EL ABISMO SIN FONDO

Por
Tony Alamo

Dios me dio una visión con respecto a lujurias. Esta visión comenzó como si estuviera mirando una pantalla de película, aunque no podía ver una pantalla. Era como si yo fuese una persona realmente en la escena, en un cuarto. El cuarto era como un cuarto de hospital muy viejo, o un cuarto en alguna institución muy vieja. Había un lecho viejo como de hospital o de cárcel, que parecía haber sido hecho de tubos de hierro y había sido pintado blanco. La pintura se estaba descascarillando en algunas partes porque el lecho no se había pintado en mucho tiempo. El lecho tenía un colchón rayado como de cárcel, viejo, fino, y descolorado. En medio del techo había un cable con un enchufe del cual colgaba una bombilla pelada sin pantalla, con un cordón a lo largo del cable para apagar y prender la luz. Este cuarto era el más triste, desesperado, y desprovisto que jamás había visto.

La visión entonces volvio a la puerta del cuarto, la cual comenzó a abrirse muy lentamente. De pronto un hombre bien viejo apareció, entrando por la puerta muy lentamente. El estaba encorvado y se veía muy débil de extrema vejez. El estaba tan débil que apenas podía mover sus pies. La visión se ensanchó un poco y vi a una enfermera rubia un poco gorda y bonita que ayudaba al hombre viejo a arrastrarse lentamente al cuarto. La enfermera sonrió en mi dirección. Su sonrisa era contagiosa y le devolví una sonrisa amistosa. Ella tenía un uniforme de enfermera con el sombrero de enfermera tradicional. El hombre viejo era bastante bajo, muy huesudo, y encorvado por la edad. El era la persona más débil y más descarnada que jamás había visto en mi vida entera. El tenía una camiseta blanca sin mangas y un pantalón sudadero gris y ancho. Su pelo era blanco, y escaso excepto en la parte posterior y a los lados de su cabeza. El pelo en la parte posterior de su cabeza estaba un poco muy largo.

La enfermera lo acompañó al cuarto hacia el lecho, lo cual parecía tardar una eternidad. Esta visión parecía ser insustancial, pero me fascinaba mirarlo. Comencé a preguntarme por qué se le estaba dando tanto tiempo a un anciano caminando a un cuarto viejo. El anciano se sentó al lado del lecho, y como estaba totalmente agotado, sus brazos colgaron entre sus piernas. Su cabeza estaba inclinada hacia el piso porque él estaba tan cansado.

De repente, alzó su cabeza lentamente y sus ojos se fijaron sobre los míos. Su mala cara, su nariz arrugada, y sus dientes apretados hacia mí como si fuese excesivamente malvado y estuviera terriblemente enojado conmigo. Cuando él hizo esto, dos rayos magnéticos poderosos como espíritus salieron de sus ojos y entraron en los míos. Estos rayos me cogieron con la fuerza espiritual malvada más poderosa y magnética que he visto o he sentido en mi vida, y me estaban llevando a sus ojos. Es la misma fuerza engañosa, poderosa que atrapa a cada uno que ha sido atrapado por esta vieja serpiente aparentemente inofensiva, el diablo.1 Comienza en algunos con una fascinación gradual con el anciano, con cualquier pecaminoso tal como pornografía o con cualesquiera otras lujurias de las cuales el Señor le ordena a la gente que se abstenga. Está escrito, “Absteneos de toda especie de mal.”2 “Huid de la fornicación.”3 “Huid de la idolatría.”4 “Huye también de las pasiones juveniles.”5 “Ni deis lugar al diablo.”6 “No participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas.”7 “Si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.”8 “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?”9 “Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos [en la Palabra de Dios, que es Cristo]. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal.”10

La fuerza de la energía satánica de los ojos de este anciano era una enorme sorpresa para mí porque él parecía tan completamente débil, casi muerto. Su cara era muy malvada. Yo sé ahora que éste era el diablo mismo “el cual engaña al mundo entero.”11 Cuando mis ojos estuvieron bloqueados en sus rayos, mi espíritu fue llevado al de él. Entonces la cabeza de este anciano con sus dientes apretados, nariz arrugada, y ojos escudriñados comenzó a moverse para arriba y abajo. Esto hizo que su energía satánica pareciera más temerosamente fuerte.

Entonces vi una sombra o una silueta de mí con mis brazos y piernas extendidas. Yo estaba dando vueltas en un torbellino espiritual hacia abajo a la oscuridad. Las únicas cosas que podía ver eran mi silueta y líneas espirales blancas finas contra la oscuridad del círculo del hoyo redondo, sin fondo donde seguía dando vueltas hacia abajo. Mientras giraba hacia abajo, vi figuras vagas. No estaban claras sino eran más como las sombras y los impulsos de cada vicio lascivo jamás realizado en el mundo. Vi cigarrillos encendidos, los cigarros, vino, champán, las copas de martini y del coctel, todas formas de juego, y entretenimiento malvado. Había maldad asquerosa, malvada, e impía de toda clase. Cada vicio estaba presente y vagamente visto, y bajando en espiral al hoyo sin fondo estaba en sí mismo el Infierno.

El Espíritu Santo me mostró cómo esta visión era como la que El le mostró al profeta Ezequiel la cual está registrada en el octavo capítulo del libro de Ezequiel y la visión al Apóstol Juan en el Nuevo Testamento con respecto a las deficiencias de las iglesias en la última de las siete edades de la iglesia.

En el tercer capítulo del libro del Apocalipsis, el Señor habla de la iglesia de Laodicea.12 Esto representa la iglesia de hoy, la séptima y última de las edades de la iglesia, la época en la cual estamos viviendo actualmente, una época donde los Cristianos no están disponibles a llevar la cruz de Cristo sobre ellos. Ellos no son ni fríos ni calientes, sino tibios contra el pecado, Satanás, y los males de este mundo.13 Muchos de ellos están participando en ellos. El Señor advierte que ellos deberían inmediatamente estar al rojo vivo contra el pecado, Satanás, y los males de este mundo.14 Ellos tienen que comenzar a vivir la vida de la cruz con Cristo. Tienen que tener a Cristo en ellos, porque El sólo es santo y fuerte.15 El es nuestra pureza y fuerza. Ellos tienen que comprar del oro de Cristo probabo en el fuego, para que puedan ser espiritualmente ricos en la fe y obras piadosas.16 Entonces pueden estar vestidos en vestiduras blancas, separados del mundo, y la vergüenza de su desnudez de cualesquiera virtudes santas, espirituales no serán descubiertas al mundo ni al Señor Mismo.17 Sus ojos nos ve a todos.18 Unja sus ojos con colirio. Vuelva a la Biblia y vívala. No predique la Biblia solamente, sino sea un hacedor de la Palabra.19 Como dice Jesús, “Unge tus ojos con colirio, para que veas [vea espiritualmente el mal de vivir una vida Cristiana tibia y mal concebida].”20 Jesús dijo, “Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.”21

Inmediatamente vine contra todos los vicios viles y profanos que veía con la sangre de Jesúcristo, el Espíritu de la Palabra de Dios. La iglesia de hoy, de Laodicea, tiene que hacer lo mismo. Sino, Cristo declara, “te vomitaré de Mi boca.”22 La Palabra de Dios, cuando es aprendida, es la espada de la defensa usada por los santos de Dios.23 Tiene que ser utilizada por los santos con sabiduría, conocimiento, y celo.24 En mi visión de aviso del Señor, los vicios, el espiral, y mi imagen desaparecieron inmediatamente cuando usé la espada de Dios. Hará igual para usted.

Desperté muy agradecido que esto había sido solamente una visión y no mi fin. Estaba tan agradecido también por la sangre del Señor Jesucristo, que quita los pecados del mundo.25 Estaba agradecido por el temor que tengo del Señor Dios, y por la fe que había ganado en la Palabra de Dios que incorpora la sangre de Jesucristo. Cualquier cosa satánica siempre desaparecerá cuando la espada poderosa de Dios se pone en acción contra ella, aunque los rayos de Satanás algunas veces parecen ser muy fuertes hasta que la espada de Dios es aplicada a ellos. Satanás y toda su energía es como tres pequeños espíritus a manera de ranas26 en comparación a la energía inigualable e ilimitada de Dios Todopoderoso.27

Esta visión me dejó con un deseo más grande de advertirle a cada nación, a cada linaje, y a cada lengüa que solamente tenemos fuerza en el gran poder de Dios.28 Dios quiere que sepamos que no podemos participar en, mirar sobre, pensar de ni meditar sobre cualesquiera codicias impías de hoy y aún entrar al Cielo.29 El mundo tiene que aprender que cualquier ministro que le diga que puede continuar en pecado después de aceptar a Cristo y aún ser perdonado por Cristo es el ministro del diablo.30 ¿Cómo podemos transmitirle Cristo a otros si el Cristo sin pecado no está viviendo en nosotros? ¿Cómo podemos darle algo a otros que nosotros mismos no poseemos?

Realmente le agradezco a Dios por esta reprensión vital, esta advertencia. Usted también debería agradecerle, porque Dios me envió a mí y a muchos otros para advertirle al mundo ambos de Su venida pronto por llegar y que sean santos, como El es santo.31 Esta es la razón por la cual el Señor requiere la muerte de nuestra vieja vida a través de Su crucifixión y Su resurrección.32 Su crucifixión, Su resurrección y la ascensión permiten que Cristo por el Espíritu viva en nosotros.33

Los mensajeros del diablo tuercen deliberadamente la escritura registrada en el primer capítulo de 1 Juan para hacer que la gente crean que ellos pueden pecar. Al contrario, esta escritura nos dice claramente cómo vivir una vida sin pecado.34 Es dicho por el Señor en una manera misteriosa, intrigada. Pero la solución de este misterio, que solamente es un misterio para aquéllos que no tienen una relación profunda con Cristo, se explica fácilmente. De la manera que está escrita la epístola causa al principiante, o al supuesto Cristiano, creer que hay muchas contradicciones en esta epístola. Sin embargo, la Palabra de Dios, el poder que mantiene junto el universo35 y da vida a todo lo que tiene vida,36 nunca puede contradecirse en ningún tema, y seguramente nunca en el tema de vivir una vida sin pecado. Uno de los versículos que puede parecer contradictorio al principiante es: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.”37Muchos supuestos Cristianos creen que este versículo les da una licencia para pecar sin recompensa terrible de Dios. Pero el capítulo 3, versículo 9 al principiante parece contradecir esto: “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.”

Si una persona que profesa ser Cristiano no está viviendo la vida de la cruz y la vida de la paloma con el Espíritu Santo de Cristo vivo en ellos, no puede reconciliar la aparente contradicción de estas dos escrituras. Los que caminan con Cristo, llevando la cruz momento por momento, las encuentran fáciles de entender.38 Primero, es verdad que como seres humanos, nacimos pecadores debido al pecado de Adán.39 Puesto que nacimos en pecado y hemos pecado, no hay ninguna cosa buena en nosotros sin Cristo.40 Aquéllos de nosotros que hemos recibido a Cristo por completo, hemos renunciado nuestra propia vida.41 Nos hemos juzgado sin valor, desamparados, sin vida, y sin la capacidad de hacer ninguna obra santa a menos que tengamos a Cristo.42 Por otra parte, hemos tomado a Cristo en nuestro espíritu para vivir nuestra vida, la vida sin pecado del Sin Pecado.43 La semilla que El planta en nosotros es sembrada en nosotros por el Espíritu Santo sin mancha, el mismo Espíritu Santo que engendró a Jesús en el vientre de María.44 Fue el Espíritu Santo en forma de una paloma que vino sobre Cristo en Su bautismo.45 Su carácter como de paloma es el que El busca darle a cada uno de Sus discípulos.46

Antes de nuestra experiencia de vida como de paloma, somos como una parcela de tierra donde los bulbos de flores hermosas pueden ser plantados. De alguna manera ellas crecen de la tierra sucia a ser plantas hermosas. Cristo crece a Su plenitud por el Espíritu Santo en nosotros que no valemos nada.47 Es Su poder, pureza, santidad, y fuerza dentro de nosotros que nos dá la capacidad de no pecar más.48 Cristo, que es el Lirio de los Valles,49 la Estrella Resplandeciente de la Mañana,50 no se parece de ninguna manera a la suciedad en la cual El (la flor) fue sembrado. La flor por sí misma no está manchada ni tachada, por la tierra en la cual fue sembrada. Esto es porque la flor es un elemento completamente diferente al de nosotros que somos hechos del polvo y que originalmente somos de la naturaleza Adánica.51 La flor, Cristo, tiene Su propia naturaleza divina creciendo en nosotros. Su poderoso Espíritu Santo nos trae a la vida en El,52 sacándonos de la muerte de Adán a Su propio elemento de vida eterna.53 Nosotros en El, viviendo en el mundo, somos “como el lirio entre los espinos.”54 Estamos en el mundo, pero “no sois del mundo.”55 El otra vez declara ahora que estamos en unión y comunión con El cuando dice, “Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha [de pecado]”56 La novia de Cristo, los que son Sus discípulos, no puede y no pecará porque es Cristo dentro de nosotros que es nuestra vida, pureza, santidad, y fuerza.57 El Salmista David nos deja saber que si cualquier persona tan siquiera considera pecar en su corazón, Dios no oirá su oración.58 Nuestra unión y comunión sin pecado con Cristo es hermosa, fragante, y pura.

La llave que abre la puerta a lo que parece un rompecabezas escritural se encuentra ambos en 1 Juan 3:6 y 1 Juan 5:18. Primero, “Todo aquel que permanece en El, no peca.”59 Vivir en Cristo es el secreto de la santidad.60 La santidad nunca puede ser nuestra santidad, porque solamente Dios es santo.61 Por lo tanto, no hay nada registrado en la Palabra de Dios con respecto a nuestra perfección, con la excepción de nuestra santidad en Cristo la cual tenemos que poseer. Es solamente la santidad de Cristo viviendo dentro de nosotros, y nosotros viviendo dentro de El que es nuestra unión constante y comunión con Cristo Mismo.62 Pablo declara, “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a Sí Mismo por mí.”63

En cuanto nos adherimos fuertemente a El y recibimos de El cada momento de cada día de nuestras vidas, somos como el Apóstol Pablo, librados y guardados del pecado.64 Es la vida de Cristo que mora dentro de nosotros. “Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros.”65

“Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.”66 Esta es la misma verdad dicha de otra manera. El Hijo unigénito de Dios mora en nosotros, manteniéndonos seguros del poder del pecado y de los asaltos de Satanás.67 Cristo, que es la Palabra de Dios en nosotros, es nuestra armadura entera de Dios.68 Aunque el diablo ataca a menudo, nosotros somos los hijos del Señor con una pared gruesa de cristal a prueba de balas espiritual entre nosotros y los lobos viciosos y los pájaros de la presa. Ellos penetrarían si pudieran, pero “el maligno no [nos] toca.”69 Otro versículo conectado a este rompecabezas espiritual es, “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.”70

Aquí está la unión y la comunión del Señor Jesucristo con el creyente verdadero, dándole la fuente de la vida espiritual. El Apóstol Pablo descubrió este secreto. 𠇌risto en vosotros [nosotros], la esperanza de gloria ”71 es el secreto del rompecabezas espiritual que tan pocos hoy en día parecen haber encontrado. Era y todavía es conocido por los verdaderos discípulos de Cristo. Éste es el secreto verdadero de la vida en toda la plenitud de Cristo. Éste es el secreto de la vida eterna, el secreto de la vida pura, santa y sin pecado de Cristo manifestada por Su poder en nosotros; el secreto de la vida pura, santa y sin pecado de Cristo y nuestra vida crucificada, el secreto de la vida resucitada pura, santa, y sin pecado en Cristo; y el secreto de la vida pura, santa, y sin pecado que mora dentro de nosotros a través de nuestro Señor Jesucristo, a El sea gloria por los siglos de los siglos, Amén. La cruz es el secreto entero de todo el evangelio.72

La última oración que nuestro Señor ofreció a Su padre para Su gente es que “Yo [Mismo pueda estar] en ellos.”73 Ésta fue la declaración más grande de Cristo en este mundo material. Estas últimas palabras son las más preciosas de todas. Jesús le dijo a Felipe en el texto original, Empieza a seguirme, y continúa haciéndolo como costumbre de vida.74 Si usted quiere que la oración de Cristo sea cumplida en usted, usted tiene que entrar al significado de este mensaje, sin pararse justo antes de la experiencia real de Cristo viviendo en usted, la esperanza de gloria.75

Si usted desea que Cristo nazca en usted, y desea que El crezca a Su plenitud en usted por el funcionamiento del Espíritu Santo; si usted desea ser un santo verdadero que pasará la eternidad en el Cielo con El, viviendo la vida pura, santa y sin pecado de Cristo por la fuerza de Cristo viviendo en usted, venga pues ahora a Cristo. Déle su vida de modo que El pueda darle a usted Su vida pura, santa, sin pecado, y poderosa. Comience ahora diciendo esta oración:

Oración

Mi Señor y mi DIOS, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que JESUCRISTO es el Hijo del DIOS viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre para el perdón de todos mis anteriores pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4y que Él está sentado a la diestra de DIOS en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración.5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón, Señor JESÚS. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor JESÚS; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, la Biblia, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso sé que Tú me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor JESÚS, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11

Ahora que usted es salvo y ha sido perdonado de sus pecados, alce sus manos y alabe al Señor. Ore por el bautismo del Espíritu Santo. Estudie la Palabra con oración y siempre ore para más de la naturaleza divina.76 Para instrucciones de cómo recibir el bautismo del Espíritu Santo, y recibir más de la santa naturaleza de Dios, pida nuestra literatura o llame. Porque sin santidad nadie verá a Dios.77

Ahora que es salvo es un mandamiento ser completamente sumergido, bautizado en agua en el nombre del Padre y en el nombre del Hijo y en el nombre del Espíritu Santo.78 Siga todos los mandatos de Dios y viva.79


Usted acaba de completar el primer paso en una serie de cinco pasos que se requieren para recibir la salvación. Su segundo paso es negarse a sí mismo y aceptar la cruz cada día con el propósito de mortificarse, es decir, para darle muerte a su propia voluntad, a su ser autosuficiente, y al mundo con todos sus deseos. Todos estos tienen que ser bautizados en la muerte de Cristo. El tercer paso es su resurrección de la vida satánica de Adán a la vida libre de pecados de Cristo. El cuarto paso es su ascensión a una posición de autoridad para reinar por Dios en la tierra, y el quinto paso es reinar por Dios en la tierra hasta el fin con el propósito de traer el reino del Cielo a la tierra. Usted tiene que aprender la Palabra de Dios, luego someterse y hacer lo que la Palabra dice, para que la Iglesia y el mundo puedan ver pruebas de su sumisión a la Palabra de Dios, Su orden, y Su autoridad en usted y por usted.
Alabado sea el Señor. Que Dios lo recompense abundantemente.

Pastor Mundial Tony Alamo


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© Propiedad literaria septiembre, 1997 Todo derecho reservado Pastor Mundial Tony Alamo ® Registrado septiembre, 1997


Notas del "EL ABISMO SIN FONDO":vuelva arriba

1 Ap. 12:9 vuelva

2 1 Ts. 5:22 vuelva

3 1 Co. 6:18 vuelva

4 1 Co. 10:14 vuelva

5 2. Ti. 2:22 vuelva

6 Ef. 4:27 vuelva

7 Ef. 5:11 vuelva

8 Mt. 10:14 vuelva

9 2. Co. 6:14-15 vuelva

10 Pr. 4:25-27 vuelva

11 Ap. 12:9 vuelva

12 Ap. 3:14-19 vuelva

13 Ap. 3:14-17 vuelva

14 Job 1:8, Sal. 97:10, 101:3, 119:104, 163, 139:21-22, 1 P. 3:11-12 vuelva

15 Ex. 15:11, Neh. 9:6, 1 S. 2:2, Is. 40:12, 22-28, Hab. 1:12-13, Mt. 19:17, Col. 1:17, He. 1:3, Ap. 15:4 vuelva

16 Ef. 2:10, 1 Ti. 6:17-19, Tit. 2:14, Ap. 3:18 vuelva

17 Ap. 3:18 vuelva

18 2. Cr. 16:9, Job 24:23, 28:24, 34:21, Sal. 11:4, 33:13-15, 66:7, Pr. 15:3, He. 4:13 vuelva

19 Mt. 5:19, Stg. 1:22-25 vuelva

20 Ap. 3:18 vuelva

21 Ap. 3:19 vuelva

22 Ap. 3:16 vuelva

23 Sal. 17:4, Ef. 6:13-17, He. 4:12 vuelva

24 2. Co. 3:6 vuelva

25 Jn. 1:29, Ef. 1:7, 1 Jn. 1:7, 2:2, Ap. 1:5 vuelva

26 Ap. 16:13 vuelva

27 2. Cr. 20:6, Sal. 62:11, Jer. 32:17, 27 vuelva

28 Ef. 3:20-21, Col. 1:27-29 vuelva

29 1 Co. 10:21, 2 Co. 6:14-17, 7:1, Ef. 5:1-11, 1 Ts. 4:7, He. 12:14, 1 P. 1:15-16 vuelva

30 Jn. 5:14, 8:11, Ro. 6:1-2, 2. Co. 11:13-15, Gá. 1:8-9, 2. Ti. 4:3-4, He. 6:4-8, 10:26-29, 1 Jn. 3:6-8 vuelva

31 Lv. 11:45, 1 P. 1:15-16 vuelva

32 Gá. 2:20, Jn. 14:6, Ro. 5:10, 6:2-13, 8:9-13, 37, 2. Co. 5:17 vuelva

33 Mt. 28:20, Mr. 13:11, Jn. 10:15-18, 11:25, 14:16-21, 15:5, 16:7, Hch. 11:16, Ro. 8:10-11, Ap. 3:20 vuelva

34 Ro. 8:1, 1 Jn. 1:5-7 vuelva

35 He. 1:1-3 vuelva

36 Jn. 6:33, Hch. 17:24-25 vuelva

37 1 Jn. 1:8 vuelva

38 1 Co. 2:12-15 vuelva

39 Ro. 5:14, 1 Co. 15:22 vuelva

40 Ro. 7:18 vuelva

41 Mt. 16:24-25, Lc. 9:23, 62, Hch. 20:24, Ro. 13:14, Col. 3:3-11 vuelva

42 Jn. 15:4-5, Gá. 2:20 vuelva

43 Jn. 20:31, 2 Co. 6:16-18, Fil. 2:5, 2 Ti. 1:8-9, 1 P. 2:21-22, 1 Jn. 3:5 vuelva

44 Mt. 1:18, 20 vuelva

45 Mt. 3:16 vuelva

46 Jn. 13:34-35, 15:12-15, 2 P. 1:3-8, 1 Jn. 4:9-13 vuelva

47 Ef. 3:16-19, 4:12-13 vuelva

48 Zac. 4:6, Jn. 8:11, 15:5, 1 Jn. 3:9 vuelva

49 Cnt. 2:1 vuelva

50 Ap. 22:16 vuelva

51 Gn. 2:7, Ro. 5:14 vuelva

52 Jn. 14:19, 17:2, Tit. 3:7, He. 9:15, 1 P. 1:3-5, 1 Jn. 2:17, 25, 5:11, 20 vuelva

53 1 Co. 15:22 vuelva

54 Cnt. 2:2 vuelva

55 Jn. 15:19, 17:11, 14,16, 18:36, 1 Jn. 4:17 veulva

56 Cnt. 4:7 vuelva

57 Ex. 19:6, 22:31, Mt. 5:8, Jn. 1:16, 14:6, 2. Co. 12:9, Ef. 5:25-27, 1 Jn. 1:2, 3:9, 5:12 vuelva

58 Sal. 66:18 vuelva

59 1 Jn. 3:6 vuelva

60 Ro. 8:1, 2. Co. 5:21, Ef. 2:21-22, 4:24, Fil. 1:10-11, 1 Ts. 3:13, 4:7, He. 12:10, 14 vuelva

61 Gn. 17:1, 35:2, 1 S. 2:2, Os. 11:9, Mt. 19:17 vuelva

62 Jn. 1:12, 4:14, 7:39, 14:23, 15:4-5, 17:23, 1 Co. 1:30-31, 2. Co. 5:21, Ef. 1:19-21, 1 Jn. 1:3, 7, 5:20 vuelva

63 Gá. 2:20 vuelva

64 Ro. 6:17-18, 22, 8:1, Gá. 1:3-4, Col. 1:12-13, 2. P. 2:9 vuelva

65 Ro. 6:10-14 vuelva

66 1 Jn. 5:18 vuelva

67 Ro. 8:37, 1 Co. 3:16-17, 10:13, 1 Jn. 4:4, 12-16 vuelva

68 Ro. 13:12, Ef. 6:10-18 vuelva

69 1 Jn. 5:18 vuelva

70 1 Jn. 5:12 vuelva

71 Col. 1:27 vuelva

72 Mt. 10:38, 16:24, Jn. 15:4-5, Ro. 6:6-11, 1 Co. 1:18, Gá. 2:20, 5:24-25, Fil. 2:5-8 vuelva

73 Jn. 17:26 vuelva

74 Jn. 1:43 vuelva

75 Ro. 5:2, Col. 1:27 vuelva

76 2 Ti. 2:15, Lc. 21:36, Jn. 15:3 vuelva

77 He. 12:14 vuelva

78 Mt. 28:19 vuelva

79 Dt. 8:1, 30:16, Pr. 4:4, 7:2 vuelva

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Notas de la Oración:

1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva

2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva

3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva

4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva

5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva

6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva

9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva

10. He. 11:6 vuelva

11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva