Dios Me Enseñó
El Secreto de la
Defensa Espiritual

Por
Tony Alamo

El Señor me puso en el ministerio hablándome audiblemente y con poderosas señales, maravillas, visiones, y sueños.1 Él me ha hecho pasar por muchos encuentros inusuales y una multiplicidad de circunstancias inusuales. También, Dios me dio una esposa, una esposa sobrenatural, santa, ungida, que murió después de diecisiete años de matrimonio.2 Ella había estado en el ministerio muchos años antes de mi conversión sobrenatural a Cristo.

Dios y Susan me hicieron pasar por un entrenamiento espiritual áspero y bien rápido. Todo estaba sucediendo tan rápido que mi cabeza apenas podía mantenerse al tanto. Junto con todas las nuevas cosas que tenía que aprender, fuí co-pastor y co-participante en uno de los renacimientos más grandes de todo tiempo. Hicimos noticia de primera plana por años y hubieron innumerables cuentos acerca de nosotros escabrosos y absurdos, que nos hicieron menear nuestras cabezas en asombro.

Por primera vez en mi vida estaba haciendo algo bueno. Estábamos ganando las almas de la gente joven para Dios, después tomábamos cuidado de ellos como si fueran nuestros propios hijos adultos. Por esto, alguna gente en el gobierno, la prensa, los medios de comunicación, y gente inespiritual, ignorante y sospechosa, nos estaban calumniando maliciosamente.3 Muchos de ellos creyeron las mentiras que fueron dichas de nosotros. En aquel tiempo, casi todas las iglesias y los evangelistas estaban predicando y enseñando doctrina falsa. Sabíamos que éramos el ministerio de reforma y de restauración de Dios, y sabíamos que ellos lo sabían.4 Todo esto y millones de cosas más con respecto a nuestro ministerio y la oposición son historia. Las falacias y todas las mentiras acerca de nosotros, han sido grabadas, filmadas, imprimidas, etc.

Después de la muerte de Susan, mientras estaba de luto por ella, también me fue dado el deber de consolar a la gente de la iglesia. Todo, en cuanto a llevando el evangelio al mundo entero, pudiera haberle parecido imposible para la mayoría de la gente, pero yo tenía la vida, el poder, y el propósito de Dios muy arraigado en mí, y lo sabía entonces como lo sé hoy. Sabía que nuestro ministerio no seguiría de la misma manera que antes de la muerte de Susan. Sabía que nuestro ministerio era para el mundo entero, pero ¿cómo podía esto suceder sin Susan a menos que Dios me ayudara sobrenaturalmente, es decir, me diera mucha dirección exacta, divina?

Antes de que Susan muriera, la había llevado a Dyer, Arkansas, donde ella vivió como niña, para que pudiera estar alrededor de algunas de sus amigas de niñez mientras estaba tan enferma.5 Nosotros literalmente construímos algunas ciudades pequeñas para que la gente recién salva pudieran tener un lugar agradable para vivir y educar a sus niños. Fue allí, después de la muerte de Susan, que comencé a clamarle a Dios, diciendo, “Oh Dios, ¿qué voy hacer sin Susan? ¿Qué puedo hacer para Ti sin ella?” Las palabras salieron de mi alma, “Oh Dios, tengo el deseo de escribir literatura evangélica, pero no tengo la unción para hacerlo. Oh Dios, dame la unción para escribir literatura valiosa evangélica para que el mundo entero pueda leerla y ser salvo. Esta unción para escribir tiene que venir de Ti, oh Señor, mi Dios.6 Oh Dios, deja que sea así. Padre, dame el don para escribir para poder PARARME en defensa del evangelio y defendernos de todas las mentiras que alguna gente de los medios de comunicación y de las agencias del gobierno están diciendo acerca de nosotros.” Esta oración fue una oración honesta y ferviente de mi corazón. El Señor me contestó inmediatamente de forma audible, diciendo, “Yo te daré la capacidad, el don, Mi unción para escribir. Tú puedes ser y serás Mi mensajero, pero tendrás que estar dispuesto a quedarte adentro, principalmente, para estudiar y buscarme.7 Tu conocimiento de Mi Palabra es excelente. No te avergüences de lo que te digo que escribas.8 Si distribuyes Mi Palabra, no serás destruído. Si no distribuyes las escrituras que te doy, serás destruído.”9

Es conocimiento común que he sido encarcelado por hacer lo que me ha mandado el Señor.10 Nunca he sido encarcelado por ningún crimen verdadero. Una de estas veces, me llevaron de la cárcel en Fayetteville, Arkansas al juzgado para juicio en Fort Smith. El último día del juicio, el jurado entró a puertas cerradas para decidir sí iría o no a la prisión por muchos años. Me llevaron de nuevo a la celda, y oré, “Oh Dios, no permitas que el jurado diga culpable. Tú eres ‘Dios de toda carne’ (Jer. 32:27).11 Tú puedes hacerlos poner la palabra no antes de la palabra culpable. Oh Dios, si me envían a la prisión por años, ¿cómo podré hacer las cosas en el mundo que Tú me has ordenado hacer? También, Señor, mi hijo, Sion, nació mientras estaba en esta prisión. Yo quiero que él me conozca, y yo quiero conocerlo. Yo quiero ser un padre para él, y que él sea un hijo para mí. Si voy a la prisión, ésto no será posible. Oh mi Señor y mi Dios, haz que el jurado diga que no soy culpable.”

El Señor contestó a mi espíritu, “Yo haré lo que tú pides si Me prometes cinco cosas.” “Sí, Señor, cualquier cosa.” “(1) Escribe una literatura nueva cada mes. (2) Come mitad del tiempo. (3) Lava los pies de los hermanos. (4) Sed más tolerante con los hermanos—un poco más paciente (5) Sed un marido más concienzudo a tu esposa.” Le prometí al Señor que haría fielmente todo lo que Él dijo, ambos porque siempre he sido fiel al Señor en hacer lo que Él dice, y porque no quería ir a la prisión.

El Señor me dio la capacidad de escribir alrededor de veinte años atrás, pero ciertamente no había escrito un mensaje cada mes hasta que el Señor me ordenó hacerlo en ese tiempo. Desde entonces, he escrito un mensaje evangélico del Señor por lo menos una vez cada mes y he grabado cientos de mensajes en cinta, por teléfono, en la iglesia y otros lugares también. Como Dios me ordenó, he ayunado por lo menos doce horas al día todos estos años. Desde entonces, he hecho todas las cosas que el Señor me ha mandado hacer.

Inmediatamente después de mi oración a Dios, después de recibir Sus instrucciones, y después de mi promesa de hacer todo lo que Él había pedido, los mariscales estadounidenses dijeron, “Bueno, Pastor, es hora de ir nuevamente al juzgado para oír el veredicto del jurado.” Dios sabía que yo estaba muy serio, y yo sabía que Él había oído y contestado mi oración. Mientras estaba sentado a la mesa del demandado, el jurado entró al juzgado para tomar su lugar en la caja del jurado. La gente que estaba sentada en el juzgado conmigo dijo, “Creemos que hemos ganado. El jurado está sonriendo, y generalmente nunca hacen eso cuando el veredicto es culpable.” Pero yo sabía en mi corazón, alma, y no había ninguna duda en mi mente que había ganado cuando le prometí a Dios que guardaría todos esos cinco mandamientos. ¡Ganamos! ¡Alabado sea el Señor! La victoria no era sólo para mí, sino para la iglesia y la gente que sería salva por los mensajes ungidos que Dios me daría. He estado escribiendo nuevos mensajes cada mes, y me he asegurado de que sean distribuidos a través del mundo cada mes hasta este mismo día, así como le prometí a Dios.

El Señor es el que me ordenó a que escribiera la literatura inspirada por el Espíritu Santo. Él me dijo, “Ellos sabrán que tú eres de Mí, el Dios Todopoderoso, cuando escribas los mensajes que te doy y los distribuyas a través del mundo.12 Si haces esto, el mundo sentirá Mi presencia en lo que escribes. Por lo tanto, sabrán que no eres ningún culto, sino que eres de Mí, el Dios Todopoderoso.”13 Si no te gustan mis mensajes, por cierto a Dios sí les gustan. Si no, Él nunca me hubiera obligado a que los escribiera una vez al mes. No nos olvidemos que Él es el que me los dio. Si a ti no te encantan estos mensajes, es porque no amas Dios. Si te encantan estos mensajes, es porque amas a Dios. Lo que Dios dijo que sucedería ha sucedido. Millones de almas han sido salvas, y millones más serán salvas. La mayoría de los insultos han terminado. Le doy gracias y alabanzas al Señor por Su orientación, Su dirección, y Sus mensajes divinos, Sus instrucciones para el mundo entero, que Él está enviando constantemente a través de mí y de la iglesia.

Si tú distribuyes estos mensajes divinos de Dios, Dios no permitirá que seas destruído. Él te defenderá y luchará por ti, así como Él me defendió a mí y a cada cual que lo ha obedecido y ha guardado Sus mandamientos.14 Estos mensajes de Él han mostrado ser extremadamente eficaces en ganar almas para Él. Sin embargo, si la gente de Dios no obedece las últimas palabras que Jesús dijo antes de ascender al Cielo, seguramente serán “condenados,” destruidos. Jesús lo dice en estas palabras: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere [en hacer esto] y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere [que tienes que ir al mundo entero y predicar o distribuir el evangelio], será condenado [para siempre en el Infierno]” (Mr. 16:15-16). Presentándole la Palabra de Dios a la gente del mundo, sea por enseñanza, predicación, o la página imprimida, es la manera segura de victoria y de defensa para ti, para tu familia, para tus amigos, y para el mundo.15 Estos mensajes de Dios han atraído ya millones de almas al poder salvador de Jesucristo.16 Están llenos del poder de Dios. La obediencia a predicar, enseñar, regañar y reprender con la Palabra de Dios es la manera que Dios le da a los Cristianos el poder de mantener el derrocamiento de Satanás por Cristo, que es el poder del Señor en ellos sobre el pecado, Satanás, el mundo, la carne, la muerte, el Infierno, y la sepultura.17 Estos mensajes le han restaurado a la gente sincera la profundidad y la claridad de las escrituras. Por lo tanto, los que reciben lo que Dios está diciendo en estos mensajes se les da de nuevo el poder y la autoridad sobre todas las cosas, lo cual Adán le había entregado a Satanás en el jardín, porque ven que estos mensajes son lo que Dios ha dicho.18 Seguramente, si tú has estudiado la Palabra de Dios, tú sabes que Dios no tolerará la desobediencia.

Antes de esto, se le había dado a Adán el poder de gobernar el mundo entero, incluyendo el poder de gobernar sobre toda la creación de Dios.19 Él también tenía el poder sobre el pecado, Satanás, la muerte, el Infierno, y la sepultura.20 Todo esto estaba disponible para él si comía solamente de Dios, es decir, de la Palabra de Dios, el árbol de la vida.21 La Palabra de Dios es nuestro alimento.22 Dios fue representado por el árbol de la vida en el jardín de Edén.23 Adán podría haber comido del árbol de la vida, pero él y su esposa decidieron comer del árbol del conocimiento del bien y mal.24

La Palabra de Dios es la armadura de Dios, que nos defiende mientras que estamos FIRMES predicándola y enseñándola, reprendiendo y regañando con ella contra toda maldad.25 No había ninguna necesidad que Eva atacara a Satanás. Lo único que ella tenía que hacer era PARARSE reprendiendo a Satanás en defensa de ella, así como Jesús le hizo a Satanás en el monte de tentación.26 Si ella hubiera reprendido al diablo con lo que Jesús le dijo a él, si ella lo hubiera ordenado a que se fuera, el mal que tú ves en el mundo hoy nunca hubiera acontecido.27

El Señor está buscando hombres y mujeres hoy que se pondrán la armadura entera de Dios, la Palabra completa de Dios, hombres y mujeres que me ayudarán a restaurar la Palabra de Dios en su realidad al mundo, porque es la única verdad en el universo.28 Si los hombres, las mujeres, y los niños hacen esto, Dios le restaurará el mismo poder a ellos que originalmente le dio a Adán. Dios no sólo te dará vida eterna y comunión, o hermandad directa con Dios, sino que Él te dará poder espiritual sobre el mundo, poder sobre todo lo que Él ha creado.29 Dios también te dará poder sobre Satanás, el pecado, la muerte, y la eternidad en el Infierno en el lago de fuego.30 Él te dará poder y dominio espiritual sobre tu carne.31 Él pondrá en ti Su poder para mortificar o amortiguar por la fe los hechos que Él odia.32 Él te dará el poder de mantener tu salvación diariamente.33

Los mensajes divinos que el Dios Todopoderoso me ha dado están llenos del Espíritu de Dios, que es el poder de salvar seres humanos y de mantener su salvación. La Palabra de Dios es nuestra arma espiritual, la espada para nuestra defensa. Es la arma más poderosa del universo.34 Sin embargo, tenemos que usarla si hemos de ser defendidos.35 Solo llévale la Palabra, estos mensajes divinos, a cada ser humano en el mundo.36 Podrás ver los poderes de las tinieblas atacarte, pero si tú te defiendes del diablo con estos mensajes, y por supuesto la Palabra entera de Dios, la Biblia, tú verás la Palabra de Dios prevalecer en tu vida, asi como puedes ver que ha prevalecido en la mía.37 Pero si no usas estos mensajes junto con la Palabra entera de Dios, la Biblia, para defenderte, creo que serás destruido, así como Dios dijo que yo sería. Cada Cristiano es llamado a “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Mr. 16:15).38

Jesús también nos dice que Él es “la Vid, [nosotros] los pámpanos” (Juan 15:5). Si no llevamos fruto, si no ganamos almas, como miembros o pámpanos del Cuerpo de Cristo, seremos desprendidos de Su Cuerpo y echados al fuego.39 Si no somos miembros del Cuerpo de Cristo, caminando en el Espíritu y ganando almas hasta el final para que Cristo pueda tener una Novia sin punto ni arruga, no estamos en Su servicio.40 Si no estamos en Su servicio, entonces no tenemos Su vida o poder dentro de nosotros.41 No tenemos ninguna comunión, ninguna hermandad directa con Él, y no podemos tener el Cielo. No podemos hacer nada, ninguna cosa espiritual sin Él,42 y sin Él pasaremos la eternidad en el abismo del Infierno, que será lanzado al lago de fuego.43

Tenemos que recordar que el trabajo y la responsabilidad de cada Cristiano en la Iglesia de Dios es guerra espiritual.44 Nuestros enemigos en esta guerra no son carne y sangre.45 Son seres espirituales, cuya vivienda es el aire. Satanás es “el príncipe de la potestad del aire” (Ef. 2:2).46 Satanás, desde el aire, le trae pensamientos ilegales y sucios a las mentes de toda la humanidad.47 Después que una persona haya obedecido una sugerencia o un pensamiento malvado de Satanás, es decir, después que haya pecado, Satanás está satisfecho. Él puede salir volando, o él puede volver a entrar al aire por un tiempo para esperar otra oportunidad. Si un Cristiano comienza a obedecer a Satanás otra vez, como lo había hecho antes de ser salvo, el demonio “entonces va, y toma siete otros espíritus peores que él; y entrados [al cuerpo de la persona], moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero” (Lc. 11:26).48 ¿Por qué? Porque la Palabra de Dios dice, “ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios” (He. 10:26-27). Cuando una persona ha pecado, hay un punto, un defecto, una arruga, una mancha en el alma que el tiempo y/o los buenos hechos no pueden borrar. Esto es porque el tiempo y/o los buenos hechos no borrarán manchas, tachas, defectos, o arrugas en el alma que son causadas por pecado.49 Solamente la sangre de Jesús puede lavar los pecados.50 Todos los miembros del Cuerpo del Señor tienen que estar sin punto, defecto, arruga, o mancha.51

Satanás viene y va de nuestras mentes como un aterrizaje y desplegue de avión en un aeropuerto. Alguna gente tontamente cree que no hay nada que podemos hacer sobre esto. Una persona tratará de orar, y Satanás, para distraerla, traerá música a su cerebro, o algo que se le había olvidado--una película, un pensamiento, una cita, pensamientos del pasado, o pensamientos del futuro. Él traerá cualquier cosa para distraerte. Él te hará soñoliento o hará millones de otras cosas para impedir que llegues a Dios en oración. Esta es la razón por la cual el Apóstol Pablo, por el Espíritu Santo, nos manda a estar acorazados y armados contra tal maldad.52

Sé que estas cosas que te estoy diciendo son la verdad, porque cuando yo era un bebé de dieciocho meses de edad, Satanás cayó sobre mí y me dio el pensamiento de robar y luego de mentir sobre ello. Había en el vecindario una pequeña tienda de comestibles en una casa al lado de la casa de dos pisos en la cual vivíamos en Joplin, Misurí. Todavía estaba en pañales y usando las zapatillas grandes de mi papá. Él me dio un dólar para comprar una o dos cosas en la tienda de comestibles. A mitad de la escalera larga, que conducía a la puerta exterior, el diablo vino como un torpedo espiritual a mi lado derecho y me asustó mucho experimentar el tacto brusco de algo tan espiritualmente malo. Este demonio malvado me dio el deseo de robarle a mi papá y luego mentirle. Nunca entró en mi mente que mi papá estaría mirando cada movimiento que hacía. Conseguí las cosas en la tienda, luego escondí el cambio de cincuenta centavos debajo de una estera al pie de las escaleras que conducían a nuestro lado de la casa. Mi papá dijo, “¿Dónde está el cambio?” Dije, “¿Qué cambio?” Y él me tomó por mi pequeña mano, y me condujo al pie de las escaleras, levantó la estera, y dijo, “Este cambio, hijo.” Asi que yo, a esa edad joven, era un ladrón y un mentiroso. Satanás se mete en todos nosotros, incluso bebés indefensos y niños pequenítos. Él ataca a cada uno de esta misma manera, ambos antes de ser salvos y después de ser salvos.53 Esta es la razón por la cual nosotros tenemos que estar completamente acorazados y armados con la Palabra de Dios.54

Muchos Cristianos se han acorazado y armado sí mismos con la Palabra de Dios pero se han cansado de la lucha.55 Sus mentes vuelven a ser el aeropuerto de Satanás. Algunos han obedecido neciamente a Satanás y han pecado, un pecado tan abominable para el Señor que se han apostatado y convertido en anticristos.56 Satanás tiene que ser desobedecido.57 Dios tiene que ser obedecido.58 “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Co. 10:12).

Nunca podemos olvidarnos que el trabajo y la responsabilidad de cada Cristiano, cada miembro de la Iglesia gloriosa de Dios, la Novia futura de Cristo, es guerra espiritual. Una vez más, Jesús derrocó al diablo usando la Palabra de Dios.59 Nuestra victoria está en Cristo, quien es la Palabra de Dios,60 y con esto quiero decir que nuestra victoria consiste en defendernos con la arma espiritual, la Palabra de Dios, la espada de doble filo. Tenemos que prepararnos para la guerra, y tenemos que guerrear legalmente, según la Palabra de Dios.61 Estos pensamientos demoniacos, estúpidos, asqueantes no pueden dominarnos. Cuando estamos completamente acorazados y armados con la armadura de Dios, esos son tan ineficaces como una persona que le tira un pedazo de papel a un tanque de Sherman. Los pedazos de papel minúsculos no pueden penetrar un tanque de Sherman no más que el diablo puede a un Cristiano con armadura completa.62 Jesús, la Palabra, ha conseguido ya la victoria para nosotros, y lo único que necesitamos hacer es POSTURARNOS en defensa de ella.63 Esta es la razón por la cual el Apóstol Pablo nos manda a estar “Vestíos de toda la armadura de Dios [la cual es la arma entera de Dios, la Palabra, la espada de Dios64], para que podáis [nosotros] estar FIRMES contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne [que significa que no estamos luchando contra hombres, mujeres, y niños], sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por lo tanto, tomad toda la armadura de Dios [la Palabra completa de Dios, el Espíritu de Dios], para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar FIRMES” (Ef. 6:11-14).65

Si tú manejas o usas la Palabra de Dios cuando se te presenta cualquier cosa satánica, tú verás que el diablo huirá.66 Él se desaparecerá.67 Sin embargo, estate seguro que es el Espíritu Santo dándote la unción, y que las palabras que estás diciendo en el momento están viniendo de la boca de Dios a través de ti.68

Si te das cuenta, el Apóstol Pablo nunca nos manda a atacar. Él nos mandó a estar FIRMES en la defensa del evangelio mientras predicamos, enseñamos, o reprendimos con ella.69 De nuevo. no hay ninguna necesidad de atacar al diablo. Cristo derrocó al diablo y destruyó sus obras alrededor de dos mil años atrás.70 Lo único que necesitamos hacer es mantener las mismas obras, el mismo poder y dominio sobre Satanás, la misma victoria, la cual Cristo ganó por nosotros, estando firmes y completamente armados con la Palabra para defender lo que Cristo ya hizo.71 Si Jesús no hubiera tenido éxito, sería imposible para cualquier persona ser salva.72

Nuestra comisión de Dios es luchar, pero sólo defensivamente, cuando somos atacados.73 El diablo ataca, y el Cristiano está firme en la defensa del evangelio. Cuando el Cristiano está firme en la defensa del evangelio, el diablo huye.74 No podemos usar cualquiera otra arma excepto la Palabra, el Espíritu de Dios, así como lo hizo Jesús cuando Él usó la Palabra de Dios como Su arma contra el diablo en el monte de la tentación.75 En las Escrituras, Jesús nos enseñó adónde estaba el poder, y nadie en el mundo tiene este poder excepto aquellos de nosotros que estamos llenos del Espíritu de Dios.76 Jesús en estas palabras nos dice con qué poder Él quiere que luchemos, que es el poder con el cual Él luchó: “Pero si Yo POR EL ESPÍRITU DE DIOS, echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el Reino de Dios.” Esto significa que “¡el Reinado de Dios te ha alcanzado ya, te ha adelantado ya, ha venido sobre ti de repente!” (Mt. 12:28). Tú tienes que recibir este poder antes de tu muerte, porque sin este poder, será imposible que derrotes a Satanás e imposible que entres al Cielo.77

Y jóvenes, dénle su juventud al Señor más bien que a la insensatez para que puedan ser bendecidos y favorecidos altamente en los ojos de Dios.78 “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento” (Ecl. 12:1). También, recibirás el poder de Dios, el Espíritu Santo poderoso79 que te da el poder para estar FIRME en la defensa del evangelio usando la Palabra de Dios, la espada.

¿Qué poderosa es la Palabra de Dios? Te diré lo poderosa que es Su Palabra. Lo único que Él tuvo que hacer fue decir, “Sea,” y lo que Él deseó que fuera fue. Él dijo, “Sea la creación completa,”80 y cada día, según Su Palabra, es un día de doce horas y una noche de doce horas. Esto significa que toda la creación fue hablada en existencia por Dios en seis días de veinticuatro horas, no seis mil años, como los falsos profetas te dicen. Este pasaje de la escritura es literal.81 Ahora, así de poderosa es la Palabra de Dios. Si tú tienes fe en la Palabra de Dios, hasta una pequeña cantidad de fe, tan pequeña “como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará y nada os será imposible” (Mt. 17:20).

Dios creó todo, y todo le pertenece a Dios.82 Por rebeldía, mintiendo, Satanás embaucó a Eva y a Adán del dominio del mundo y de todo en él, y les robó a los dos, a Eva y a Adán, de la hermandad directa con el Señor.83 Dios sabía que Adán iba a transgredir, así que antes de la creación del mundo, antes de la caída de Adán por desobediencia, Dios instituyó el plan de salvación. Fue de esta manera que Dios a través del hombre recobraría lo que Satanás ilegal e ilícitamente había tomado de Dios y del hombre.84 Eva salió de Adán y se convirtió en su novia.85 La iglesia sale de Jesús para ser Su Novia.86 Cristo derrocó al diablo y destruyó su reino.87 La Iglesia, la Novia futura de Cristo, ayuda a Jesús con cada era del tiempo por Jesús viviendo y trabajando en y a través de cada miembro para continuar manteniendo Su victoria sobre el diablo.88 Por Cristo viviendo y trabajando en y a través de cada uno de los muchos miembros fieles de Su Iglesia, Su Cuerpo, Su Novia futura, Él en ellos, a través de ellos, y con ellos puede continuar estando firmes en defensa de Su derrocamiento de Satanás para que Su Novia, con Él en ellos, pueda mantener la victoria continua sobre el pecado, Satanás, el mundo, la carne, la muerte, el Infierno, y la sepultura.89 Este mundo se quemará.90 Nuestro mundo espiritual es el Reino Celestial, que es para siempre.91

Cuando Jesús está viviendo en los miembros de Su Iglesia, Su Cuerpo, “El Reino de los Cielos se ha acercado” (Mt. 4:17). Los Cristianos fieles han estado manteniendo por Cristo, el derrocamiento del diablo, el pecado, Satanás, el mundo, la carne, la muerte, el Infierno, y el sepulcro desde el día de Pentecostés, cuando Jesús Se vertió con Su Padre por el Espíritu en los primeros creyentes.92

Jesús prometió que Él enviaría el Consolador, el poder de Dios, a cada Cristiano que guardaría Sus mandamientos, dándoles poder y dominio sobre todas las cosas ya mencionadas.93 Cada creyente a través de cada época es capaz de ser bautizado con el Espíritu Santo.94 El Dios Todopoderoso jamás dejaría a Sus queridos hijos sin Su poder, Su vida, viviendo en ellos.95 ¿Por qué nos dejaría Cristo sin poder especialmente en estos últimos días, los días más malos de todo tiempo?95A Su intención es vivir en el hombre, quien Él creó en Su propia imagen y semejanza para hacer Su antojo por cada época.96 Él no tiene ninguna intención de permitir que los miembros de Su Cuerpo sean derrocados.97 Una vez más, Él nunca dejaría a Sus hijos en la peor era del tiempo sin Su poder en ellos.98 ¿Por qué diría Él en el libro del Apocalipsis, “Al que venciere y guardare Mis obras hasta el fin, Yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como faso del alfarero; como Yo también la he recibido de Mi Padre” (Ap. 2:26-27)? Y ¿cómo podríamos tener Su poder si no fuésemos bautizados en el Espíritu Santo después de ser salvos como fueron el Señor y todos los apóstoles?98A “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo” (Hch. 1:8). No podemos estar FIRMES en la defensa del evangelio sin que Él viva en nosotros, y no podemos tener la promesa de Dios, el poder de lo Alto, el Espíritu Santo, a menos que Él esté viviendo en nosotros.99 No podemos hacer ningún trabajo Santo sin que el Bautizador del Espíritu Santo viva en nosotros. Jesús dijo, “Porque separados de Mí nada podéis hacer [ninguna cosa santa, espiritual]” (Juan 15:5).

Una vez que la hayas aprendido y estés familiarizado en cómo usarla, esta misma espada será tuya para usar contra cada cosa mala.100 Este poder está disponible para tí. Jesús dijo, “El que en Mí cree, las obras que Yo hago él las hará también; y aun mayores hará [porque habrán discípulos llenos de Jesús por todas partes del mundo]” (Juan 14:12). Si eres nacido de nuevo del Espíritu, tú ya tienes el poder para testificar, y mientras aprendes cómo testificar, tienes Biblias y literatura que puedes distribuir a otros de modo que puedan ser salvos. Ésto incluye a tu familia, tus amigos, y otros que jamás pensarías podrían ser salvos. Todos pueden ser salvos por la lectura y el oír de la Palabra.101 “La fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios” (Ro. 10:17). La Palabra de Dios convierte la gente de seres humanos carnales a seres humanos espirituales, que la Biblia dice son, “hijos de Dios” (Juan 1:12).102 Sed un dispensador de la Palabra de Dios en el mundo.103 Si lo eres, estarás “[haciendo para ti mismo] tesoros en el Cielo, donde ni la polilla ni el orin corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan” (Mt. 6:20).104

La Biblia dice que tenemos que conocer al Señor.105 Si no tomamos el tiempo para conocerle, Él nos dirá en el día del juicio, “NUNCA OS CONOCÍ; apartaos de Mí, hacedores de maldad” (Mt. 7:23). Ahora el primer paso para conocer a Dios es venir a Jesús en arrepentimiento y pedir perdón por tus pecados anteriores.106 El segundo paso es “Vestíos de toda la armadura de Dios” (Ef. 6:11).107 De nuevo, esto significa recibir la Palabra completa de Dios en tu espíritu, tu alma, tu persona.108 Él entra en tu persona, tu espíritu, con Su Espíritu.109 Sin embargo, es obligatorio que tú primero le “pidas” a Él (Juan 16:24).110 Si tú, con fe, le pides a Dios que te convierta, serás convertido.111

No esperes más. Ésta puede ser la última vez que el Espíritu Santo tratará contigo para tu alma.112 Dios dice, “No contenderá Mi Espíritu con el hombre para siempre” (Gn. 6:3). Esto quiere decir que el Espíritu de Dios tratará con los seres humanos hasta un punto. Él tendrá paciencia y misericordia por un rato. Pero si la gente ignora el llamamiento de Dios, Su misericordia y paciencia se acabará, así como pasó en el tiempo de Noé,113 en los días de faraón,114 en los días de Sodoma y Gomorra,115 en los días de Jericó,116 y en los días con Efraín.117 “Efraín es dado a los ídolos: déjalo” (Os. 4:17). Es decir, no trates más de convertir a la tribu de Efraín.

Dios está perdiendo rápidamente Su misericordia y la paciencia con la gente enferma con pecado de este mundo, la que sigue rechazando Su oferta misericordiosa.118 No pospongas más la oferta de Dios. Haz lo que Dios quiere que hagas. No te demores otro segundo. Recibe vida eterna y todo lo demás que Dios tiene para ti ahora y a través de la eternidad clamándole a Él por misericordia, por el perdón de tus pecados asquerosos, y por la salvación orándole esta oración:

Oración

Mi Señor y mi Dios, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que Jesucristo es el Hijo del Dios Viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre por el perdón de todos mis pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4 y que Él está sentado a la mano derecha de Dios en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración. 5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón Señor Jesús. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor Jesús; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor Jesús, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11

Usted acaba de completar el primer paso en una serie de cinco pasos que se requieren para recibir la salvación. Su segundo paso es negarse a sí mismo y aceptar la cruz cada día con el propósito de mortificarse, es decir, para darle muerte a su propia voluntad, a su ser autosuficiente, y al mundo con todos sus deseos. Todos estos tienen que ser bautizados en la muerte de Cristo. El tercer paso es su resurrección de la vida satánica de Adán a la vida libre de pecados de Cristo. El cuarto paso es su ascensión a una posición de autoridad para reinar por Dios en la tierra, y el quinto paso es reinar por Dios en la tierra hasta el fin con el propósito de traer el reino del Cielo a la tierra. Usted tiene que aprender la Palabra de Dios, luego someterse y hacer lo que la Palabra dice, para que la Iglesia y el mundo puedan ver pruebas de su sumisión a la Palabra de Dios, Su orden, y Su autoridad en usted y por usted.
Alabado sea el Señor. Que Dios lo recompense abundantemente.

Pastor Mundial Tony Alamo


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Notas del "Dios Me Enseñó El Secreto de la Defensa Espiritual":vuelva arriba

1 Señales del Tiempo, Huesos Secos, Los Peces Gordos, y Derritiendo los Corazones Fríos, T. Alamo vuelva

2 El Siervo del Señor, Los Dos Testigos de Dios, Quebrantada a Pedazos, Vestido de Novia de Susan, T. Alamo vuelva

3 Am. 5:10, Mt. 5:10-12, 10:16-18, 22, Lc. 6:22-23, Jn. 15:18, 17:14vuelva

4 Quebrantada a Pedazos, T. Alamo vuelva

5 Los Luchadores, T. Alamo vuelva

6 2 Co. 3:5-6 vuelva

7 Pr. 1:2-5, 2:1-6, 4:4-7, 18:1, 22:17, Jer. 29:13, Mt. 5:6, 7:7-8, Jn. 6:63, 2 Ti. 2:15 vuelva

8 Mr. 8:38, Ro. 1:15-17, 2 Ti. 1:7-12, 2:15 vuelva

9 Dt. 11:26-28, Pr. 1:32-33 vuelva

10 Farmacia Celestial, T. Alamo vuelva

11 Nm. 16:22, 27:16 vuelva

12 Mr. 16:15, Hch. 10:35-43, Ro. 10:14-15, 1 Co. 1:17-18, 9:16-17, 2 Ti. 4:2 vuelva

13 Mt. 7:16-20, Stg. 3:11-13, 1 P. 2:12 vuelva

14 Mr. 16:15-20, Dt. 7:12-15, 33:12, Jos. 1:7-9, Sal. 125:1-3, Pr. 14:26, Mt. 10:29-31, Lc. 1:74-75, Hch. 7:10, 1 Co. 9:16-17, 10:13, 2 Co. 1:9-10, Gá. 1:4, 1 Ts 1:10, 2 Ts. 3:2-4, 2 Ti. 3:10-11, 4:17-18, He. 2:14-15, 1 P. 3:12-13, 2 P. 2:4-9, 1 Jn. 5:4, Ap. 2:9-11, 3:10 vuelva

15 Ex. 15:26, 18:19-20, Dt. 6:1-9, 11:13-28, 26:16-19, 27:1, 9-10, Jos. 23:6, 8-11, Ez. 33:1-20, Lc. 4:18, Jn. 13:17, 15:1-7, 14, Ro. 6:19-22, 7:4-6, 8:4-6, Hch. 4:19, 2 Co. 3:6, 5:18-19, Gá. 6:7-8, Fil. 1:9-11, 14-20, Col. 1:25-29, 2 Ti. 4:2, Stg. 5:19-20, 2 P. 2:9, Ap. 3:7-13 vuelva

16 Jn. 3:16-21, 10:9, Hch. 2:21, 4:10-12, 16:31, Ro. 10:12-15 vuelva

17 Mt. 28:18-20, Jn. 14:15-21, 23-27, Hch. 1:8, 1 Co. 1:17-18 vuelva

18 Gn. 1:26-31, 2:7-25, Cap. 3, Jl. 1:1-5, 2:1-13, 19-32, 1 Co. 15:20-22, 2 Co. 5:18-21, Ef. 2:15-22, Col. 1:21-23, 1 Ti . 2:13-14 vuelva

19 Gn. 1:26-30, 2:19 vuelva

20 Gn. 2:7, 16-17 vuelva

21 Gn. 2:8-9 vuelva

22 Dt. 8:3, Sal. 119:9, Mt. 4:4, Jn. 4:10-14, 6:27, 32-35, 48, 50-51, 53-58, Ef. 5:25-26, 1 P. 2:2 vuelva

23 Gn. 2:9, 3:22 vuelva

24 Gn. 3:1-6 vuelva

25 Sal. 3:3, 5:12, 28:7, 91:4, Pr. 30:5, Jer. 23:29, Mt. 4:1-11, 8:16, Ro. 13:12-14, 2 Co. 6:4-7, Ef. 6:10-17, He. 4:12-13 vuelva

26 Mt. 4:3-11 vuelva

27 Gn. 2:17, 3:6-19, 22-24 vuelva

28 Sal. 33:4-5, 119:160, 138:2, Is. 44:6, Mr. 16:16, Jn. 3:16-18, 11:25-26, 14:6, 17:17, Hch. 4:12, 2 Co. 6:7, Ef. 1:13, Col. 1:5-6, 1 Ts. 2:13, 2 Ti. 2:15, 2 P. 1:19-21 vuelva

29 Lc. 10:19, Ro. 8:37, 1 Co. 15:57, Fil. 4:13, 1 Jn. 2:13-14, 5:4 vuelva

30 Sal. 21:4, Mt. 25:46, Mr. 6:7, Lc. 10:19, 20:34-36, Jn. 4:14, 5:24, Ro. 6:5-14, 1 Co. 15:54-57, 1 Ts. 1:10 vuelva

31 Ro. 6:11-14, Gá. 5:16, 24, Ef. 6:10-18, 2 P. 1:3-4, 1 Jn. 3:9, 4:4 vuelva

32 Mt. 7:24-25, Jn. 14:18-21, 15:5, Ro. 6:4-16, 8:13, 1 Co. 15:10, Gá. 2:20, Fil. 3:7-11, He. 2:18, 13:20-21, 1 Jn. 4:4, 5:18-20 vuelva

33 Mt. 10:16-22, Lc. 9:23-24, Ro. 8:1-17, 35-39, Gá. 5:16-18, Col. 2:6-7, 2 Ti. 4:17-18 vuelva

34 Sal. 138:2, Is. 40:8, 55:10-11, Jer. 23:29, Mt. 8:16, Mr. 13:31, Jn. 15:3, 2 Co. 3:6, Ef. 6:10-18, He. 4:11-12, 11:3 vuelva

35 Mt. 7:24-25, Lc. 11:28, Jn. 8:31-32, Ef. 6:11-17, Fil. 2:16, 2 Ti. 3:15-17 vuelva

36 Mt. 4:19, Mr. 16:15, Lc. 14:23, 1 Co. 1:17, 21, 2 Co. 5:11, Col. 1:23-28, Tit. 1:3 vuelva

37 Ef. 4:27, Stg. 4:7-8, Is. 40:8, Jn. 1:1, 14, 10:30, 14:6, Ro 8:37-39, 6:10-18, 1 Ts. 5:21-22, 2 Ti. 4:2, 7-8, He. 4:11-12, 1 Jn. 2:23, 5:4-5, Ap. 19:13 vuelva

38 Lc. 14:16-23, Ro. 10:15, 1 Co. 1:17-18, Tit. 1:3 vuelva

39 Mt. 3:10, 5:13, 7:16-23, 21:19-21, 25:24-30, 41-46, Lc. 13:6-9, Jud. 12-13 vuelva

40 Mt. 4:19, 5:13, 10:22, Mr. 16:15, Lc. 9:62, Jn. 14:23-24, 15:8, 14, Fil. 3:7-14 vuelva

41 Mt. 5:13, Jn. 8:31-32, 14:15-17, 15:5, Ro. 8:14, Tit. 1:16, Stg. 2:14-26, 1 Jn. 2:3-6, 29, 3:10, 5:12, 2 Jn. 9, Ap. 3:9-11 vuelva

42 Jn. 15:5-6 vuelva

43 Mt. 22:13, 25:1-12, 31-33, Lc. 13:24-28, Ap. 20:14-15 vuelva

44 Mt. 4:3-10, Ef. 4:27, 6:11-18, Stg. 4:7, 1 P. 5:8-9, 1 Jn. 5:18 vuelva

45 Job 1:6-12, 2:2-7, Zac. 3:1, Mt. 4:1-11, 13:19, Lc. 22:31, Jn. 13:2, 27, Hch. 5:3, 2 Co. 2:11, 4:4, 10:3-5, Ef. 6:11-12, 1 P. 5:8-9, Ap. 12:9-10, 12 vuelva

46 Mt. 12:43-45, Jn. 12:31, Ap. 12:9-10, 12 vuelva

47 Mt. 13:19, 15:11, 18-20, Hch. 5:3, 2 Co. 4:3-4, 10:2-6, 11:3, Col. 1:21, 2 Ti. 3:8, Tit. 1:15 vuelva

48 2 P. 2:19-22 vuelva

49 Jer. 2:22, Ez. 33:12-20, Gá. 4:9, He. 6:4-8, 9:22 vuelva

50 Mt. 26:28, Ro. 3:24-25, 5:9, Ef. 1:7, 2:13, 16, Col. 1:14, 20, He. 9:11-15, 22-28, 10:19-20, 13:12, 1 P. 1:18-19, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 5:9, 7:14 vuelva

51 Dt. 18:13, 1 R. 8:61, Sal. 119:1-3, Mt. 5:48, 13:41-42, 2 Co. 13:11, Ef. 4:11-13, 5:23-27, Fil. 2:15, 3:12-15, Col. 1:21-23, 28, 2 Ti. 3:16-17, He. 13:20-21, Stg. 1:4, 1 P. 1:16, 1 Jn. 3:6-10, Ap. 21:7-8, 27 vuelva

52 Ro. 13:12-14, 2 Co. 6:4-7, 10:3-6, Ef. 6:11-18, 1 Ts. 5:8, He. 4:12 vuelva

53 Ro. 8:1-14, 21, 2 Co. 10:2-6, Gá. 4:3-5, 5:1, Col. 1:12-13, 2 Ti. 2:26, He. 2:14-18, 4:15-16, Stg. 4:7, 1 Jn. 5:18 vuelva

54 Ro. 13:12-14, 2 Co. 6:4-7, 10:3-6, Ef. 6:11-18, 1 Ts. 5:8, He. 4:12 vuelva

55 Mt. 10:22, Lc. 9:23, 62, Ro. 2:6-7, 8:35-39, Gá. 6:9, Col. 1:21-25, 2 Ts. 3:13, He. 3:12-14, 4:1, 9-11, Stg. 5:11, 1 Jn. 2:24-25 veulva

56 Esd. 8:22, Sal. 73:27, 125:5, Pr. 26:11, Mt. 12:43-45, Jn. 17:12, 2 Ts. 2:3-12, He. 3:12-13, 1 Jn. 2:18-19 vuelva

57 Job 28:28 Sal. 34:14, Pr. 3:7, 14:16, 16:17, Ro. 12:21, Ef. 4:27, Stg. 4:7, 1 P. 5:8-9, 1 Jn. 5:18 vuelva

58 Sal. 119:2, 4, Pr. 1:24-33, 19:16, Ecl. 12:13-14, Ez. 33:14-16, Mt. 25:31-46, Mr. 16:16, Ap. 20:12-15, 21:7-8 vuelva

59 Dn. 7:13-14, Jn. 14:10, 24 Ef. 1:18-23, Fil. 2:9-11, Col. 2:13-15, He. 2:7-8, 1 Jn. 3:8, Ap. 1:13-18 vuelva

60 Jn. 1:1-3, 14, 1 Jn. 1:1-3, 5:7, Ap. 19:13 vuelva

61 Sal. 18:30, Mt. 26:41, 2 Co. 10:3-6, Ef. 4:27, 6:11-18, 1 Ts. 5:8-9, 1 Ti . 6:12, Stg. 4:7 vuelva

62 Mt. 7:24-25 vuelva

63 Mt. 12:17-20, Jn. 16:33, 1 Co. 15:54-58, 1 Jn. 4:4, 5:4-5, Ap. 1:16-18, 3:21, 17:14 vuelva

64 Ef. 6:17, He. 4:12 vuelva

65 Ef. 6:11-18, 1 Ts. 5:8-9 vuelva

66 Mt. 4:1-11, 8:16 vuelva

67 Mt. 4:1-11, 8:16, Ef. 4:27, 6:10-18, Stg. 4:7 vuelva

68 Pr. 3:5-7, Mt. 10:19-20, Jn. 14:26, 16:13-14, Ro. 8:26-27, 2 Co. 3:5-6, Col. 4:5-6 vuelva

69 Ro.1:15-16, Fil. 1:12-14, 17, 2 Ti. 4:2, Tit. 1:12-14 vuelva

70 Is. 25:8, Dn. 7:9-14, Mt. 12:18-21, Ro. 1:15-16, 1 Co. 15:54-58, Ef. 1:18-23, Fil. 2:8-11, 1 Jn. 5:4, Ap. 1:13-18 vuelva

71 Jn. 8:31-32, 15:8-14, Ro. 2:7, 8:35-39, Col. 1:21-25, He. 12:1-4, 26-29, 1 Jn. 2:24-25, 5:4, Ap. 22:11-12 vuelva

72 Is. 53:4-8, 10-12, Mt. 20:28, Jn. 3:14-17, Ro. 5:6-9, 12, 14-21, 8:33-34, 1 Co. 15:20-22, 2 Co. 1:9-10, Col. 2:13-15, 1 Ts. 1:10, He. 10:4-10, 1 P. 1:3-5 vuelva

73 1 Co. 9:26, 2 Co. 10:3-6, Ef. 6:10-18, 1 Ts. 5:22, 1 Ti . 6:12, 2 Ti. 4:5-8, He. 4:11-13, Stg. 4:7 vuelva

74 Mt. 4:1-11, 8:16, Stg. 4:7 vuelva

75 Mt. 4:1-11, Jn. 4:24, 6:63, Ro. 8:1-14, 2 Co. 3:6, 10:3-6, Ef. 6:10-18, He. 4:11-13 vuelva

76 Mt. 10:1, Lc. 9:1, 10:19-20, 24:49, Jn. 8:31, Hch. 1:8, Ro. 8:1-14, 1 Co. 2:4-5, 2 Co. 10:3-6, Gá. 4:6, Ef. 3:3-5, 6:10-18, He. 4:11-13, Ap. 2:25-28 vuelva

77 Is. 40:31, Ro. 8:1-14, 1 Co. 4:20, Ef. 1:18-19, 1 Ts. 1:5, 2 Ti. 1:7 vuelva

78 Pr. 3:1-10, 8:17, 23:15-16, 24-25, 28:7, 2 Ti. 2:22, 1 Jn. 2:7-8, 12, 14 vuelva

79 Mt. 3:11, Mr. 1:8, Jn. 1:33, Hch. 1:5, 8 vuelva

80 Gn. Cap. 1 vuelva

81 Gn. 1:5, 31 vuelva

82 Gn. Cap. 1, Is. 45:7, Ef. 3:9, Col. 1:16, Ap. 4:11 vuelva

83 Gn. 1:27-30, 2:15-17, 19-25, Cap. 3, 5:2, 1 Co. 15:21-22 vuelva

84 Jl. 2:1-11, 25-32, 1 Jn. 2:13-14, 4:4 vuelva

85 Gn. 2:21-25 vuelva

86 Mt. 20:28, Jn. 3:16-17, Hch. 20:28, 1 Co. 7:23, Gá. 2:20, 4:4-7, Ef. 1:7, 5:2, 22-32, Ap. 21:9-27, 22:17 vuelva

87 1 P. 3:18-22, 1 Jn. 3:8, Ap. 1:18 vuelva

88 Is. 58:12, Jl. 2:1-11, Hch. 2:17-18, 1 Jn. 2:13-14, 3:9, 4:4, 5:4, 18, Ap. 11:3-13 vuelva

89 Sal. 21:4, Dn. 12:2, Mt. 25:46, Mr. 6:7, Lc. 10:19, 20:34-36, Jn. 4:14, 5:24, 6:27, 40, 47, Ro. 6:5-14, 1 Co. 15:54-57, 1 Ts. 1:10, He. 2:14-18, 2 P. 3:10-14 vuelva

90 2 P. 3:10-12, Ap. 8:7-11 vuelva

91 Mt. 5:3, 8, 12, 6:20, 8:11, 13:30, 43, 19:21, 25:14-23, 32-40, 46, Col. 3:4, 1 Ts. 4:16-17, Ap. 7:14-17, 15:2, 21:1-7 vuelva

92 Mr. 6:7, Lc. 10:19-20, Hch. 1:8, 13-14, 2:1-5, 17-21, 38-47, Ro. 8:37-39, 1 Jn. 4:4, Ap. 2:25-26 vuelva

93 Lc. 24:49, Jn. 14:15-20, 23, 26, Hch. 1:8, 2:1-5, 17-18, Ro. 8:37, 1 Jn. 4:4 vuelva

94 Mt. 28:18-20, Mr. 16:15-16, Lc. 3:16, Jn. 1:33, 3:3-5, Hch. 2:39, 8:12-13, 10:46-48 vuelva

95 Jn. 14:15-21, 23-27, Ro. 8:37, 1 Co. 15:10, Gá. 2:20, Ef. 3:16-21, Col. 2:9-10, 2 Ti. 1:14, 1 Jn. 2:13-14, 20, 24-25, 27-29, 4:4 vuelva

95A Dn. 12:1 vuelva

96 Gn. 1:26, Mr. 16:15, Lc. 12:11-12, 24:45-49, Jn. 14:15-20, 23, 26, 16:7-14, 17:21-23, 26, 1 Co. 3:9, 15:10, 2 Co. 5:17-21, Gá. 2:20, Fil. 2:13, Col. 1:27-29, Ap. 21:3 vuelva

97 Ex. 14:13-14, 2 Cr. 14:11-15, 20:3-24, Sal. 18:2-3, 30-50, Lc. 10:19, 1 Jn. 4:4 vuelva

98 Is. 40:31, Dn. 12:1-4, Mt. 7:24-25, Hch. 2:17-20, Ro. 8:31, 35-37, Ef. 6:10-18, Fil. 2:12-13, 2 Ti. 1:14, He. 13:5, Stg. 5:8-9, 1 P. 4:7, 12-13 vuelva

98A Mt. 3:16, 4:1 vuelva

99 Ez. 36:27, Lc. 24:49, Jn. 15:5, 7-8, Hch. 1:8, Ro. 8:1-14, Ef. 3:16-21, Fil. 4:13, Col. 1:27-29, 1 Jn. 5:12 vuelva

100 Ef. 6:11-18, Col. 1:9-11, 2 Ti. 2:15, 3:14-17, He. 4:12, 5:13-14 vuelva

101 Sal. 119:9, 41, Is. 55:10-11, Jer. 23:29, Mt. 8:16, Jn. 5:24-26, 6:63, 15:3, 17:17, Stg. 1:21, 1 P. 1:23, 2 P. 1:19 vuelva

102 Ro. 6:3-8, 11, 7:6, 8:1-17, 12:2, 1 Co. 12:12-14, 2 Co. 5:17, Gá. 3:26-29, 4:3-7, 6:15, Ef. 2:1-6, 4:22-24, Fil. 2:13-15, Col. 2:11-13, 3:9-10, 1 P. 2:9, 2 P. 1:3-4, 1 Jn. 3:3, 6, 9, Ap. 19:7, 21:2-3, 7, 9-27 vuelva

103 Is. 61:1-2, Mt. 10:7-8, Mr. 3:14, 16:15-18, Lc. 9:2, 60, Jn. 4:34-38, Hch. 5:42, 10:42, 16:10, Ro. 1:15-16, 10:15, 1 Co. 1:17-18, 21-24, 9:16-17, 2 Co. 5:10-11, 2 Ti. 4:2 vuelva

104 Sal. 126:5-6, Pr. 13:7, Os. 10:12, Mt. 6:19-21, 19:21, 29, 2 Co. 9:6, Gá. 6:7-9 vuelva

105 Dt. 4:29, 1 Cr. 16:11, 22:19, Sal. 27:4, 8, 46:10, 69:32, 119:2, 10, Jer. 29:13, Ez. 18:21-23, Am. 5:4, 14, Nah. 1:7, Lc. 13:24, Hch. 2:21, 17:27, 2 Ts. 1:8, 2 Ti. 2:15, He. 11:6, Ap. 3:20 vuelva

106 Sal. 119:41, Mt. 3:2, 11:28-30, Mr. 6:12, Lc. 7:36-48, 15:4-10, Hch. 2:38, 3:19, 22:6-8, 10, 12-16, Ro. 3:23-26, 10:8-13, 1 Jn. 1:8-10, Ap. 2:5, 16 vuelva

107 Ef. 6:10-18 vuelva

108 Pr. 1:23, Jn. 14:23, Ef. 3:16-19, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

109 Jn. 4:14, 24, Ro. 1:9, 1 Co. 3:16-17, 6:17, 19-20, 14:15, 2 Co. 4:6-7, 16, Ef. 3:16-21, 2 Ti. 4:22 vuelva

110 2 Cr. 7:14, Sal. 91:15-16, Is. 55:6-7, Jl. 2:32, Jn. 16:23-24, Ro. 10:13, Ap. 3:20 vuelva

111 Mt. 21:22, Lc. 11:9-13, Jn. 16:23-24 vuelva

112 Sal. 95:7-8, Pr. 1:20-33, Ro. 13:11-14, 2 Co. 6:1-2, 1 Ts. 5:2 vuelva

113 Gn. Caps. 6-7, 1 P. 3:18-20, 2 P. 2:4-22 vuelva

114 Ex. 3:10, Cap. 5, 6:1, 10-11, 13, Caps. 7-11, 12:11-14, 23-37, 51, 14:4-31, 15:1-13, Ro. 9:15-18 vuelva

115 Gn. 13:10-13, 18:20-33, 19:1-29, Dt. 29:22-28, Jer. 23:14-20, 2 P. 2:4-17, Jud. 6-7 vuelva

116 Jos. Caps. 2, 6, He. 11:30-31 vuelva

117 Os. 13:1-8, 12-16 vuelva

118 Pr. 1:20-33, 29:1, Mt. 24:45-51, 1 P. 3:18-20, Ap. 2:5, 16, 21-22, 3:2-3, 15-19 vuelva

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Notas de la Oración:

1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva

2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva

3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva

4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva

5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva

6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva

9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva

10. He. 11:6 vuelva

11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva

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