ABOMINACIONES
AL VAPOR

Por
Tony Alamo

Una de las varias visiones que recibí del Señor alrededor de treinta y tres años atrás era una advertencia de Dios. En aquel tiempo yo estaba tan lejos del Señor que Él me dio varias visiones, todas distintas pero con el mismo significado. Me advertían que no estaba leyendo la Palabra lo suficiente.1 Dios me estaba dejando saber que cuando no estoy leyendo la Palabra, no estoy oyendo de Él, o reponiendo Su Espíritu en el mío para que Su Espíritu pueda continuar viviendo y desarrollándose en mi espíritu. Con todo mi corazón le doy gracias a Dios que en Su misericordia Él me advirtió para que yo no fuera aislado de Él para siempre.

En esta visión particular, lo único que podía ver era mi cabeza. Estaba tan ocupado que en realidad no le estaba prestando atención a lo que estaba comiendo. Masticaba la comida energéticamente mientras que hablaba afanosamente de negocios. Podía ver el vapor que subía de la comida, y me dio curiosidad en cuanto a lo que comía y de qué se trataba esta visión.

El Antiguo Testamento habla de comidas limpias que podemos comer y comidas inmundas que son consideradas una abominación y muy pecaminosas en los ojos del Señor.2 Por ejemplo, nosotros no debemos comer murciélagos, cigüeñas, buitres, pelícanos, patos, gansos, y una variedad de otras, aves tales como los gorriones, los ceones, y las urracas. Sin embargo, sí podemos comer pollos, pavos, codornices, y faisanes, pájaros que tienen mollejas o sistemas de filtración dentro de ellas. No debemos comer cualquier cosa que se arrastra, cualquier cosa que tiene patas, o cualquier cosa que tiene pies palmeados. No debemos comer cocodrilos, caimanes, lagartijas, perros, gatos, caballos, y una variedad de otros animales. Hay pescados limpios y pescados inmundos.3 En el Nuevo Testamento, se nos dice que podemos comer lo que sea conveniente mientras le pidamos al Señor que lo bendiga.4 Para mí, se me hace práctico comer pollo, pavo, y las otras cosas que Dios llama limpio, puesto que ya sé que ciertas cosas son inmundas.

Mientras crecía mi curiosidad con respecto a lo que comía, la visión se ensanchó. Podía ver un plato muy grande, lleno de cocodrilos de dieciséis pulgadas, lagartijas, y otros reptiles recién nacidos al vapor. Parecían gomosas y se meneaban mientras que se movía el plato. Eran de un verde oscuro, gomosas, y al vapor. Los ojos de estas criaturas estaban abiertos, y sentí una repulsión instantáneamente. Le pregunté al Señor lo que significaba esto, pero Él no me contestó en ese momento. Comencé a buscarle el rostro al Señor para saber por qué me fueron dadas estas visiones.

Fue también durante este tiempo que el Señor se me apareció en un espejo óvalo, enmarcado en oro. Ví esta visión mientras estaba completamente despierto, con mis ojos muy abiertos. Podía oír Su voz, pero era como una radio que se prendía y se apagaba. Las palabras que Él decía estaban acortadas. Yo no podía entenderle. Después de escudriñar lo que Él quería decir, aprendí de Él que yo no estaba leyendo u orando lo suficiente, y por lo tanto, no oía Sus preciosas instrucciones.5 No le estaba prestando ninguna atención al camino que debería seguir.6

Cuando leemos la Palabra de Dios, estamos oyendo de Él.7 Cuando escudriñamos Su palabra, descubrimos lo que Él quiere que hágamos.8 Cuando estamos en comunión con Él por la oración, Él nos dice lo que Él quiere que hagamos a base de una comunicación de minuto por minuto, día por día. Es imposible tener poder y dirección del Señor a menos que lo busquemos por medio de Su Palabra y la oración.9 Es imposible que Dios viva y obre en nosotros si no le prestamos atención a Sus Palabras.10

