existido. Ellos estarán encerrados con Caín, Faraón y Judas. Diablos y hombres malvados, todos bajo la misma condena, serán sus compañeros eternos. Y esta compañía, en lugar de producir alivio, sólo agravará su aflicción (miseria).

Toda la multitud, odiosa y aborreciendo los unos a los otros, serán atormentadores el uno del otro. Las pasiones que viven en los corazones de los malvados hombres y mujeres en la tierra y que a veces los conducen al suicidio destruirán toda la paz eterna. Estarán sin restricciones y harán su trabajo completo de tortura—y alivio por suicidio siempre será imposible. Tienen que soportar tales tormentos. No habrá ningún alivio de sus sufrimientos; sus tormentos no serán terminados. No hay medicamentos ni farmacias en el Infierno o el Lago de Fuego, no hay medios de escape, no hay lugar de descanso. En el Infierno o el Lago de Fuego, no habrá ningún cambio o variación del lote que tienen. Sin perspectivas de mejoría, se hundirán en la desesperación negra y “lloro y el crujir de dientes” (Mateo 8:12).

Ya es hora de que se bramaran estos hechos lejos, amplio y a menudo, advirtiendo a los pecadores culpables que “la ira de DIOS está sobre [ellos]” y que la ejecución de SU ira los espera el momento que pasen de esta vida/reino (Juan 3:36). DIOS es un DIOS santo, “y no tendrá por inocente al culpable” (Nahúm 1:3).

Lo que ha sido antes mencionado nos sirve para exponer la tontería y la locura de probablemente la mayor parte de la humanidad, que por “gozar de los deleites temporales del pecado” (Hebreos 11:25), por un poco de riqueza, o por un poco de fama y gloria terrenal, continúan en negligencia y descuido absoluto a su perdición, como el buey va al matadero. ¡Qué locos son los que saben que tienen que morir en unos pocos años, días, horas, o incluso minutos, pero no muestran ninguna preocupación en cuanto a qué va a ser de sus almas en el próximo mundo, el mundo venidero! Muchos de los que han sido advertidos fielmente no están ni un poco perturbados en lo absoluto, escuchan esto con mucha indiferencia, como si no les importara en absoluto, como si el aviso no les aplica a ellos. Sin embargo, por todo lo que creen saber al contrario, pueden estar en los tormentos ardientes antes de que pase otro día o hasta otra hora.

¡Oh, el poder cegador del pecado! ¡Oh, la perversidad de la naturaleza humana! ¡Oh, la insensibilidad total y la indiferencia de hombres y mujeres que ahora se están ostentando al borde de la condenación eterna en el Infierno, suspendidos por el frágil hilo de mortalidad (un aliento en su nariz), que puede ser terminado en cualquier momento (Isaías 2:22)! Estos graves pensamientos deben hacer temblar a cada pecador inconverso. Es inútil que te hagas ilusiones con la vana esperanza de que esto no será cierto de ti si no te aseguras de que has nacido de nuevo del ESPÍRITU (Juan 3:3, 5, 1 Pedro 1:23), lavado en la preciosa sangre del CORDERO de DIOS y hecho un heredero de la gloria.

Cada Cristiano profesante tiene que obedecer la orden en las Escrituras “examinaos” a sí mismos (2 Corintios 13:5) para asegurarse que han pasado de muerte a vida y no se han perjudicado a su propio favor, recordando que tienen un corazón “engañoso. … más que todas las cosas” (Jeremías 17:9). Deberían tomar cuidado de no darse el beneficio de la duda o dar nada por sentado. Cada uno de nosotros deberemos sopesar los temas tremendamente solemnes que dependen si hemos o no realmente pasado de muerte a vida. Simplemente no podemos permitirnos estar inciertos o equivocados, ya que hay demasiado en juego.

¡Qué locura de parte de aquellos que niegan la realidad del Infierno! Fuerte e impresionante prueba de esta verdad trascendental es proporcionada por revelación divina. En él, “la ira de DIOS se revela desde el Cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres [humanidad, también mujeres]” (Romanos 1:18). Aprendemos de la infalible PALABRA de DIOS, que hombres impíos “atesor[an] para [sí mismos] ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de DIOS” (Romanos 2:5). JESÚS MISMO nos dijo que el hombre rico murió y fue enterrado, y en el Infierno alzó sus ojos siendo atormentado (Lucas 16:22-23). Los hombres serán llamados de las tumbas al Juicio (Hebreos 9:27), y del Juicio, los impíos serán condenados al castigo eterno.

DIOS es de ser temido (Eclesiastés 5:7), porque ÉL puede “destruir [y destruirá] el alma y el cuerpo en el INFIERNO” (Mateo 10:28).8 ¡¡¡Así dice el SEÑOR!!!
Se puede inferir la grandeza del mal incluida en la condenación de la importancia que las Escrituras atribuyen a la salvación. Si ira y condenación son cuestiones triviales, entonces el envío del HIJO único y muy amado de DIOS al mundo para sufrir, morir, resucitar y ascender al Cielo para nosotros como ÉL hizo sería indigno de infinita sabiduría.9 No sería digno de ser llamado “salvación tan grande” (Hebreos 2:3) si no libró de “tan gran muerte” (2 Corintios 1:10).

Pablo declaró que DIOS en la persona de SU HIJO JESUCRISTO “vino al mundo para salvar a los pecadores” (1 Timoteo 1:15). Por lo tanto, él tendría que haber creído que la salvación de los pecadores es una obra de gran magnitud e importancia. El Salmista le pregunta, “¿Quién conoce el poder de TU ira, y TU indignación según que debes ser temido?” (Salmos 90:11). La mente finita (carnal) no puede concebir lo que será por “el terror del SEÑOR” (2 Corintios 5:11). Cada hijo de Adán no debe darse ningún descanso hasta que haya hecho “firme vuestra vocación y elección” (2 Pedro 1:10).

El corazón humano es propenso a descuidar o menospreciar las advertencias y amenazas de DIOS del “juicio venidero.” Su aprensión inquieta a los hombres y perturba sus placeres, así que están fuertemente inclinados a olvidarse de ellos y seguir alegremente su camino, mientras todo el tiempo se están acercando más y más al hoyo de miseria. La amenaza de “ira y enojo, tribulación y angustia” (Romanos 2:8-9) es temerosa. Ellos no pueden pensar en estas cosas y permanecer tranquilos, así que tratan de convencerse que estas cosas nunca se ejecutarán sobre ellos.

De qué elementos consistirá futura miseria, no sabemos, pero sabemos que incluirá remordimiento conmovedor y un sentido de ira divina con ausencia de todo placer y de toda esperanza. Los sujetos de esto llorarán. Ellos crujirán sus dientes cuando por fin se darán cuenta que estarán encerrados por siempre jamás fuera del Cielo y en “tinieblas.”10 Recordarán las cosas buenas que habían disfrutado, pero nunca disfrutarán de nuevo. Ellos estarán “atormentado[s] en esta llama” (Lucas 16:24) sin una gota de agua para refrescar su lengua. ¡Y su odio de DIOS los causará a crujir sus dientes de rabia contra ÉL y blasfemar SU nombre, una vez que se den cuenta que son los sujetos de la ira del TODOPODEROSO y no pueden salir!

La duración de su miseria será eterna, interminable. La Santa PALABRA de DIOS declara expresamente “estos irán a castigo eterno, y los justos a la vida eterna” (Mateo 25: 46). El castigo de uno y la felicidad del otro será de duración eterna—ambos serán “eternos.” En Apocalipsis 14:11 leemos: “El humo de su tormento sube por los siglos de los siglos.” Sufrirán el castigo del fuego eterno (Judas 7).

Los justos regocijarán perpetuamente en la gloria del Cielo mientras los impíos hundirán perpetuamente bajo la carga de su miseria. Porque el Infierno ha sido “preparado para el diablo y sus ángeles,” ¡qué intolerable será para ti si vas allí! ¡Qué terrible debe ser ese lugar! Que este “fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25:41), produce los más terribles sufrimientos es claro en Apocalipsis 20:10, donde se nos dice que Satanás será atormentado día y noche por los siglos de los siglos.

¿Es el fuego literal o figurativo? Yo digo que es literal. Yo creo que cuando DIOS dice “FUEGO,” que ÉL quiere decir fuego. Cuando ÉL dice “para siempre,” ¡ÉL quiere decir para siempre! ¿Fue el diluvio en el tiempo de Noé figurativo?11 ¿Fue figurativo el “fuego y azufre” que descendió del Cielo y destruyó Sodoma y Gomorra?12 ¿Será “FUEGO” figurativo que aún quemará esta tierra y causará los elementos ardiendo que sean deshechos (2 Pedro 3:10)? No. En cada uno de estos casos, estamos obligados a tomar las palabras de las Escrituras literalmente. Que los que crean lo contrario respondan a DIOS. En luz de esto, preguntamos en las palabras de Ezequiel 22:14, “¿Estará firme tu corazón? ¿Serán fuertes tus manos en los días en que YO proceda contra ti? YO JEHOVÁ he hablado, y lo haré.”

De arriba, aprendemos cómo será justificado el carácter y trono de DIOS. DIOS aún castigará a cada rebelde contra SÍ MISMO en la demostración de SU soberanía y gobierno. Cuando Faraón se atrevió a enfrentarse contra JEHOVÁ, DIOS manifestó SU autoridad y lo destruyó en el mar rojo.13 ÉL convirtió a Nabucodonosor en una bestia para hacerle saber que el “Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres” (Daniel 4:32).14 DIOS ahora perdura “con mucha paciencia los vasos de ira.” Pero un día por venir, ÉL mostrará SU ira y hará notorio SU poder” (Romanos 9:22).

“Como el pecado entró en el mundo por un hombre y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12). De esta Escritura aprendemos que cada uno de nosotros hemos nacido en este mundo un pecador (Romanos 3:23) y en camino al Infierno. Esto es porque cada uno de nosotros somos descendientes de nuestro antepasado, Adán, que deliberadamente e intencionalmente desobedeció el mandato de DIOS de no comer del fruto del “árbol del Conocimiento del Bien y del Mal” en el Jardín del Edén (Génesis 2:17), así incurriendo la pena de muerte.15 “El alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:4, 20).

Con toda probabilidad, algunos de los lectores de este mensaje estarán entre aquellos todavía no salvos y viajando tan rápido como el tiempo pueda llevarlos a este mismo Infierno y Lago de Fuego. Si tienes cualquier preocupación por el bienestar eterno de tu alma, no te darás ningún descanso hasta que aprendas todo lo que puedas en cuanto a lo que enseña la PALABRA de DIOS acerca de este horrible lugar, quien será sus habitantes, cual será su estado allí, y si hay algún escape—¡¡no hay ninguno!!

Ora, no lo tomes por sentado que todo estará bien con tu alma porque eres religioso. Uno puede ser muy religioso y aún estar perdido.16 No es suficiente asistir a la iglesia, ser bautizado, tomar comunión y abstenerse de los peores males que el mundo condena. No es suficiente ser moral, honesto y honrado. Estos son buenos en sí mismos, pero no salvan, como la Biblia enseña claramente.17 Uno puede hacer todas estas cosas y todavía ir al Infierno, porque solo CRISTO es el SALVADOR.18 ÉL con el PADRE por el ESPÍRITU (el CONSOLADOR) tiene que vivir en ti para que puedas ser salvo de ese horrible lugar del INFIERNO.19 En la vista de DIOS, “No hay justo, ni aun uno... Todos se desviaron” (Romanos 3:10, 12).

Si vas a escapar el Infierno por fin, tienes que arrepentirte y creer el Evangelio (Marcos 1:15). Tienes que creer firmemente en el SEÑOR JESUCRISTO, quien vino a este mundo para salvar a los pecadores y darles derecho y título a una eternidad en el Cielo, “La Nueva Jerusalén.” Mi oración sincera es que después de que hayas leído este mensaje grave, no te darás descanso hasta que te asegures de tu eterna salvación mediante el sacrificio del TODOPODEROSO del “CORDERO de DIOS, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). No te atrevas darte el beneficio de la duda, ya que demasiado está en juego.

La PALABRA revela el Cielo como un lugar de gozo eterno, éxtasis, gloria y felicidad, un lugar para todos los redimidos del SEÑOR,20 “preparado” por el SEÑOR MISMO para todos aquellos que lo aman con sinceridad y guardan todos SUS mandamientos por el poder del ESPÍRITU SANTO habitando en ellos (Isaías 64:4). Por el contrario, el Infierno es para todos aquellos que se niegan a bajar su rodilla a JESUCRISTO y hacer SU voluntad o acudirse a ÉL para que puedan tener vida (Juan 5:40). Puesto que este asunto es de tal importancia vital, jugarás el tonto si no tomas medidas inmediatas para “huir de la ira venidera” (Mateo 3:7) y te aplicas a CRISTO para la “dádiva de DIOS [que] es vida eterna en CRISTO JESÚS” (Romanos 6:23). Te rogamos que no aplazcas esta cuestión importantísima otro momento, porque estás sólo un latido de tu destino eterno.

El Infierno es un tema más solemne y terrible. ¡Piensa en tu futuro eterno ahora! ¿Puedes quedarte impasible ante esa amenaza en Juan 8:24, “En vuestros pecados moriréis”? Tus pecados te seguirán a juicio, y tus pecados serán tus acusadores; ¡serán tus torturadores! Ten esto en cuenta: ¡tú no sabes que cuándo te acuestes puedas estar en el Infierno antes del amanecer! La ira divina es un fuego inextinguible feroz, devorador y eterno. Ten cuidado que no sea tu porción. Marcos 16:16 claramente te advierte, “El que no creyere será condenado.” Esta es la PALABRA del que no puede mentir.

Gran número de personas pasan sus días sin pensar en cuanto a su futuro y lo que sostiene. Viven como si fueran a vivir para siempre. No le dan cuenta a nadie y están seguros que irán al Cielo cuando mueran, sin tener en cuenta cómo han vivido. Otros no vacilan en actuar locamente y hacer cosas que casi con seguridad resultará en su muerte. Esta amenaza no los desvía. Están perfectamente dispuestos, al parecer, a arriesgar sus vidas en aras de una posible fortuna transitoria, por gloria terrenal, o por una breve temporada de satisfacción física, gratificación. Qué precio terrible para pagar—una eternidad sufriendo “el fuego devorador” y las “llamas eternas”  (Isaías 33:14), ¡¡¡de la cual no habrá ningún alivio ni escape!!!

Teniendo en cuenta estas consecuencias terribles, ineludibles y eternas, podemos solo maravillar sobre la indiferencia generalizada por parte de las multitudes. ¿Están los hombres y las mujeres tan ansiosos por perder sus preciosas vidas que están dispuestos y listos a asumir tales riesgos horribles? Parecería que sí ya que parecen nunca parar y pensar de lo que está involucrado si la muerte los alcanza. La muerte hoy es tan común que los hombres y las mujeres no piensan en ella. No son grandemente afectados por ella. Grandes números no están conscientes de que son pecadores impíos ante los ojos de DIOS, que “DIOS está airado contra el impío todos los días” (Salmos 7:11) así como con todas las obras de iniquidad y DIOS “de ningún modo tendrá por inocente al malvado” (Éxodo 34:7).

DIOS es inefablemente santo, inflexiblemente justo y absolutamente seguro de hacer lo que ÉL ha dicho—que “los malos serán trasladados al Infierno” (Salmos 9:17), porque el corazón del pecador es “enemistad contra DIOS” (Romanos 8:7), y porque él aborrece a DIOS “sin causa” (Juan 15:25). De estas Escrituras, vemos que el pecador ricamente merece el destino que le espera. Él desconoce, o es indiferente, al hecho que él está en manos de la JUSTICIA INFINITA, que derramará la suma de SU ira sobre los impíos el momento que sus espíritus dejen sus cuerpos (Lucas 16:22-26). La muerte sella su destino para toda la eternidad; sus almas van a ser atormentadas en las llamas, un fuego eterno “preparado para el diablo,” sus ángeles y todos aquellos que adoran a la bestia (Mateo 25:41).21 Esto es irrevocable y final, no importa lo que los hombres piensan o dicen a lo contrario.

Ninguno de nosotros tenemos razón de ser ignorante de estas verdades, porque la PALABRA de DIOS está disponible en todas partes. Sin embargo, puesto que la gran mayoría de personas no leen la Biblia, y puesto que gran cantidad de predicadores profesionales de la PALABRA mantienen silencio sobre la cuestión de un Infierno eterno, bien consciente de que este tema no es en absoluto agradable, los pecadores no son advertidos de su peligro temeroso como deberían ser, y no son convidados a “huir de la ira venidera” (Lucas 3:7). Los ocupantes de muchos púlpitos mandados a predicar “todo el consejo de DIOS” (Hechos 20:27) hasta niegan el castigo eterno de todos los que mueren en sus pecados. Sus negaciones, sin embargo, no cambian los hechos de la SANTA PALABRA de DIOS. DIOS nos ha dicho que los impíos “[sufrirán] el castigo del fuego eterno” (Judas 7), y así acontecerá a su debido tiempo. Innumerables de miles de todas edades están ahora sufriendo el destino de los condenados, y otros indecibles incluyendo las multitudes de los religionistas no regenerados, están en camino al mismo destino. Esto no parecerá real ahora, pero si mueres sin ser salvo, será tu porción también.

O amigo mío, no despidas este tema de tus pensamientos, o tu locura sólo acentuará tu miseria en ese día. ¡Será mucho mejor ser desgraciado y estar miserable ahora por un tiempo, que llorar y gritar para siempre! No endurezcas tu corazón contra ÉL, contra la misericordia infinita, contra el amor del HIJO de DIOS. Ezequiel 33:11 nos dice que DIOS “no quiere la muerte del impío,” sino desea “que se vuelva el impío de su camino y que viva.” “Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina” (Ezequiel 18:30). Si no te arrepientes, CRISTO MISMO pregunta, “¿Cómo escaparéis de la condenación del Infierno?” (Mateo 23:33). Pecador, ¿por qué morirás en tus pecados? ¿Por qué no vienes a ÉL para vida eterna?

El SEÑOR en estos últimos días le está mostrando al mundo entero un poco de SU mundo invisible con SUS carros de fuego (los OVNIS). Son ángeles escudriñando la tierra y destruyendo partes de ella justo antes de la pronta venida del SEÑOR JESUCRISTO. DIOS está haciendo esto de la misericordia hacia los habitantes de la tierra, y millones han visto estas revelaciones.
DIOS prometió gentilmente, “Al que a MÍ viene, no le echo fuera” (Juan 6:37). DIOS, para poder proveer salvación, “no escatimó ni a SU propio HIJO” (Romanos 8:32). DIOS “no [quiere] que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). DIOS bondadosamente ha proporcionado una vía de escape, así que huye ahora mismo mientras que el tiempo y la oportunidad sean tuyos. Huye hacia el bendito Salvador, aquellos de ustedes que son pecadores principales (1 Timoteo 1:15). Entonces no tendrán que “caer en manos del DIOS vivo,” que es “una cosa horrenda” (Hebreos 10:31). Tírate en los brazos de CRISTO quien derramó  la sangre de SU vida por ti y por todos los pecadores para que sean salvos “de la ira venidera.” “Honrad al HIJO, para que [DIOS] no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en ÉL confían” (Salmos 2:12).

Una comprensión clara de la condenación de los condenados hará que los redimidos de JEHOVÁ aprecien mucho más su “salvación tan grande” y sea la ocasión de la más profunda alabanza a DIOS. Igual que en días de antaño, cuando el derrocamiento de los enemigos de DIOS en el mar rojo causó a SU pueblo a regocijarse en su liberación, nosotros seremos conmovidos a alegrarnos el día venidero cuando atestigüemos la exposición final de la santidad y justicia de DIOS en el derrocamiento y el castigo de todos aquellos que lo han desafiado perversamente.

Para terminar, el SEÑOR pide, ¿Qué son tus perspectivas en el mundo futuro? ¿Has considerado seriamente dónde pasarás la eternidad? Si no, ¿por qué no? La muerte siempre está a mano y el juez en la puerta (Santiago 5:9). Cada acto es un paso a la perdición, y tú no sabes, pero una noche puedes hacer tu cama en el Infierno. No quites la importancia a este asunto tan importante. Los demonios mismos no lo hacen: “creen y tiemblan” (Santiago 2:19), y tú no estás más endurecido que ellos. No es sabiduría jugar con la segunda muerte. No contiendas con DIOS. Arrepiéntete y conviértete, para que nada de esto venga sobre ti. “Buscad a JEHOVÁ mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a JEHOVÁ, el cual tendrá de él misericordia, y al DIOS nuestro, el cual será amplio en perdonar” (Isaías 55:6-7). “¿Por qué moriréis…? Porque no quiero la muerte del que muere, dice JEHOVÁ el SEÑOR; convertíos, pues, y viviréis” (Ezequiel 18:31-32). Hazlo diciendo esta oración:

Oración

Mi Señor y mi DIOS, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que JESUCRISTO es el Hijo del DIOS viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre para el perdón de todos mis anteriores pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4y que Él está sentado a la diestra de DIOS en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración.5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón, Señor JESÚS. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor JESÚS; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, la Biblia, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso sé que Tú me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor JESÚS, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11

Después de salvación, JESÚS dijo que seas bautizado, completamente sumergido en agua, en el nombre del PADRE, y del HIJO, y del ESPÍRITU SANTO.12 Estudia con diligencia la Biblia, Reina-Valera 1960, y haz lo que dice.13

CRISTO y DIOS el PADRE ahora viven en ti a través del ESPÍRITU SANTO. Hay una manera en la cual puedes recibir una porción más completa de la naturaleza divina de DIOS en ti. Entre más naturaleza divina de DIOS vive en ti, más podrás estar firme contra las tentaciones que tan fácilmente han alejado a tantos millones de Cristianos de la salvación. Ora para recibir el bautismo en el ESPÍRITU SANTO. Para instrucciones en cómo recibir el bautismo en el ESPÍRITU SANTO y para recibir más de la naturaleza santa de DIOS, pide nuestra literatura o llama. Porque sin santidad, nadie verá a DIOS (Hebreos 12:14).

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Si deseas que el mundo sea salvo, como manda JESÚS, entonces no robes a DIOS de SUS diezmos y ofrendas. DIOS dijo, “¿[Robarás] a DIOS? Pues vosotros ME habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros la nación toda [y este mundo entero], ME habéis robado. Traed todos los diezmos [‘diezmo’ es el 10% de tus ingresos gruesos] al alfolí y haya alimento [Espiritual] en MI casa [almas salvas]; y probadme ahora en esto, dice JEHOVÁ de los EJÉRCITOS, si no os abriré las ventanas de los Cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice JEHOVÁ de los EJÉRCITOS. Y todas las naciones os dirán bienaventurados: porque seréis tierra deseable, dice JEHOVÁ de los EJÉRCITOS” (Malaquías 3:8-12).


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© Propiedad literaria septiembre 2013  Todo derecho reservado Pastor Mundial Tony Alamo  ® Registrado septiembre 2013
Spanish—Volume 18200—Salvation


Notas del :

1. Sal. 90:2-10, 103:15-16, Lc. 12:16-21, Stg. 1:9-11, 4:14 vuelva

2. Dn. 12:2-3, Mt. 5:2-12, 13:24-30, 36-43, 19:21, 25:14-40, Lc. 12:31-37, 22:28-30, 23:39-43, Jn. 5:28-29, 10:27-29, 12:25-26, 14:1-3, 17:2, 24, 2 Co. 5:1, Col. 1:3-5, 12-14, He. 10:34, 11:8-16, 12:28, 1 P. 1:3-5, 2 P. 1:10-11, 3:13, Ap. 2:7, 3:21, 7:9-17, 14:1-5, 15:1-2, 21:1-7, 22-26, 22:1-5 vuelva

3. Sal. 9:17, Pr. 9:13-18, Is. 33:14, Mt. 3:12, 5:29, 7:13, 8:11-12, 10:28, 13:49-50, 22:1-14, cap. 25, Lc. 16:19-31, Jn. 5:28-29, 2 Ts. 1:7-9, 2 P. 2:1-9, Ap. 14:9-11, 19:20, 20:15, 21:8, 27 vuelva

4. Nm. 23:19, Dt. 4:39, 10:14, 32:4, 2 Cr. 19:7, Sal. 25:10, 119:89, Dn. 4:37, Sof. 3:5, Jn. 8:26, 17:17, Ro. 3:4, 1 P. 1:15, Ap. 15:3 vuelva

5. Gn. 6:5-12, 8:21, Job 15:14, Sal. 5:9, 14:1-3, 51:5, 58:1-5, 94:11, Pr. 20:6, 21:8, Ec. 7:20, 8:11, 9:3, Is. 53:6, 64:6, Jer. 2:22, 29, 13:23, 16:12, 17:9, Ez. 36:25-26, Os. 6:7, Mi. 7:2-4, Mt. 12:34-35, Jn. 1:10-11, 3:19, 8:23-24, Ro. 3:9-19, 23, 5:12-14, 7:5, 11-25, 8:5-13, 1 Co. 2:14, 5:9-10, Gá. 5:17-21, Ef. 2:1-12, 4:17-19, 22, Col. 1:21, 3:5-7, Tit. 3:3, Ap. 3:17 vuelva

6. Is. 5:11-15, 14:9-20, 33:10-14, 66:24, Mt. 7:13, 8:12, 10:28, 13:36-42, 47-50, 18:7-9, 22:8-13, 23:33, 24:48-51, 25:30, 41-46, Lc. 3:17, 13:27-28, 16:19-31, 2 Ts. 1:6-9, He. 6:4-8, 2 P. 2:1-9, Jud. 5-7, 12-13, Ap. 14:9-11, 19:20, 20:10-15, 21:8 vuelva

7. Gn. 19:1-13, 24-25, Lv. 18:22, 20:13, Dt. 22:5, 23:17-18, Jue. 19:22-28, 1 R. 14:24, 15:11-12, 2 R. 22:1-2, 23:7, Ez. 16:49-50, Ro. 1:18-32, 1 Co. 6:9-10, 1 Ti. 1:9-10, 2 Ti. 3:1-5, Jud. 7 vuelva

8. Ex. 20:20, Lv. 19:14, 32, Dt. 4:10, 5:29, 6:1-2, 13, 24, Jos. 4:24, 1 S. 12:24, Job 28:28, Pr. 15:33, 16:6, 19:23, Ec. 8:12-13, Is. 8:13, 33:6, Jer. 2:19, 32:39-40, Mal. 3:16, 4:1-3 vuelva

9. Is. cap. 53, Mt. 27:27-31, Lc. 24:50-53, Jn. 19:16-42, 20:3-21, 21:4-14, Hch. 1:9-12, Ro. 8:32-34, Ap. 1:18 vuelva

10. Mt. 8:12, 22:13, 24:48-51, 25:30, Lc. 6:24-25, 13:25-28 vuelva

11. Gn. cap. 7 vuelva

12. Gn. 18:20-33, 19:1-29 vuelva

13. Ex. cap. 14 vuelva

14. Dn. cap. 4 vuelva

15. Gn. 2:16-17, Ro. 5:12-14, 6:23, 1 Co. 15:21-22 vuelva

16. Mt 5:20, 6:1-8, 16-18, 15:1-9, 23:1-35, 2 Ti. 3:1-5, Stg. 1:26 vuelva

17. Mt. 26:26-28, Jn. 3:3-8, 6:50-57, Hch. 4:12, Ef. 2:1-10, 13-18, 2 Ti. 1:9-10, He. 9:18-28, 10:1-22, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5 vuelva

18. Is. cap. 53, Mt. 1:21, Lc. 2:11, 30-32, Jn. 1:29, 3:16-17, 10:15-16, 14:6, Hch. 4:12, Ro. 5:6-11, 1 Jn. 4:9-10, 14 vuelva

19. Jn. 14:15-21, 26-27, 15:26, 16:5-13, Ro. 8:9, Ef. 1:13-14 vuelva

20. Mt. 25:32-40, 1 Co. 2:9, Ap. 2:7, 7:15-17, 21:1-7, 10-27, 22:1-5 vuelva

21. Mt. 25:41-46, Ap. 14:9-11 vuelva


Notas de la Oración:

1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva

2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva

3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva

4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva

5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva

6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva

9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva

10. He. 11:6 vuelva

11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva

12. Mt. 28:18-20, Jn. 3:5, Hch. 2:38, 19:3-5 vuelva

13. Dt. 4:29, 13:4, 26:16, Jos. 1:8, 22:5, 2 Ti. 2:15, 3:14-17, Stg. 1:22-25, Ap. 3:18 vuelva