LOS PECES GORDOS

Por
Tony Alamo

Antes de convertirme en un Cristiano yo odiaba la cruz de Cristo. Aborrecía la idea de abnegación, la idea de renunciar todos mis pecados, lo cual es el significado de la cruz de Cristo.1 Por eso es que tengo un alto grado de paciencia y misericordia para el mundo, el cual también desprecia el pensamiento de renunciar su presente estilo de vida y sus pecados. Al igual que el mundo de hoy en día, me enojé con la idea de renunciar mis pecados porque yo no creía que el pecado era malo. Yo no creía que Dios, el Cielo, o el Infierno existían hasta que Dios me comprobó con Sus maravillas lo equivocado que yo estaba acerca de todas estas cosas mientras estaba en una reunión de negocios en la oficina de un abogado en Beverly Hills.

El Señor por revelación me puso en lo que la Palabra de Dios llama el “tiempo de angustia para Jacob.”2 De repente, sin aviso, un terrible temor y temblor vino sobre mí ese día, más temor de lo que jamás había conocido o creía posible. Este temor de Dios hizo fácil renunciar mi vida anterior y mis pecados. El temor del Señor hizo que mis pecados y mi vida anterior me parecieran extremadamente asquerosos e infructuosos.3 Dios me comprobó que estos me llevarían el alma a un infierno ardiente,4 y que podían hacerlo en un abrir y cerrar de ojos. Nada más me hubiera podido desprender del mundo de pecado o de mi antiguo estilo de vida despreocupado más que el temor del Señor que vino sobre mí ese día. “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová,”5 y “El temor del Señor es la sabiduría [la sabiduría de Dios].”6

Con las señales y las maravillas que Dios me estaba mostrando y las cosas que El me estaba haciendo física y espiritualmente, yo supe que inmediatamente moriría e iría al Infierno si no obedecía cada mandamiento Suyo. El me estaba diciendo que les dijera a todos que Jesucristo muy pronto regresará de nuevo a la tierra, y que si no se arrepentían y le servían a El que ellos irían al Infierno. Yo sabía que si no se los decía que yo también iría al Infierno.7 El me hizo saber también que yo era un pecador desgraciado y corrupto; muerto en mis pecados, ciego, desnudo y tan pequeño como un grano de arena.8 Yo estaba espantado porque nunca había creído en el Cielo ni en el Infierno, y sin embargo, en medio de esta reunión de negocios, ví a los dos.

Otras diversas maravillas me ocurrieron en esa oficina, incluyendo cómo Dios me metía y me arrancaba el alma rápidamente de mi cuerpo. El lo hizo sin ningún esfuerzo. Con esto, Dios me mostró lo fácil que sería para El destruirme. La manera que Dios trató conmigo fue por lo menos tan espantoso para mí que el récord Bíblico del encuentro abrupto sobrenatural del Apóstol Pablo con Cristo mientras perseguía a los Cristianos en ruta a Damasco.9 Pablo no más creía en el Señor Jesucristo que yo. Quizás él creía menos porque él mataba a los Cristianos mientras estaba en su condición perdida e insana.10 Este es un pecado grande que yo nunca cometí. Pablo se llamaba a sí mismo el jefe de los pecadores porque él persiguió la cruz de Cristo.11 Pablo y yo fuimos convertidos de repente y sin aviso. A nosotros dos nos dieron grandes obras para hacer para el Señor. Los dos tenemos problemas físicos con los ojos, pero tenemos perfecta visión espiritual. Ahora me es fácil creer los cuentos maravillosos de la Biblia, los cuales incluyen muchas maravillas semejantes a las mías.

Dios es todopoderoso y está en todas partes.12 El puede hacer todo, mucho más de lo que El dice que puede.13 También me es fácil creer el cuento Bíblico del odio que el mundo tiene hacia la pureza y la santidad de Cristo y Sus santos.14

Antes de que me ocurriera esta experiencia sobrenatural treinta y dos años atrás, yo estaba lleno de ego. Yo pensaba que era el ser humano más inteligente que jamás había caminado sobre la faz de la tierra porque creía que cualquier persona que quería hacerse alguna clase de personaje importante necesitaba mis talentos.

Antes y después de mi experiencia sobrenatural, me pidieron que hiciera promociones para dos campañas presidenciales (para John Kennedy y su hermano Bobby quien fue asesinado antes de la elección); que manejara a los Beatles; que manejara a los Rolling Stones; y que manejara cientos de otros grupos mayores de rocanrol, estrellas de pop al igual que estrellas de country western. Yo rechacé estas y muchas otras cosas por el temor del Señor que fue infundido en mí ese día. Pete Best, el baterista original para los Beatles, me dio un albúm de los Beatles por haberle dirigido su publicidad. Hasta este día jamás lo he sacado a la venta porque he estado en el ministerio treinta y dos años y quiero que la gente sepa que yo no estoy en el ministerio por el dinero. Si yo quisiera dinero, hubiera podido vender el albúm de los Beatles, y muchos, muchos otros originales importantes que tengo. Yo no he usado ni jamás usaré mi vocación santa y sagrada de Dios para cualquier ganancia monetaria. El mundo opina que yo soy más capaz hoy en día que antes de convertirme en Cristiano.

Dos años atrás, treinta años después de mi llamada, en septiembre, 1994, dos peces gordos gubernamentales federales, el Honorable Juez Federal Jon McCalla, el cual preside en el tribunal de Memphis, Tennessee, junto con Chris Belcher, el fiscal número uno del Departamento de Justicia, declararon que yo era suficientemente inteligente para gobernar el mundo entero. Ellos repitieron esto entre el uno y el otro por algunos quince minutos. Yo oro para que el juez, el fiscal, y el mundo entero sepan que la sabiduría que yo tengo no es la mía sino la del Señor. Yo no estoy interesado en gobernar este mundo carnal, temporal y condenado, a menos que el mundo se concuerde en ser gobernado a la manera de Dios, como lo hizo en el tiempo de José.15 Aparte de eso, no estoy interesado en gobernarlo no más que lo fueron Cristo, Sus profetas, Sus apóstoles o Sus discípulos. Todos nosotros estamos de acuerdo. Todos decimos junto con Jesús, “Mi reino no es de este mundo.”16 Mi hermano el Apóstol Juan declaró por el poder del Espíritu Santo, “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”17 ¿De qué provecho sería gobernar sobre algo que pronto se va a quemar?

Yo oro que su Honor, el Juez McCalla, y el fiscal Belcher sepan que Cristo, a través de las manos de Sus siervos, en el presente está gobernando espiritualmente al mundo para la promoción del eterno reino espiritual de Dios; un reino que jamás se quemará ni será destruido de ninguna otra manera.18 El Cielo, la tierra y el Jerusalén nuevo espiritual, muy pronto se abrazarán todos el uno al otro.19 Yo oro que el juez, el fiscal, y los miles de otros agentes gubernamentales federales y estatales sean parte de él.

A causa de mi temor del Señor, fue muy fácil para mí rechazar este mundo carnal. Es tan difícil para la gente del mundo, como el juez y el fiscal, entender cómo alguien le daría su vida y todo lo que tiene a Dios para que pueda tener vida eterna en el reino del Cielo. Para ellos es difícil entender que alguien haría todo lo que Dios dice para que miles y millones de almas humanas puedan convertirse en Cristianos que son nacidos de nuevo del Espíritu.20 El mundo no entiende a la gente que obedece al verdadero Dios de todos los siglos. El mundo no entiende por qué ellos alimentarían, vestirían, y alojarían a los Cristianos nacidos de nuevo; por qué ellos les construirían escuelas, iglesias, y servicios recreativos; por qué ellos pagarían por cada una de sus necesidades materiales, incluyendo sus gastos dentales y médicos; sin ningún motivo oculto además de que el Señor nos manda hacer estas cosas.21 Esta es la manera que Cristo era, y toda Su gente es así. El mundo necesita ser introducido a nuestra realidad; necesita saber que nosotros preferiríamos morir o ser echados en la cárcel por el resto de nuestras vidas que titubear en nuestra cruzada espiritual, inofensiva pero beneficiosa para el mundo de hacer aquello que el Señor nos manda hacer.22 Nuestra recompensa es eterna y extremadamente rica.23 Nosotros hemos sido hechos “herederos de Dios y coherederos con Cristo,” y dados posesión de todo lo que Ellos tienen.24

Nuestra vida es tan corta.25 Es la sencilla sensatez que nos hace a nosotros, como Cristianos, almacenar las cosas eternas durante esta vida en vez de vivir para las recompensas frivolas, temporales y eternamente sin sentido que este mundo ofrece.26 El mundo todavía no entiende el terror del Señor. El Apóstol Pablo, el cual se sentía de la misma manera que se sienten todos los verdaderos Cristianos, declaró, conociendo “el temor del Señor, persuadimos a los hombres [a que le sirvan a Dios solamente].”27 El mundo jamás entenderá estas cosas hasta que se encuentre con su creador y su juez frente a frente el día de juicio.28

Si el mundo conociera la sabiduría de Jesús, quisiera que El lo gobernara. La gente quería que Jesús gobernara al mundo cuando El estaba aquí en la tierra.29 Mi consejo para aquéllos que están enredados con los asuntos de gobernar este presente mundo secular sería declarar un año de jubileo. El mundo está grandemente oprimido, pero el Señor tiene leyes para terminar la opresión humana. Una de estas leyes es la ley de jubileo.

La ley de jubileo levanta la opresión de la gente perdonándoles todas las deudas una vez cada cincuenta años, y todas las deudas personales a fines de cada séptimo año.30 Esto signifca que el déficit nacional hubiera sido perdonado cincuenta años después de nuestro primer gravamen. La gente de hoy en día tuvo muy poco que ver con el déficit que está pagando hoy. Esto ocurrió más de cincuenta años atrás, y por lo tanto, según Dios, ellos no deberían ser responsables por él. Si el mundo tiene fe en Dios, querrá las bendiciones de Dios sobre sí. Para recibirlas, ellos tendrán que obedecerlo a El y hacer lo que El dice. El año de jubileo es una bendición entre sí; el hambre terminaría; la gente podría darle de comer a sus pequeños y terminaría la asistencia social gubernamental.

Cristo trabajó.31 Todos los profetas, los apóstoles, y los discípulos de Dios trabajaron.32 Toda la gente debería de trabajar excepto aquéllos que están incapacitados, que son demasiado jóvenes o muy viejos para trabajar. Los impuestos que la gente del mundo está pagando hoy día no fueron incurridos por ellos. Ellos no deberían estar pagando por los gastos que incurrieron sus bisabuelos.

Otra vez, este es mi consejo para aquéllos que gobiernan este mundo a punto de ser quemado. Dejen que los necios sean reyes y gobiernen al mundo por el oro. Dejen que mi corazón le lleve al mundo un amor que no puede envejecer. Yo con mucho gusto viviré mi vida para el evangelio del Señor Jesucristo, y con mucho gusto moriré por él.

Cuando yo era un hombre carnal en el mundo del comercio, jamás usé a la gente para hacer dinero. Nunca lo hice ni jamás lo haré. Los Cristianos dan, no cogen,33 y ellos no usan a la gente. “De tal manera amó Dios al mundo, que ha DADO a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”34 Cristo DIO Su vida.35 Cristo bendijo los panes y los peces y se los DIO a Sus discípulos, los cuales se los DIERON a la multitud. El les DIO sanamiento y liberación a todos aquéllos que se lo pidieron.36 Cuando yo estaba en el mundo, yo fui capaz de ganar mi propio dinero. Yo no he perdido la habilidad de hacerlo hoy día. Nuestra iglesia construyó cuatro comunidades Cristianas fundamentales.

Antes de ser Cristiano, el mundo me amaba. Ellos me llamaban “genio,” “Midas,” “dinero fácil,” un “tipo aprovechoso de éxito,” y un “pez gordo.” A mí me parecía que los Cristianos que distribuían folletos evangélicos en las calles eran lastimosos, débiles y locos. Yo creía que ellos estaban “desperdiciando sus vidas.” Pero cuando las maravillas de Dios me ocurrieron en la oficina del abogado, me di cuenta que yo no era un pez gordo en absoluto. Entonces yo sabía que en una escala del uno al diez, el diez siendo el más inteligente, yo estaba por debajo del cero. Yo era la persona más ignorante y espiritualmente estúpida de la tierra. Me faltaba toda la sabiduría, el conocimiento, y el entendimiento de Dios. Yo creía ser rico, pero era el hombre más harapiento y espiritualmente pobre que jamás he conocido. Esa gente lastimosa, débil y de aspecto loco que estaba en la calle distribuyendo sus pequeños folletos evangélicos se convirtieron en mis héroes. Para mí ellos eran los verdaderos ricos, los muy importantes, peces gordos en los ojos de Dios.37

Yo le rogué a Dios, “Si sólo me dejas vivir, yo seré lo que Tú quieras que sea. Señor, yo he visto muchos de los farsantes en el campo religioso, y no seré como ellos, te lo prometo. Si Tu no me matas ni mandas mi alma al Infierno, lo diré como lo es. Sólo dime lo que quieres que yo haga. Haré lo que sea.” Como el Apóstol Pablo, todas las cosas del mundo en las cuales estaba enredado me parecieron valer mucho menos que la basura o el estiércol.38 Ahora yo sabía que estas cosas, las cuales pensaba que eran tan grandes, eran nada. Si yo hubiera continuado en mis caminos, Dios hubiera destruido mi alma para siempre en el Infierno. Yo estaba tan aterrorizado y tan deseoso de complacer al Señor, que no podía esperar para saber qué era lo que el Señor quería que yo hiciera. No podía esperar para empezar a trabajar para el Señor. Me siento aun más ferviente hoy día porque después de haber estudiado la Biblia por treinta y dos años, yo sé por seguro que es perfecta.39 Aun si significa estar en la cárcel, ser burlado, odiado, despreciado, calumniado y rechazado, todavía amo cada minuto porque sé que el Señor me ama.40 Eso es lo único que me importa en este mundo o en el venidero.

La Palabra de Dios declara que no hay sabiduría humana.41 Sócrates y Platón, los mejores filósofos del mundo, declararon que no había sabiduría humana. En el juicio de Sócrates, los jueces se burlaron y dejaron al lado el conocimiento del cual los otros filósofos se jactaron. Sócrates profesó que el conocimiento más grande que él aprendió fue que él no sabía nada, y yo sinceramente puedo decir lo mismo. Si no hay sabiduría humana como dice Dios, como enseñó Sócrates, y como él le transmitió a Platón, es evidente que el conocimiento de la verdad es divina y no le pertenece a nadie más que a Dios. Así pues, Dios tiene que ser conocido como El en quien solo está la verdad.42 El es el único padre del mundo y el artífice de todas las cosas.43 El ha sido visto por muchos y aún no ha sido visto con los ojos de la mayoría sino reconocido a través del Espíritu Santo, por sus corazones, sus mentes, y sus almas. La iglesia de Dios está acostumbrada a ser atacada de muchas maneras por aquéllos que no pueden alcanzar la sabiduría verdadera ni comprender el sistema del gran secreto celestial.44

Hay muchos pasos por los cuales se escala al reino de Dios y la morada de la verdad. Será imposible para el mundo ir al Cielo si sus ojos se ciegan progresivamente más cada vez que se les predica el evangelio. Aquéllos que no pueden mantener su equilibrio mientras escalan la escalera de Dios de éxito eterno se caerán de nuevo en la tierra y luego en el Infierno.45

Todos los escalones de la escalera espiritual del éxito de Dios son muy importantes. El primer escalón es aprender la Palabra de Dios para que pueda discernir el bien del mal, lo que a Dios le gusta y no le gusta.46 Usted también tiene que poder discernir el mundo visible del invisible. El segundo escalón es aprender todo lo que hay que saber acerca de las falsas religiones por Su Palabra.47 El tercer escalón es saber con su corazón y su mente que sólo hay un Dios supremo cuyo poder y providencia no sólo creó el mundo desde el principio, sino que continúa gobernándolo por Su servicio.48 El cuarto es conocer por el Espíritu Santo los siervos y mensajeros de Dios, aquéllos que Dios ha enviado a la tierra como Sus embajadores, cuyas enseñanzas están libres del error en el cual el mundo está enredado.49 Nosotros necesitamos adorar al verdadero Dios para que podamos aprender la justicia de estos escalones, al igual que de los otros escalones.50

Pronto el Espíritu del poder de Dios, el cual es la gracia, ya no extenderá esta misericordia, sino que será eliminada para siempre de la tierra ya que el mundo malvado lo ha rechazado por demasiado tiempo.51 No se le extenderá al mundo malvado ningún muro de fuego ni refugio de la misericordia de Dios para el propósito de darle tiempo para que se arrepiente. Esto causará que todos los habitantes de la tierra caigan en el tiempo de los más grandes problemas.52

Es el deseo de Dios en el juicio final del diablo, de sus ángeles caídos, y de aquéllos que han escogido seguirlos, de tomarlos pronto por la mano de Sus ángeles santos en el día de su tribulación y dolor.53 Dios causará que Su castigo y Su ira moren sobre ellos eternamente.54

Ustedes los reyes poderosos que habitan en la tierra tendrán que mirar a Jesucristo, el elegido de Dios, sentado en Su trono de gloria. Ustedes tendrán que ver cómo El juzga a Satanás, a todos sus socios, y a todos sus ejércitos en el nombre del Señor Jesucristo, el Señor de cada espíritu.55 Los elegidos y los queridos de Satanás serán echados al angosto abismo.56 Este abismo estará lleno de sus elegidos y queridos, y los días de sus vidas llegarán a su final. Luego se les terminarán los días de llevar a la gente por el mal camino.57 Este es el destino de todos aquéllos que han elegido creer que ellos son más grandes que Dios, aquéllos que se creen ser los peces gordos del mundo. ¿Pero qué sentido duradero tiene esto? “Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”58

Nosotros todos tenemos que llegar frente a frente con Dios en la resurrección.59 El compañerismo con este mundo pecaminoso le causará a usted que crea que el pecado no es repulsivo. Una persona que le encanta asociarse con los siervos de Satanás pronto dejará de temer a su maestro.60 Y ¿qué si el Señor le extrayera su alma hoy día o esta misma noche? ¿Qué le aprovecharía entonces cualquier cosa que usted ha deseado en el mundo?61

“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia; cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas; y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas; cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna [el Cielo o el Infierno], y los endechadores andarán alrededor por las calles; antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.”62

Todo lo que está en el mundo es vanidad.63 Renúncielo ahora mismo antes de que sea eternamente muy tarde, y sírvale al más grande pez gordo de todos los siglos, y la eternidad, el Señor Jesucristo. Empiece con esta oración.

Oración

Mi Señor y mi DIOS, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que JESUCRISTO es el Hijo del DIOS viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre para el perdón de todos mis anteriores pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4y que Él está sentado a la diestra de DIOS en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración.5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón, Señor JESÚS. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor JESÚS; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, la Biblia, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso sé que Tú me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor JESÚS, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11

Usted acaba de completar el primer paso en una serie de cinco pasos que se requieren para recibir la salvación. Su segundo paso es negarse a sí mismo y aceptar la cruz cada día con el propósito de mortificarse, es decir, para darle muerte a su propia voluntad, a su ser autosuficiente, y al mundo con todos sus deseos. Todos estos tienen que ser bautizados en la muerte de Cristo. El tercer paso es su resurrección de la vida satánica de Adán a la vida libre de pecados de Cristo. El cuarto paso es su ascensión a una posición de autoridad para reinar por Dios en la tierra, y el quinto paso es reinar por Dios en la tierra hasta el fin con el propósito de traer el reino del Cielo a la tierra. Usted tiene que aprender la Palabra de Dios, luego someterse y hacer lo que la Palabra dice, para que la Iglesia y el mundo puedan ver pruebas de su sumisión a la Palabra de Dios, Su orden, y Su autoridad en usted y por usted.
Alabado sea el Señor. Que Dios lo recompense abundantemente.

Pastor Mundial Tony Alamo


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© Propiedad literaria julio, 1996 Todo derecho reservado Pastor Mundial Tony Alamo ® Registrado julio, 1996


Notas del "LOS PECES GORDOS":vuelva arriba

1 Mt. 10:38-39, 16:24, Lc. 9:23, 14:27, Ro. 6:6, Gá. 2:20, 5:24 vuelva

2 Jer. 30:7 vuelva

3 Pr. 3:7, 8:13, 16:6 vuelva

4 Sal. 9:17, Is. 33:14, Ez. 18:4, 20, Mt. 10:28, 13:41-42, 25:41, Jud. 1:6-7, Ap. 14:9-10 vuelva

5 Sal. 111:10, Pr. 1:7, 9:10, 15:33 vuelva

6 Sal. 111:10, Pr. 1:7, 9:10, 15:33 vuelva

7 Ez. 3:18-19, 33:6-9 vuelva

8 Ro. 7:24, Ap. 3:17-18 vuelva

9 Hch. 9:1-6 vuelva

10 Hch. 7:57-60, 8:1, 9:1, 22:4 vuelva

11 1 Ti. 1:15 vuelva

12 1 R. 8:27, 1 Cr. 29:11-12, 2 Cr. 2:6, Sal. 139:7-10, Jer. 23:23-24, Mt. 28:18, Col. 2:10, Hch. 7:47-50 vuelva

13 Mt. 19:26, Mr. 10:27, Lc. 1:37, 18:27, Ef. 3:20 vuelva

14 Mt. 10:25, 13:54-58, Mr. 15:9-10, Lc. 11:53-54, Jn. 1:11, 15:18, 17:14, Hch. 7:54-58, 13:45, 17:5-8 vuelva

15 Gn. 41:33-46, 55-57, 42:6, 47:13-26, Sal. 105:17-22 vuelva

16 Jn. 18:36 vuelva

17 1 Jn. 2:15-17 vuelva

18 Ro. 13:1, 4-6 vuelva

19 2 P. 3:13, Ap. 3:12, 21:1-2 vuelva

20 Lc. 18:22-23, Jn. 3:3-5 vuelva

21 Mt. 25:31-46, Stg. 2:15-16, 1 Jn. 3:17 vuelva

22 Ro. 8:35-39, Hch. 5:27-29 vuelva

23 1 P. 1:3-5, Col. 3:24, Tito 1:2, He. 9:15, 1 Jn. 2:25 vuelva

24 Ro. 8:17, Gá. 3:29, Tito 3:7, Stg. 2:5 vuelva

25 Sal. 90:10, Is. 40:6-8, Stg. 1:10-11, 1 P. 1:24 vuelva

26 Mt. 6:19-20, 16:26-27, Mr. 10:17, 21, 2 Co. 4:17-18 vuelva

27 2 Co. 5:11 vuelva

28 Sal. 96:13, Ec. 12:14, Dn. 7:9-10 vuelva

29 Jn. 6:14-15, 12:12-13, 19 vuelva

30 Lv. 25:8-55, Dt. 15:1-4 vuelva

31 Mr. 6:2-3 vuelva

32 Ex. 3:1, Mt. 4:18, Hch. 18:3, 1 Co. 4:11-12, 2 Ts. 3:8-10 vuelva

33 Mt. 10:8, 20:27-28, Hch. 20:35, 2 Ts. 3:8 vuelva

34 Jn. 3:16 vuelva

35 Mt. 20:28, Gá. 1:3-4, 2:20, Ef. 5:25-27, 1 Ti. 2:6, Tito 2:14 vuelva

36 Mt. 14:19, 15:36, Lc. 9:16 vuelva

37 Is. 52:7 vuelva

38 Fil. 3:8-11 vuelva

39 2 S. 22:31, Sal. 12:6, 19:7, 33:4, Pr. 30:5, Is. 40:8, Lc. 16:17, Stg. 1:25, 1 P. 1:23, 2 P. 1:20-21, He. 4:12 vuelva

40 Mt. 5:10-12, Lc. 6:22-23, 2 Co. 4:8-11, Stg. 1:2-4 vuelva

41 Job 12:13, 28:28, Sal. 104:24, 136:5, Pr. 2:6, 3:19-20, 21:30, Ec. 9:5, Jer. 8:9, 10:12, Dn. 2:20-22, 4:34-36, 1 Co. 2:2, Ef. 2:1 vuelva

42 Dt. 32:4, Sal. 117:2, 108:4, Jer. 10:10, Jn. 17:17, Ro. 3:4, 1 Ti. 3:15 vuelva

43 Gn. 1:1-28, Ex. 20:11, 1 S. 2:8, Job 9:8-9, 12:7-9, 26:7, 37:16, 18, 38:4, Pr. 26:10 vuelva

44 2 Ti. 3:7, 12 vuelva

45 2 P. 2:20-22 vuelva

46 2 Ti. 2:15 vuelva

47 Col. 2:8 vuelva

48 Sal. 104:2-3, 5-6, 24, 30, Is. 37:16 vuelva

49 Jer. 23:3-4 vuelva

50 Ex. 34:14, Dt. 11:13, 10:12-13, 2 R. 17:36-39, Mt. 4:10, Jn. 4:23-24 vuelva

51 Gn. 6:3 vuelva

52 Mt. 24:21-22, Lc. 21:22-27 vuelva

53 Mt. 13:40-42, Ro. 2:8-9, 2 Ts. 1:7-8 vuelva

54 Mt. 3:12, Ap. 14:9-11, 20:10-15 vuelva

55 Mt. 25:31-46, Hch. 17:31, Ro. 14:10, 2 Ti. 4:1 veulva

56 Sal. 9:17, Mt. 13:41-50, 2 P. 2:4, Ap. 20:10, 15, 21:8vuelva

57 Pr. 10:25, Mt. 15:13-14 vuelva

58 Mr. 8:36-37 vuelva

59 Mt. 25:31-32, Ro. 14:10, 2 Co. 5:10, Ap. 20:12-13 vuelva

60 Mt. 6:24, Lc. 16:13 vuelva

61 Jer. 17:11, Lc. 12:15-21 vuelva

62 Ec. 12:1-7 vuelva

63 Ec. 1:2, 14, 2:11 vuelva

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Notas de la Oración:

1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva

2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva

3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva

4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva

5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva

6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva

9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva

10. He. 11:6 vuelva

11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva

12. Mt. 28:18-20, Jn. 3:5, Hch. 2:38, 19:3-5 vuelva

13. Dt. 4:29, 13:4, 26:16, Jos. 1:8, 22:5, 2 Ti. 2:15, 3:14-17, Stg. 1:22-25, Ap. 3:18 vuelva