ESPÍRITU O AGUA
Escrito en 2010
Por Tony Alamo
alias Bernie Hoffman
La PALABRA de DIOS nos dice que hay dos tipos de agua. Un tipo de agua es ESPÍRITU, que es agua del Cielo para el alma.1 El otro tipo de agua es el agua en la tierra que bebemos para refrescar nuestros cuerpos y sostener la vida humana. El agua espiritual es del Cielo, que fortalece, riega, y refresca nuestras almas eternas, y el agua terrenal es lo que mantiene nuestros cuerpos humanos mientras estamos aquí en la tierra.
JESÚS fue engendrado por el ESPÍRITU SANTO.2 JESÚS dijo, “Las palabras que YO os he hablado son ESPÍRITU y son vida [agua para vuestras almas]” (Juan 6:63). JESÚS es la PALABRA de DIOS que vino a la tierra como un hombre.3
En el libro de Génesis, en el segundo de los seis días de la creación, “Dijo DIOS [JESÚS]: Haya expansión [una separación, la expansión del cielo] en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo DIOS la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó DIOS a la expansión Cielos” (Génesis 1:6-8).
Es mandatorio que bebamos de ambas aguas. El que está encima de la expansión fortalece nuestra vida espiritual para que no nos apartemos de JESÚS nuestro SEÑOR y morir espiritualmente,4 y el que está debajo de la expansión mantiene nuestros cuerpos físicos funcionando.
JESÚS se me apareció en una visión (yo estaba muy despierto). Yo creo que tenía alrededor de treinta y cuatro años de edad en ese tiempo. ÉL se me apareció ante mis ojos, que estaban bien abiertos en un cuarto muy oscuro. Yo pensé que ÉL había venido para llevarme al Cielo. No sabía que estaría tan feliz de ver a mi SEÑOR, o tan contento en la perspectiva de dejar este mundo para estar con ÉL, pero lo estaba. Con una sonrisa en mi rostro, exclamé, “¡¡SEÑOR!!” ÉL sacó SU mano y dijo, “Todavía no.” Esa fue la mayor decepción que he tenido en toda mi vida.
JESÚS empezó a hablarme, pero SUS palabras se estaban rompiendo. Yo no podía entender lo que ÉL estaba diciendo. Era como si se apagara y encendiera una radio, una y otra vez. JESÚS me estaba dejando saber que yo no estaba estudiando SU PALABRA lo suficiente. En ese tiempo yo pensaba que Susie, mi difunta esposa, estaba supuesta predicar y enseñar, y yo estaba supuesto ganar dinero para apoyar el ministerio. Nunca me imaginé que DIOS me usaría de la manera que ÉL me ha usado para difundir el Evangelio. ÉL parecía estar realmente preocupado de mí. Me di cuenta de que realmente LE gustaba, pero ÉL comunicó que era de suma importancia que yo realmente estudiara SU PALABRA continuamente para saber lo que ÉL estaba diciendo para mi beneficio y el beneficio de la gente del mundo que yo alcanzaría.
Yo amaba y respetaba a mi esposa Susie más que nada ni nadie en el mundo, sin embargo, cuando pensé que JESÚS me iba llevar al Cielo, ella ni entro en mi mente. JESÚS y el Cielo son tan magníficos que no puedes pensar de nada más cuando lo ves a ÉL (es decir, si eres salvo). Si yo muero o soy martirizado antes de que el SEÑOR regrese, no lamentes mi muerte. ¡Es difícil para mí esperar ese día glorioso!
Después que DIOS se llevó a Susie, me di cuenta que la iglesia era mi responsabilidad, y realmente me sentí mal porque no había estudiado la PALABRA más. La persecución y las tribulaciones se intensificaron más, como la visión que tuve una vez de escalar una montaña bien difícil.
Una noche antes de que comenzara nuestro servicio en la iglesia, el SEÑOR me dijo que yo tenía que ser cientos de millones de veces más fuerte que el roble gigante que creció junto a nuestra iglesia en Los Angeles (en la imagen de la portada). Sólo unos minutos después que el SEÑOR me había dicho esto, era casi tiempo para que el servicio comenzara. Empecé el servicio y comencé a decirle a la congregación lo que el SEÑOR me había acabado de decir con respecto al roble grande, y cómo yo tenía que ser cientos de millones de veces más fuerte que ese árbol masivo. Nos empezamos a reír todos juntos. Yo dije, “Yo no sé como yo podría ser tan fuerte que ese árbol.” De repente, sentimos la tierra temblar como un terremoto. Yo dije, “¿No sería algo si eso fuera el árbol?” Ellos miraron por las ventanas, luego me miraron con gran asombro y dijeron, “¡Es el árbol!” Ese árbol enorme estaba realmente muerto, y cayó al suelo. Esto era aterrador para todos, y en realidad hizo que todo mi espíritu, alma, y cuerpo temblaran. El SEÑOR me advirtió que no estaba bebiendo SUS aguas espirituales lo suficiente. En ese tiempo, yo tenía tantas distracciones. Ahora tengo que beber el agua espiritual ambos día y noche. Estamos tan cerca al tiempo de las angustias de Jacob, el tiempo de gran tribulación que vendrá sobre la tierra entera.5 El pueblo de DIOS perecerá si ellos no entienden que no es suficiente vadear en las aguas espirituales sobre el firmamento. Vadear sólo hasta los tobillos no es suficiente, o hasta las rodillas no es suficiente, incluso vadear hasta los lomos no es suficiente. Nosotros (todos) tenemos que nadar en las aguas espirituales sobre el firmamento, ya que estas aguas espirituales (la PALABRA de DIOS) son ESPÍRITU y vida para nosotros (Ezequiel capítulo 47:1-12, Juan 6:63).
Tienes que estar totalmente sumergido en el ESPÍRITU SANTO, y buscar celosamente al SEÑOR y servirle a ÉL con todo tu corazón, mente, y cuerpo.6 Cualquier cosa menos es ser tibio. JESÚS dijo, “YO conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de MI boca” (Apocalipsis 3:15-16). ÉL promete echar a los tibios fuera del cuerpo de creyentes en CRISTO, la Iglesia de DIOS.
Nicodemo Visita a JESÚS
“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a JESÚS de noche, y LE dijo: Rabí, sabemos que has venido de DIOS como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que TÚ haces, si no está DIOS con él. Respondió JESÚS y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de DIOS. Nicodemo LE dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió JESÚS: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del ESPÍRITU, no puede entrar en el reino de DIOS. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del ESPÍRITU, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del ESPÍRITU. Respondió Nicodemo y LE dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?
“Respondió JESÚS y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? Nadie subió al Cielo, sino el que descendió del Cielo; el HIJO del hombre, que está en el Cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el HIJO del hombre sea levantado, para que todo aquel que en ÉL cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
“Porque de tal manera amó DIOS al mundo, que ha dado a SU HIJO unigénito, para que todo aquel que en ÉL cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió DIOS a SU HIJO al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por ÉL. El que en ÉL cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito HIJO de DIOS. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en DIOS” (Juan 3:1-21).
JESÚS Habla con la Mujer
Samaritana en el Pozo
“Vino [ÉL], pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces JESÚS, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y JESÚS le dijo: Dame de beber. Pues SUS discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.
“La mujer samaritana LE dijo: ¿Cómo TÚ, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Respondió JESÚS y le dijo: Si conocieras el don de DIOS, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y ÉL te daría agua viva. La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres TÚ mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? Respondió JESÚS y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que YO le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que YO le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4:5-14).
“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al PADRE en ESPÍRITU y en verdad; porque también el PADRE tales adoradores busca que LE adoren. DIOS es ESPÍRITU; y los que LE adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el MESÍAS, llamado el CRISTO; cuando ÉL venga nos declarará todas las cosas. JESÚS le dijo: YO soy, el que habla contigo” (Juan 4:23-26).
“En el último y gran día de la fiesta, JESÚS se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a MÍ y beba. El que cree en MÍ, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del ESPÍRITU que habían de recibir los que creyesen en ÉL; pues aún no había venido el ESPÍRITU SANTO, porque JESÚS no había sido aún glorificado” (Juan 7:37-39).7
Si nosotros nos mantenemos completamente sumergidos, nadando en las Aguas santas vivas, espirituales, soportaremos fácilmente las tribulaciones que se acercan rápidamente. Si no nadamos en el Agua celestial que es la PALABRA, el ESPÍRITU, moriremos espiritualmente, caeremos de la fe en JESÚS, y nos convertiremos en miembros del Anticristo. No tendremos la fuerza espiritual para vencer y tomaremos la Marca de la Bestia, la cual condenará nuestras almas al Infierno para siempre.8
Nosotros estamos en una guerra, una guerra espiritual de palabras. Esta es la guerra de DIOS para luchar contra el diablo y su difamación. Nosotros luchamos porque no tenemos otra alternativa. Pero la victoria será nuestra porque DIOS luchará por nosotros cuando caminamos en SUS caminos. Pablo dijo, “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:7). ¡Él ganó! Tú ganarás también si nadas en las aguas sobre el firmamento. Mantén la fe. Cuando el SEÑOR regrese, eso será lo que ÉL estará buscando (Lucas 18:8). “Porque todo lo que es nacido de DIOS vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Juan 5:4). 9
¡Salva tu alma ahora! JESÚS derramó SU sangre sin pecado para que tus pecados pudieran ser perdonados y pudieras tener comunión con tu PADRE celestial. ¡Arrepiéntete de tus pecados pasados y empieza tu nueva vida espiritual ahora! Ora esta oración a DIOS en el nombre de JESÚS:
Oración
Mi Señor y mi DIOS, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que JESUCRISTO es el Hijo del DIOS viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre para el perdón de todos mis anteriores pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4y que Él está sentado a la diestra de DIOS en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración.5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón, Señor JESÚS. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor JESÚS; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, la Biblia, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso sé que Tú me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor JESÚS, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11
Después de salvación, JESÚS dijo que seas bautizado, completamente sumergido en agua, en el nombre del PADRE, y del HIJO, y del ESPÍRITU SANTO.12 Estudia con diligencia la Biblia, Reina-Valera 1960, y haz lo que dice.13
CRISTO y DIOS el PADRE ahora viven en ti a través del ESPÍRITU SANTO. Hay una manera en la cual puedes recibir una porción más completa de la naturaleza divina de DIOS en ti. Entre más naturaleza divina de DIOS vive en ti, más podrás estar firme contra las tentaciones que tan fácilmente han alejado a tantos millones de Cristianos de la salvación. Ora para recibir el bautismo en el ESPÍRITU SANTO. Para instrucciones en cómo recibir el bautismo en el ESPÍRITU SANTO y para recibir más de la naturaleza santa de DIOS, pide nuestra literatura o llama. Porque sin santidad, nadie verá a DIOS (Hebreos 12:14).
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Si deseas que el mundo sea salvo, como manda JESÚS, entonces no robes a DIOS de SUS diezmos y ofrendas. DIOS dijo, “¿[Robarás] a DIOS? Pues vosotros ME habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros la nación toda [y este mundo entero], ME habéis robado. Traed todos los diezmos [‘diezmo’ es el 10% de tus ingresos gruesos] al alfolí y haya alimento [Espiritual] en MI casa [almas salvas]; y probadme ahora en esto, dice JEHOVÁ de los EJÉRCITOS, si no os abriré las ventanas de los Cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice JEHOVÁ de los EJÉRCITOS. Y todas las naciones os dirán bienaventurados: porque seréis tierra deseable, dice JEHOVÁ de los EJÉRCITOS” (Malaquías 3:8-12).
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SPANISH— VOLUME 30800—SPIRIT OR WATER
Notas del :
1. Ez. 36:24-27, Jn. 4:7-14, 7:37-39, Ef. 5:25-27, Ap. 21:6, 22:17 vuelva
3. Jn. 1:1-3, 10-14, 1 Jn. 1:1-3, Ap. 19:11-16 vuelva
4. Dt. 17:18-20, Jos. 1:8, Mt. 4:4, Jn. 8:31-32, 15:3-7, Hch. 20:32, Ef. 5:24-27, 6:11-17, Col. 3:16, 2 Ts. 2:15, 2 Ti. 2:15, 3:14-17, Stg. 1:21, 1 P. 2:2 vuelva
5. Jer. 30:7, Mt. 24:4-31, 36-44, Mr. 13:24-27, 1 Ts. 4:13-18, Ap. 6:9-11, 7:13-17 vuelva
6. Dt. 4:29, 6:5, 10:12, 13:3-4, 26:16, 30:6, Jos. 22:5, Mr. 12:29-31 vuelva
7. Lc. 24:49, Hch. 1:8, 2:1-18, 38-39, 19:1-6 vuelva
8. Ap. 13:11-18, 14:9-11, 16:1-2, 19:20, 20:4 vuelva
Notas de la Oración:
1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva
2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva
3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva
4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva
5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva
6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva
7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva
8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva
9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva
10. He. 11:6 vuelva
11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva
12. Mt. 28:18-20, Jn. 3:5, Hch. 2:38, 19:3-5 vuelva
13. Dt. 4:29, 13:4, 26:16, Jos. 1:8, 22:5, 2 Ti. 2:15, 3:14-17, Stg. 1:22-25, Ap. 3:18 vuelva