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SANGRE

Por
Tony Alamo

“Tú, enemiga mía, no te alegres de mí, porque aunque caí, me levantaré; aunque more en tinieblas, Jehová será mi luz...hasta que juzgue mi causa y haga mi justicia; El me sacará a luz; veré Su justicia. Y mi enemiga lo verá, y la cubrirá vergüenza; la que me decía: ¿Dónde está Jehová tu Dios?”1

“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.”2

Como declara la Biblia, cada uno tiene que someterse a sí mismo hacia la voluntad de Dios en esta vida, haciendo que todo dentro de su alma mortal le sirva a El para que su objetivo principal, el Cielo, sea alcanzado.

En el mundo en donde vivimos al presente, el aire es denso con los dardos de fuego de Satanás. Estos dardos están todos dirigidos por Satanás mismo a nuestras almas inmortales para interrumpir, impedir, y especialmente para parar nuestro alcance del reino del Cielo.

Se nos manda a buscar a Dios para una cubierta espiritual y protectora alrededor de y sobre nuestra alma para que podamos escapar el Infierno y alcanzar el Cielo. Esta cubierta protectora se llama “toda la armadura de Dios.”3 Sin el escudo de Dios, es imposible vivir una vida vencedora y recibir a la larga los dones de Dios. El “escudo de la fe”4 es la gracia de todas las gracias (el poder de todos los poderes) porque es el factor necesario para la salvación y cubre cada área de defensa para el alma de los asaltos tentadores sobre ella. Satanás está continuamente disparando dardos de fuego para traer horror y terror dentro de la conciencia de los santos verdaderos por medio del uso de acusaciones falsas. El escudo de la fe capta el choque de cada dardo que preserva la salvación del Cristiano. El Salmista David declaró, “Hubiera yo desmayado, si no creyese.”5 David declara en el verso antes de ése, “se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.”6 La fe era la pared de defensa de David, su escudo contra las acusasiones falsas de los dardos de fuego disparados de ellos, los testigos falsos que los odiaban. El Apóstol Pablo declaró, “Sobre todo, tomad el escudo de la fe.”7 Este escudo es la única manera de obtener la salvación y preservarla apagando “todos los dardos de fuego del maligno.”8

Nosotros sabemos que tenemos fe cuando resistimos la tentación. Si usted es incapaz de resistir la tentación, usted no posee esa pieza de armadura la cual Pablo declara que es “sobre todas” otras piezas de esta cubierta.

El diablo tiene fe, pero no la clase de fe que puede justificarlo ante el Señor. “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.”9 La fe temporal tampoco justificará a cualquiera ante el Señor. Los dardos de fuego nunca son apagados por la fe temporal, una fe que primero corre caliente, después fría. Una fe verdadera que salva, una fe que sostendrá la salvación hasta el día del juicio, es una fe constante que crece y vence todo obstáculo diariamente. “Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo”10 porque los vencedores han hecho de la fe un hábito que crece, que se multiplica diariamente, momento por momento, hasta que crecen “a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.”11 No es temporal, sino constantemente firme y duradera, “Y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.”12

El Apóstol Juan crió una iglesia llena de Cristianos que alcanzaron esta estatura por una fe constante, diaria, momento por momento, que se multiplica. A través del Espíritu Santo, el Apóstol los encomienda diciendo, amados “Habéis vencido al maligno.”13

Nosotros podemos entender la Palabra de Dios y estar de acuerdo con ella mentalmente. Esto no es fe. Dios y el mundo sólo creerán nuestra fe cuando estamos haciendo las obras mandadas por Dios. El Apóstol Santiago declaró, “Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.”14

El estar de acuerdo con la Palabra y no hacerla es simplemente un acto de reconocer la Palabra, la cual pueden hacer los réprobos y los diablos. Sin embargo, la fe que ganará la entrada de alguien al reino del Cielo es la fe que crece constantemente a la plenitud de Cristo.

Dios tiene que ser creído con “todo el corazón.”15 La manifestación, la substancia de la fe es el hacer de las obras de Dios, de acuerdo a la Palabra, la voluntad de Dios.16 La raíz de la iniciativa necesaria para ejecutar las obras de Dios es el “temor de Jehová”17 el cual es el “principio de la sabiduría”18 y el principio del conocimiento.19 El temor del Señor tiene que ser colocado en el entendimiento y la voluntad del alma. Esta chispa de nuestro Creador infinito hace la diferencia entre una persona que sólo es religiosa pero perdida, y una que es verdaderamente NACIDA DE NUEVO DEL ESPIRITU, salva, la diferencia entre un maniquí y un verdadero HIJO DE DIOS PALPITANTE Y VIVIENTE.

La Palabra de Dios declara que tenemos que creer con todo el corazón.20 Eso es, tenemos que creer que Cristo vino al mundo para ser la única y sóla ofrenda sacrificial por nuestros pecados anteriores. El nació para morir21 y derramó Su sangre para la limpieza de nuestros pecados anteriores.22 Sin esto, todas las obras que El había hecho hubieran sido labor perdida. Nosotros tenemos que tener fe que no hay redención, no hay salvación, no hay el nacer de nuevo sin la sangre de Cristo, la cual fue derramada en Su crucifixión.23

Efesios 1:7 declara, “En quien tenemos redención por Su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de Su gracia [Su Poder].” Todos los que son salvos han sido comprados con la propia sangre de Dios.24 No hubiera ninguna iglesia de Dios sin la propia sangre de Cristo. La iglesia entera de Dios, la novia de Cristo, era y continúa siendo sacada fuera del costado sangriento del Salvador mortecino como Eva, la novia de Adán, fue tomada de su costado.25

No hay otra salvación para la raza humana entera sino a través de la sangre de Cristo.26 “La vida [vida eterna] de la carne en la sangre [la sangre de Cristo limpiadora del alma] está.”27 Nosotros tenemos que colocar nuestra fe en el Cristo sangriento, “A quien Dios puso como propiciación” por nosotros, “por medio de la fe en Su sangre.”28 Pero nuestra fe tiene que descansar sobre la crucifixión de Cristo y Su sangre tanto para nuestro perdón de todo pecado anterior como para la vida eterna.

El hecho poderoso de la crucifixión y la sangre de Cristo es para nosotros el amor misericordioso de Dios. Cuando verdaderamente aceptamos, por fe, este acto poderoso del amor y de la misericordia de Dios para nosotros, él crucificará todos nuestros propios pensamientos, nuestras maneras pecaminosas y carnales, nuestras dudas, y todos nuestros temores satánicos. Nos hará ascender triunfantemente, como lo hizo El, sobre todo obstáculo, incluyendo la muerte, el Infierno, y el sepulcro.

Nosotros fuimos creados para vivir en armonía con Dios. Esto solamente puede ser logrado aceptando a Cristo. Nuestra voz fue creada por Dios para orarle a El, para cantarle alabanzas a El, y para darle a El gloria por nuestro testigo de El a otros. Nuestros corazones fueron creados por Dios para responder a Su cada Palabra, a solamente Su voz. Jesús dijo, “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.”29 “Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.”30

Nuestras almas fueron creadas por el Dios Todopoderoso y Su Hijo Cristo Jesús para que El viva en nuestro cuerpo, Su Templo,31 para que nosotros podamos ser canales por el cual Su sufrimiento y amor puedan continuar fluyendo hasta Su regreso.32

Aquéllos de nosotros que lo aceptamos a El por nuestro escudo de la fe podemos, sin interrupción, permitir que Sus Palabras fluyan por nosotros a este mundo hambriento por Dios, que aquellas almas que tienen hambre y sed puedan comer y tomar el poder de Su Palabra, la cual es Su cuerpo y Su sangre,33 que creó y guarda nuestras almas y todas las galaxias del universo.34

La conciencia del hombre no le permitirá vivir una vida feliz y abundante con el conocimiento de la Palabra de Dios que el pecado está sobre su alma. Tampoco puede estar seguro el corazón, confiado, y feliz en su propia presunción cuando sabe que la ley de Dios se opone a él.35 Su confianza vana en sí mismo tiene que morir. La confianza en Dios tiene que reemplazarla en orden de que él tenga paz y felicidad con Dios.36

Nosotros tenemos que personalmente venir a ser familiarizados con Cristo. Tenemos que conocerlo.37 Si no lo hacemos, Cristo dirá en el día final del juicio, “Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”38

Tenemos que creer como el Apóstol Pablo quien dijo, “YO SE A QUIEN HE CREIDO, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.”39

La Palabra de Dios, Cristo,40 tiene una técnica espiritual, muy especial de Sí Mismo. La técnica de Dios para la salvación verdadera es simplemente ésta: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo.”41 “Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.”42 𠇎l que en El [Cristo] cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado.”43

En Isaías 27:5, Cristo es llamado la fuerza de Dios. “¿O forzará alguien [usted] mi fortaleza? Haga conmigo paz [usted]; sí, [usted] haga paz conmigo.” Haga paz con Dios. Reciba Su fuerza y Su Vida, la cual es Cristo, ahora mismo diciendo esta oración:

Oración

Mi Señor y mi DIOS, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que JESUCRISTO es el Hijo del DIOS viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre para el perdón de todos mis anteriores pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4y que Él está sentado a la diestra de DIOS en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración.5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón, Señor JESÚS. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor JESÚS; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, la Biblia, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso sé que Tú me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor JESÚS, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11

Ahora que usted es salvo y ha sido perdonado de sus pecados, levante sus manos y alabe al Señor. “Alégrense los cielos, y gócese la tierra, y digan en las naciones: JEHOVA reina.”44

Cristo ahora vive en usted por el Espíritu Santo.45 Hay una manera en que usted puede recibir una porción más completa de la naturaleza divina de Dios en usted. Dios el Padre ahora también vive en usted. Entre más vive en usted la naturaleza divina de Dios, más va a poder resistir contra las tentaciones que tan fácilmente han movido a tantos millones de Cristianos lejos de la salvación. Esto es causado por más hombre en nosotros que Dios en nosotros. La humanidad se ha vuelto tan malvada que si Satanás y su ejército endiablado fuesen completamente destruidos, nosotros seríamos nuestro propio diablo.

