AMOR Y AFECTO
Por
Tony Alamo
Las personas no deben decir que aman al Señor si no han entregado sus seres completos al Señor como un ofrecimiento, un regalo.1 Esto parece ser tan difícil para mucha gente que profesa el Cristianismo. El Señor sólo se consagra a nosotros si le damos a Él todo nuestro afecto.2 Dios desea todo nuestro afecto más que cualquier otra cosa que tenemos.3 Dios exige que nos demos totalmente a Él como un ofrecimiento porque Él se dio totalmente por nosotros como un ofrecimiento para que pudiéramos ser nacidos de nuevo del Espíritu, resucitados por Su poder hasta la vida eterna.4 Dios exige que Él sea el Señor de nuestro afecto, número uno en nuestro afecto.5
La consagración, dándole a Dios todo nuestro afecto, es el principio de la vida de un creyente con el Señor.6 Si no estamos consagrados al Señor, no habrá ni un rastro de vida espiritual en nuestras vidas. No hay nada más importante en la consagración de un Cristiano que su entregamiento de todo su afecto al Señor. Es mucho más fácil para la mayoría de la gente ceder su tiempo, dinero, fuerza y otras cosas al Señor. Sin embargo, nuestro afecto no es facil de ceder. Si ponemos a Jesús en segundo lugar sobre cualquier persona o cualquier cosa, Él no tendrá todo nuestro amor, nuestro afecto, como Él exige.7 No le hemos ofrecido nada si ocultamos cualquier parte de nuestro afecto; y si así hacemos, no estamos consagrados a Él.8
Tenemos que aprender lo importante que es entregar todo nuestro afecto a Dios. Dios no está dispuesto a compartir nuestro corazón con nadie o nada.9 Él no desea la parte más grande de nuestro corazón. Él lo desea todo, o no desea nada, porque para Dios si no es todo, es nada. Dios no está feliz con noventa y nueve y noventa y nueve centésimos de nuestros corazones. Él exige todo nuestro amor. Esta demanda de Dios es muy ofensiva para la vida propia de casi todo el mundo. El Señor nos manda a entregar todo lo que tenemos y amarlo solo a Él porque Él es Dios, la Perla de gran precio.10 Si amamos a Dios, la Perla de gran precio, lo suficiente, cederemos todo lo que tenemos en el mundo para poseerlo a Él.11 Si no le damos a Él todo nuestro afecto, entonces nuestro corazón está separado de Él, porque está dividido.12
Dios quiere que le demos a Él nuestro amor completo. Él lo ordena y exige que lo sigamos a Él en amor sin preguntas.13 El amor significa guardar todos Sus mandamientos.14 “Pues este es el amor a Dios, que guardemos Sus mandamientos” (1 Juan 5:3). “El que dice: Yo le conozco, y no guarda Sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:4). Jesús dijo, “Vosotros sois Mis amigos, si hacéis lo que Yo os mando” (Juan 15:14). El mandamiento más importante es: “Amarás al Señor tu Dios con TODO TU CORAZON, y con TODA TU ALMA, y con TODA TU MENTE y con TODAS TUS FUERZAS. Este es el principal mandamiento” (Mr. 12:30). Todo significa que cada onza de todo lo que tenemos tiene que ser entregado al Señor como sacrificio para que podamos tener vida eterna. Ni una molécula ni un átomo de afecto se le puede dar a cualquier otra persona sino al Señor. Dios nos dice, “Yo soy Jehová...celoso” (Ex. 20:5). Dios no permitirá que cualquier persona robe Su amor o Su afecto. El Apóstol Pedro declara que nosotros siempre deberemos “[echar] toda [nuestra] ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros” (1 P. 5:7). Millones de Cristianos inmaduros tienen su afecto fijado en alguien o algo mas que en Dios.
EL AFECTO DE ABRAHAM
Abraham le probó su afecto a Dios disponiéndose a sacrificar su único hijo, Isaac, como el Señor le ordenó a hacer.15 Dios paró a Abraham de realizar esta tarea desgarradora. Isaac fue librado porque Abraham probó Su amor, Su afecto para Dios disponiéndose a hacer lo que le pidiera Dios. Dios insiste que pongamos todo lo que amamos sobre el altar.16 Dios no se colocará en segundo lugar bajo nadie o nada.17 Que Dios compita con cualquier persona o cualquier cosa es imposible. Dios no tolerará ninguna competición.
LA MANERA A LA VIDA Y AL PODER DE DIOS
Todo lo que amamos tiene que estar sobre el altar. De esto es que se trata todo el Cristianismo. Ésta es la única manera de recibir el poder de Dios, el Bautismo del Espíritu Santo.18 Una vez que hayamos puesto todo lo cercano e importante para nosotros sobre el altar ante Dios como un sacrificio total, el fuego de Dios bajará sobre él y lo consumirá, mientras esté apropiada y espiritualmente colocado sobre el altar.19 El fuego de Dios es el Espíritu Santo.20 El fuego celestial o el Espíritu Santo mortifica o mata nuestras emociones, nuestros deseos, sentimientos y afectos humanos.21 El fuego celestial de Dios, el Espíritu Santo, bajará y consumirá cada afecto mundano y carnal que nos dificultara en poner todo nuestro afecto en el Señor nuestro Dios. El altar es simbólico de nuestros corazones.22 El Espíritu Santo quemará todo lo que es uno mismo, la carne, el mundo y el diablo de dentro de nosotros cuando todo lo que amamos, apreciamos y adoramos en este mundo sea puesto sobre el altar como sacrificio a Dios.23 Dios nos recompensará grandemente con su don invalorable e inefable de Su vida eterna y gran poder que está dentro si diariamente continuamos reteniendo Su vida y poder sacrificando nuestra voluntad y nuestro afecto a Él veinticuatro horas al día hasta el fin.24
NO HAY NINGUN PODER DISPONIBLE A MENOS QUE...
Si hay noventa y nueve por ciento de nosotros mismos sobre el altar, no habrá nada que el fuego celestial de Dios pueda consumir o darle poder. Nadie podrá recibir el poder del Espíritu Santo si él no se entrega totalmente a Dios, toma su cruz y sigue a Jesús ofreciéndose él mismo, ofreciendo todos los que él ama y todo lo que él ama al Señor como un ofrecimiento, un sacrificio completo a Él.25 Una vez más, el verdadero altar tiene que tener todo sobre él para ser un ofrecimiento aceptable al Señor; si no, no habrá nada que el fuego celestial de Dios pueda consumir. Si no hay un sacrificio total, todavía no tendremos ningún poder del Espíritu Santo viviendo y obrando en nosotros, ningún fuego celestial, y ninguna salvación, aunque entendamos la vida de la cruz y hablemos de ella hasta morir.
EL OJO Y EL OÍDO DE DIOS ESTÁ POR TODAS PARTES
Dios ve todo, incluso nuestros pensamientos, y oye nuestras palabras.26 Si intentas ocultar o retener cualquier cosa secretamente de Él, es decir, retienes algo de ser puesto sobre el altar, Él lo sabrá, y tú nunca podrás experimentar la manifestación del poder de Dios viviendo y obrando en tu vida. El Reino del Cielo viene a este mundo por nuestra obediencia.27 La obra de Dios en el mundo ha sido mínima porque tan pocos han colocado todo de sí mismos sobre el altar para que sea consumido por el fuego del Cielo. Cuando ponemos a cualquier persona antes de Dios, ambos nuestras almas y el Reino del Cielo sufre pérdida.28 Si nos importa dónde pasarán la eternidad nuestros familiares y amigos, amaremos solamente a Dios, porque solo entonces será posible que ellos sean salvos según Su promesa.29 Si rehusamos hacerlo, nuestros familiares y amigos quizás nunca podrán ser cosechados al Reino del Cielo.
LA VERGÜENZA Y LA DESTRUCCIÓN DE AQUELLOS QUE NO SON DE RECURSOS
Si los Cristianos inmaduros se sientan allí chismorreando de día y de noche, ellos no aman al Señor.30 Por sus acciones, los Cristianos poderosos y bien desarrollados tienen que estar en la primera línea haciendo todas las obras de Dios mientras que los otros se sientan chismorreando. Si los Cristianos que no dan fruta y chismorrean amaran a Dios más que sus amigos chismosos, nunca, ni por un minuto, dirigieran su amor y afecto hacia sus amigos, sus familiares o cualquier otra cosa en el mundo. Dirigirían todo su afecto hacia Dios. Es repugnante y deplorable que la gente piense que sus amigos y familiares son más importantes que Dios, así como más beneficioso para ellos que Dios. Tus amigos y familiares no tienen ninguna vida eterna en el Cielo que brindarte. Ni pueden darte el poder de Dios para vivir dentro de ti. Solamente Dios puede darte la salvación, el poder, y cada otro don espiritual.31 Pedro le dijo a Jesús, “¿a quién iremos? Tú tienes Palabras de vida eterna” (Juan 6:68). No podemos amar a Dios y a otra persona al mismo tiempo.32 Es imposible que los Cristianos nominales comprendan esta verdad. Si aman a cualquier persona o cualquier cosa además de Dios, es imposible que ellos amen a Dios.
EL REY DE ISRAEL TENÍA UN ENTENDIMIENTO PERFECTO DE ESTOS ASUNTOS
El Rey de Israel, el Salmista David, entendía este hecho muy bien. Él elaboró sobre ello en el Salmo 73:25: “¿A quién tengo yo en los Cielos sino a Ti? Y fuera de Ti nada deseo en la tierra.” En otras palabras, David está diciendo que él no ama a nadie en el Cielo sino al Señor, y no ama a nadie aquí en la tierra sino al Señor. Esto quizás es una de las razones que él era la niña de los ojos de Dios.33
EL ENTENDIMIENTO PERFECTO DE PABLO SOBRE ELLO
Una vez más, en el Nuevo Testamento, la evaluación del Apóstol Pablo sobre la verdad es que él contó todo en el mundo como “basura, para ganar a Cristo” (Fil. 3:8). Esto no dice mucho para el mundo y las cosas en el, ¿verdad? Pero esto es lo que hace la gente cuando se interesa en los cuidados del mundo, sus amigos, y su familia en vez que en Dios. Nada del mundo y en el mundo es nada sino basura según Pablo y todos aquellos que entrarán al Cielo.34 Así que si sabes lo que es bueno para ti, no pongas tu afecto en la basura, pónlo en Dios. Sería imposible para mí efatizar suficientemente la importancia de amar solo al Señor con todo tu afecto.
LA MANERA CORRECTA DE COMPLACER A DIOS
Nada satisface a Dios más que nuestro amor completo. Dios desea que lo dejemos obrar ambos en y a través de nosotros.35 Nuestras propias obras u otros amores son lo mismo que “trapo[s] de inmundicia” para Él (Is. 64:6).36 Él no desea que hagamos bueno o malo. Él desea que nosotros, nuestra vida antigua, muera y sea clavada a la cruz con Cristo. Esto será consumido sobre el altar por el Espíritu Santo.37 Él quiere ser el que vive en nosotros para que podamos vivir eternamente.38 Solo Él tiene el poderoso don de vida eterna para nosotros.39 Él desea hacer Su obra en y a través de nosotros aquí en la tierra. La única manera que esto puede suceder es si amamos solo a Él.
AQUELLOS QUE HAN PERDIDO SU AFECTO PARA DIOS
En el segundo capítulo de Apocalipsis, Jesús reprende a la iglesia de Efeso diciéndoles, “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo” (Ap. 2:2). Pero Jesús tiene algo “contra [ellos], que [ellos han] dejado [su] primer amor [su amor y afecto por Dios]” (Ap. 2:4). Jesús, quien es Dios, está diciendo aquí que muchos Cristianos pueden estar trabajando y obrando para Dios, pero esto no significa nada para Dios porque ellos se han olvidado su amor y afecto para Él. Esta escritura demuestra claramente que tener amor y afecto para Dios es más importante que trabajar y obrar para Él. Trabajar y obrar para Dios es bueno, pero solamente si se hace por Cristianos que tienen amor y afecto por Él. La escritura también muestra que muchos que profesan ser Cristianos y son incompletos están obrando para Dios pero ya no tienen ningún amor o afecto para Él. Solo están haciendo una obra para Dios porque desean que sus amados sean salvos o porque piensan que hay otro beneficio para ellos en hacerlo. Sin embargo, si no le dan a Dios todo su amor y afecto, Dios no estará obligado a salvar sus amados. Ellos mismos no serán salvos a menos que se arrepientan de este pecado que maldice. Jesús promete que los vomitará a ellos fuera de Su boca a menos que se arrepientan (Ap. 3:16).40 Él desea todo nuestro corazón, toda nuestra alma, mente, fuerza, amor y afecto. Él desea que estemos totalmente consagrados a Él. Cuando estamos completamente consagrados a Él, estaremos totalmente sobre el altar, y le habremos dado todo nuestro corazón, toda nuestra alma, mente, fuerza, todo nuestro amor y afecto. Una vez más, el fuego de Dios bajará del Cielo, consumiendo el ser malvado y el mundo fuera aquellos de nosotros quienes son el sacrificio y dejando solamente aquello que es del Espíritu Santo dentro de nosotros. Entonces estaremos llenos del Espíritu Santo, amor y afecto por Dios.41 Sin estar lleno con el Dios Trino, el Espíritu Santo, y sin darle todo nuestro amor y afecto a Dios, no hay manera que podremos llegar al Cielo.42 Si no están guardando estos mandamientos, y si mueres hoy o esta noche, tu alma estará perdida y pasarás la eternidad en el Infierno.43 Jesús demuestra aquí que nuestro trabajo y nuestras obras para Él son importantes, pero solamente si se hacen por el amor de Dios.44 Tenemos que hacer la obra de Dios solamente porque amamos y tememos a Dios, no por ninguna otra razón.45 Nada más lo complacerá a Él.46
TRABAJO IMPRODUCTIVO
No complace a Dios de ninguna manera si trabajamos, haciendo las obras que Él requiere de nosotros, con corazones que no están llenos con amor por Él y Él solamente. Casi nadie en el mundo se da cuenta que mucha de la gente que hacen las obras de Dios no lo aman a Él. Escudriña tu corazón para saber la razón por la cual que está trabajando para Él. Mucha gente trabaja para Dios sin amor por Dios en sus corazones. Ellos creen que sus amados serán salvos si trabajan para Dios sin amarlo. Sin embargo, no hay base escritural para que la gente crea tal cosa. Su amor está terriblemente dirigido en mal camino si es por familiares, por amigos, o por cualquier otra cosa en el mundo sino Dios.47 La promesa de Dios que salvará a sus familiares y amigos le pertenece solamente a aquellos que aman a Dios con todos sus corazones, todo su afecto. Dios está obligado a salvar a nuestros amados si lo amamos a Él con todo nuestro corazón, toda nuestra alma, mente y fuerza.48 Este es el primer mandamiento principal. La Biblia nos dice que solo amar a Dios es la cosa más importante que podemos hacer.49
¿Nos dirá el Señor que nuestro amor por Él es poderoso si nuestro amor y afecto se dirige a cualquier otro sino a Él? La respuesta es no. ¿Qué beneficio hay en esforzarse para Dios si nuestros corazones no tienen ningún amor por Él? Si así hacemos, nos encontraremos culpables de romper el primer mandamiento, y como nos dice la Biblia, “Cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto [especialmente el más importante], se hace culpable de [haber violado] todos (Stg. 2:10). Cualquier persona que rompe todos los mandamientos, rompiendo solamente uno, nunca puede esperar entrar al Reino celestial de Dios.
