CÓMO TENER PAZ

Escrito en 2010
Por Tony Alamo
alias Bernie Hoffman

El Rey David escribió, “Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios. Selah.  Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza” (Salmo 3:2-3). “No temeré a diez millares de gente, que pusieren sitio contra mí.  Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío; Porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; Los dientes de los perversos quebrantaste. La salvación es de Jehová; Sobre tu pueblo sea tu bendición. Selah” (Salmo 3:6-8). “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado” (Salmo 4:8).

Juan capítulo dos dice, “Subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado” (Juan 2:13-16).  Entonces los religiosos lideres judíos le dijeron a JESÚS, el SEÑOR, que les mostraran una señal para probar que ÉL tenía autoridad para hacer tales cosas, a lo que ÉL respondió, “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré” (Juan 2:19). Ellos asumieron que ÉL hablaba del templo judío, “mas él hablaba del templo de su cuerpo” (Juan 2:21).

Cuando nosotros estamos en la voluntad de DIOS, también somos los templos de DIOS, que JESÚS verdaderamente reedificó sin manos.1 Esto es posible sólo cuando nos hemos vuelto de nuestros pecados y nacemos de nuevo espiritualmente. Entonces JESÚS con el PADRE por el ESPÍRITU SANTO vivirán en nosotros, y nunca se apartarán de nosotros.2 Entonces tenemos el poder de ser santos y perfectos y no hacer nada que la PALABRA de DIOS condena..3 Nosotros podemos tener paz, acostarnos en paz, no importa donde estemos, y dormir, porque nuestro SEÑOR JESUCRISTO nos hace morar con seguridad.4

JESÚS dijo, “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27).

El libro de los Hechos declara, “El rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles. Y mató [asesinó] a espada a Jacobo, hermano de Juan. Y viendo que esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro. Eran entonces los días de los panes sin levadura. Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se proponía sacarle al pueblo después de la pascua [ahora la celebración de la resurrección de JESÚS]. Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.

“Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo [durmiendo tranquilamente, como que si nada de gran importancia sucedía] entre dos soldados [guardias], sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel. Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos. Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme. Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión. Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él.

“Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado SU ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba” (Hechos 12:1-11). Hay tanta paz cuando el SEÑOR está de tu lado. Puedes dormir en dulce paz, aun en estos días tumultuosos finales antes de que JESÚS regrese a la tierra. “Sin profecía [visión] el pueblo se desenfrena [perece]” (Proverbios 29:18). La personalidad completa del Cristiano necesita estar enfocada en caminar en santidad, ser apartado para la obra de DIOS.5 Esta es la obra precisa de JESÚS; ÉL es el autor de la santificación.6 La santidad produce integridad, totalidad, en el antiguo pecador redimido.7 Esta es una verdadera superación de una rendición completa a JESÚS, el santificador. La santificación es una verdadera separación de pecado y sí mismo.8 “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará” (1 Tesalonicenses 5:23-24).

DIOS mandó a SU ángel para librar a Pedro porque él estaba consagrado al SEÑOR, y ya sea que viviera o muriera, él era del SEÑOR. Pedro tenía “la paz de DIOS, que sobrepasa todo entendimiento,” la paz que guarda nuestros corazones y mentes en CRISTO JESÚS (Filipenses 4:7).

La doctrina y el cumplimiento de las profecías de la pronta segunda venida de JESÚS, son señales de los tiempos.9 Es posible que hayas observado la tremenda oposición del evangelio al seguir a mi iglesia y viendo la oposición que este tema ha recibido. El mundo no quiere oírlo. Ellos quieren pecar; ellos rechazan al SEÑOR y a SUS doctrinas.10 ¡Qué lástima! ¡Qué tontería!

Sin embargo, hasta el mundo siente que estamos en los últimos días y que el juicio y la ira de DIOS están pronto por venir. En su ignorancia, ellos están haciendo todo lo posible exteriormente para prepararse para ello—pero en vano. El pueblo verdadero de DIOS está buscando una vida más alta, más profunda, más productiva en ÉL. El ESPÍRITU SANTO está advirtiendo a los Cristianos que se preparen, ¡y que lo hagan rápidamente!11

El término, “el DIOS de paz” nos dice que es inútil buscar santificación hasta que nos hayamos reconciliados primero a DIOS dejando nuestra antigua vida pecaminosa, arrepintiéndonos, y aceptando el sacrificio expiatorio de la sangre de JESÚS.12 Sólo entonces podemos conocerlo a ÉL personalmente como nuestro DIOS de paz.

Nosotros hemos de tener una justificación completamente aceptada, una que desvanece toda duda y temor, y nos trae a una estrecha relación con DIOS, “el mismo DIOS de paz” (1 Tesalonicenses 5:23).  Esto es mandatorio, indispensable para cualquier experiencia de santificación real y duradera. Esto ya no será la causa secreta de nuestro fracaso en alcanzar la experiencia superior que anhelamos.

“Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?” (Salmo 11:3). Si hay partes quebradas y piedras sueltas cayendo en el fundamento de nuestra vida espiritual, ¿qué hemos de hacer? Necesitamos poner de nuevo para nosotros mismos la base sólida de la fe en la PALABRA de DIOS pura y fácil de entender y la obra de redención terminada, y necesitamos hacerlo inmediatamente. En la completa seguridad de la fe, tenemos que aceptar sin duda las promesas fáciles de entender, “El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36), y “al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37). Toma tu posición sobre la Roca de las Edades, luego empieza a edificar el templo de santidad.

El versículo, “el mismo DIOS de paz” nos dice que la separación del pecado y caminar en santidad es el camino a una paz más profunda y duradera. “Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre” (Isaías 32:17). Justificación al aceptar la sangre que JESÚS derramó por nuestros pecados nos da perdón de todos los pecados pasados para que podamos empezar una nueva vida de paz con DIOS como SU hijo.13 JESÚS nos asegura, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).

¡La causa de toda nuestra inquietud es el pecado! “Los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos” (Isaías 57:20-21). Sin embargo, el opuesto directo es, “Mucha paz tienen los que aman TU ley, y no hay para ellos tropiezo” (Salmo 119:165). DIOS está desilusionado con la desobediencia de SU pueblo y declara, “¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar” (Isaías 48:18).

La santificación trae al alma en armonía con DIOS y las leyes de su propio ser. Entonces hay paz, aunque estés en la prisión, encadenado con dos o más cadenas entre dos soldados. La paz no puede ser experimentada de ninguna otra manera. La santificación trae a nuestro espíritu la presencia moradora del mismo DIOS de paz, y nuestra paz entonces es nada menos que la profunda y Píadosa tranquilidad de SU propia calma eterna.

El significado más profundo de Isaías 48:18 es que la santificación es la obra de DIOS MISMO. El griego original traduce Primer Tesalonicenses 5:23 de esta manera: “El DIOS de paz MISMO os santifique por completo.” La palabra “MISMO” enfáticamente expresa la propia personalidad directa de DIOS como el autor de nuestra santificación. No es nuestro trabajo ni por nuestros medios ni por nuestro trabajo duro.14 Esta es la propia prerrogativa de DIOS. Es el don del ESPÍRITU SANTO, el fruto del ESPÍRITU SANTO, la gracia del SEÑOR JESUCRISTO. Es la herencia que ha sido preparada para todos los que desean entrar, la gran meta y don para nuestra fe, no nuestras obras. Es santidad divina, no de autosuperación humana o perfección. Es la entrada en el ser humano de la vida y pureza del infinito, eterno y SANTO, trayendo SU propia perfección y obrando en nosotros SU propia voluntad. Tiempo de oración diario con el SEÑOR y leyendo la PALABRA de DIOS edificará tu espíritu y te atraerá a un caminar más cercano con DIOS.15

Pedro se había rendido hasta que vio la manifestación de JESÚS habiendo sido resucitado de entre los muertos.16 Después de haber atestiguado SU resurrección, viendo físicamente que JESÚS había resucitado y estaba vivo, él fue convertido y pudo dormir tranquilamente en la víspera de lo que él pensó que sería su ejecución (Hechos 12:1-11). Después, él voluntariamente sufrió martirio, sabiendo tranquilamente que él, en un momento, estaría en eterna dicha. Fue la obra completa de DIOS. El Salmista David, Rey de Israel, habiendo soportado muchos problemas y guerras, murió en su propia cama.17 ¡Esto también fue la obra de DIOS que mantuvo a David a través de todo!

“Mas él [JESÚS] herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por SU llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:5-6).

JESÚS tomó nuestro lugar. ÉL llevó nuestros pecados en la cruz y tomó el castigo que nosotros merecíamos para que pudiéramos ser salvos y tener verdadera paz. “Porque ÉL es nuestra paz” (Efesios 2:14).

“Sin fe es imposible agradar a DIOS” (Hebreos 11:6). Pedro y todos los otros seguidores de JESÚS han encontrado paz duradera. Tú también puedes tener la paz que sobrepasa todo entendimiento si rindes todo a DIOS y te vuelves a JESÚS.18 Empieza ahora diciendo esta oración:

Oración

Mi Señor y mi DIOS, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que JESUCRISTO es el Hijo del DIOS viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre para el perdón de todos mis anteriores pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4y que Él está sentado a la diestra de DIOS en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración.5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón, Señor JESÚS. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor JESÚS; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, la Biblia, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso sé que Tú me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor JESÚS, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11

Después de salvación, JESÚS dijo que seas bautizado, completamente sumergido en agua, en el nombre del PADRE, y del HIJO, y del ESPÍRITU SANTO.12 Estudia con diligencia la Biblia, Reina-Valera 1960, y haz lo que dice.13

CRISTO y DIOS el PADRE ahora viven en ti a través del ESPÍRITU SANTO. Hay una manera en la cual puedes recibir una porción más completa de la naturaleza divina de DIOS en ti. Entre más naturaleza divina de DIOS vive en ti, más podrás estar firme contra las tentaciones que tan fácilmente han alejado a tantos millones de Cristianos de la salvación. Ora para recibir el bautismo en el ESPÍRITU SANTO. Para instrucciones en cómo recibir el bautismo en el ESPÍRITU SANTO y para recibir más de la naturaleza santa de DIOS, pide nuestra literatura o llama. Porque sin santidad, nadie verá a DIOS (Hebreos 12:14).

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Si deseas que el mundo sea salvo, como manda JESÚS, entonces no robes a DIOS de SUS diezmos y ofrendas. DIOS dijo, “¿[Robarás] a DIOS? Pues vosotros ME habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros la nación toda [y este mundo entero], ME habéis robado. Traed todos los diezmos [‘diezmo’ es el 10% de tus ingresos gruesos] al alfolí y haya alimento [Espiritual] en MI casa [almas salvas]; y probadme ahora en esto, dice JEHOVÁ de los EJÉRCITOS, si no os abriré las ventanas de los Cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice JEHOVÁ de los EJÉRCITOS. Y todas las naciones os dirán bienaventurados: porque seréis tierra deseable, dice JEHOVÁ de los EJÉRCITOS” (Malaquías 3:8-12).


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SPANISH— VOLUME 29600—HOW TO HAVE PEACE


Notas del :

1. Jn. 14:15-18, 23, 15:10, 1 Co. 3:9, 16-17, 6:19-20, 2 Co. 6:16-18, Ef. 2:18-22, 1 Jn. 3:24, 2 Jn. 9, Ap. 3:19-20 vuelva

2. Is. 41:10, Mt. 28:18-20, Jn. 14:6, 15:5, 16:7, 17:21-23, 26, Gá. 2:20, He. 13:5, 1 Jn. 2:20, 27 vuelva

3. Mt. 5:48, Hch. 1:8, Ro. 8:1-4, 12:2, 2 Co. 7:1, 13:4, Gá. 2:20, Ef. 4:11-13, Fil. 4:13, Col. 1:27-29, 2 Ti. 3:16-17, He. 13:20-21, Stg. 1:4, 1 P. 1:15-16, 2 P. 3:13-14, 1 Jn. 2:14, 3:6-10, 4:4, Ap. 14:4 vuelva

4. 2 S. 22:3, Sal. 3:5-6, 4:8, 23:4, 27:3-5, 46:1-3, 2 Ti. 4:18 vuelva

5. Ez. 36:25-27, Mt. 18:3, Jn. 1:11-13, 3:3-8, 5:24, 14:12, Hch. 26:18, Ro. 6:3-13, 8:1-10, 12:1-2, 13:14, 2 Co. 3:18, 6:14-18, Tit. 2:14, 1 P. 1:15-16, 2:9-12 vuelva

6. Jn. 8:10-12, 9:5, Ro. 6:16-23, Ef. 4:22-24, 1 Ts. 4:7, He. 12:5-14, Stg. 1:16-18 vuelva

7. Ro. 6:22, 2 Co. 5:17-21, 7:10-11, Ef. 4:21-24, 5:25-27, Col. 2:9-13 vuelva

8. Lc. 12:35-37, 1 Co. 3:16-17, 6:15-20, 10:21, 2 Co. 6:14-18, 7:1, Fil. 3:7-11, 1 Ti. 6:11-14, Stg. 4:4, 1 P. 1:14-16, 2:24, 4:1-2, 2 P. 3:14, 1 Jn. 1:6-7, 2:15-16, 3:3-10, 5:18, 2 Jn. 4, 3 Jn. 11, Ap. 14:2-5, 19:7-8 vuelva

9. Dn. cap. 7, Mt. 24:3-25, 2 Ts. 2:1-12, Ap. 6:12-17, 12:15-17 vuelva

10. Is. 30:8-10, Mt. 11:20, Jn. 3:19-20, 8:24, 2 Ti. 3:1-7, 4:3-4, Ap. 2:20-21, 9:20-21, 16:10-11 vuelva

11. Mt. 24:42-44, Mr. 13:32-37, Lc. 12:34-48, 1 Ts. 5:1-10, 2 P. 3:10-14, Ap. 2:7, 3:11, 22:7, 12-15 vuelva

12. Pr. 8:17, Is. 1:18, 59:2, 64:6, Jn. 3:3-8, 16-18, 15:14, Ro. 3:22-26, 5:1, 6:1-11, 8:1-10, 10:9-13, 15:33, 2 Co. 5:17-21, Ef. 2:11-22, Fil. 3:7-11, 1 P. 3:11-12 vuelva

13. Ro. 5:1-2, 8-11, 14:17-19, Ef. 2:13-19, Col. 1:20-23 vuelva

14. Gá. 2:16, 3:1-6, Ef. 2:8-10, 2 Ti. 1:8-10, Tit. 3:4-7 vuelva

15. Jos. 1:8, Mt. 4:4, Jn. 8:31-32, Ef. 6:11-18, Col. 3:16, 2 Ts. 2:15, 2 Ti. 2:15, 3:14-17, Stg. 1:21, 1 P. 2:2 vuelva

16. Lc. 22:54-62, 24:1-51 vuelva

17. 1 R. 2:10-11, 1 Cr. 29:26-28 vuelva

18. Is. 26:3, Mt. 11:28-30, Jn. 14:27, Hch. 26:20, 1 Co. 14:33, Fil. 4:6-7 vuelva


Notas de la Oración:

1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva

2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva

3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva

4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva

5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva

6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva

9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva

10. He. 11:6 vuelva

11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva

12. Mt. 28:18-20, Jn. 3:5, Hch. 2:38, 19:3-5 vuelva

13. Dt. 4:29, 13:4, 26:16, Jos. 1:8, 22:5, 2 Ti. 2:15, 3:14-17, Stg. 1:22-25, Ap. 3:18 vuelva