Estas visiones me fueron dadas hace unos treinta y tres años. Ahora conozco la vida victoriosa.11 Estoy tan feliz que Él me despertó. Era como un perro dormido, casi destruido. Satanás era tan sutil.12 Que absurdo fue para mí creer que podría alejar mis ojos de Dios la Palabra y dejar la communion que tenía con El por el Espíritu.13 Le doy gracias a Dios y lo alabo por despertar mi alma porque estamos en los últimos días.14 Dios hizo una obra poderosa a través de Susan y de mí mismo. Él desea que yo continúe haciéndo Su obra por el tiempo que quede para hacerla en este ministerio.15 Qué contento estoy de saber que Él me ama.16

Era dificil darme cuenta que estaba haciendo algo malo. Yo pensaba que era el muchacho apreciado de Dios ya que Él me había mostrado tantas visiones, maravillas, y señales. Él conocía mi corazón y como yo era el supervisor de Su iglesia que estaba ganando muchas almas al Señor, pensé que Él entendería que yo no tenía tiempo para leer y orar como debería estar haciendo puesto que les estaba comprando y construyendo instalaciones en que vivir, y ganando dinero para pagar por su alimento, ropa, y sus necesidades médicas. Siempre había sido el proveedor en mi familia, aún antes de convertirme en un adolescente; y siempre tenía una confianza total en mi capacidad de hacer dinero. Debido a esto, trabajé sin tener en cuenta que debería orarle al Señor para tales finanzas que necesitabamos y buscarle para dirección. Debería haber estado leyendo Su Palabra para aprender más sobre lo que a Él le gusta y no le gusta, y aprendiendo los ejemplos de Cristo y de los apóstoles después de que recibieron Su vida con el Padre por el Espíritu en ellos; comencé a pensar que si estuviera haciendo algo mal Dios me hablaría por medio de visiones y señales.

El poder de Dios está almacenado en Su Palabra.17 Si no la leemos constantemente, diariamente, no tenemos ninguna renovación diaria del Espíritu de Dios.18 Y aunque conocemos la Palabra de Dios, "camino de vida las reprensiones que te instruyen" (Pr. 6:23). Sin la oración no hay comunión con Dios.19 Dios me advertía furiosamente a que me comunicara con Él. Me dejó saber que Él me puso a cargo de la obra más grande que Él tiene en la tierra. Sin embargo, "Dios no hace acepción de personas" (Hch. 10:34). Si lo abandonamos, es decir, abandonamos la lectura de Su Palabra y dejamos de orar, Él nos desechará para siempre. El rey David le advirtió a su hijo Salomón de estas cosas en las siguientes palabras: "Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, Él te desechará para siempre" (1 Cr. 28:9).

Momentos antes de esta serie de visiones, el Señor me ordenó cariñosamente a ayunar por un largo tiempo sin comida ni agua, un ayuno que duró entre treinta y cuarenta días, el cual mencioné en mi folleto titulado Mordiendo la Bala, publicado en septiembre de 1999. Le doy gracias y alabanza al Señor por Su reprensión, Sus regaños, Su misericordia, cariño incomprensible, y por Sus muchas tentativas de mantenernos en el camino estrecho y recto en que cada uno tenemos que caminar para entrar al reino de Dios.20 Mi esposa, Susan, pensó que iba a morir, pero no morí. Era un ayuno del Señor.21 Dios me perdonó.

Muchos de ustedes profetas, pastores, ministros, evangelistas, escribas, y trabajadores han caído en la misma trampa que yo. Este mensaje es para ustedes. Pueden estar pasando por una reprensión severa del Señor porque con conocimiento o sin conocimiento lo han abandonado.22 Dios me ordenó a que escribiera una serie sobre las maneras sobrenaturales en que Él ha tratado conmigo. Aquéllos de ustedes que conocen al Señor saben que les estoy diciendo la verdad con respecto al Señor y a Su doctrina. Mi doctrina no es la mía sino la de Él.23 El Señor quiere que ustedes lean esto para que puedan entender por qué es que no están oyendo de Dios y porqué es que sus oraciones no parecen ser contestadas como las eran antes.24 Muchos de los supuestos Cristianos y muchos de los que son Cristianos están viviendo el mismo estilo de vivir que los que no son salvos, y aún peor que los que no son salvos porque ellos conocen la verdad.25 Si no se arrepienten y hacen las primeras obras, Cristo quitará toda Su luz que ustedes una vez conocían. Jesús dijo, "Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero [tu luz] de su lugar, si no te hubieres arrepentido" (Ap. 2:5).

El Señor quería que les dijera estas cosas, descubriendo mi alma ante ustedes en esperanzas que hagan como hice yo. Quizás habían pensado que era prudente parar de hacer las cosas del Señor para evitar la persecución, o para ser aceptados en su comunidad por sus parientes.26 Pero recuerden, "Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios" (Stg. 4:4). Como todos pueden ver, he elegido ser amado y honrado por Dios en vez de abandonarlo y ser desechado por Él.27 Todos sabemos lo que dice la Palabra de Dios con respecto al destino de aquéllos que buscan la honra y el respeto del hombre más bien que la honra y el respeto de Dios.28 Si no regresan de nuevo a Dios, sus vidas valen menos que una moneda de madera. Hubiera sido tan absurdo para mí no regresar a la obra de entregarme totalmente y completamente al Señor.29 Es tan absurdo para cualquier persona no rechazar al mundo para estar seguro en Cristo.30

Cuando el mundo entero me desdeña por causa de Cristo, soy lo más feliz en el Señor.31 Si el mundo me amara, yo estaría tan asustado de estar perdido.32 He elegido ser amado por Dios aunque sea odiado por los hombres. Ustedes pueden hacer lo mismo si renuevan sus votos y se hacen calientes para Él. Su tibieza les causará que Él los vomite de Su boca.33 No podemos ser un amigo de este mundo y un amigo del Señor al mismo tiempo.34 No podemos servir a dos maestros.35

Todo el mundo sabía que los profetas de Dios eran los profetas de Dios. Cada uno conocía la doctrina de Cristo. No estaban de aquí para allá. Ellos sabían lo que defendía Cristo así como lo que defendían los apóstoles después que Cristo con el Padre por el Espíritu entró en ellos en el día de Pentecostés.36 ¿No se puede reconocer que todo el mundo sabe cuál es mi posición con Cristo? Yo no estoy pretendiendo ser un amigo del mundo para recibir algún pago condenado de él. Si su posición es diferente a la de Cristo, los profetas, los apóstoles, y de mí mismo, ustedes están comiendo abominaciones al vapor como una vez las comí yo, en vez de comer del árbol de la vida.

A menos que sean suicidas, ustedes no conocen el día ni la hora que vendrán sus muertes.37 Si son suicidas, encontrarán que adonde van es mucho peor que en donde están ahora.38 "Las Palabras de Jehová son Palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces" (Sal. 12:6). La Palabra del Señor es el pan de vida.39 Si la comemos, tenemos vida. Jesús dijo, "Yo soy el pan de vida" (Jn. 6:35). Él es Dios la Palabra,40 la plenitud de la Deidad41 que vivió en un cuerpo humano,42 comprobándole al mundo que la carne humana unida a Él por Su Espíritu como fue el cuerpo humano de Cristo, puede mantener la vida eterna victoriosamente en este mundo enfermo de pecado.43 Gálatas 1:8 declara, "Si aun nosotros, o un ángel del Cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema."

Dios me mostró que si yo comía de cualquier otra doctrina que no fuese la Suya, sea mía o de cualquier otro, yo estaría comiendo abominaciones, no haciendo la voluntad de Dios.44 Aquéllos que comen abominaciones, que no viven según las Escrituras, serán desechados por Dios.45 "Si le buscareis, será hallado de vosotros" (2 Cr. 15:2). Mientras comen de este pan puro y refinado de vida, dénle alabanza a Dios y regocígense. Estén alegres y confíen en Dios por su liberación sobre el enemigo de sus almas. No le tengan miedo a la bestia, la ramera, al falso profeta o a cualquier otra cosa satánica. "Teme a Dios, y guarda Sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre" (Ec. 12:13).

Mientras leen la Palabra de Dios, "Considerad a Aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra Sí Mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por Él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el Padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos" (He. 12:3-8).

Esta advertencia de Dios me resulta obvio que mucha gente está haciendo cosas abominables porque piensa que estas cosas son del Señor. Estas cosas incluyen dándole diezmos a la iglesia equivocada, y estando más preocupado con construir, proveer alojamiento, llenando granjas, y una variedad de otros negocios, que leer la Palabra de Dios y comunicándose con Él en oración. En esta visión el Señor me mostró que aún haciendo lo que yo pensaba ser tan maravilloso, era una abominación. ¿Cuánto más una abominación es si un hijo de Dios comienza a concentrarse en cualquier cosa en el mundo, en los deseos de su carne, los deseos de sus ojos, el orgullo de la vida, o en cualquier otro artificio de Satanás?46 Dios nos ordena a que nos juzguemos por Su Palabra porque será Su Palabra que nos juzgará en el día del juicio. "La Palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero" (Jn. 12:48).47 Si descuidamos Su voluntad en favor de la nuestra, es para nuestra propia destrucción.48 Si pensamos que Dios es tan relajado que podemos hacer nuestra propia voluntad y aún agradarle, más nos vale que leamos las escrituras de nuevo.49 Esto es exactamente lo contrario a lo que nos dicen las escrituras. No necesitamos maravillar cuál es nuestro destino "si descuidamos una salvación tan grande" (He. 2:3), o consideren "¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia [la vida del Dios Trinidad que vive en nosotros]?" (He. 10:29).

¿Jamás han examinado su iglesia y la han juzgado según la Palabra de Dios?50 Si no lo han hecho, necesitan hacerlo. Sólo la Palabra de Dios puede dar vida.51 La falsa doctrina no la proporcionará. La Palabra de Dios declara que la Palabra que juzga todas las cosas nos juzgará a todos.52 Se nos permite juzgar todas las cosas si usamos la Palabra de Dios para juzgar porque no es nuestro propio juicio sino el juicio de Dios que estamos usando. Sólo se nos prohíbe usar nuestro propio juicio. Pablo declaró, "¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas [con la Palabra de Dios]? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?" (1 Co. 6:2-3). ¿Cómo podríamos juzgar lo bueno de lo malo si no tuvieramos la Palabra de Dios que nos muestra claramente la diferencia? Sólo sabemos lo que es aceptable para Dios juzgando todo con la Palabra de Dios.53

Comiencen a permitir que el Señor viva Su vida y obre Sus obras en ustedes, como Él lo hacía, antes de que sea demasiado tarde.54 Si nunca han sido salvos, entonces reciban a Cristo con el Padre en su espíritu por Su Espíritu Santo.55 Comiencen a caminar con Dios en Su reino divino sinceramente clamándole a Él con la oración del pecador:

Mi Señor y mi Dios, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que Jesucristo es el Hijo del Dios Viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre por el perdón de todos mis pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4 y que Él está sentado a la mano derecha de Dios en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración. 5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón Señor Jesús. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor Jesús; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor Jesús, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11


Usted acaba de completar el primer paso en una serie de cinco pasos que se requieren para recibir la salvación. Su segundo paso es negarse a sí mismo y aceptar la cruz cada día con el propósito de mortificarse, es decir, para darle muerte a su propia voluntad, a su ser autosuficiente, y al mundo con todos sus deseos. Todos estos tienen que ser bautizados en la muerte de Cristo. El tercer paso es su resurrección de la vida satánica de Adán a la vida libre de pecados de Cristo. El cuarto paso es su ascensión a una posición de autoridad para reinar por Dios en la tierra, y el quinto paso es reinar por Dios en la tierra hasta el fin con el propósito de traer el reino del Cielo a la tierra. Usted tiene que aprender la Palabra de Dios, luego someterse y hacer lo que la Palabra dice, para que la Iglesia y el mundo puedan ver pruebas de su sumisión a la Palabra de Dios, Su orden, y Su autoridad en usted y por usted.
Alabado sea el Señor. Que Dios lo recompense abundantemente.

Pastor Mundial Tony Alamo


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Notas del "ABOMINACIONES AL VAPOR":vuelva arriba

1 Jn. 1:1, 14, 6:63, Ro. 10:17, Ef. 2:8, Col. 1:23, He. 11:1, 6 vuelva

2 Lv. cap. 11 vuelva

3 Lv. 11:9-12 vuelva

4 Ro. 14:6, 14, 1 Ti. 4:3-5 vuelva

5 Sal. 119:116, Mt. 4:4, 7:7-8, 10:14, 27, 11:15, 13:9, Mr. 4:18-20, 16:16, Lc. 6:27, 8:5-15, Jn. 6:63, 8:28, 47, 2 Ti. 3:16, Stg. 1:22, 1 Jn. 2:4, Ap. 1:3, 19:12-13 vuelva

6 Pr. 10:17, 15:32-33, caps. de Jonas 1-2, Jn. 14:26, 16:13, Fil. 3:9, 2 P. 3:14 vuelva

7 Pr. 19;20-21, Mt. 4:4, 8:8, 16, 13:20-23, 18:16, Mr. 4:14-20, 33, Ro. 10:17 vuelva

8 Pr. 1:2-9, 4:1, 13, Jn. 8:12, 2 Ti. 3:16-17 vuelva

9 Mt. 10:8, 28:18, Jn. 11:25, 12:46-48, 14:6, 14, 15:4-10, Ro. cap. 8, 11:22-23, Fil. 4:13, Col. 2:9, 1 Jn. 2:28, Ap. 1:8, 2:22-23, 6:15-17 vuelva

10 Dt. 31:16-18, 2 Cr. 7:19-21, 15:2, Mt. 10:28, 21:41, Mr. 1:24-25, Jn. 15:4, 17:8 vuelva

11 Jn. 16:33, Ro. 3:4, 12:21, 1 Co. 15:54-57, 1 Jn. 2:13-14, 4:4, 5:4-5, Ap. 15:2-4, 17:14 vuelva

12 Gn. 3:1, Mt. 24:4-5, 11, 24, Mr. 13:5-6, Jn. 8:44, Ro. 16:18, 1 Co. 3:18, 2 Co. 3:14, Ef. 4:14-15, 5:6, 1 Ts. 2:3-6, 1 P. 5:8, 1 Jn. 1:8, 3:7-9, Ap. 12:9, 20:2-3 vuelva

13 Mt. 6:9-18, 26:41, Mr. 11:24, 13:33-37, 14:38, Lc. 18:1-8, 21:36, Hch. 2:42, 10:4, Ro. 1:9, 15:30-33, Ef. 1:15-17, 4:27, Col. 4:12, 1 Ts. 1:2-4, 5:17, 1 Ti. 2:1, 5:5, 2 Ti. 1:3 vuelva

14 2 Ti. 3:1-5, 2 P. 3:3-4 vuelva

15 Mt. 10:22, Ro. 2:7 vuelva

16 Sal. 97:10, Jn. 14:21, 10:17, 14:15, 23, 15:9-13, 19, 17:26, Ro. 5:5, 8, 8:28, 35-37, 1 Jn. 2:3-5 vuelva

17 Gn. 1:1-7, 26-27, Mt. 8:16, Mr. 4:41, 16:20, Lc. 4:4, 32, 36, 7:7, 8:11-12, Jn. 1:3, 6:68, Ap. 19:13 vuelva

18 Ro. 12:2, Col. 3:10, Tit. 3:5, 1 Jn. 5:7 vuelva

19 Ex. 25:22, Dt. 4:29, Sal. 50:15, Is. 65:24, Mt. 6:8, 32, 7:7, Hch. 2:21, Ro. 10:12-13, Col. 4:2, Stg. 4:2, 7-8 vuelva

20 Pr. 6:23, Mt. 7:13-14, 2 Ti. 4:2, 5 vuelva

21 Ex. 34:27-28, Dt. 9:9-10, 17-18, Is. cap. 58, Jon. 3:5, Mt. 4:1-2, Hch. 10:30, 2 Co. 11:25-27 vuelva

22 Job 5:17, Sal. 94:12, 107:17-21, 119:67, 75, Pr. 3:11-12, He. 12:5-13, Ap. 3:19 vuelva

23 Mt. 7:28, 22:33, Mr. 1:22, 27, Jn. 7:16-17, Hch. 2:42, Ro. 6:17, 16:17, 1 Ti. 1:3, 4:6, 13, 16, 5:17, 6:1, 3, 2 Ti. 3:10-11, 16, 4:2-3, Tit. 1:9, 2:1, 7-8, 2 Jn. 9-10 vuelva

24 Mt. 7:7-8, Lc. 11:9-10, Jn. 16:24, Stg. 1:5, 4:2-3 vuelva

25 Mt. 3:2, 4:17, 7:15, 13:22, Mr. 6:12, Lc. 13:3, 1 Co. 3:1-4, 11:17-22, 1 Jn. 2:18-19, Jud. 11-13, Ap. 2:4-5, 16, 21-22 vuelva

26 Mt. 10:28, 23:5-7, 12, Lc. 6:22-26, Ap. 3:14-16, 21:8 vuelva

27 1 Co. 9:27 vuelva

28 Gá. 1:10, Ef. 6:5-8, Col. 3:22-25, Stg. 4:4, 1 Jn. 2:15-17 vuelva

29 Mt. 6:19-21, 13:45-46 vuelva

30 Sal. 14:1, Mt. 7:13-14, 10:28, 16:26, Lc. 13:24-28, 16:19-26, Stg. 4:4, 1 Jn. 2:15-17 vuelva

31 Dt. 20:1-4, Jos. 23:10, 2 R. 6:15-16, 19:14-19, 35, Sal. 18:2, 22:5, 27:10, 34:6, Is. 54:17, 59:19, Jer. 1:19, 15:20-21, Lc. 6:22-23, 21:17-18, Jn. 15:18-19, Hch. 12:1-11, Ro. 8:31, 37, 2 Ti. 3:12, Ap. 13:7 vuelva

32 Jn. 15:18-20, 23-25, Stg. 4:4 vuelva

33 Ap. 3:16 vuelva

34 Stg. 4:4 vuelva

35 Mt. 6:24 vuelva

36 Hch. 2:36-47, Fil. 3:7-11 vuelva

37 Mt. 6:34, 24:36, Lc. 12:35-47, Jn. 7:6, 1 Ts. 5:2, Stg. 4:15 vuelva

38 Ap. 21:8 vuelva

39 Jn. 6:33-35, 53-58 vuelva

40 Jn. 1:1, 14, Ap. 19:13 vuelva

41 Jn. 11:25, 14:6-11, Col. 1:19, 2:9 vuelva

42 Mt. 1:22-23, Is. 7:14 vuelva

43 Jn. 16:33, 17:4-8, Ro. 8:37-39, Fil. 2:5-9, 2 Ti. 4:7-8, He. 4:15, 3:1-16, 1 Jn. 4:4 vuelva

44 Gá. 1:8-9, Fil. 3:9, 1 Jn. 4:1-3 vuelva

45 1 Co. 6:9-10, Stg. 2:10-11, 1 Jn. 2:4, Ap. 21:8 vuelva

46 He. 6:4-8, 10:38, 2 P. 2:22, 1 Jn. 2:15-17 vuelva

47 Ro. 2:12, 1 Co. 11:31, 2 Co.13:5, Stg. 2:12, Ap. 20:12 vuelva

48 Pr. 2:12-15, 22, 4:19, 10:29, 11:5-6, Mt. 16:24-26 vuelva

49 Ec. 12:13, Jn. 15:14, 1 Jn. 2:3-4 vuelva

50 1 Co. 11:31-32, 1 P. 4:17 vuelva

51 Jn. 6:51, 63, 68, 14:6, 5:24, 40, Hch. 13:48, Fil. 2:16, 1 Jn. 1:1-2 vuelva

52 Ro. 2:12, 16, Stg. 2:12, 14:10-12, 1 P. 4:5, 2 Ti. 4:1, Ap. 20:16 vuelva

53 Dt. 32:4, Jn. 12:48, Hch. 10:42, Ro. 2:16, 1 P. 4:5 vuelva

54 Jn. 6:37, 40, 14:23, 1 Co. 3:16, 2 Co. 6:16, Col. 3:16, 2 P. 3:9, 1 Jn. 3:24, Ap. 2:5, 21:3 vuelva

55 Zac. 4:6, Jn. 3:3-7, 17:20-23, Ro. 8:11, Ap. 3:20 veulva

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Notas de la Oración:

1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva

2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva

3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva

4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva

5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva

6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva

9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva

10. He. 11:6 vuelva

11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva

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