UNA ORACIÓN URGENTE DE MAYORÍA NECESIDAD
Necesitamos orar por un corazón puro y perfecto, uno que solamente ama al Señor. Esto causará que Él se vuelva tan consagrado a nosotros como nosotros a Él. Si tu deseo o meta es entrar al Cielo, tendrás que darle la espalda a cualquier otro afecto, que incluye al mundo.50 “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida [carnal, humana], no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2:16). Es decir, estos afectos y deseos son para las cosas de este mundo presente, no para Dios y las cosas del Cielo, que es el mundo que vendrá pronto.
DESEOS CARNALES HUMANOS DEL MUNDO
Hay mil millones de deseos y afectos mundanos que ocupan la mayoría de nuestras vidas carnales, humanas, cortas y emocionales. Si los seguimos, será imposible que entremos al Cielo.51 Cuando nuestra voluntad se une con nuestros deseos y afectos malvados, nos estamos rebelando contra la misma voluntad de Dios.52 Tenemos que volvernos como Jesús, cuya voluntad era hacer la voluntd de Su Padre, eso es, si también deseamos que Dios sea nuestro Padre.53 Si no le damos a Dios todo nuestro afecto, nos volveremos tan confundidos que no nos daremos cuenta que estamos rebelándonos contra nuestra única oportunidad para la vida eterna en el Cielo. No podemos tener nada del mundo o de nosotros mismos y tener al Cielo.54 Cuando nosotros le damos a Dios TODO nuestro afecto, no quedará nada del mundo que desearemos para nosotros mismos.
EL MANUAL DE DIOS DE DISCIPLINA
Si vamos a entrar al Reino del Cielo, vamos a tener que volvernos muy estrictos en cuanto a disciplinarnos nosotros mismos.55 N os tendremos que disciplinar nosotros mismos para recibir la disciplina del Espíritu Santo, lo cual se nos ordena a hacer en la Palabra de Dios, la Biblia. Este es el “Manual de Disciplina” de Dios.56 De nuevo, tenemos que hacer esto para entrar al Cielo. Es mandatorio que lo hagamos nuestra voluntad hacer la voluntad de Dios.57 De nuevo, la Biblia es el Manual de la Disciplina, un reglamento mostrándonos cómo nos tenemos que comportar si vamos a entrar al Cielo.58 Para entrar al Cielo, tenemos que tener una conciencia personal para disciplinarnos nosotros mismos diariamente según la Palabra de Dios.59 La Iglesia o el Cuerpo de Cristo es una comunidad de creyentes que han aceptado la doctrina de la Biblia con respecto a la disciplina propia.60 La Biblia es el manual de la ley de Dios que consiste de la ley moral y “la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús” (Ro. 8:2).
Y todos los que se han entregado a sí mismos para Su verdad traerán todo su conocimiento y fuerza y riquezas a la comunidad de Dios, la iglesia de Dios, como la iglesia original en el libro de Los Hechos 4:34-35, “No había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades, o cosas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad,”61 para purificar su conocimiento en la verdad de los estatutos de Dios, y para distribuir su fuerza de acuerdo a la perfección de Sus maneras y toda su propiedad según Su justo consejo; no transgresando en ninguna de todas las palabras de Dios en su vida regenerada...no dejando Sus verdaderos estatutos, llendo hacia la derecha o la izquierda.
Y todos los que vienen al orden de la comunidad de la iglesia estricta y espiritual pasarán al nuevo pacto o la promesa ante Dios, para hacer según todo lo que Él ha mandado a hacer por virtud de la vida y el poder del Dios Trino viviendo dentro de ellos, y no dejando de seguirlo a Él para volverse en anticristos62 por cualquier pavor o terror o prueba o susto en el dominio del diablo o por cualquier otra razón.63
Y cuando pasan al nuevo pacto, el Nuevo Testamento, los ministros de Dios, los maestros de Dios, las autoridades de Dios, bendecirán al único Dios de salvación y todas Sus obras de verdad; y todos que están entrando al nuevo pacto, la promesa del Nuevo Testamento, dirán tras ellos, “¡Amén! ¡Amén!”
El ministro de Dios contará de nuevo los hechos justos de Dios y Sus obras fuertes y contar de todos los hechos constantes de amor y misericordia sobre Israel, el nuevo Israel de Dios, la Nueva Jerusalén;64 y los ministros de Dios se acordarán de las iniquidades de Israel65 y el mundo y todas sus transgresiones culpables y pecados que han cometido en el dominio de Satanás.66 Entonces todos los que están pasando al nuevo pacto, el Nuevo Testamento de Dios, confesarán tras ellos, diciendo, “Hemos cometido iniquidad, hemos transgresado, hemos pecado, hemos hecho maldades, nosotros, todos los habitantes del mundo y nuestros padres antes de nosotros, por caminar contra la Palabra de Dios, los estatutos de la verdad; pero justo es Dios, y verdadero es Su jucio sobre nosotros y nuestros padres; y la misericordia de Su firme amor.” Sin embargo, solo continuaremos siendo Sus hijos si nos arrepentimos de nuestros pecados anteriores por la sangre de Jesús para nuestra expiación,66A porque “sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Heb.9:22). Entonces, por negación propia y por el poder del Dios Trino viviendo y obrando ambos en nosotros y a través de nosotros, tenemos que continuar viviendo según Su ley moral, con todos sus preceptos y estatutos, también como la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús.67 Si hemos sacrificado todo nuestro afecto solamente a Dios, entonces Él nos recompensará con vida eterna, por toda la eternidad.
Entonces los ministros de Dios, quienes son los ministros de Dios en este mundo, bendecirá a todos los hombres de la porción de Dios, aquellos que caminan perfectamente en todas Sus maneras,68 y dirán, “Que Dios lo bendiga con todo bien y te mantenga de toda maldad; que Él ilumine tu corazón con una prudencia que da vida y que sea gracioso contigo con un conocimiento eterno; que Él brille Su rostro cariñoso sobre ti para paz eterna.”
LAS MALDICIONES DE DIOS SOBRE EL DIABLO Y AQUELLOS QUE LO SIGUEN
Los ministros de Dios que son Sus gobernadores en este mundo, y Sus congregaciones le orarán a Dios para que Él destroze a pedazos el reino de Satanás. Ellos dirán, “Maldito sea Satanás y sus siguientes en todas sus obras malvadas y culpables [esto incluye los terroristas de hoy y cualquiera en nuestro propio país que ayudó a hacer posible sus hechos malvados. Que Dios envíe Su propia clase de terror a sus vidas.69 La voz de Dios se puede oír en Romanos 12:19, diciendo, ‘Mía es la venganza, Yo pagaré’] Y que Dios envíe trás ellos destrucción de la fuerte mano del Dios Todopoderoso. Maldito seas sin misericordia según la oscuridad de tus obras, y que sufras la ira de Dios en las tinieblas profundas de fuego eterno.70 Que Dios no sea gracioso hacia ti cuando lo llames, y que no te perdone tus iniquidades; que Dios levante Su rostro enojado para venganza sobre ti,71 ¡y que no haiga paz para ti en la boca de todos aquellos que tienen enemistad contra Dios y Su pueblo! Y todos los que están pasando al nuevo pacto, el Nuevo Testamento, dirán tras aquellos que bendicen y aquellos que maldicen, ‘¡Amén! ¡Amén!’”
Los ministros y los maestros de Dios continuarán diciendo, “Maldito sean por pasar con los ídolos de su corazón quienes entran en este pacto y pone un bloque de tropiezo de su iniquidad ante él, volviendo hacia atrás con el a las cosas y los cuidados de este mundo presente,72 y, al oír las palabras del nuevo pacto, el Nuevo Testamento de la promesa de Dios, se bendice en su corazón, diciendo, ‘¡Puedo tener paz, porque camino en la terquedad de mi corazón!’73 Pero su espíritu será llevado lejos, los que tienen sed...sin perdón. La ira de Dios y el celo de Sus juicios quemarán en Él a destrucción eterna; y todas las maldiciones de este pacto se le pegarán a él; y Dios lo separará a él quien es un sirviente no arrepentido de Satanás para la maldad;74 y lo cortarán del medio de todos los hijos de la luz, cuando deja él de seguir a Jesús75 y comienza volviendo su afecto a sus ídolos anteriores que están en el mundo y el bloque de tropiezo de su iniquidad. Él pondrá su porción en medio de aquellos que son malditos para siempre. Y todos aquellos que están entrando al nuevo pacto, el Nuevo Testamento de Dios en Cristo Jesús, contestarán y después de ellos dirán, ‘¡Amén! ¡Amén!' Así harán día tras día mientras viven en el mundo.” Así que cada persona que verdaderamente de la nueva promesa, el nuevo pacto, sabrá qué orden o nivel tienen que ocupar en la iglesia, el Cuerpo de Cristo, la Nueva Jerusalén, y nunca murmurar o quejarse del trabajo que hay que hacer, para que el Cuerpo de Cristo, la iglesia, no carezca ninguna función de iglesia o corporal. “Alegraos en Jehová y gozaos, justos” (Sal. 32:11). “El gozo de Jehová es vuestra fuerza” (Neh. 8:10).
Y nadie será bajado de su posición designada, y nadie se levantará de su posición designada ya que todos ellos estarán en su justo nivel en la iglesia, en la comunidad o el Cuerpo de Cristo,76 y transmitirán esta buena humildad y amor leal y justo pensamiento, cada uno para su compañero en el santo consejo, y ellos serán hijos de la asamblea eterna.
Cada persona que rehusa entrar al pacto del Nuevo Testamento de Dios, que prefiere caminar en la terquedad de su corazón malvado, no logrará ningún puesto o posición en el Reino del Cielo. Porque su alma ha odiado la disciplina de conocimiento; él no ha confirmado los juicios de la justicia por sus apostasías, su espíritu anti-Cristo;77 y con justo no lo contarán. Su conocimiento y su fuerza y su riqueza no entrará al consejo de la comunidad estricta y espiritual de la iglesia porque en el tráfico de la maldad está su ideación, y hay contaminación en sus planes. Él no será justificado mientras que le da reino libre a la terquedad de su corazón. En las tinieblas mira hacia las maneras de la luz, y no será contado con el perfecto. Él no será purificado por la sangre de Cristo, y su impureza no será limpia con el agua, la cual es la Palabra de Dios.78 Sucio, sucio, y un leproso espiritualmente será él todos los días que él rechaza a Jesús, nuestro Salvador, y Sus ordenanzas, puesto que no ha sido instruido en la comunidad estricta y espiritual de la iglesia de Su consejo. Pero en un espíritu de consejo verdadero porque por las maneras de los hombres serán expiadas todas sus iniquidades, para que mire a Jesús, la Palabra, que es la Luz de la vida, y en el Espíritu Santo será él unido con Dios en Su verdad; y será limpio de sus iniquidades anteriores; y en un espíritu justo y humilde será expiado su pecado, y en la sumisión de su alma a Jesús y a todos los estatutos de Dios, su alma e incluso su carne serán limpios, siendo rociados con agua, la Palabra, que es Espíritu y vida79 para la impureza, y será santificado todos su afecto con el Espíritu Santo, que es el agua de limpieza.80 Y él establecerá sus pasos para caminar perfectamente en todas las maneras de Dios, como Él ordenó hacer en los tiempos designados de Sus testimonios, y para no voltear hacia la derecha o la izquierda, y para no transgresar contra ni uno de todas Sus palabras.81 Entonces será él recibido aceptando la expiación, la sangre del Señor Jesucristo;82 y esto será para Él un pacto en la comunidad del Cielo, la Nueva Jerusalén. Es decir, él vivirá en la comunidad de Dios, en el Reino del Cielo, la Nueva Jerusalén, eternamente para siempre.83
EL AMOR VERDADERO NUNCA SE DIVIDE
El Espíritu Santo de Dios y los deseos del mundo nunca se mezclarán. Jesús dijo que no podemos amar a Dios y al mundo.84 El mundo está terminado, está acabado. Pronto se quemará, junto con todo lo que está en el mundo.85 Los deseos humanos, los deseos de este mundo despiertan nuestras sensaciones humanas y carnales. Harán que sea dificil enfrentar la vida debido a las experiencias turbulentas que los deseos mundanos causan cuando son despertados. Si tu ya eres un Cristiano, harás bien en recordarte del foso que fuiste cavado.86 Tu sabes muy bien que no puedes ser librado del poder del pecado si tu deseo permanece unido con el pecado y tu afecto no permanece solamente en el Señor. Si tu deseo continúa uniendo fuerzas con tu voluntad para pecar, es porque tu amor y afecto es para pecar.87 Esta condición es una que convierte al hombre en la víctima del diablo. Hace que él ame el pecado y lo priva de convertirse en una nueva criatura en Jesús, libre del poder del pecado. Cuando una persona no está libre del poder del pecado, lo conduce a buscar cosas que no son del Cielo sino del mundo.88 Cuando una persona está llena de emociones, deseos, sensaciones, y afectos humanos y mundanos, él será pre-dominantemente controlado por sus deseos, su afecto carnal.89
La obra profunda de la cruz es simplemente abnegación, pero no la abnegación que la mayoría de los seres humanos consideran la abnegación. Es la clase de abnegación de la cual habla Jesús en la Biblia. La abnegación es hacer lo que Dios nos ordena.90 Rechaza tus deseos, tu voluntad, tomando “su cruz cada día, y [siguiendo a Jesús]” (Lc. 9:23).91 Jesús nos está diciendo a todos que dejemos nuestro amor propio y todo nuestro estilo de vida propio, que estemos llenos de Su Espíritu, que comencemos haciendo la voluntad de Dios, y que continuemos haciendo Su voluntad hasta el fin.92 Si deseamos complacer a Dios y vivir en el Cielo por la eternidad, tenemos que juzgar nuestro amor, afecto, y nuestros deseos en la luz de la voluntad o de la Palabra de Dios.93 Hasta que lo hagamos, no podremos caminar en “la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús” (Ro. 8:2). Si escogemos nuestros propios deseos y afecto en vez de la voluntad y el afecto de Dios, estamos condenados. “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Ro. 8:1).
Aquellos que permanecen carnales después de haber sido salvos, son gobernados celosamente por sus deseos y afecto mundanos.94 Todos los deseos humanos son peligrosos, porque si no se satisfacen, conducen a la frustración y a un desequilibrio emocional en la persona que los experimenta. Esto puede conducirlos a hacerse daño a sí mismos o a otros. Después de todo esto, por supuesto, tendrán que pasar la eternidad en el Infierno.95
Hay personas que han cometido suicidio porque el que amaban y deseaban no le mostró ningún amor, deseo, o afecto a ellos. El deseo de los hombres es recibir afecto él mismo más bien que en el Señor; y poner la mayoría de su afecto en algún ser humano, cierta cosa, o cierto cuidado del mundo.96 Todo esto no tiene ningún beneficio en cuanto se trata el Reino del Cielo, el mundo pronto por venir.97 Una persona puede ser enviada a la cárcel o la prisión, lejos de su familia, amigos, y otros queridos, sus iguales. Esto es contrario a sus deseos. Desean estar cerca de aquellos a quienes le tienen afecto, sus amados. A veces, mientras que están en la prisión, en hospitales, o en otros confinamientos, encuentran que no valió la pena tenerle afecto a los que le tenían afecto.
NINGUNA DECEPCIÓN. NADA SINO PAZ, ALEGRÍA, Y FELICIDAD
Cuando ponemos todo nuestro afecto en el Señor, nunca nos decepcionamos porque si ponemos nuestro afecto solo en Él, Él nunca nos dejará ni nos desamparará.98 En lugar, Él luchará por nosotros y nos bendecirá.99 Si eres honesto, reconocerás que has visto los resultados de tales cosas. La gente se dirigen a las drogas, al alcohol, al asesinato, y al suicidio. Dios desea que dirijamos todo nuestro deseo y todo nuestro afecto a Él porque Él es el que proporciona todo para nosotros, incluso la vida eterna. Él nunca será falso, y Él nunca nos rendirá un juicio injusto a nosotros ni a cualquiera.100 Cuando negamos nuestros propios deseos y afecto, los estamos clavando a la cruz de Jesús.101 Ningún deseo frustrante puede causar que nos hagamos daño o impedir nuestra oportunidad de entrar al Cielo si hemos puesto a muerte todos nuestros deseos y afecto mundano en la cruz, junto con favorecer a Dios con todo nuestro afecto y deseando hacer solo Su voluntad.
CONTENTAMIENTO
La Palabra de Dios nos enseña a estar contentos con lo que tenemos.102 El contentamiento se puede encontrar en la gente del Señor. Ellos nunca desean nada sino lo que el Señor desea para ellos, así, siempre están contentos y no tienen ningunas frustraciones. “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento” (1 Ti. 6:6). Estando contentos con lo que tienen significa estar contento que tienes vida eterna en el Reino de Dios. Si estás permitiendo que Dios viva Su vida en y a través de ti, estarás guardando los mandamientos de Dios,103 y tu afecto estará solo en Él. Si así es, Jesús te promete que todo lo que necesitas será añadido a ti.104 ¿Cómo no puedes estar contento cuando Dios vive en ti y te da cada cosa buena? Él, si hacemos lo que Él dice, proporcionará todo para nosotros, tal como alimento, un hogar, e incluso un marido o una esposa santa, si solo lo pedimos.105 La mayoría de la gente no se da cuenta que Dios ha creado un compañero para la mayoría de los que lo servirán. La regla es, “Buscad PRIMERAMENTE el Reino de Dios [la voluntad de Dios y afecto solamente106] y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mt. 6:33). Nuestra falta de hacer la voluntad de Dios evita que tengamos todas las cosas añadidas a nosotros con paz y satisfacción.
Si tu deseo es tener paz y satisfacción sin servir a Dios en este mundo salvaje y vago de maldad y locos, mejor es que te olvides de ello. Pero si totalmente consagras tu afecto al Señor, tendrás paz y satisfacción con Dios, no solo aquí en la tierra, sino para siempre con Él en el Cielo.
La Palabra de Dios nos dice que las cosas no se van a mejorar en este mundo para los que están perdidos. Las cosas se empeorarán más y más para ellos.107 Está sucediendo así como Dios dijo que sucedería. Se va a empeorar más y más rápidamente porque es el fin del tiempo.108 Recuerda, Dios dijo que Él haría una obra rápida en estos días.109 “Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (Mt. 24:22). Dios quiere que sepas la verdad tan gravemente que las profecías bíblicas están cumpliéndose hoy ante tus mismos ojos. El alimento, el agua, y el aire están contaminados. Esto es profecía del fin del tiempo.110 Estás comiendo, bebiendo, y respirando profecías del fin del tiempo. Los problemas en Israel son profecía del fin del tiempo.111 La falta de paz en el mundo es profecía del fin del tiempo.112 Las pestes tal como la SIDA, ebola, y muchas otras enfermedades incurables son profecía del fin del tiempo.113 Las guerras, rumores de guerras, terremotos, hambres, e inundaciones también son profecías del fin del tiempo.114 Los judíos están aceptando a Jesús y ahora están predicándole el evangelio a los gentiles. Ésto es profecía del fin del tiempo.115 Los Cristianos que han caído lejos del Señor son profecía del fin del tiempo.116 Se han convertido en ayudantes del sistema mundial anti-Cristo. ¿Qué vas a hacer cuando los agentes del gobierno unimundial te piden que tomes la marca de la bestia en tu frente o en tu mano derecha? ¿Conformarás a hacerlo y serás condenado?117 Conformándote a recibir la marca de la bestia es lo mismo que blasfemar el Espíritu Santo, el cual es el pecado imperdonable.118
¿CONFUNDIDO?
¿Dónde estás? ¿Quién eres? ¿Aun te conoces a ti mismo o qué clase de árbol eres? ¿Vas a convertirte en un árbol de vida para producir almas para Cristo? ¿O te convertirás en un árbol corrupto que Dios quemará con el resto del desperdicio del mundo? Tienes que hacer una decisión.119 Si le dices no a Cristo, le estás diciendo sí a Satanás. Si le estás diciendo sí a Satanás, le estás diciendo no al Señor. El Señor dice, “Ven y sígueme” (Mt. 19:21). Si dices, “No, espera un rato” o cualquier cosa que no sea sí, está diciéndole no a Jesús, quien es el Dios viviente.120 Si le dices a Él que tu no crees que Él tiene suficiente poder para exterminar tu afecto para el mundo, y tus deseos para el mundo, tienes que saber que todos aquellos que dudan en Él pasarán la eternidad en el lago de fuego cuando en él se echen la muerte y el Infierno.121 Por lo que estás viviendo en este mundo te traicionará un día. Dirás, mientras gritas como loco en el Infierno, “No valió la pena. Dios mío, ¡dáme otra oportunidad! ”Sin embargo, “está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (He. 9:27). No regresarás para otra oportunidad.122
Trátate bien. Díle sí al Señor ahora, y dílo en serio. Pon todo tu cuidado en Él ahora porqué Él toma cuidado de ti.123 Dí esta oración y llega a ser nacido de nuevo del Espíritu, una nueva criatura en Cristo Jesús. Tiene que hacer esto para entrar al Cielo.124 Siempre has sido débil, pero ahora será fuerte.125 Tu vida ha sido llena de decepciones. Sin embargo, si pones todo tu afecto en el Señor, no habrán decepciones, porque sabrás que no lo tendrás solo a Él, sino todo lo que Él tiene, lo cual es todo en el universo entero.126 Las calles en el Cielo son de oro.127 Serás inmortal. Tendrás vida eterna. Nunca morirás.128 Tienes todo que ganar en este mundo y a través de la eternidad si le dices sí a Jesús, y absolutamente nada que perder, a excepción de una vida miserable y una eternidad en el Infierno. ¿Así que para qué vacilar? Díle sí a Jesús ahora diciendo esta oración:
Oración
Mi Señor y mi Dios, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que Jesucristo es el Hijo del Dios Viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre por el perdón de todos mis pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4 y que Él está sentado a la mano derecha de Dios en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración. 5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón Señor Jesús. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor Jesús; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor Jesús, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11
Usted acaba de completar el primer paso en una serie de cinco pasos que se requieren para recibir la salvación. Su segundo paso es negarse a sí mismo y aceptar la cruz cada día con el propósito de mortificarse, es decir, para darle muerte a su propia voluntad, a su ser autosuficiente, y al mundo con todos sus deseos. Todos estos tienen que ser bautizados en la muerte de Cristo. El tercer paso es su resurrección de la vida satánica de Adán a la vida libre de pecados de Cristo. El cuarto paso es su ascensión a una posición de autoridad para reinar por Dios en la tierra, y el quinto paso es reinar por Dios en la tierra hasta el fin con el propósito de traer el reino del Cielo a la tierra. Usted tiene que aprender la Palabra de Dios, luego someterse y hacer lo que la Palabra dice, para que la Iglesia y el mundo puedan ver pruebas de su sumisión a la Palabra de Dios, Su orden, y Su autoridad en usted y por usted.
Alabado sea el Señor. Que Dios lo recompense abundantemente.
Pastor Mundial Tony Alamo
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© Propiedad literaria mayo, 2002, Todo derecho reservado
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Notas del "AMOR Y AFECTO":vuelva arriba
1 Mt. 6:24, 13:44-46, 16:24, 22:37-38, Jn. 12:24-26, 14:15, 21-23, 15:10-14, Ro. 6:2-14, 7:4-6, 8:9-10, 16-17, 12:1-2, Gá. 5:24, 1 Jn. 2:3-6, 15, 3:24, 5:3, 2 Jn. 6 vuelva
2 Ex. 20:6, Dt. 6:5, 7:9-12, 10:12, 1 Cr. 28:9, Sal. 37:4, 91:14, Pr. 8:17, Mt. 10:37, Lc. 14:26-27, 33, 18:28-30, Col. 3:1-3, Stg. 4:8 vuelva
3 Dt. 6:5, 10:12-13, Jos. 22:5, Mt. 22:37-38 vuelva
4 Ex. 34:14, Mt. 6:24, 13:44-46, Ro. 6:1, 13, 8:1-14, 12:1, 2 Co. 4:10-11, 5:15, Gá. 2:20, 5:16-17, 24, 6:14-17, Ef. 5:2, Fil. 2:4-8, 3:7-9, He. 13:12-15, 1 P. 4:1-2, 1 Jn. 4:19 vuelva
5 Dt. 11:22-24, 1 S. 12:20-21, 24, Mt. 10:37-39, Mr. 12:30 vuelva
6 Mt. 10:32-39, Lc. 5:10-11, 27-28, 9:23-25, 14:26-27, 33 vuelva
7 Ex. 20:3, Mt. 6:24, 10:37, 22:37-40, Col. 3:5-6, Ap. 2:4-5 vuelva
8 Gn. 4:7, 22:1-18, Dt. Cap. 28, Pr. 1:24-33, Mt. 10:36-39, 13:44-46, 25:31-34, 41-46, Lc. 9:62, 10:27, 14:26-27, 33, 16:13, Jn. 2:5, 14:30, 15:14, Hch. 5:1-11, Ro 12:1, 1 Co. 9:17, Gá. 5:24, 6:9-10, Ef. 4:27, 5:26-27, 6:11-17, He. 10:36-39, Stg. 2:10, 4:7, 2 P. 3:14, 1 Jn. 2:4, 3:4, 8, Ap. 3:15-16, 21:8 vuelva
9 Dt. 30:6, Ez. 11:19-21, 18:31, 36:25-27, Mt. 6:22-24, 9:16-17, 1 Co. 5:6-7, Stg. 2:10 vuelva
10 Mt. 6:19-24, 13:45-46, 16:27, Mr. 8:34-38, Lc. 6:22-23, 2 Co. 5:6-11 vuelva
11 Mt. 13:44-46, 19:21, Fil. 3:7-11 vuelva
12 Dt.6:5-9, Jos. 22:5, Mt. 6:22-24, Mr. 12:30, 33, Col. 3:23-25 vuelva
13 Lc. 9:23, Jn. 10:2-5, 27, 12:25-26, Ro. 12:1, 2 Ti. 2:22, He. 12:14 vuelva
14 Jn. 14:15, 21-23, 31, 15:10, 14, 1 Jn. 5:2-3, 2 Jn. 6 vuelva
15 Gn. 22:1-16, He. 11:17-18, Stg. 2:21-23 vuelva
16 Mt. 10:37-39, 19:20-29, Lc. 9:59-62, 14:26-33, Gá. 5:24, 1 Jn. 2:16-17 vuelva
17 Ex. 20:3-5, 34:14, Dt. 6:5, 10:12-13, Jos. 22:5, Mt. 22:37-38, Lc. 5:27-28 vuelva
18 Mt. 6:33, Lc. 24:49, Jn. 14:15-21, Hch. 1:4-5, 8 vuelva
19 Gn. 4:3-7, Mt. 6:33, Mr. 12:41-44, Lc. 18:9-14, Jn. 15:7, Ro. 12:1, 2 Ti. 2:2-5, Ap. 22:14 vuelva
20 Mt. 3:11, Hch. 2:2-4, Ap. 4:5 vuelva
21 Jn. 3:6, 14:26, 15:3-5, Hch. 1:8, Ro. 8:1-13, 13:14, Gá. 5:16-17, 24-25, Ef. 5:1-10, Col. 3:5-10 vuelva
22 Ez. 18:31, 36:25-27, Mt. 25:1-12, 14-30, Lc. 14:26-27, Jn. 15:4-5, Ro. 2:28-29, 1 Co. 3:16-17, 2 Co. 6:16-18, Ef. 3:16-21, He. 8:10, Ap. 3:20 vuelva
23 Zac. 13:9, Mt. 10:37-39, Lc. 14:26-27, Ro. 6:3-14, 8:13, 12:1-2, Ap. 3:18 vuelva
24 Mt. 10:22, Lc. 9:23, 12:35-40, 43-46, Jn. 8:31-32, 15:8-14, Ro. 2:6-7, 8:35-39, 2 Co. 4:1, 16-18, 12:9-10, 2 Ts. 1:3-5, He. 3:12-14, 4:1, 9-11, 2 P. 3:3-4, 13-14, 2 Jn. 8-9 vuelva
25 Mt. 10:37-39, Lc. 9:23-25, Jn. el 15:5, Ro. 8:1, 8-11, 12:1-2 vuelva
26 1 S. 2:3, 16:7, 1 Cr. 28:9, 2 Cr. 16:9, Job 28:24, 31:4, 34:25, 42:2, Sal. 33:13-15, 66:7, 139:1-4, 147:4-5, Pr. 15:3, 11, Jer. 23:24, Ez. 11:5, Am. 9:2-4, Mt. 10:30, He. 4:12-13, 1 Jn. 3:20 vuelva
27 Mt. 13:23, 25:20-23, Lc. 8:21, 11:28, Jn. 15:10, 14, 16, Hch. 5:29, Ro. 6:17, 7:4, 1 Jn. 3:6, 24, 2 Jn. 9 vuelva
28 1 S. 15:22-23, Mt. 3:10, 7:19, 21-23, 10:37-39, 13:3-7, 18-22, 24:46, 25:14-30, 41-46, Lc. 13:25-28, Jn. 6:53, 14:15, 15:14, Hch. 5:1-11, 1 Jn. 2:4 vuelva
29 Hch. 16:31 vuelva
30 Lv. 19:16, Pr. 11:13, 18:7-8, 20:19, 26:20, 22, Ro. 1:28-32, 2 Ts. 3:10-14, 1 Ti. 5:11-15, 1 P. 4:15 vuelva
31 Hch. 4:12, 2 Ti. 2:10, 3:15 vuelva
32 Mt. 6:24, Lc. 16:13 vuelva
33 1 S. 16:13, 2 S. 5:10, 1 R. 11:4, 15:5, 1 Cr. 14:16-17, Sal. 17:8, 83:20-29 vuelva
34 Fil. 3:7-11 vuelva
35 Ez. 36:27, Lc. 10:19, Jn. 14:23, 26, 15:4-5, 7-11, 14, 1 Co. 15:10, 57-58, Fil. 4:13, He. 13:20-21, Stg. 1:4 vuelva
36 1 S. 15:22, Sal. 127:1-2, Mt. 5:20, 7:21-23, 23:1-5, Lc. 18:9-14, Jn. 3:5, 5:17, 19, 30, 14:10-12, 15:4-6, Hch. 10:38, Fil. 2:13, 3:7-9, 2 Ti. 1:9, He. 4:3-10, 9:14 vuelva
37 Mt. 10:37-39, 16:24-26, 19:21, Lc. 14:26-27, 33, Jn. 12:24-26, Ro. 8:1-14, 35-37, 1 Co. 9:26-27, Gá. 2:20, Fil. 3:7-9, Col. 3:5-17, Tit. 2:12, He. Cap. 11, 1 P. 4:1-2, Ap. 12:11 vuelva
38 Jn. 3:5, 16, 4:14, 6:53-57, Ro. 6:22, 8:1-2, 9-14, 16-18, Gá. 6:8, 1 Jn. 5:11-12 vuelva
39 Jn. 1:4, 3:5, 14-16, 36, 5:24, 39-40, 6:27, 33, 35, 40, 47-48, 54, 58, 68, 10:10, 27-28, 11:25-26, 17:2-3, 20:31 vuelva
40 Mt. 10:37-39, Lc. 13:3, Ap. 2:5, 16, 22 vuelva
41 Mt. 10:37-39, Lc. 13:3, Ap. 2:5, 16, 22 vuelva
42 Jn. 3:5, 14:15-21, 23-24, 16:13-14, Ro. 8:1-14, Gá. 3:22, 6:8, He. 3:18-19 vuelva
43 Sal. 9:17, Is. 5:14, 14:9, Mt. 8:12, 22:13, Lc. 12:5, 16:22-31, 2 P. 2:4-9, Ap. 20:13-15 vuelva
44 1 Co. 15:10, Stg. 2:20-26, Ap. 2:19-23, 3:8-10, 14:12-13, 20:12 vuelva
45 Job 28:28, Sal. 111:10, Pr. 1:7, 8:13, 17, 9:10, Ecl. 12:13, Is. 33:6, 2 Co. 7:1, He. 12:28, 1 P. 2:17 vuelva
46 Dt. 10:12-13, 30:15-18, Jos. 22:4-5, Sal. 31:23-24, Mt. 12:50, Jn. 14:15-16, 21, 15:14, 2 Ti. 2:3-4, 1 Jn. 3:22-24 vuelva
47 Ex. 34:14, Dt. 4:24, 6:4-5, Pr. 8:17, Mt. 22:37-38, Lc. 16:13 vuelva
48 Mr. 10:29-30, Hch. 16:31 vuelva
49 Sal 1, Pr. 8:36, Is. 26:3, Mt. 22:37-38, Mr. 12:28-30, Jn. 11:26 vuelva
50 1 Jn. 2:15-17 vuelva
51 Dt. 6:2, 30:16-18, Jos. 1:7-8, Sal. 1:2-3, Is. 26:3-5, Mt. 6:19-21, 7:24-27, 12:30, 13:44-46, 19:29, Mr. 1:18, Lc. 5:11, Jn. 6:38-40, 47, 63, 15:14, Hch. 16:31, Ro. 8:1, 6-9, 13, 12:1-2, 1 Co. 15:50, Gá. 6:8, Stg. 4:4, 5:1-5, 2 P. 3:10-12, 1 Jn. 2:4, 15-17, 4:20, Ap. 8:7-12, 9:1-11, 13-19, 11:15, 19, 16:2-4, 8-14, 17-21 vuelva
52 Lv. 26:14-21, Jer. 12:17, Jn. 4:34, 5:17, 30, 6:38, Ap. 19:20, 20:15, 21:8 vuelva
53 Mt. 16:23-26, 18:3-4, Jn. 3:5, 4:34, 5:17, 30, 6:38, 14:26, Ro. 8:1-14, Gá. 6:8 vuelva
54 Mt. 6:19-24, 7:21, 16:24-25, 19:16-24, Lc. 9:23-24, Ef. 5:11, 1 Jn. 2:15-17 vuelva
55 Dt. 6:4-8, Ecl. 12:13-14, Mt. 5:48, 7:13-14, 22:37-39, Cap. 25, Lc. 9:23, Ro. 6:11-13, 8:1, 12:1-2, 1 Co. 3:16-17, 6:19-20, 1 P. 1:15-16, 1 Jn. 2:15-17 veulva
56 Gá. 6:6, 2 Ts. 2:15, 2 Ti. 1:13, 2:15, Tit. 1:9, Ap. 3:3 vuelva
57 Gá. 6:6, 2 Ts. 2:15, 2 Ti. 1:13, 2:15, Tit. 1:9, Ap. 3:3 vuelva
58 Lv. 16:31, 23:27, Dt. 6:2, 30:16-18, Mt. 5:6, 39-44, 48, 21:28-31, Mr. 10:21, Jn. 6:47, 12:48, 15:14, Ro. 6:23, 13:14, 1 Co. 9:27, 2 Co. 10:3-7, Gá. 5:16-17, Ef. 4:11-13, 27, 6:11-18, 1 P. 1:16, 1 Jn. 2:4, 3:4, 8, 4:20, Ap. 20:12, 21:8 vuelva
59 Mt. 10:22, 16:24, Mr. 8:34, Lc. 9:23-24, 15:8-10, Ro. 2:6-7, 8:35-39, 1 Co. 15:31, Col. 1:21-23, He. 3:12-14, 1 P. 1:13-17 vuelva
60 Hch. 2:42-47, Ro. 12:1-8, 1 Co. 6:15-17, Cap. 12, Ef. 5:25-32 vuelva
61 Hch. 2:44-45 vuelva
62 Jn. 6:66, 1 Jn. 2:18-19, 22, 4:3, 2 Jn. 1:7, 9 vuelva
63 Ro. 8:35-39 vuelva
64 2 Ti. 1:12-14, Ap. 3:12, 21:2-3, 9-27 vuelva
65 Ex. 32:1-9, Nm. Cap. 14, 25:1-9, Jue. 2:11-20, Jer. 44:2-27, Ez. 5:5-8, Mt. 23:29-31, Hch. 7:51-60 vuelva
66 2 Co. 4:4, Ef. 2:2, 2 Ti. 2:26 vuelva
66A Mt. 26:28, Hch. 20:28, Ro. 3:24-26, Ef. 1:7, 1 P. 1:18-20, Ap. 1:5 vuelva
67 Dt. 4:29-31, Mt. 10:22, Hch. 2:38, 3:19, Stg. 1:12, Ap. 2:10, 3:19 vuelva
68 Mt. 5:48, Jn. 17:22-23, Ro. 12:1-2, 2 Co. 13:11, He. 13:20-21, 1 P. 1:15-16 vuelva
69 Dt. 28:15-68, 2 Co. 5:11, Ap. 8:7-12, 9:1-11, 13-19, 19, 16:2-4, 8-14, 17-21 vuelva
70 Mt. 8:12, Jud. 7, Ap. 19:20, 20:10, 21:8 vuelva
71 Ex. 15:3, 6-7, Dt. 7:21, 28:15-68, 32:39, Job 9:4-7, 10, 12-13, Sal. 2:1-9, 7:11-16, 9:17, 35:1-6, 76:6-7, 94:1, 97:3-5, Is. 13:3, 5-11, 13, 17:7-10, 12-14, 29:13-14, 20, 30:30, 33, Jer. 5:9, 13-14, 22-24, 29-31, M1c. 7:4, Nah. 1:2, 5-6, Mal 4:1, Mt. 24:6-8, 21, Lc. 21:10-11, 25-26, 2 Co. 10:4-6, Ap. 6:9-11, 8:7-12, 9:1-11, 13-19, 10:4, 11:19, 16:2-4 vuelva
72 Sal. 73:27, 125:5, Pr. 26:11, Jer. 17:13, Mt. 5:13, 2 Ti. 2:12, 2 P. 2:22 vuelva
73 Dt. 29:19-20, Sal. 94:5-11, 13, Is. 47:10-11, 1 Ts. 5:3, Ap. 3:15-17 vuelva
74 Is. 29:13-14, Jer. 5:9, 13-14, Mt. 24:7-8, 21, 29-31, He. 12:29, 2 P. 2:4-6 vuelva
75 Jn. 6:66, 1 Jn. 2:18-19, 22, 4:3, 2 Jn. 7 vuelva
76 Jl. 2:7-8, 1 Co. 12:4-31 vuelva
77 Jn. 6:66, 1 Jn. 2:18-19, 22, 4:1-3, 2 Jn. 7 vuelva
78 Sal. 119:9, Jn. 15:3, Ef. 5:26 vuelva
79 Jn. 6:63, Ef. 6:17 vuelva
80 Ez. 47:1-9, Jn. 4:7-14, 7:37-39, Ap. 7:17, 21:6, 22:1-2 vuelva
81 Dt. 18:13, 30:10-14, Jos. 22:5, 1 R. 8:61, Sal. 119:1-3, 34, Pr. 4:27, 7:1-2, Mt. 5:48, 2 Co. 13:11, Ef. 4:11-13, Fil. 2:15, 3:2-15, Col. 1:21-22, 28, 2 Ti. 3:16-17, He. 13:20-21, Stg. 1:4, 2:10, 1 Jn. 3:6-10 vuelva
82 Mt. 26:28, Jn. 6:53, Ro. 3:24-26, Ef. 1:7, 2:13, He. 13:12, 20-21, 1 P. 1:18-20, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5-6 vuelva
83 Mt. 25:46, Mr. 10:29-30, Jn. 3:16, 6:54, 12:25, Ro. 2:7, 2 Co. 5:1, 2 P. 3:13, Ap. 3:12, 21:2-4, El Manual de la Disciplina vuelva
84 Mt. 6:24, Mr. 12:29-30, Stg. 4:4, 1 Jn. 2:15 vuelva
85 Sal. 102:25-26, Is. 24:19-20, 51:6, Mt. 24:3-14, 29-31, 35-51, He. 1:10-12, 2 P. 3:7, 10-12, 1 Jn. 2:17, Ap. 20:11, 21:1 vuelva
86 Sal. 40:2, Is. 51:1 vuelva
87 Gn. 6:5-6, Sal. 58:3, Pr. 9:16-18, Mt. 11:20-24, 23:23, Mr. 7:8-9, Jn. 3:6, Ro. 8:5-8, 13, 1 Jn. 3:8 vuelva
88 Mt. 13:3-9, 18-23, Ro. 1:28, 1 Co. 2:14, 2 Ts. 2:10-12, 2 Ti. 3:8, 4:10, He. 6:4-6, 2 P. 2:19, 1 Jn. 3:9-10 vuelva
89 Ro. 1:18-32, 8:7-8, 2 P. 2:1-19, Jud. 4-19 vuelva
90 Ecl. 12:13-14, Mr. 12:29-31, Lc. 9:23, Ro. 6:12-13, 12:1-2, 1 Jn. 2:15-17 vuelva
91 Mt. 16:24, Mr. 8:34, 10:21 vuelva
92 Mr. 13:13, 1 Co. 9:26, Gá. 6:8-9, Stg. 1:12, Ap. 2:10, 26 vuelva
93 Dt. 32:4, Jos. 1:8, Pr. 4:4-9, Mr. 16:16, Jn. 5:39, 6:63, 12:48, 15:3, Hch. 16:31, Ro. 10:17, 1 Co. 6:3, 2 Co. 13:5, Ef. 5:25-27, 2 Ti. 2:4-5, 15, Stg. 1:22-25, 2:10, Ap. 11:1, 19:13 vuelva
94 Pr. 94. 26:11, Ro. 8:6-8, 13, He. 10:26-29, 2 P. 2:20-22 vuelva
95 Ex. 20:13-17, Mt. 5:21, Ro. 8:6-8, 13, 1 Co. 15:50, Gá. 6:8, He. 10:26-27 vuelva
96 Mt. 13:1-23, Mr. 4:1-20, Lc. 8:5-15, 2 Ti. 4:10 vuelva
97 Mt. 7:13-14, 10:37-39, Cap. 25, Ap. 21:7-8 vuelva
98 Mt. 7:13-14, 10:37-39, Cap. 25, Ap. 21:7-8 vuelva
99 Ex. 19:5, 23:22, Dt. 5:29, 7:9, 12-15, 11:26-28, Job 36:11, Pr. 3:1-2, 16:7, Hch. 20:32, Ro. 9:23, Ef. 3:16-21, Fil. 4:7, 19, Col. 1:10-12, Stg. 1:17, 2 P. 1:2-4, 1 Jn. 4:4 vuelva
100 Dt. 32:4, 2 S. 22:25-27, 2 Cr. 19:7, Sal. 19:9, Ro. 2:6-11, Ef. 6:8-9, Tit. 1:2, He. 6:10, Ap. 6:10, 16:7, 19:2 vuelva
101 Mt. 16:24, Ro. 6:6-14, Gá. 2:20, 5:24, 6:14 vuelva
102 Sal. 37:16, Pr. 14:14, 30:8, Mt. 6:25-34, Fil. 4:11-12, 1 T. 6:6-8, He. 13:5 vuelva
103 Ez. 36:27, Jn. 17:21-23, 26, Ro. 8:1, 10-11, 26-28, 11:16, 2 Co. 5:17-21 vuelva
104 Mt. 6:33, Jn. 15:7, 11 vuelva
105 Dt. 4:7, Job 8:5-6, 33:26, Sal. 37:4-5, 81:10, 145:18-19, Pr. 15:8, 29, Mt. 7:7-11, Jn. 9:31, 14:13-14, 15:7, 16, 16:23-24, Ef. 3:20, He. 4:16, 1 Jn. 3:22, 5:14-15 vuelva
106 Mt. 22:37-38, Mr. 12:30, Lc. 10:27, Col. 3:1-3, Stg. 4:1-8 vuelva
107 Jer. 30:6-7, Dn. 12:1, Mt. 24:7-22, Lc. 21:12, 22-26, 2 Ti. 3:1-5, 12-13, 2 P. 3:3-4, Ap. 6:4 vuelva
108 Dn. 12:1-4, Jl. 2:30-31, Mt. 24:3-15, 24-51, Hch. 2:17-20, 2 Ts. 2:3-10, 2 Ti. 3:1-5, Stg. 5:8-9, 1 P. 4:7, 2 P. 3:3-14, Ap. 6:12-14, 8:7-13, 16:8-11 vuelva
109 Ro. 9:28 vuelva
110 Hch. 2:19 vuelva
111 Lc. 21:20-24 vuelva
112 Mt. 24:4-10, 12, Ap. 6:4 vuelva
113 Mt. 24:7-8, Lc. 21:11 vuelva
114 Zac. 14:4, Mr. 13:7-8, Lc. 21:11, 25-28, Ap. 6:12-14, 11:13,19, 16:17-20 vuelva
115 Jer. 31:31-34, Jl. 2:1-11, Zac. 12:10, 13:8-9, Ro. 11:23-24, Ap. 7:4-8, 14:1-5 vuelva
116 Dn. 11:30, Mt. 24:11-12, 2 Ts. 2:2-5, 1 Jn. 2:18-19 vuelva
117 Ap. 13:16-18, 14:9-11, 16:2 vuelva
118 Mt. 12:31-32, Mr. 3:28-29 vuelva
119 Gn. 4:7, Dt. 11:26-28, 30:15-19, Jos. 24:15, Mt. 6:24, 12:33, Ap. 22:17 vuelva
120 Is. 9:6, Mt. 1:23, Jn. 1:1-3, 10-14, 6:45-48, 8:16, 10:30, 12:44-45, 14:6-11, 13, 20, 23, 17:21-22, 1 Co. 8:6, Ef. 3:9, 19, He. 1:2-3, 8-10, 1 Jn. 2:23, 5:7, 20 vuelva
121 Jn. 3:18, 36, 8:24, 2 Ts. 2:10-12, He. 3:19, Ap. 20:14-15, 21:8 vuelva
122 Lc. 16:19-31, He. 2:3, 10:26, Ap. 1:18 vuelva
123 Mt. 11:28-30, 1 P. 5:6-7 vuelva
124 Jn. 3:5-6, Ro. 8:1, 6, 8-11, 13, 12:2, 2 Co. 5:17, Ef. 4:22-24 vuelva
125 Neh. 8:10, Sal. 46:1, 81:1, Jer. 16:19, 2 Co. 12:7-10, Ef. 3:20, Fil. 4:13, 1 P. 5:10 vuelva
126 Ro. 8:15-17, 1 Co. 2:9-10, 3:21-22, Ef. 1:3-5, 2:5-7, Col. 3:24, 1 P. 1:3-5, 2 P. 1:3-4, 1 Jn. 4:4, 5:4-5, Ap. 2:7, 17, 3:5, 12, 21, 7:13-17, 21:2-4, 7 vuelva
127 Ap. 21:21 vuelva
128 Dn. 12:3, Jn. 3:14-16, Ro. 6:22-23, 2 Co. 5:1, Ap. 7:14-17, 21:3-8 vuelva
Notas de la Oración:
1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva
2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva
3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva
4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva
5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva
6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva
7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva
8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva
9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva
10. He. 11:6 vuelva
11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva