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¿AMAR
A NUESTROS
ENEMIGOS?

Por
Tony Alamo

La Palabra de Dios nos dice que nosotros somos nuestro peor enemigo,1 que en realidad nos odiamos y nos oponemos a nosotros mismos. Esto es porque amamos nuestros propios deseos carnales y nuestra propia voluntad, lo cual destruye nuestras almas, en vez de amar a nuestras almas haciendo la voluntad de Dios, como lo hizo Jesús, y como El nos mandó que hiciéramos.

Nuestra voluntad vuelve a la voluntad de Dios, primero, cuando nos damos cuenta de que somos pecadores y que estamos perdidos para siempre a un Infierno ardiente. Entonces, en temor de los juicios terribles de Dios, clamamos a El por Su preciosa y durable misericordia. Nos arrepentimos de nuestros pecados a El. Le oramos que El nos ame con Sus dones increíbles de salvación y vida eterna. Jesús, con Su preciosa sangre, responde a nuestras oraciones lavando cada pecado de nuestras almas por nuestra fe en Su Palabra. Entonces, por el poder y la operación del Espíritu Santo, Jesús entra en nuestros cuerpos y cariñosamente se incorpora El Mismo a nuestro espíritu.

Por nuestro estudio de la Palabra de Dios, por la oración, y por hacer todo lo que Dios les manda hacer a todos Sus discípulos, Cristo crece elevándose dentro de nuestro espíritu a Su estatura completa,2 causando que nuestros deseos carnales y deseos mundales desaparezcan completamente. Nuestras almas están entonces llenas del amor por las cosas espirituales de Dios (Su voluntad), lo cual es “Porque de tal manera amó Dios al mundo” (y a cada alma en el mundo), “que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”3

Cuando estamos llenos del amor de Dios, esto quebranta nuestra voluntad y nuestro espíritu, para que todo lo que queda en nosotros es el Gran Espíritu Eterno de la Vida de Dios. “Jesucristo ha venido en carne.”4 Entonces nuestra voluntad, nuestra vida, se convierte en la Vida y la Voluntad de Dios. Esto es la vida eterna para todos aquéllos que creen. Jesús dijo, “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe Su obra.”5

Dios el Padre, Jesús el Hijo, y el Espíritu Santo viven en los cuerpos de Sus santos (Cristianos verdaderos y crucificados).6 Jesús, en nosotros por medio del Espíritu Santo, es de nuevo el hombre que era y es hasta este día “despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto.”7

Nosotros tenemos que ser como El.8 Por esto es que el primer mandamiento del Hijo de Dios a Sus discípulos después de la salvación es, “Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.”9

Jesús dijo, “Tened fe en Dios.”10 Si usted quiere ir al Cielo y quedarse fuera del Infierno, tenga suficiente fe para creer este primer y sumamente importante mensaje de Jesús acerca de la vida crucificada. Juan resuena el mandamiento de Jesús al decir que tenemos que negar los deseos del cuerpo, “los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida.”11

Santiago declara que la lengua es “un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.”12 “Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.”13 La Palabra de Dios dice, “La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.”14 Si hemos de obrar por Dios, tiene que ser Dios Mismo el que hace la obra. Solo Dios ama.15 El sólo puede y sí domará la lengua, usándola para traerle vida eterna al mundo entero.

Si usted le quiere tomar una mirada de cerca al mismo diablo, mírese en el espejo de su baño. El Espíritu de Dios en nosotros y nuestra carne están constantemente en guerra y siempre estarán en guerra hasta el día que muramos.16 Estas son dos naciones con dos ejércitos atrincherados en nosotros, uno en contra del otro. Esta es la lucha entre el Espíritu del amor de Dios para la vida eterna de nuestra alma (Jacobo), y el odio de Satanás y la muerte eterna (Esaú) para nuestras almas y para nuestra carne.

Cuando Jesús estaba visiblemente en el mundo, El supo mantener Su propia carne bajo el dominio del Espíritu Santo de Dios. Jesús ayunaba a menudo. Las almas de todo el mundo que jamás hubiesen nacido dependían en Su conquista de Sus deseos mundales, y nosotros somos tan responsables como Jesús por cada alma con la que hacemos contacto en nuestra corta duración de vida. Si no permitimos que la obra de interés y del amor de Dios continúe en nosotros a través de Su Espíritu Santo, entonces somos tan culpables como el mismo diablo. Fue por esta causa que Jesús, “estando en la condición de hombre, se Humilló a Sí Mismo, haciéndose obediente” (DE AMAR A SUS ENEMIGOS) “hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre.”17 Nosotros también somos, por medio de Jesús, los hijos de Dios con la mismísima obra que tuvo Jesús.

El Espíritu Santo, el amor de Dios, vive en aquellos en cuya voluntad (su odio) está clavada a la cruz de amor (abnegación de sí mismo). “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es Amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a Su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amó a nosotros, y envió a Su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a los otros.”18

“Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.”19 El camino para adquirir un espíritu quebrantado y un corazón contrito empieza en el momento en que venimos a ser salvos, cuando Jesús amorosamente entra en nuestro cuerpo y se casa con nuestro espíritu a través del Espíritu Santo de Dios el Padre. Nosotros crecemos en Cristo por medio de fe en la Palabra.

Hasta que Jesús esté viviendo completamente en nosotros por el Espíritu Santo, hasta que venimos a ser Cristianos maduros, es duro para nosotros entender cómo nosotros o cualquiera pudiera posiblemente guardar los siguientes mandamientos de Jesús. “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,... y orad por los que os ultrajan y os persiguen.”20 “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la Venganza, Yo pagaré, dice el Señor.”21 “Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, Y si tuviere sed, dale de beber agua; Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, Y Jehová te lo pagará.”22

Cuando nosotros crecemos en el amor de Cristo, el Espíritu de Dios ambos nos enseña23 y nos da el poder del amor de Dios para guardar todos estos mandamientos imposibles.24 El amar es la cosa más difícil de hacer. Requiere el poder de Dios para poder amar a sus enemigos. Jesús hace todas las imposibilidades posibles.25 El trabajo de Satanás es llenarnos lo más de odio y amargura que él puede. Si él lo logra, no podemos amar a nuestros enemigos, y estamos perdidos al Infierno para siempre. Nosotros vemos la evidencia de la Palabra amorosa de Dios hacerse viva y la evidencia de Sus logros milagrosos de amor desplegarse ante nuestros propios ojos cuando nosotros obedientemente, en el amor de Dios, hacemos lo que El nos manda. Vemos los ojos de nuestros enemigos abrirse a la luz. Los vemos recibir el temor del Señor, el cual es la sabiduría;26 ellos se arrepienten. Los vemos recibir el amor de Cristo y llenarse del Espíritu Santo,27 el gozo del conocimiento de que ellos tienen vida eterna a través del Salvador, el Señor Jesucristo.28 Los vemos crecer en los mandamientos de Dios lo cual es el amor.29 Entonces ellos vienen a ser ganadores de almas.30 Los vemos hacerse grandes testimonios al poder de Dios en toda manera. “Amados, si Dios nos ha amado así” (guardó Sus propios mandamientos31), “debemos también nosotros amarnos unos a otros.” (Guarde los mandamientos de Dios.32) “Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y Su amor se ha perfeccionado en nosotros.”(Somos capaces de guardar todos Sus mandamientos.) “En esto conocemos que permanecemos en El, y El en nosotros, en que nos ha dado de Su Espíritu.”33

A causa de ésto, nosotros entendemos porqué es que el Señor nos manda a “AMAR A NUESTROS ENEMIGOS.” Nosotros entendemos también el poder de la oración.34 Nosotros entonces entendemos la maravillosa sabiduría, lógica, y misericordia de Cristo. Nosotros entendemos porqué somos mandados a amar (guardar Sus mandamientos) y ser como El, en El.

Cuando atestiguando la evidencia de estos hechos espirituales en cuanto al amor de Cristo, el Apóstol Pablo declaró, “Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil” (en mi propia voluntad), “entonces soy fuerte” (lo cual es la voluntad de Dios).35

“AMAD A VUESTROS ENEMIGOS, haced bien a los que os aborrecen.”36 La misma naturaleza de nuestra carne pecaminosa apóstata odia negar nuestros deseos carnales a nosotros mismos, y nuestra propia voluntad en favor de la voluntad de Dios. El Espíritu Santo de Dios y nuestra carne impía son como dos grandes ejércitos el uno en contra del otro. Jesús nos llama a bendecir a los que nos maldicen, y a orar por la salvación de los que nos usan maliciosamente. “Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra.”37 Cuando usted está siendo perseguido por causa de la justicia, enseñe el amor de Dios continuando siendo justo. “Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.”38

El gran premio por servir a Dios es tan indescriptiblemente maravilloso que nunca hemos de dejar de servir en el amor del Señor, no importa cuanta persecución suframos.39 Si lo hacemos, si empezamos a odiar de nuevo, perderemos no sólo nuestras propias almas, sino también una eternidad en el sitio de vacaciones más bello del universo. El cielo es tan bello que sólo un Dios cariñoso podría pensar a crearlo40 o tendría la capacidad de crear tal lugar para Sus santos, quienes amaron a sus enemigos por el poder de Cristo en ellos. Y, por supuesto, si no seguimos los mandamientos de Dios de dejar que El viva y obre en nosotros, nuestras almas estarán perdidas al lugar más maligno imaginable, un lugar tan pavoroso que no se puede imaginar.

No podemos permitirnos llegar a ser desalentados de hacer la obra de amor de Dios,41 no importa cuan feroz llega a ser la persecución, no importa cuan difícil llegan a ser los tiempos, y no importa cuan deprimente todo se ve. Nada es peor que el Infierno. Nada vale la pena perder una eternidad en el Reino del Cielo. Nada vale la pena perder nuestra alma, y nada jamás puede ser peor que quemarse en el Infierno para siempre.42 Por lo tanto, tenemos que continuar AMANDO A NUESTROS ENEMIGOS, y haciendo la voluntad de Dios. Tenemos que resistir nuestra propia voluntad la cual odia hacer el bien y ama hacer la maldad (la maldad es nuestra mala gana, nuestra desobediencia en hacer la voluntad de Dios).

Ningún hombre puede ver a Dios y vivir.43 Por esta razón, tenemos que morir. Nuestra voluntad, nuestro odio, en orden de hacer la voluntad de Dios, tiene que morir. Tenemos que dejar que Jesús venga hacerse completamente vivo en nosotros. Sólo podemos ver el Dios de amor durante nuestra vida en la vida de Cristo. El es la Luz enseñándonos el amor de Dios.44 Jesús nos enseña a Dios el Padre en nosotros, en Sí Mismo45 a través del amor de Su vida crucificada y Su muerte. Nosotros hemos resucitado de la muerte a la vida para Su obra.

Jesús declara, “Y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.”46 Usted tiene una mansión y juventud eterna, con todo lo demás, en el Cielo. Hay muchas mansiones en el Cielo. Todas las nacionalidades se derriten en una santa nación.47 Nadie puede quitarle los muchos tesoros que Dios ha guardado para aquellos que lo aman a El y guardan Sus mandamientos.48 Jesús continúa, “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.”49

“Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?” (de Dios) “Porque también los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis?” (de Dios) “Porque también los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis?” (de Dios) “Porque también los pecadores prestan, para recibir otro tanto. AMAD, PUES, A VUESTROS ENEMIGOS, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande.” (El paraíso del Cielo es para siempre. Dios el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo, y todos los santos de Dios estarán allí.) “Y seréis hijos del Altísimo; porque El es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.”50

“No juzguéis,” (con su propio juicio) “y no seréis juzgados.”51 Deje de juzgar la Palabra de Dios como si estuviera equivocada y de juzgar sus juicios como si estuvieran correctos. Deje de usar su propio juicio en vez del juicio de Dios, o Dios promete que El lo juzgará por su presumido pecado.52 “Mi celo me ha consumido, Porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras.”53 Yo dejaré que Jesús haga Su voluntad en mí, que Sus Palabras puedan ser aceptadas por mis enemigos y el mundo entero de otros pecadores; que quizás puedan apoderarse de ellas, y que quizás puedan recibir vida. “Porque en El habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.”54

Jesús dijo, “Toda potestad me es dada en el Cielo y en la tierra.”55 Por lo tanto, “somos más que vencedores” en Cristo Jesús,56 y todo lo podemos hacer (tal como amar a nuestros enemigos) por medio de Cristo que nos fortalece.57 Pablo declaró, “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”58 Los Cristianos no pueden vivir sus propias vidas. Por esto, Dios manda a que los Cristianos totalmente rechacemos nuestra propia voluntad para que Su voluntad, Su cariñosa bondad, pueda moverse y trabaje en nosotros como a El le agrada hacer hacia otros, incluyendo nuestros enemigos.59

Pablo declara, “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”60 Nosotros somos mandados por Dios, “Sed santos, porque Yo soy santo.”61 Nosotros estamos “completos en El, que es la cabeza de todo principado y potestad,”62 y estamos muertos con Cristo de los rudimentos (la débil incompletidad) del mundo.63 Si usted es un Cristiano, “resucitado con Cristo,” entonces su vida está escondida con Cristo en Dios (el Padre).64 Ninguna obra pía puede ser hecha por nosotros si no estamos completamente rendidos a El. Jesús dijo, “Separados de Mí nada podéis hacer” (no puede hacer ninguna obra pía).65 Nosotros somos carne y sangre las cuales no pueden heredar el Reino de Dios.66 Tenemos que llegar a ser espirituales por medio de Jesús para que podamos ser llamados “hijos de Dios,”67 engendrados por el Espíritu del Padre en nosotros. Dios ama a Su Hijo más que a nadie o a nada.68 Nosotros compartimos en este mismo amor divino de todo el corazón de Dios, porque nosotros dejamos que el único engendrado de Dios, el Hijo amado viva y obre completamente Su obra de bondad cariñosa en nosotros. Dios nos oye y nos contesta porque Jesús está viviendo en nosotros. 69 Nosotros también podemos ser llamados los “hijos de Dios,”70 y recibir todo el amor divino en el corazón del Padre, y la gloria eterna.

Por medio de Dios tenemos el poder de AMAR A NUESTROS ENEMIGOS, y la voluntad celosa y el poder de Dios para dirigir a los pecadores a Cristo. Los enemigos de Dios también son nuestros enemigos. Por esto, tenemos que rendirnos al liderato sabio de Dios. El es el Unico que sabe exactamente cómo luchar con éxito contra Satanás y siempre ganar. El ha vencido a todas las cosas por Su manera comprobada.71

Nuestra voluntad, nuestro enemigo más mortal, tiene que ser la primera en morir. El mensaje muy urgente de Dios a todo el mundo es triple: ¡¡Niéguese a sí mismo!! ¡¡Niéguese a sí mismo!! ¡¡Niéguese a sí mismo!! Déje que Jesús viva y haga Su obra de Salvador del mundo en usted. Tome su cruz diariamente. Déje que El viva, hable, salve, y sane en usted. Déje que El lo use a usted como Su templo. Vuélvase de toda maldad (toda mala gana).72 De nuevo, “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.”73 Mantenga su ojo bueno74 (sólo haga la voluntad de Dios).75 Déje que El viva y obre en usted, empezando hoy, tal como El obró y vivió en un cuerpo humano hace dos mil años.76 Esta es la manera principal en la que obra Dios. “En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne,” (viviendo en nosotros) “es de Dios;” 77 La verdadera confesión es Cristo trabajando las obras de Dios en nosotros.78

“El amor” (en los ojos de Dios) “es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor (el Cristo en nosotros) no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor” (a la Palabra de Dios); “no se goza de la injusticia” (la cual sufre), “mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree,” (de la Palabra de Dios incluyendo “no creáis a todo espíritu”79) “todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.”80 Jesús dijo, “Creedme” (Yo soy la Palabra de Dios,81) “que Yo soy en el Padre, y el Padre en Mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.”82 El amor del Padre es el Cristo en nosotros como Cristianos haciendo Su obra de amor (redención - salvación). Esta es la verdadera confesión de que Cristo ha venido en la carne.83

Nuestros enemigos pueden ver al Hijo de Dios viviendo en nosotros por la manera en que sin duda sostenemos firmemente la ley de Dios que nunca cambia, predicamos la condenación por quebrarla, predicamos la misericordia del perdón, la vida eterna en el Cielo por obediencia a Cristo y soportar persecución y continuar alegremente en Cristo. Ellos pueden ver a Cristo en la manera en que nos regocijamos “cuando por Mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.”84 Nosotros creemos las Palabras de Jesús las cuales dicen, “vuestro galardón es grande en los Cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.”85 Ellos ven a Dios en nosotros continuando Sus obras y sufriendo en nosotros. Cuando ellos ven al mismo Cristo en nosotros bajo persecusión severa, volviendo la otra mejilla, y continuando en el amor de Dios, ellos ven a Jesús en nosotros.86 De nuevo, es imposible para un hombre o una mujer regocijarse y estar sumamente feliz en soportar este castigo a menos que Dios esté en ellos, consolándolos a través del poder del Espíritu Santo. Jesús dijo, “Si permanecéis en Mí, y (Yo) Mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis y os será hecho.”87 Pida por esta fuerte presencia moradora de Cristo en usted. Entonces agradará a Dios por llevar mucho fruto espiritual, el cual son almas humanas salvas.88

Sólo lo que hacemos por Cristo, en este mundo, tiene algún valor eterno. Todo el resto se quema. Jesús dijo, “Venir a Mí para que tengáis vida”89 (la vida que está en El, en usted).

DIOS QUIERE TODO

“Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.”90 El primer mandamiento declara que nosotros tenemos que darle todo a Dios, incluyendo todo nuestro corazón. Esto quiere decir no sólo noventa y nueve y nueve décimos por ciento de nuestro corazón, sino cien por ciento de nuestro corazón, toda nuestra alma, toda nuestra mente, y toda nuestra fuerza.91 Esto no le deja nada a César. Sin embargo, se nos ha mandado por Dios a AMAR A NUESTROS ENEMIGOS, y a dirigir a César y su familia, con seguridad a la salvación a través de CRISTO JESUS NUESTRO SEÑOR.92

Necesitamos, con todo el corazón, orarle continuamente al Padre en el nombre de Jesús a que nos libre de todo mal.93 No hay nada mejor que podamos hacer por nuestros enemigos que traerles a su camino el Evangelio del Señor Jesucristo. Se nos manda a predicar el temor de los juicios y las condenaciones de Dios a ellos, en vez del temor de Satanás, para salvarlos a que ellos puedan tener vida eterna en el paraíso del Cielo.

Hemos recibido mucho de la lluvia de críticas de César, sus medios de comunicación, y todas sus tropas, incluyendo los anticristos (los Cristianos apóstatas94). Sin embargo, Dios el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo han estado siempre con nosotros en todo, dándonos todo Su ánimo y la victoria. Nosotros, como Jesús, oramos en amor a Dios,“perdónalos, porque no saben lo que hacen,”95 y como Esteban y muchos otros santos decimos, “Señor, no les tomes en cuenta este pecado.”96 El Infierno será tan horrible para ellos, tan caliente, si no se arrepienten y se salvan al recibir a Cristo. El Padre sabe que ellos están ciegos. Yo me acuerdo cómo era ser un enemigo de Dios, pero ahora veo. Yo ahora veo el valor eterno de hacer la voluntad completa de Dios. “Pues este es el amor a Dios, que guardemos Sus mandamientos; y Sus mandamientos no son gravosos.”97 Yo puedo ver claramente, por la Palabra de Dios, y por muchos años de experiencia, la futilidad completa, eterna, el dolor, la recompensa horrible que nosotros cosecharíamos por hacer nuestra propia voluntad. Ahora he visto la luz, “la estrella resplandeciente de la mañana.”98 He visto el amanacer del esclarecimiento.99

Cuando perdonamos a nuestros enemigos, y a todos aquellos que nos ofenden,100 entonces Dios abre los cielos. “Y cuando estéis orando, perdonad si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.”101 “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.”102

César, le rogamos, por favor ¿por qué no es salvo pronto, para que cese todo su acosamiento, su odio contra Dios Y Su gente, y podamos todos vivir vidas apacibles juntos? Dios lo amó a usted tanto que El mandó a Su Hijo unigénito a morir por usted.103 El lo amó lo suficiente para darse El Mismo por usted, para que usted también, pueda escapar el fuego del Infierno, como yo y tantos billones de otros lo hemos hecho. ¿Por qué no se pone listo ahora mismo y ve la luz? Usted es el que está en cautiverio, no yo. Jesús le dice a usted como El le dijo a Pablo, “Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.”104 (Nadie, ni aun todas las naciones del mundo, pueden pelear contra Dios y ganar. Usted no puede pelear contra Dios sin lastimarse permanentemente.)

Yo he sido puesto en libertad. ¿No quiere usted ser puesto en libertad? Jesús dijo, “Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”105 Yo soy el hombre más rico del mundo, por mi herencia eterna a través de la muerte de Cristo. Esta herencia sin impuestos en el Cielo le pertenece a usted también, si solo baja a la oficina de herencias y la toma (la cruz). Es “Cristo” (viviendo) “en vosotros, la esperanza de gloria.”106

Así que, César, los seguidores de César y el resto del mundo, ¿qué será? ¿El Cielo o el Infierno? “¿Qué aprovechará al hombre” (o a la mujer) “si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre” (o la mujer) “por su alma?”107

Despabílese ahora, como hice yo hace como treinta años. Yo tuve una carrera que pagaba mucho más que el salario de muchos de los presidentes de los Estados Unidos. Yo con placer la tiré, considerándola ser nada sino estiércol, para poder ganar a Cristo.108

Cristo lo sacará a usted de su colina de estiércol y lo hará un hijo de Dios, un ciudadano en buena posición en la ciudad más increíble, excitante, y maravillosa del universo entero, en la ciudad en donde “El Cordero es su Lumbrera.”109 Esta ciudad se llama el Reino de los Cielos. Dios nos hace reyes y sacerdotes,110 aquí y allá, y lo mejor de todo, Su hijo o hija. Usted puede tener todo esto con sólo decir una oración. ¿No hará esto para que tenga paz en su alma? Entonces “cuando Cristo, vuestra vida,” (visiblemente) “se manifieste” (otra vez), “entonces vosotros también seréis manifestados con El en gloria.”111 En lugar de ser el enemigo de Dios, decida ser hijo de Dios. El amor de Cristo excede el conocimiento.112 Haga a Jesús su Salvador, Señor y Maestro ahora mismo diciendo esta oración:

Oración

Mi Señor y mi DIOS, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que JESUCRISTO es el Hijo del DIOS viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre para el perdón de todos mis anteriores pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4y que Él está sentado a la diestra de DIOS en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración.5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón, Señor JESÚS. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor JESÚS; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, la Biblia, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso sé que Tú me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor JESÚS, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11

Ahora que usted es salvo y ha sido perdonado de sus pecados, levante sus manos y alabe al Señor. “Alégrense los cielos, y gócese la tierra, y digan en las naciones: JEHOVA reina.”113

Cristo ahora vive en usted por el Espíritu Santo.114 Hay una manera en que usted puede recibir una porción más completa de la naturaleza divina de Dios en usted. Dios el Padre ahora también vive en usted. Entre más vive en usted la naturaleza divina de Dios, más va a poder resistir contra las tentaciones que tan fácilmente han movido a tantos millones de Cristianos lejos de la salvación. Esto es causado por más hombre en nosotros que Dios en nosotros. La humanidad se ha vuelto tan malvada que si Satanás y su ejército endiablado fuesen completamente destruidos, nosotros seríamos nuestro propio diablo.

Ahora que usted es salvo, ore por el bautismo en el Espíritu Santo. Estudie la Palabra piadosamente, y ore siempre por más de la naturaleza divina.115 Para instrucciones en cómo recibir el bautismo en el Espíritu Santo, y para recibir más de la naturaleza santa de Dios, solicite nuestra literatura o llame. Porque sin santidad ningún hombre verá a Dios.116

Ahora que usted es salvo, es un mandamiento que sea sumergido completamente, bautizado en agua en el nombre del Padre, y en el nombre del Hijo, y en el nombre del Espíritu Santo.117 Guarde todos los mandamientos de Dios y viva.118

Usted acaba de completar el primer paso en una serie de cinco pasos que se requieren para recibir la salvación. Su segundo paso es negarse a sí mismo y aceptar la cruz cada día con el propósito de mortificarse, es decir, para darle muerte a su propia voluntad, a su ser autosuficiente, y al mundo con todos sus deseos. Todos estos tienen que ser bautizados en la muerte de Cristo. El tercer paso es su resurrección de la vida satánica de Adán a la vida libre de pecados de Cristo. El cuarto paso es su ascensión a una posición de autoridad para reinar por Dios en la tierra, y el quinto paso es reinar por Dios en la tierra hasta el fin con el propósito de traer el reino del Cielo a la tierra. Usted tiene que aprender la Palabra de Dios, luego someterse y hacer lo que la Palabra dice, para que la Iglesia y el mundo puedan ver pruebas de su sumisión a la Palabra de Dios, Su orden, y Su autoridad en usted y por usted.
Alabado sea el Señor. Que Dios lo recompense abundantemente.

Pastor Mundial Tony Alamo


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Notas del "¿AMAR A NUESTROS ENEMIGOS?":vuelva arriba

1 Salmo 51:5, Gn. 6:5-6 vuelva

2 Ef. 4:13 vuelva

3 Juan 3:16 vuelva

4 1 Juan 4:2 vuelva

5 Juan 5:34 vuelva

6 Juan 17:23, Ef. 4:15-16 vuelva

7 Is. 53:3 vuelva

8 Lv. 19:2, Fil. 2:5, 1 Juan 2:6 vuelva

9 Lucas 9:23 vuelva

10 Marcos 11:22 vuelva

11 1 Juan 2:16 vuelva

12 Stg. 3:6 vuelva

13 Stg. 3:8 vuelva

14 Pr. 18:21 vuelva

15 1 Juan 4:8 vuelva

16 Gá. 5:17 vuelva

17 Fil. 2:8-9 vuelva

18 1 Juan 4:8-11 vuelva

19 Salmo 34:18, 51:17 vuelva

20 Mateo 5:44 vuelva

21 Ro. 12:19 vuelva

22 Pr. 25:21-22 vuelva

23 Juan 14:26 vuelva

24 Hch. 1:8 vuelva

25 Mateo 19:26, Marcos 10:27, Lucas 18:27 vuelva

26 Job 28:28 vuelva

27 Hch. 2:38-39 vuelva

28 1 Juan 5:13, 20, Ro. 6:13 vuelva

29 Juan 14:21, 15:10, 1 Juan 2:5, 5:3 vuelva

30 Juan 15:16 vuelva

31 Juan 10:17-18, 12:49-50 vuelva

32 Juan 15:12 vuelva

33 1 Juan 4:11-13 vuelva

34 Mateo 21:22, Marcos 11:24 vuelva

35 2 Co. 12:9-10 vuelva

36 Lucas 6:27 vuelva

37 Lucas 6:28-29 vuelva

38 2 Ti. 2:3 vuelva

39 Fil. 3:14 vuelva

40 1 Co. 2:9 vuelva

41 Jos. 1:7 vuelva

42 Marcos 8:36-37 vuelva

43 Ex. 33:20 vuelva

44 Juan 1:9 vuelva

45 Juan 14:9-11 vuelva

46 Lucas 6:29-30 vuelva

47 1 P. 2:9 vuelva

48 Mateo 6:20, 1 Co. 2:9 vuelva

49 Lucas 6:31 vuelva

50 Lucas 6:32-36 vuelva

51 Lucas 6:37 vuelva

52 Nm. 15:30-31 vuelva

53 Sal. 119:139 vuelva

54 Col. 2:9 vuelva

55 Mateo 28:18 veulva

56 Ro. 8:37 vuelva

57 Fil. 4:13 vuelva

58 1 Co. 6:19 vuelva

59 Mateo 12:50, 16:24, 2 Co. 5:15 vuelva

60 Ro. 12:1-2 vuelva

61 1 P. 1:16, Lv. 11:44 vuelva

62 Col. 2:10 vuelva

63 Col. 2:8 vuelva

64 Col. 3:1-3 vuelva

65 Juan 15:5 vuelva

66 1 Co. 15:50 vuelva

67 Ro. 8:14, 1 Juan 3:1 vuelva

68 Mateo 3:17 vuelva

69 Juan 11:41-42 vuelva

70 1 Juan 3:1 vuelva

71 Juan 16:33 vuelva

72 Zac. 1:4, Ez. 33:11, Jer. 18:8, Pr. 4:27, 2 R. 17:13 vuelva

73 Ro. 12:21 vuelva

74 Mateo 6:22, Lucas 11:34 vuelva

75 Ef. 6:6, 1 Juan 2:17 vuelva

76 Ro. 1:3 vuelva

77 1 Juan 4:2 vuelva

78 1 Juan 2:6 vuelva

79 1 Juan 4:1 vuelva

80 1 Co. 13:4-8 vuelva

81 Ap. 19:13 vuelva

82 Juan 14:11 vuelva

83 1 Juan 4:2 vuelva

84 Mateo 5:11 vuelva

85 Mateo 5:12 vuelva

86 Mateo 5:39, Lucas 6:29 vuelva

87 Juan 15:7 vuelva

88 Juan 15:8 vuelva

89 Juan 5:40 vuelva

90 Mateo 22:21 vuelva

91 Marcos 12:30 vuelva

92 Hch. 28:28, Ro. 1:15-16 vuelva

93 Mateo 6:13, Lucas 11:4 vuelva

94 Juan 6:66 vuelva

95 Lucas 23:34 vuelva

96 Hch. 7:60 vuelva

97 1 Juan 5:3 vuelva

98 Ap. 22:16 vuelva

99 2 P. 1:19 vuelva

100 Mateo 6:14-15 vuelva

101 Marcos 11:25-26 vuelva

102 Marcos 11:23-24 vuelva

103 Juan 3:16 vuelva

104 Hch. 9:4-vuelva

105 Juan 8:36 vuelva

106 Col. 1:27 vuelva

107 Marcos 8:36-37 vuelva

108 Fil. 3:8 vuelva

109 Ap. 21:23 vuelva

110 Ap. 1:6 vuelva

111 Col. 3:4 vuelva

112 Ef. 3:19 vuelva

113 1 Cr. 16:31 vuelva

114 Ro. 8:11 vuelva

115 2 Ti. 2:15, Lucas 21:36, Juan15:3 vuelva

116 He.12:14 vuelva

117 Mateo 28:19 vuelva

118 Dt. 8:1, 30:16, Pr. 4:4,7:2 vuelva

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Notas de la Oración:

1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva

2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva

3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva

4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva

5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva

6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva

9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva

10. He. 11:6 vuelva

11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva