DERRITIENDO LOS CORAZONES FRIOS

Por
Tony Alamo

"¡Qué maravilloso!" clama la gente del reino Cristiano con respecto a los mensajes que escuchan de los falsos profetas que declaran que Cristo hace todo el trabajo de los Cristianos después de que son salvos para que ellos no tengan que trabajar.1 "¡Qué maravilloso!" dicen los engañados que profesan ser Cristianos. "¿No es Jesús maravilloso!"

Durante mis treinta y cinco años en el campo evangélico, me he enterado vitalmente de lo condenables que son los mensajes de los predicadores que les encanta engañar a sus rebaños y al mundo con sus mensajes de "no trabajar" y de que "Cristo hace todo el trabajo."2

Lo único que sé es que cuando entré al campo evangélico, el Espíritu Santo inmediatamente me puso a trabajar. Mi vocabulario estaba tan contaminado con jerga por haber estado en las industrias de discos fonográficos y películas por tantos años, que Susi, mi ahora difunta esposa, casi nunca me permitía hablar en las reuniones sociales de Cristianos élite. Ella me dijo que el Señor quería que comenzara mi entrenamiento Cristiano en las misiones para los borrachos en el centro de Los Angeles, Santa Monica, la Playa Venice, y en otros lugares.

Constantemente le testificaba a otros, leía la Biblia, escuchaba canciones evangélicas, oraba, le daba gracias y alabanza al Señor con todo mi corazón y toda mi alma por permitirme unirme con El en Su ministerio. Estaba tan feliz de saber que el poder de Dios había bajado temerosamente sobre mí en la oficina de Beverly Hills. Su poder, que bajó sobre mí con gran temor, era tan inmenso que se me hizo claro que una persona dotada con ese poder y temor nunca tenía que pecar otra vez.3 Sabía esto porque el Espíritu extenso e increíble de Dios que abarcó mi cuerpo me dijo muchas cosas temerosas. Me mostró el Cielo, me mostró el Infierno, y me mostró que El está bien informado de cada uno de nuestros pensamientos y de nuestra cada intención.4 El sabe nuestro pasado, presente, y futuro, así como todo nuestro corazón. El ha tenido todo este conocimiento desde antes del principio del tiempo.5 El también ha sabido de cada molécula, cada átomo, y cada protón desde antes del principio del tiempo.6 El está bien informado de cada grano de polvo.7 El sabe cada detalle de toda cosa.8

Lo que el Señor me hizo en esa oficina de Beverly Hills fue cerrar mis oídos humanos y comenzar a hablarme, no por mis oídos, sino a través de todo mi cuerpo. Parecía como si mi cuerpo entero era un oído. Sé ahora que El le estaba hablando a mi espíritu.9 Nuestros espíritus pueden oír y sí oyen cuando el Espíritu de Dios les habla. Nuestro hombre interno puede oír al Espíritu Santo sin tener ninguna clase de sentido en nuestros oídos humanos.10

Dios me mandó a ponerme de pie y decirle a la gente en ese cuarto, un abogado y aproximadamente veinte a veinticinco otras personas, que el Señor Jesucristo iba a regresar a la tierra otra vez.11 Lo que dijo en realidad fue, "Yo soy el Señor tu Dios. Pónte de pie y díle a esta gente en este cuarto que Jesucristo va a regresar a la tierra otra vez o seguramente morirás." Al principio pensé que me estaba volviendo loco. Entonces me mostró el Cielo y el Infierno y me dijo que yo iría al Infierno si no hacía lo que El me mandaba a hacer.12

Mi razonamiento humano no podía comprender decirle a la gente acerca de Jesús, el Cielo, y el Infierno en medio de una cita de negocio. No parecía ser el tiempo o el lugar apropiado. Yo estaba esperando que Dios quizas reconsiderara y me dejara hacer esto otro día o de otra manera. Aunque sabía que El me mataría y me enviaría al Infierno por no hacer lo que El me ordenaba hacer, procuré razonar con El sin éxito. La mente humana no tiene ninguna capacidad para razonar con los mandamientos de Dios. Por lo tanto, la Palabra de Dios tiene que ser aceptada. Tiene que ser recibida en nuestros espíritus por fe.13 Sólo la fe será aceptable.

Fue en este momento que Dios comenzó, con facilidad, a extraer mi espíritu totalmente fuera de mi cuerpo hasta el punto que mi cuerpo ya no podía respirar o sostenerse. Esto ocurrió varias veces dentro de sólo pocos segundos. Mientras que sucedía, comencé a gritar, "¡Ahora les diré!" Les dije, pero como mi manera de relatar lo que El me ordenó a decir fue muy suave al principio, de nuevo comenzó a extraer de mí mi vida, mi espíritu, una y otra vez. Debido al enorme temor que El me causó en ese momento, le dije, "¡Lo haré ahora mismo!," lo cual hice con mucho más celo y énfasis que anteriormente. Después de un rato, El me mandó a parar. He escrito dos otras literaturas que detallan esta experiencia sobrenatural. Los títulos son Señales de los Tiempos y Huesos Secos. Son gratis.

Ese fue el primer trabajo que El me hizo a hacer, y sí hice lo que El me mandó a hacer. Esto ocurrió antes de que fuera salvo. Inmediatamente después de esta experiencia muy sobrenatural, mi temor de El y de Su poder inmenso instigó en mí un hambre y una sed para buscarlo. Deseaba saber lo que necesitaba hacer para satisfacer a este Ser inmenso, magnífico e inteligente del Cual me había enterado de repente ése día.14

Quería estar solo. Quería caminar a casa en vez de ir en un vehiculo así que les dije a mis amigos que se fueran sin mí. Mientras caminaba, comencé a orar. Actualmente estaba hablando con el Señor porque sabía que El conocía tanto cada palabra que jamás había dicho, como cada obra que jamás había hecho en el pasado.15 Después de esta experiencia, sabía por seguro que El oía cada palabra que yo decía. Le pregunté a El, "¿Qué quieres que haga? Haré todo lo que me digas. Sólo díme y lo haré. No quiero estar en Tu lado desagradable. No quiero ir al Infierno que me mostraste, el Infierno que verdaderamente existe.16 Yo sé que con seriedad estas diciendo lo que dices, que nadie puede jugar contigo sin ser condenado eternamente. No entiendo por qué la gente que se llaman Cristianos están tan despreocupados, casuales, y no temerosos de Ti.17 Sé sin ninguna duda que fuistes Tu que me hicistes todas estas cosas."

Esta experiencia me hizo querer saber por completo lo que el Señor quería que hiciera por el resto de mi vida, así que comencé a buscar una iglesia que supiera y entendiera los requisitos de Dios. Después de aproximadamente un año de ir a diferentes iglesias y leer muchos libros con retratos en las cubiertas de hombres que parecían sabios, encontré que todos estaban necesitados, no tenían la verdad.18

En otra experiencia sobrenatural que tuve en un apartamento en Hollywood, fui salvo sobrenaturalmente. En visiones sobrenaturales que tuve mientras estaba despierto, vi el Cielo y el Infierno. También me vi pequeño, ciego, y desnudo. Le dije a Dios que si sólo pudiera tener el más pequeño lugar en el reino de Dios, con la paz que sentía desde allí, estaría feliz siendo ciego, tan pequeño como un grano de polvo, y tan desnudo como me vi en aquella visión, porque la paz del Cielo que estaba sobre mí era tan maravillosa que el estar en el Cielo sin una mansión, aún ciego, desnudo, y pequeño como una pizca de polvo, sería muchísimas veces mejor19 que estar aquí en la tierra, donde toda la paz ha sido quitada.20

Mis ojos estaban cerrados firmemente en este punto. Una voz vino a mí, diciéndome que solamente me estaba imaginando todas estas cosas. Abrí mis ojos y vi que no estaba imaginándome estas cosas. Lo que me sucedía era muy real. Estaba sentado en un piso duro de linóleo, pero cuando abrí los ojos vi la alfombra más hermosa con los colores más bellos y sobrenaturales. Sabía que si alzaba mis ojos vería a Jesús, Mi Señor y Salvador, sentado en Su trono. Me sentía muy pecaminoso y no podía ni mirar para arriba hacia El. Clamé por salvación y rogué no ir al Infierno. Mis ojos fueron cerrados otra vez. Con mis ojos cerrados vi al Infierno. Después de gritar y pedirle perdón por lo que parecía un rato largo, vi millones de estrellas que se quebraban y se dispersaban a través del cielo, dejando la imagen de una cruz. Al mismo tiempo sentí a Cristo con el Padre por el Espíritu entrar dentro de mí, lavar mis viejos pecados con Su preciosa sangre y llenarme con Su presencia. Me sentí como si una montaña entera de pecado había sido levantada de mi alma. ¡Era salvo!

Lágrimas de alegría corrían de ojos que no habían llorado por años. Comencé a darle las gracias a Dios por salvarme, una persona amargada, endurecida, y malvada. El conocimiento de que El me había conocido y querido todos esos años pecaminosos y malvados, sabiendo lo fácil que El hubiera podido sacar el respiro de mi cuerpo y enviar mi alma al Infierno, me hizo conocer Su increíble interés, amor, y misericordia por mí.21 Estoy tan agradecido que hay un Dios en el Cielo que gobierna el universo entero, un Dios que es excelente y mucho más superior que toda la humanidad unida, un Dios que está en el Cielo, pero aún tan cerca a nosotros, tan por todas partes, un Dios en Quien puedo poner mis ojos, a Quien puedo honrar, respetar, y dar mi vida; un Dios en Quien puedo confiar y Quien puedo servir sinceramente con todo mi corazón y toda mi alma, sabiendo que El tiene la razón en todo; un Dios contra el Cual nadie podría luchar y ganar, Uno que en ningún punto es corrupto, no es político, sino que es un Ser santo, perfecto, celestial que no necesita tu voto ni el mío porque El no puede ser votado fuera de Su función.22

El es el poderoso y buen Dictador, el Creador y Jefe de todas las cosas.23 "No hay quien detenga Su mano, y le diga: ¿Qué haces?" sin ser encontrado culpable de maldad por El.24 El es millones de veces más sabio que toda la humanidad, millones de veces más poderoso que toda la humanidad con todas sus bombas y armas. El es el constructor y volcador de las naciones,25 el Creador del Cielo y de la tierra, y de toda otra cosa que existe, visto y no visto.26 El promete destruir el mundo muy pronto y juzgar a cada uno en aquel día porque cuando se le envió al mundo Su mensaje de amor e interés, no se arrepintieron.27 Este Dios es el único Dios verdadero que nunca muere.28 El me ama a mí y a todos aquéllos que le escuchan, aquéllos que por Su poder dentro de ellos, hacen Su voluntad.29 ¡Qué increíble! ¡Qué sorpresa aprender tanto de El tan rápidamente!

Mi corazón estaba quebrado en pedazos con alegría y agradecimiento porque sabía que Dios Mismo tenía un interés vital en mí, una persona que estaba desilusionada, que era poco amable, y totalmente despreocupada por otros. Esto me dio el deseo de hacer algo por El. Este deseo natural de decirle a todos lo maravilloso que El es, nunca me ha dejado, ni hasta este mismo día. Estaba y todavía estoy tan agradecido que deseo decirle al mundo entero acerca de El. Hasta fui a los medios de noticias y les dije que Jesús iba a regresar a la tierra otra vez. "¿No pudieran por favor advertirles a otros a que se arrepientan de sus pecados?" Pregunté. Por supuesto que no lo hicieron. En vez, se volvieron aún más corruptos.

Amo al Señor y sé que el Señor ama a todo el mundo lo suficiente para darle una oportunidad de recibirlo y conocerlo de esta manera maravillosa.30 No importa lo perdido que pienses que estás, puedes invocar al Señor ahora mismo. El te escuchará y te contestará, porque El es el único Ser bueno y honesto en todo el universo.31 El salvará tu alma y pondrá en tu corazón el mismo amor y la misma compasión que El tiene, para que puedas dárselos a otros como tú.32 Házlo ahora. Clámale al Señor. No importa lo incapacitado que pienses que eres, házlo. El es más grande que tu debilidad. El es más grande que tu dolencia, tu enfermedad, y tus debilidades. El es mucho más grande que todos tus problemas, más grande que cualquier circunstancia que esté plagándote.33 Deja que Cristo con el Padre por el Espíritu viva en ti ahora. Luego deja que El crezca hasta la madurez en ti. Déjalo hacer Su obra en ti, por ti mismo y por otros. El dirigirá tu vida y te navegará hacia Sus muchas bendiciones. El, por Su fuerza, te dará la capacidad de hacer todo lo que El te ordene a hacer. Deja que Su vida, Su obra, y Su fuerza comiencen en ti ahora mismo diciendo esta oración:

Oración

Mi Señor y mi Dios, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que Jesucristo es el Hijo del Dios Viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre por el perdón de todos mis pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4 y que Él está sentado a la mano derecha de Dios en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración. 5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón Señor Jesús. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor Jesús; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor Jesús, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11

Usted acaba de completar el primer paso en una serie de cinco pasos que se requieren para recibir la salvación. Su segundo paso es negarse a sí mismo y aceptar la cruz cada día con el propósito de mortificarse, es decir, para darle muerte a su propia voluntad, a su ser autosuficiente, y al mundo con todos sus deseos. Todos estos tienen que ser bautizados en la muerte de Cristo. El tercer paso es su resurrección de la vida satánica de Adán a la vida libre de pecados de Cristo. El cuarto paso es su ascensión a una posición de autoridad para reinar por Dios en la tierra, y el quinto paso es reinar por Dios en la tierra hasta el fin con el propósito de traer el reino del Cielo a la tierra. Usted tiene que aprender la Palabra de Dios, luego someterse y hacer lo que la Palabra dice, para que la Iglesia y el mundo puedan ver pruebas de su sumisión a la Palabra de Dios, Su orden, y Su autoridad en usted y por usted.
Alabado sea el Señor. Que Dios lo recompense abundantemente.

Pastor Mundial Tony Alamo


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Notas del "Derritiendo los corazones frios":vuelva arriba

1 Mt. 3:8-10, 25:14-46, Lc.13:6-9, Jn.15:2-8, 14, Ro. 2:13, Col. 1:10, 1 Ti. 6:18-19, 2 Ti. 2:21, 4:3-4, Ap. 22:14 vuelva

2 Mt. 7:15, 24:11, 24, 1 Co. 3:9, Gá. 6:3-4, Ef. 2:10, Tit. 2:14, Stg. 1:22-25, 2:14-20, 3:13, 2 P. 2:1-2 vuelva

3 He. 4:12-13, Gn. cap. 1, 17:1, Sal. 37:18, 44:20-21, 94:11, 103:14, Is. 2:21, 40:26, 41:4-8, 46:9-10, 48:11-13, Jer. 5:22, 31:33, Ez. 11:5, 19-21, Dn. 2:22, Neh. 1:7, Lc.12:5, Ro. 2:16, 8:37, 1 Co. 1:24, 2 Co. 5:11, Ef. 1:17-21, Col. 1:16, 2:9-10, 1 Jn.3:9, 5:18, Ap.1:11 vuelva

4 Job 42:1-2, Sal. 94:11, 139:1-12, Mt. 9:4, 1 Co. 3:20, He. 4:12 vuelva

5 1 R. 8:39, 1 Cr. 28:9, Is. 42:9, 46:9-11, 48:5, Jer. 1:5, Mt. 6:8, Hch. 15:18 vuelva

6 Job 26:6, Sal. 147:4-5, Pr. 3:19-20, Is. 40:13-15, Mt. 10:28-31vuelva

7 1 R. 8:39, 2 R. 19:27, Job 12:9-10, 28:3, 9-11, 20-28, 34:21-25, 42:2, Sal. 19:1-6, 94:11, Ec. 3:11, 14, 12:13, Mt.10:26, 30, Mr. 4:22, Lc.1:37, 12:2, He. 4:12-13 vuelva

8 1 S. 2:3, Job 28:10, 24, 34:21, Pr. 15:3, 11, Ez. 11:5, Dn. 2:20, 28, He. 4:13 vuelva

9 Job 32:8, Pr. 20:27, Zac. 12:1, 1 Co. 2:10-13 vuelva

10 Lc. 2:26, 1 Co. 2:10, Ef. 3:3-5 vuelva

11 Mt. 16:27, 24:27, 29-31, 36-39, 42, Lc. 21:25-36, Hch.1:11, 1 Ts. 4:16, 2 P. 3:10-12, Jud. 14-15, Ap. 1:7 vuelva

12 Mt. 25:30, Lc. 3:17, 16:23-26, 2 Ts.1:7-9, Ap. 9:1-2, 14:10-11, 19:20, 20:10, 15, 21:8 vuelva

13 Hab. 2:4, Mr. 11:22-24, Lc.18:42-43, Ro. 10:8-11, Gá. 2:16, Ef. 2:8, He. 4:2, cap.11vuelva

14 Dt. 4:29, Jer. 29:13, Pr. 8:17, Mt. 7:7-8 vuelva

15 Sal. 139:1-4, Mt. 12:36-37 vuelva

16 Sal. 9:17, Mt. 3:12, 7:13, 8:11-12, 10:28, 13:41-42, Ap. 14:10-11, 19:20, 20:10, 15, 21:8 vuelva

17 Sal.12:1-3, Jer.10:19-21, 50:6, Ap. 2:4-5, 3:14-19 vuelva

18 Dt.18:22, Mt. 7:15-20, 24:4-5, Lc. 8:18 vuelva

19 Sal. 16:11, 84:10, Is. 64:4, Mt. 5:3, 1 Cor. 2:9, Ap. 2:7, 7:15-17, 21:1-7, 23-27, 22:1-5 vuelva

20 Mt. 24:6-12, Ap. 6:4, 12:12 vuelva

21 Ex. 34:6-7, Neh. 9:17, 27-31, Mi.7:18-19, Mt. 18:11-13, Ro. 5:6-11, 2 P. 3:9, 15 vuelva

22 Dt. 32:4, Dn. 4:29-37, Ro. 14:11, 1 Ti. 6:15-16, Stg.1:17, Ap. 15:4 vuelva

23 Jer. 18:6, 27:5, Ez. 18:4, Dn. 4:3, 17, 34-37, Hch.17:24-26 vuelva

24 Dn. 4:35 vuelva

25 Ex. 15:1-17, Dt. 3:2-18, 6:10-15, 7:6-8, 11:3-7, 1 S. 2:6-10, Jer. 31:27-28, Am. 9:7-9 vuelva

26 Gn. cap. 1, Col. 1:16-17, Ap. 4:11 vuelva

27 Mt. 24:29-51, 2 P. 3:10, Ap. 8:7-13, cap. 9, 10:6-7, 14:7-11, cap. 16, 22:11-12 vuelva

28 Dt. 4:35, 32:39-40, Is. 43:10-13, Sal. 102:12, 24-27vuelva

29 Ex. 19:5, Dt. 12:28, Pr. 15:9, Mt. 25:23, Jn 14:21, 23, 15:9-14, Ro.11:22vuelva

30 Sal. 34:8, Pr. 1:23-33, Is. 1:18-19, Ez. 18:21-23, 33:11, Mt.11:28-30, Jn. 3:16-17, 1 Ti. 1:15-16 vuelva

31 Sal. 34:8, 86:5, 107:8-9, 43, Is.1:18, Mi.7:18-19, Mt. 19:17, Ro. 3:4, 10-12, 5:6-9vuelva

32 Jer. 31:33, Mt. 7:12, 2 Co. 6:16, Col. 3:23-24, 1 Jn. 3:16-17, 4:9-12 vuelva

33 Sal. 72:12, Mt. 11:28-29, Jn. 16:33, Ro. 8:37, Fil. 4:13, He. 13:6, 1 Jn. 2:14 vuelva

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Notas de la Oración:

1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva

2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva

3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva

4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva

5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva

6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva

9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva

10. He. 11:6 vuelva

11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva

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