Ahora que usted es salvo, ore por el bautismo en el Espíritu Santo. Estudie la Palabra piadosamente, y ore siempre por más de la naturaleza divina.46 Para instrucciones en cómo recibir el bautismo en el Espíritu Santo, y para recibir más de la naturaleza santa de Dios, solicite nuestra literatura o llame. Porque sin santidad ningún hombre verá a Dios.47

Ahora que usted es salvo, es un mandamiento que sea sumergido completamente, bautizado en agua en el nombre del Padre, y en el nombre del Hijo, y en el nombre del Espíritu Santo.48 Guarde todos los mandamiento de Dios y viva.49


Usted acaba de completar el primer paso en una serie de cinco pasos que se requieren para recibir la salvación. Su segundo paso es negarse a sí mismo y aceptar la cruz cada día con el propósito de mortificarse, es decir, para darle muerte a su propia voluntad, a su ser autosuficiente, y al mundo con todos sus deseos. Todos estos tienen que ser bautizados en la muerte de Cristo. El tercer paso es su resurrección de la vida satánica de Adán a la vida libre de pecados de Cristo. El cuarto paso es su ascensión a una posición de autoridad para reinar por Dios en la tierra, y el quinto paso es reinar por Dios en la tierra hasta el fin con el propósito de traer el reino del Cielo a la tierra. Usted tiene que aprender la Palabra de Dios, luego someterse y hacer lo que la Palabra dice, para que la Iglesia y el mundo puedan ver pruebas de su sumisión a la Palabra de Dios, Su orden, y Su autoridad en usted y por usted.
Alabado sea el Señor. Que Dios lo recompense abundantemente.

Pastor Mundial Tony Alamo


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© Propiedad literaria abril, 1995 Todo derecho reservado Pastor Mundial Tony Alamo ® Registrado abril, 1995


Notas del "SANGRE":vuelva arriba

1 Miqueas 7:8-10 vuelva

2 2 Co. 5:10 vuelva

3 Ef. 6:11 vuelva

4 Ef. 6:16 vuelva

5 Salmos 27:13 vuelva

6 Salmos 27:12 vuelva

7 Ef. 6:16 vuelva

8 Ef. 6:16 vuelva

9 Santiago 2:19 vuelva

10 1 Juan 5:4 vuelva

11 Ef. 4:13 vuelva

12 1 Juan 5:4 vuelva

13 1 Juan 2:13 vuelva

14 Santiago 2:18 vuelva

15 Marcos 12:33, 5:36, 2 Ts. 2:13 vuelva

16 He. 11:1 vuelva

17 Job 28:28, Prov. 8:13, Ex. 20:20, Dt. 10:20, 13:4, Sal. 33:18 vuelva

18 Sal. 111:10 vuelva

19 Pr. 1:7 vuelva

20 Hechos 8:37, Ro. 10:9 vuelva

21 Juan 12:27 vuelva

22 Ap. 1:5 vuelva

23 Hechos 4:12, He. 9:22 vuelva

24 Hechos 20:28 vuelva

25 Juan 19:34, Gn. 2:21-22 vuelva

26 Hechos 4:12 vuelva

27 Lv. 17:11, 14, Gn. 9:4 vuelva

28 Ro. 3:25 vuelva

29 Juan 10:27 vuelva

30 Juan 10:5 vuelva

31 1 Co. 3:16-17, 6:19 vuelva

32 2 Co. 5:18-20 vuelva

33 Juan 6:53-57vuelva

34 Col. 1:16-17 vuelva

35 Ro. 7:9 vuelva

36 Ro. 5:1 vuelva

37 1 Juan 2:3 vuelva

38 Mt. 7:23 vuelva

39 2 Ti. 1:12 vuelva

40 Juan 1:1, Ap. 19:13 vuelva

41 Hechos 16:31 vuelva

42 Hechos 8:37 vuelva

43 Juan 3:18 vuelva

44 1 Cr.16:31 vuelva

45 Ro. 8:11 vuelva

46 2 Ti. 2:15, Lucas 21:36, Juan 15:3 vuelva

47 He. 12:14 vuelva

48 Mt. 28:19 vuelva

49 Dt. 8:1, 30:16, Pr.4:4, 7:2 vuelva

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Notas de la Oración:

1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva

2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva

3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva

4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva

5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva

6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva

9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva

10. He. 11:6 vuelva

11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva