Suyo Para Siempre

Por
Tony Alamo

"¡MELQUISEDEC!"1"¡REY DE JUSTICIA!"2"¡REY DE SALEM (JERUSALEN)!"3 EL "¡SACERDOTE DEL DIOS ALTISIMO!"4

El salmista David, el rey de Israel, profetizó que el Mesías venidero de Dios sería un "sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec," no según el sacerdocio levítico ni cualquier otro sacerdocio terrenal (Salmo 110:4). Es decir, Cristo se probaría El Mismo estar conectado regiamente a Dios para siempre resucitando de entre los muertos.5 Dios glorificó a Jesús resucitándolo de entre los muertos y por Su ascensión al Cielo,6 donde El ahora es un sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

Para calificar ser un sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec, uno tiene que ser resucitado de entre los muertos.7 Antes de que los Cristianos llegan a ser Cristianos, ellos están muertos en sus pecados y ofensas.8 Aquél que acepta a Cristo como su Salvador personal es primero resucitado espiritualmente de entre las obras muertas del mundo, antes de que venga a ser una parte de Cristo (Su cuerpo, el cuerpo en que Cristo vive y hace Sus buenas obras).9 El (el Cristiano) también se convierte en un sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec, obrando con Cristo y haciendo las buenas obras de Cristo.10 Apocalipsis 1:6 declara que Cristo "nos hizo [a nosotros, los verdaderos Cristianos] REYES Y SACERDOTES para Dios, Su Padre."

La resurrección de Cristo de entre los muertos está fuertemente proclamada muchas veces a través de toda la Biblia en Los Hechos 13:30, Ro. 1:4, 1 Co. 15:15, y por muchos otros pasajes. La resurrección de los Cristianos de entre los muertos y sus obras muertas también están fuertemente proclamadas a través de todas las Escrituras (Ef. 2:1, 5- 6, Ro. 8:11, Col. 2:13).11 La fe es presentada en las Escrituras y puede ser adquirida sin dificultad por una persona que realmente cree en Dios y Su divino poder (la Palabra). 12

El testimonio de la resurrección de Cristo de entre los muertos es más abundante en las Escrituras y siempre está delineado de la misma manera en cuanto al hecho esencial.13 Los testigos a la gloriosa resurrección de Cristo de entre los muertos y Su gloriosa ascensión al reino de los Cielos no fueron escasos sino muchos.14 Añadida a estos relatos en los cuatro Evangelios, está 1 Co. 15:1-8, el relato del Apóstol Pablo de ver a Jesús (también referido en 1 Co. 9:1). Esto coloca al Apóstol Pablo entre los apóstoles, los testigos de la gloriosa resurrección de Cristo de entre los muertos. Yo, Tony Alamo, he visto a Cristo aparecer ante mis propios ojos, y puedo testificar también que El ha ascendido gloriosamente de entre los muertos.

La proclamación de la gloriosa resurrección de Cristo de entre los muertos y Su gloriosa ascensión al Cielo es la base de la enseñanza apostólica (Hch. 1:22, 4:21-33, 17:18, 23:6, 1 Co. 15:14). La resurrección de Cristo de entre los muertos y Su ascensión al reino de los Cielos es número uno entre los milagros que dan testimonio a la deidad de Cristo (Ro. 1:4). La resurrección de Cristo de entre los muertos y Su ascensión al reino de los Cielos es el sello de aprobación real y divina de Dios el Padre, Su señal de que Jesús es el Cristo y que es un sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec, el sacerdote en el Cielo que para siempre expía por los pecadores sinceros y arrepentidos.15 Aquéllos que declararían Su alabanza lo hacen por obediencia a Su ley16 ("los cielos cuentan la gloria de Dios" [Salmo 19:1, 1 Co. 6:20]) y por su obediencia a la ley de la creación (1 Co. 10:3, Jn. 17:5).

La resurrección de Cristo y la resurrección de Sus seguidores arrepentidos están conectadas. Todos ellos son sacerdotes para siempre según el orden de Melquisedec, sacerdotes que han resucitado de entre las obras muertas del mundo. Aunque nosotros los Cristianos somos sacerdotes para siempre según el orden de Melquisedec, sólo Cristo, por medio de Su sangre sin pecado puede perdonar los pecados.17

Juan 20:23 declara, "A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos." Esto significa que los pecados de los pecadores son perdonados (remitidos) porque nosotros los Cristianos (los sacerdotes resucitados) los dirigimos a Cristo, el único capaz de perdonar el pecado por medio de su fe en el poder limpiador de Su sangre para cancelar todo pecado. Si no conducimos a los pecadores hacia Cristo para su remisión de pecados por medio de Su sangre, entonces sus pecados serán retenidos. Ya que sólo la sangre sin pecado del Señor Jesucristo puede quitar los pecados del mundo, nosotros, como sacerdotes según el orden de Melquisedec, tenemos que dirigir a los pecadores al único sacerdote calificado para perdonar los pecados, Cristo Jesús, un sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.18

Aquéllos que niegan la Palabra de Cristo y Su resurrección de entre los muertos siempre han sido los enemigos de la Cristiandad. Esto es natural, ya que la Cristiandad tiene que estar firme o caer con la resurrección. La resurrección de Cristo de entre los muertos siempre ha sido el tema principal de argumento en cuanto a la fe.

Melquisedec (Cristo), en el Antiguo Testamento, salió a encontrarse con Abraham y felicitarlo por su victoria contra Quedorlaomer y sus aliados en el valle de Save (el valle del rey). Jesús (Melquisedec) les trajo pan y vino a las tropas victoriosas de Abraham y bendijo a Abraham. Abraham le dio a Melquisedec, el Sacerdote Real de Dios, una décima parte de todo su despojo como un diezmo, dándose cuenta completamente de que Melquisedec, Cristo, era mucho más superior que él (Abraham).19 Jesús dijo, "Antes que Abraham fuese, Yo Soy" (Juan 8:58). Cristo también fue y es el Cordero,20 el sacrificio de Dios.21 Aarón y cada sumo sacerdote del sarcedocio levítico, la tribu de Leví, simbólicamente ejecutó los mismos deberes en sus obras sacerdotales con la sangre de los animales que Cristo, un sacerdote, al presente ejecuta en el Cielo con Su propia sangre sin pecado.22

Los sacerdotes levíticos fueron instruidos por Dios que cualquier pecador que viniera a la casa de Dios (Bet-el) para arrepentirse había de traer un cordero sin mancha ni defecto como una ofrenda de pecado, un sacrificio por sus pecados.23 Los corderos y carneros jóvenes eran una parte importante de casi todo sacrificio en el Antiguo Testamento (Lv. 4:32). "El Cordero de Dios" es el término usado típicamente para referirse a Cristo como el cargador de los pecados del mundo (Juan 1:29, 36, 1 P. 1:19). Cristo es asemejado a un cordero de sacrificio por Su muerte sacrificante, sufrida inocente y pacientemente para abolir el pecado.24 Este Mesías, este Cordero de Dios, había sido anticipado por mucho tiempo y es mencionado repetidamente a través de todo el Antiguo Testamento.25

Isaías 53:7 declara, "Angustiado El [Cristo, el Mesías que vendría], y afligido, no abrió Su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de Sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió Su boca." El Cordero de la Pascua es el símbolo de Cristo. Cuando Dios ve la sangre del Cordero aplicada sobre el alma de una persona por fe, Dios PASARA SOBRE esa alma, El no la matará, ni luego la mandará al Infierno. El cordero simboliza a Cristo que vendría a morir por los pecados del mundo.26

En la ofrenda de pecado del Antiguo Testamento, si el pecador estaba verdaderamente arrepentido, Dios lo perdonaba. Esto estaba confirmado por la presencia real y visible de Dios, descendiendo en una nube del Cielo adentro del lugar más santo del tabernáculo. La presencia visible de Dios en la nube es llamada la gloria Shekinah. Esto de ningún modo era simbólico; Dios realmente apareció visiblemente en la nube.27

La palabra "Shekinah" no aparece en la Santa Biblia (Reina-Valera). La palabra hebrea "Shekinah" simplemente significa "la manifestación visible de Dios."

Así también Dios se manifiesta en las obras hechas por los Cristianos (Israel espiritual28 y Judá29) por Cristo Mismo (y Su Padre)30 morando dentro de ellos por el Espíritu Santo,31 haciendo del Cristiano una casa de santidad,32 el Bet-el, la casa de Dios,33 el lugar santo y consagrado donde, "He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto [Nuevo Testamento] con la casa de Israel y con la casa de Judá...[Yo, Dios] Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y Yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo" (Jer. 31:31, 33, 2 Co. 6:16). Esta Escritura increíble y gráfica del Antiguo Testamento, la cual es confirmada muchas veces en el Nuevo Testamento, predice claramente el NUEVO TESTAMENTO, demostrando cómo Dios traería a los Cristianos a una condición celestial y a la dignidad por medio de Su gran don al mundo, la muerte de SU CORDERO, la gloriosa resurrección y la ascensión de Su Hijo unigénito, el Señor Jesucristo (Ro. 8:30). La Palabra de Dios está escrita en los corazones, en las mentes, y en las almas de Sus hijos reales porque ellos lo buscan a El.34

Cuando Melquisedec, Cristo, murió en Su cruz en el Calvario, el velo que separaba el templo exterior del lugar más santo fue rasgada en el terremoto, así como fue rasgada la carne de Cristo, el Cordero, por nosotros (Is. 53:7, Mt. 27:51). Este evento simbolizó el fin del sacerdocio levítico y el principio del sacerdocio celestial, eterno y resucitado de entre los muertos, dirigido por el resucitado REY DE LA JUSTICIA, EL REY DE SALEM, EL SACERDOTE DEL DIOS ALTISIMO35 de quien David profetizó que vendría, quien era y es el MESIAS DE DIOS, UN SACERDOTE PARA SIEMPRE SEGUN EL ORDEN DE MELQUISEDEC, EL SALVADOR DEL MUNDO (Salmo 110:4). Por fe, "Todos [nosotros] vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Gá. 3:28). Todos los otros sacerdocios eran y todavía son nada más que falsa idolatría.

Este mismo Mesías que es el Cordero de Dios, el Cristo, fue crucificado,36 enterrado, y pasó tres días en el Infierno por todos nosotros. 37

El resucitó del Infierno, de la muerte, fuera de la tumba, conquistándolos todos, así como también conquistando a Satanás y el pecado. 38

Después de Su gloriosa ascensión al reino de los Cielos, El se sentó a la mano derecha de Dios donde El, el Cristo conquistador, glorificado, el Mesías, el Sacerdote del Dios Altísimo se sienta para siempre según el orden de Melquisedec.39

Cuando los pecadores claman a Dios por su arrepentimiento y por el perdón de sus pecados, Cristo comienza Su eterna obra de sacerdocio oyendo la confesión de sus pecados, considerando la sinceridad de sus palabras al igual que su dolor por los pecados que han cometido. El también los escucha dando promesa solemne, "Si Dios nos perdona, prometemos no pecar más."40

El Cristiano primero tiene que aprender que si él intencionada y voluntariamente se apostata de Cristo al pecado otra vez después de la salvación, una cosa peor le pasará a él.41 "Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto [el Nuevo Testamento] en la cual fue santificado" (He. 10:26-29)? Cristo toma las oraciones de arrepentimiento del pecador nuevamente arrepentido, las mezcla con Su propia sangre, y entonces las trae ante el Padre dentro del lugar más santo en el gran templo celestial de Dios. El Padre perdona todos los pecados anteriores porque el alma del pecador fue lavada por fe en la propia sangre de Cristo.42 Es entonces que Cristo (Melquisedec) y el Padre descienden del Cielo dentro del cuerpo del pecador anterior, nuevamente arrepentido, por medio del poder del Espíritu Santo,43 dándole al nuevo converso poder del Espíritu Santo, habilitándolo a guardar todos los mandamientos de Dios. El nuevo converso se convierte en un sacerdote y un rey para siempre según el orden de Melquisedec44 si continúa en Cristo.45 El pecador convertido, ahora una criatura nueva en Cristo Jesús,46 es entonces parte de la única, verdadera familia real del Cielo, la cual es, en cuanto a eso, parte de la única y verdadera familia real del universo entero.47 El Apóstol Pedro lo dice de esta manera: "Mas vosotros [los Cristianos nacidos de nuevo] sois linaje escogido, REAL SACERDOCIO, NACION SANTA" (1 P. 2:9). Jesús dijo, "(Yo soy) el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos."48 El Apóstol Pablo declaró que El es "sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec."49

Para ser un sacerdote real, eterno, y un rey según el orden de Melquisedec, nosotros, como Cristo, tenemos que matar nuestra propia voluntad mandándola a la horca, a la cámara de gas, a la silla eléctrica. Es decir, tenemos que negarnos a nosotros mismos como lo hizo Jesús (Melquisedec).50 La vida eterna es posible sólo por la muerte de nuestra propia voluntad. Nuestro temor satánico de la muerte sólo puede apartarse después de la muerte de nuestra propia voluntad.51 Cuando nos hacemos conscientes por medio de la Palabra de Dios de lo que es la voluntad de Dios, perpetuamos la vida permitiéndole a El y a Su Hijo, por medio del Espíritu Santo, que continúen Su vida en nosotros.

Cuando nuestra voluntad está muerta, nosotros estamos libres. Estamos verdaderamente emancipados de la esclavitud de Satanás, del dominio del pecado, y del temor satánico de la muerte.52 No hay más culpa, porque Melquisedec nos ha perdonado y nos ha lavado en Su propia sangre. Ahora estamos sirviendo a Cristo, que es la única relación que lo hace a uno bien con Dios (Mt. 11:28-30, Stg. 1:23). Nosotros tenemos que aumentar nuestra fe constantemente por medio de la Palabra.53 Si regresamos al pecado después de la resurrección de la vida, nosotros de nuevo somos condenados por la ley.54 La clave del hombre para una relación pacífica con Dios consiste en guardar Sus mandamientos.55 La Palabra de Dios tiene que ser estudiada con vigilancia para saber cuáles son Sus mandamientos.

Si usted quiere que Cristo salve su alma, que perdone todos sus pecados ejerciendo Su servicio eterno y sacerdotal por usted, entonces usted tiene que convenir a ser fiel a Cristo, poner su fe y confianza en El solamente.56 Si usted lo contara como un gran privilegio que Cristo debería tener un trono en su corazón, si usted desea un lugar y espacio en Su misericordia, y si usted desea abandonar libremente sus deseos más queridos y sus placeres más dulces de este mundo a cambio de vida eterna con todos los tesoros del Cielo y abundancia increíble en la tierra,57 Dios le dará el poder para hacerlo por medio de Jesús y Su Padre entrando en su cuerpo por medio del Espíritu Santo.58 Usted entonces será un vaso escogido de Dios, adecuado para que Dios en él obre.59 Si usted permite que El haga Sus obras pías en usted, en esta vida presente, El permitirá que usted viva con El en Su paraíso celestial, para siempre. Esta es Su voluntad. Si su voluntad es la misma que la de El, entonces dígale esta oración ahora:

Oración

Mi Señor y mi Dios, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que Jesucristo es el Hijo del Dios Viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre por el perdón de todos mis pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4 y que Él está sentado a la mano derecha de Dios en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración. 5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón Señor Jesús. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor Jesús; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor Jesús, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11

Usted acaba de completar el primer paso en una serie de cinco pasos que se requieren para recibir la salvación. Su segundo paso es negarse a sí mismo y aceptar la cruz cada día con el propósito de mortificarse, es decir, para darle muerte a su propia voluntad, a su ser autosuficiente, y al mundo con todos sus deseos. Todos estos tienen que ser bautizados en la muerte de Cristo. El tercer paso es su resurrección de la vida satánica de Adán a la vida libre de pecados de Cristo. El cuarto paso es su ascensión a una posición de autoridad para reinar por Dios en la tierra, y el quinto paso es reinar por Dios en la tierra hasta el fin con el propósito de traer el reino del Cielo a la tierra. Usted tiene que aprender la Palabra de Dios, luego someterse y hacer lo que la Palabra dice, para que la Iglesia y el mundo puedan ver pruebas de su sumisión a la Palabra de Dios, Su orden, y Su autoridad en usted y por usted.
Alabado sea el Señor. Que Dios lo recompense abundantemente.

Pastor Mundial Tony Alamo


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© Propiedad literaria agosto, 1995, Todo derecho reservado Pastor Mundial Tony Alamo ® Registrado agosto, 1995
Tony Alamo Christian Ministries is a division of Music Square Church, Inc.

Las escrituras en esta literatura fueron tomadas de la Santa Biblia (Reina-Valera, 1960)

Esta literatura fue escrita en agosto de 1995 en la Institución Correccional Federal de Florence, Colorado. El Pastor Alamo cuenta su encarcelamiento por Cristo como siendo todo regocijo.


Notas del "Suyo Para Siempre ":vuelva arriba

1 Gn. 14:18, Sal. 110:4, He. 5:5-6, 10, 6:20, capítulo 7 vuelva

2 He. 7:2 vuelva

3 Gn. 14:18, He. 7:1-2vuelva

4 Gn. 14:18, He. 7:1 vuelva

5 Is. 53:10-12, Sal. 16:10, Mr. 16:6, Lc. 24:6, 46, Hch. 2:23-24, 26:23, 1 Cr. 15:3-4 vuelva

6 Mr. 16:19, Lc. 24:50-51, Hch. 1:9 vuelva

7 Mr. 16:19, Col. 2:12, Ro. 6:3-11, 13, 8:10-11, He. 1:3, 10:12 vuelva

8 Col. 2:13, Ef. 2:1, 5-6 vuelva

9 Ro. 12:5, Ef. 2:10, He. 9:14, 2 Co. 6:16 vuelva

10 Jn. 4:36-37, 10:3, 2 Co. 9:8 vuelva

11 Job 19:25-27, Dn. 12:2-3, Is. 26:19, Jn. 5:24, 25, 28-29, 6:39, 40, 44, He. 9:14 vuelva

12 Ro. 10:17, Jn. 20:31 vuelva

13 Mr. 16:2-14, Lc. 24:1-46 vuelva

14 Mt. 28:16-18, Mr. 16:9, 19, Lc. 24:51, Jn. 20:1-9, 19-20, 27 vuelva

15 1 Ti. 2:5, He. 9:15, Ro. 8:34, He. 7:22-25 vuelva

16 Ro. 8:1 vuelva

17 Hch. 13:38, He. 4:10-13, 1 P. 1:18-19 vuelva

18 Mr. 16:15, Lc. 14:23, Mt. 26:28, Hch. 10:43 vuelva

19 Gn. 14:18-20. He. 7:4 vuelva

20 1 P. 1:19, Ap. 12:11 vuelva

21 Ef. 5:2, He. 10:12 vuelva

22 He. 7:23-28, 9:11-12 vuelva

23 Nm. 6:14 vuelva

24 Is. 53:7 vuelva

25 Dn. 9:25-26, Is. 7:14, 11:1-10, 42:1-4, Dt. 18:15, Jr. 23:5-6 vuelva

26 1 Jn. 2:2, 4:10, 1 Co. 15:3, He. 7:22-27vuelva

27 Ex. 40:34-35, 1 R. 8:11, 2 Cr. 5:14, 7:1-3, Ez. 10:4, 44:4 vuelva

28 Ro. 9:6 vuelva

29 Ap. 5:5, He. 7:14 vuelva

30 Mr. 16:20 vuelva

31 Hch. 1:8, 11:24 vuelva

32 Ex. 29:44, 1 Co. 3:17 vuelva

33 Gn. 28:17-19 34 He. 8:10, 10:16 vuelva

34 He. 8:10, 10:16 vuelva

35 Gn. 14:18, He. 7:1 vuelva

36 Is. 53:7-8, 10-12, Mt. 27:35, Mr. 15:25vuelva

37 Mt. 12:40, 1 P. 3:19 vuelva

38 Mr. 16:6, 1 Co. 15:56-57 vuelva

39 Mr. 16:19, He. 1:3, 10:12 vuelva

40 Jn. 5:14, 8:11 vuelva

41 Jn. 5:14 vuelva

42 Ap. 1:5 vuelva

43 1 Co. 3:16-17, 6:19, 2 Co. 6:16 vuelva

44 He. 5:5-6, 10, 6:20, Ap. 1:6, He. 7:23-24, Ro. 6:4, 1 Co. 3:16-17, 6:19, 2 Co. 6:16 vuelva

45 Stg. 1:25, Col. 1:21-23, 1 Ti. 4:15-16 vuelva

46 2 Co. 5:17 vuelva

47 Ef. 3:14-15 vuelva

48 Ap. 1:18 vuelva

49 He. 5:6 vuelva

50 Mt. 16:24, Lc. 9:23 vuelva

51 1 Jn. 4:18 vuelva

52 Jn. 8:36, Hch. 26:18, Ro. 8:2 vuelva

53 Ro. 10:17, Col. 2:6-7 vuelva

54 Ro. 6:23, He. 10:38 vuelva

55 Is. 26:3, 2 Co. 13:11 veulva

56 Sal. 7:1 vuelva

57 Mt. 6:20-21, Ro. 8:17, Jn. 10:10 vuelva

58 Hch. 1:8 vuelva

59 2 Ti. 2:21 vuelva

60 1 Cr. 16:31 vuelva

61 Ro. 8:11 vuelva

62 2 Ti. 2:15, Lc. 21:36, Jn. 15:3 vuelva

63 He. 12:14 vuelva

64 2 Ti. 2:21, Mt. 28:19 vuelva

65 Dt. 8:1, 30:16, Pr. 4:4, 7:2 vuelva

66 Mr. 16:15 vuelva

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Notas de la Oración:

1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva

2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva

3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva

4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva

5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva

6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva

9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva

10. He. 11:6 vuelva

11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva

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