¿Estás Viviendo por
Fe o Sentimientos?

Por
Tony Alamo

Antes de que alguien pueda llamarse un Cristiano, él tiene que comenzar aprendiendo la manera de la fe.1 Hay reglas de la fe que se tienen que aprender si uno desea ser un vaso útil para Dios, uno en y por el cual Él verdaderamente pueda usar para realizar Su obra.2 Si tu decisión es caminar por sentimientos o sensaciones, más bien que hacer fielmente todo lo que Dios te ordena hacer, es evidente que tu meta, tu deseo, es para ti mismo y tu placer.3 Tus obras de ninguna manera son para Dios, sino para ti mismo, para los sentimientos. Por esta razón, no permitirás que Dios en Jesús haga Sus obras en y a través de ti.4 Esto es porque tu corazón se está desbordando con amor propio más bien que con amor por Dios. Si Dios, por el Espíritu, te mandara hacer algo según Su Palabra que interrumpiría lo que tú quisieras hacer, esto naturalmente ofendería tus sentimientos. Grandemente afectaría tu composición física y emocional.

La reacción de aquellos que se ofenden con los mandamientos de Dios es usar su propio razonamiento, en sus mentes carnales, para rebelarse lógicamente contra la Palabra de Dios.5 Simplemente no tiene sentido para sus sentimientos carnales. Sus pensamientos carnales les ayudarán a tenerse lástima a sí mismos, y su razonamiento encontrará una explicación convincente para no hacer la obra que Dios quería que hiciera. En su pensamiento humano, esto justifica renunciar una vida con Dios viviendo en ellos y obrando a través de ellos para el logro del propósito de Dios.

La obra de Jesús nuestro Señor era y sigue siendo la obra de la cruz, la cual es contraria a una vida de comodidad, o de hacer lo que nos satisface a nosotros.6 La vida de la cruz es la misma vida que tenemos que vivir para que Dios haga Su obra en nosotros y a través de nosotros.7 Se encuentra una felicidad, un gozo y una satisfacción grande, eterna y espiritual cuando Dios está viviendo Su vida y haciendo Su obra poderosa en y a través de nosotros.8 Esto solo puede suceder negándonos a nosotros mismos, tomando nuestra cruz diariamente y siguiendo al Señor Jesús.9 Si tú, que te llamas Cristiano, todavía no has cometido tus emociones, sentimientos, sensaciones, y corazón de amor propio a la muerte de la cruz, Dios en Jesús nunca podrá vivir Su vida en ti.10 Si tú no has cometido tu vieja vida de sentimientos a la muerte de la cruz, Dios en Cristo no puede resucitarte a la nueva vida, la vida espiritual, la vida que sólo puede venir y continuar por una fe constante que cometerá su vieja vida y nueva vida a la muerte del ser propio en la cruz.11

La Biblia nos revela el camino esencial que tenemos que tomar como Cristianos con versículos como, “Mas el justo [o el recto] por la fe vivirá” (Ro. 1:17).12 “Vivo en la fe del Hijo de Dios” (Gá. 2:20). “Por fe andamos, no por vista” (2 Co. 5:7). “Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Jn. 5:4). Una vez más, sólo podemos vivir eternamente por la fe, nunca por nuestros propios sentimientos.13 Somos “salvos por medio de la fe” (Ef. 2:8), y “sin fe es imposible agradar a Dios” (He. 11:6). “Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8).

LA PALABRA DE DIOS ES
PODEROSA SOLO CUANDO HABITA
EN NUESTROS ESPÍRITUS

Los mandamientos de Dios se reciben rápidamente en la mente pero no tan fácilmente en nuestro espíritu, el cual es el lugar en que Dios tiene que vivir y el lugar en que se encuentra nuestra vida.14 Cuando oímos la Palabra de Dios, tiene que caer de nuestra mente a nuestro espíritu para llegar a ser viva y activa.15 A menos que la Palabra de Dios esté viva y activa habitando en nuestros espíritus, no tendrá ningún poder sobrenatural de Dios.16 Únicamente cuando la Palabra de Dios habita en nuestros espíritus es que se convierte en “rema,” la espada de doble filo. La palabra griega helénica “rhema” significa la espada de “doble boca.” El término “espada de doble boca” significa la Palabra de Dios que viene de la boca de Dios como ríos de vida,17 y luego corre hacia otros como ríos de vida a través de las bocas de creyentes que están llenos del Espíritu.18 Jesús confesó, “Las Palabras que Yo os hablo, no las hablo por Mi propia cuenta, sino que el Padre [la Palabra de Dios, el Espíritu Santo19] que mora en Mí, Él hace las obras” (Juan 14:10).20 Jesús enseña, con estas Palabras, que cada creyente tiene que ser como Él era y sigue siendo: “Cuando seas arrestado y llevado al juicio, no te preocupes de antemano de lo que vayas a decir. Solo digas lo que se te de en esa hora, porque no eres tú el que habla, sino el Espíritu Santo [quien mora en ti]” (Marcos 13:11, arameo, hebreo original).21 (Mateo, Marcos, Lucas, y Juan no fueron escritos en griego, sino en arameo y hebreo.) Antes de que puedas llamarte Cristiano, el mismo Dios que vivió en el hombre Jesús no sólo tiene que estar absolutamente en ti, sino que tienes que absolutamente dejarlo hablar de tu boca, y tienes que también obedecerlo, haciendo las obras que Él te manda a hacer;22 sino, la obra que estás haciendo no será la obra de Dios.23

Las Palabras espirituales que Jesús habló de Su boca, Palabras dadas a Él de la boca del Padre que vivía en Él, son para que las recibemos dentro de nuestros espíritus.24 Cuando estas Palabras habitan en nuestros espíritus, y nosotros habitamos en este mundo haciendo las obras de Jesús, podremos “pedid todo lo que [querramos], y os será hecho [para nosotros]” (Juan 15:7). Éste es solo uno de los muchos galardones que recibiremos por permitir que Dios, que es la Palabra,25 viva y obre tanto en y a través de nosotros.26 De esta manera podremos realizar el propósito de Dios por las obras que Él dicta desde adentro de nosotros las cuales tenemos que obedecer. Si hacemos la voluntad de Dios, entonces todo lo que Dios posea, lo cual es el universo entero, también nos pertenece a nosotros.27 Así que es muy esencial y gratificante permitir que la Palabra de Dios, que es Espíritu y vida, viva y obre en nuestros espíritus y a través de nuestros cuerpos. Así es que se realiza la verdadera obra de Dios, el propósito de Dios, en y a través de Sus siervos. Esta obra de Dios nunca se podrá realizar por los sentimientos, razonamientos, pensamientos, sensaciones o las compasiones humanas.

Desde el comienzo del Nuevo Testamento, cuando Dios en Jesús vino al mundo como hombre,28 cada cosa malvada que ha ocurrido ha sucedido por cuenta de los sentimientos, las emociones, los pensamientos y los razonamientos del hombre. Es porque toda la población del mundo ha rechazado permitir que Dios en Jesús viva Su vida en ellos. No es el Espíritu de Dios mezclado en el espíritu del hombre que anima a los hombres a que hagan guerra o asesinen a otros. Tales cosas son los razonamientos de seres humanos no regenerados ni iluminados. Dios nunca aconseja que la gente cometa asesinato de primer grado, tal como el aborto.29 Este consejo viene de Satanás y se incorpora con los sentimientos humanos como la obstinación, la codicia, la falsedad, las emociones propias y los razonamientos. Esto es exactamente lo contrario a caminar por fe en los mandamientos de Dios, Su Palabra.

Los sentimientos humanos, los cuales causan que la gente sea desobediente a la Palabra de Dios, son pecado. Es rebelión, que es lo mismo que el pecado de brujería.30 Una vez más, la rebelión o la desobediencia a la Palabra de Dios, lo cual es causada por los sentimientos humanos, es lo que ha causado todo el caos del mundo, lo cual ha causado que Dios agrande las fronteras del Infierno, y es lo que, en el juicio, hará que Dios eche a la mayoría de la gente de este mundo al Infierno que Él ha agrandado para ellos.31 Cada acto de asesinato, violación, adulterio, o fornicación, cada hurto, cada mentira, cada crueldad, y todo que se oponga a la Palabra de Dios, sea visible o invisible en el mundo, no es causado por Dios, sino por los sentimientos y los razonamientos humanos y carnales de gente que no es regenerada, salva ni obediente a Dios. Por eso es que cualquiera persona rebelde e ilícita que desea escapar el Infierno tiene que arrepentirse inmediatamente de su pecado malvado de brujería, luego rendir su vida anterior a la muerte de la vieja cruz rugosa para que pueda ser resucitada por el Espíritu de Cristo en Dios a una vida santa vacía de toda rebelión, la cual es pecado.32 Cuando la Biblia dice que nuestro estilo de vida viejo tiene que ser clavado a la cruz, ésto incluye nuestra rebelión contra Dios, nuestros sentimientos, nuestro amor propio, nuestra compasión propia, y nuestro razonamiento propio. Todo lo que sea de uno mismo tiene que ser clavado con la vieja vida a la cruz.33

Tenemos que andar “por fe...no por vista” para entrar al Cielo” (2 Co. 5:7), “no conforme a la carne, sino conforme al Espíritu [de Dios]” (Ro. 8:1). Nunca podremos ser condenados por Dios si estamos caminando según Su Espíritu y vida, el cual se localiza en la Palabra de Dios, la Biblia.34 Este mismo versículo declara que somos condenados si caminamos según la carne, es decir, según nuestros sentimientos, nuestras emociones, sensaciones y nuestra voluntad en vez de por la voluntad de Dios.

La vida de fe es totalmente diferente a la vida muerta de sentimientos. La vida de fe también es diametralmente opuesta a una vida de sentimientos. Una persona que vive según las sensaciones humanas actualmente puede aparentar que está siguiendo la voluntad de Dios o puede buscar las cosas del Cielo en diferentes momentos cuando se emocionan por un mensaje de Dios. Pero esto solo dura poco tiempo.35 En el momento que terminan sus “sentimientos” de dicha, también termina cada obra Santa que hubiera podido acontecer en y a través de ellos si hubieran recibido la fe oyendo y leyendo la Palabra de Dios.36

Éste no es el caso con la persona que recibió la fe oyendo y leyendo la Palabra de Dios. La fe es la tierra rica, que simboliza el espíritu de una persona que recibe la Palabra de Dios y crece a la estatura completa de Jesús.37 Entre más entra Jesús en el Padre en aquellos de nosotros que somos la buena tierra, el producto más espiritual, más almas humanas podrán ser salvas y maduradas en la granja de Dios.38 La granja de Dios produce almas humanas con el Espíritu del Dios Trino en cada producto.39 Dios no puede producir almas humanas salvas con trabajadores incrédulos que no hacen nada.40 La Biblia explica que seremos juzgados por las obras que dejamos que Dios haga en y a través de nosotros o por las obras que permitimos que Satanás haga en y a través de nosotros.41 Dios en Jesús dijo, “Separados de Mí nada podéis hacer;” así que es inútil, una pérdida de tiempo, incluso tratar de hacer algo sin el Dios Trino viviendo en ti (Juan 15:5).41A Una persona que tiene fe tiene al Dios Trino viviendo en él. Por lo tanto, no importa lo que le pase, no lo afecta. Él mantiene sus ojos en Jesús, quien es la plenitud del Dios Trino viviendo en y a través de él.42 Él sabe y se acuerda que Él en quien cree nunca cambia.43 Él ve que otros cambian pero que Dios nunca cambia. Por eso, él continúa dejando que Dios viva Su vida y obre Sus obras en y a través de él por toda su vida hasta el fin.

Una persona que camina por fe ha establecido su relación con Dios. El hombre que tiene fe nunca le presta atención a sus sentimientos, porque él sabe que la gente que le presta atención a sus sentimientos no está consagrada a Dios.44 Obedecerá lo que les mandan a hacer sus sentimientos más bien que obedecer lo que la voluntad de Dios anhela hacer en y a través de ellos. La fe sigue a Dios mientras que los sentimientos simplemente dependen de cómo se siente la persona. Una persona que vive por la fe rechazará cada enseñanza satánica que el enemigo procura sembrar en su corazón.45

La fe siempre mira a Dios, mientras que los sentimientos lo miran a uno. Lee tu periódico, mira las noticias y ve lo que está haciendo la gente obstinada del mundo. Lee la Biblia y ve lo que hacen los hombres de fe. Una persona de la fe es como Dios, Quien es lo mismo en la tormenta como lo es en un día hermoso y asoleado. Una persona que camina por la fe es tan inalterable como Dios.46 Él permite que Dios exprese Su vida en y a través de él, y él expresa esa misma clase de vida.47 No importa lo que esté sucediendo alrededor de ellos, aquellos que viven por sentimientos y sensaciones tienen vidas que parecen ser calientes, frías y tibias. Un momento pueden estar entusiasmados, y deprimidos el próximo. Pueden vivir su vida entera sin cometer un crimen, hasta el día que sus sentimientos incorporados con el espíritu de Satanás los influenciarán a hacer algo tan malo que no podrán creer que lo hicieron.

Dios quiere que todos los hombres lo sigan para que puedan ser salvos de una eternidad en el Infierno.48 Hay demasiada gente que se llama Cristiana y que sólo trabajarán para el Señor si reciben algo por hacerlo, es decir, si prosperan monetariamente,49 o si satisface sus sentimientos o sus intereses, especialmente si no pone en peligro o lastima sus sentimientos. Los verás retirarse si la cruz viene sobre ellos, la cual requiere que su propia vida, su propio espíritu, estén quebrados y mortificados.50 Tenemos que aprender que si Dios verdaderamente está trabajando en y a través de nosotros, habrán resultados grandes, Piadosos y eternos para la humanidad.51

La obra que Dios hace en y a través del hombre es eterna, y solo Dios viviendo en hombres obedientes de la fe puede realizarla.52 La obra de Dios es espiritual en su naturaleza, y los que no son de la fe no pueden comprender o lograrla.53 La obra de Dios es eterna en carácter.54 ¿Cómo podrán aquellos que viven por sentimientos jamás unirse en la obra de Dios, puesto que nada en la obra de Dios jamás podrá satisfacer sus sentimientos no regenerados y carnales? Por eso es que la gente rechaza todo lo que Dios dice con su propia voluntad y su propio razonamiento, los cuales están vacíos de la fe. Si no se someten a la muerte de la cruz, y si la vida de la cruz de negarse a sí mismos no corta profundamente en sus almas hasta renunciar todo lo que deseen para sí mismos, Dios no podrá obrar en ellos ni a través de ellos.55 Si hacen cosas como dar ofrendas, atender a servicios, o distribuir literatura, yo llamo este tipo de obra una obra limitada ya que hay muchas obras más que Dios desea hacer en ellos.55A Aquellos que caminan por sentimientos son mucho más despreciables cuando se trata con la guerra espiritual.56 Es porque luchar contra nuestros sentimientos y el diablo en oración ciertamente es una obra de completa abnegación, es decir, una vida donde nuestros sentimientos están clavados a la cruz.57 La renuncia de nuestros sentimientos y del diablo se tienen que hacer continuamente cada día.58 Es imposible calcular cuántas veces tendrás que hacer esto en tu vida.

MOSCAS, MOSQUITOS, Y
OTRAS PLAGAS

El diablo y nuestros sentimientos son un fastidio a los espíritus de aquellos de nosotros que somos salvos. Son mucho como las moscas, los mosquitos y los otros insectos que nos fastidiarían. Cuando el diablo y nuestros sentimientos procuran destruir nuestros espíritus, nuestras almas, tenemos que apartarlos de nosotros continuamente por fe en la Palabra de Dios, reprendiéndolos según la Palabra de Dios, la cual dice, “Resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Stg. 4:7). Nunca podrás deshacerte de las moscas, los mosquitos ni otros insectos; y hasta el día que mueras, ni el diablo ni tus sentimientos te dejarán tranquilo. Por eso, siempre habrá que tratar con ellos como lo hizo Jesús.59 Tomamos el tiempo para espantar a las moscas, los mosquitos, y los otros insectos. ¿Cuánto más tenemos que hacerle lo mismo a las pestes espirituales si deseamos entrar al Cielo?

Nunca podremos gratificarnos o satisfacer nuestra carne cuando nos negamos, es decir, cuando paramos de vivir nuestras vidas para nosotros mismos y otros con el fin que Dios pueda hacer Su voluntad y vivir Su vida en nosotros.60 La vida propia nunca se puede encontrar en aquellos que viven por la fe, aquellos que se oponen a Satanás, nuestro enemigo, de la manera que se tiene que oponer.61 Después que conocemos la Palabra de Dios y tenemos fe en la habilidad tremenda de Dios de hacer lo que Él dice que hará, podemos vencer a Satanás orándole a Dios, es decir, cuando nos convertimos en guerreros de oración.62

Por la fe alimentaremos y le daremos bebida a nuestros enemigos si lo piden.63 También oraremos por su salvación.64 Si nuestros enemigos se niegan a recibir el mensaje de Dios observando nuestras acciones santas y oyendo la Palabra que le predicamos, entonces la Palabra de Dios nos dice que Dios amontonará ascuas “sobre su cabeza, y Jehová [nos] lo pagará” (Pr. 25:22). Cuando hayamos aprendido ser obedientes a Dios en todo, habremos aprendido el verdadero arte lícito de la guerra espiritual.65 Las escrituras que acabo de cotizar se pueden encontrar en Proverbios 25:21-22 y Romanos 12:20-21. Aquellos de nosotros que somos de la fe nunca nos vengamos porque si lo hiciéramos, seríamos desobedientes a Dios, y estaríamos viviendo por nuestros sentimientos más bien que reprendiendo nuestros sentimientos. Dios claramente le dice a todos que pueden leer, oír, o leer Braille con sus dedos, que “Mía es la venganza, Yo pagaré, dice el Señor” (Ro. 12:19).66 El Señor nos dice, “Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias” (Sal. 34:17).67 ¿Crees esto? ¿Tienes fe de que Dios va a hacer lo que Él dice que hará?

La Palabra de Dios le muestra a cualquier persona que lee, oye, o siente la Palabra de Dios por Braille, que Dios ha destruido reyes y reinos.68 “El levanta del polvo al pobre, y al menesteroso alza del muladar” (Sal. 113:7). En el capítulo once del libro de Hebreos, hay una lista de los hombres ordinarios que tenían fe en la capacidad y el poder sobrenatural de Dios, los cuales les permitieron conquistar reinos, vivir rectamente, alcanzar promesas, cerrar las bocas de leones, apagar la violencia del fuego, evitar el filo de la espada, sacar fuerza de debilidad, hacerse fuertes en batallas, poner en fuga ejércitos extranjeros (He. 11:33-34). Por la oración llena de fe, nos daremos cuenta del cumplimiento de nuestros deseos PIADOSOS, no de nuestros deseos humanos.69 Dios guardó Sus promesas salvándonos de la destrucción de las naciones. Él ha abierto las puertas de la prisión y librado los cautivos para todos aquellos que le oraron a Él en fe.70 Él ha levantado a los muertos.71 Con los sentimientos o los razonamientos del hombre, tales cosas son imposibles; pero con fe en la Palabra de Dios, todas las cosas son posibles para nosotros.72 Esto significa que solo podemos tener fe en la capacidad de Dios de hacer lo imposible.73

DIOS VIVE EN LA GENTE
Y EL DIABLO TAMBIÉN

Dios vive y obra en la gente que cree en Él, y Satanás vive en la gente que cree en él. Jesús no niega esto. Jesús manda a que amemos a Dios y odiemos al diablo, o amemos al diablo y odiemos a Dios.74 Tenemos que escoger a quien serviremos ahora mismo. Después de que muramos, no seremos ofrecidos esta opción. La opción se tiene que hacer ahora mientras estemos vivos. Recuerda, hay un día de juicio final ante el gran trono blanco de Dios.75

Dios destruirá las obras del diablo en nuestras vidas cuando nosotros, por fe, le oramos a Él.76 No necesitamos ningunas armas carnales para esto, sólo la fe en Dios.77 El Salmista David, el Rey de Israel, quien creyó en Jesús, el Mesías, dijo, “Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en Él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigo” (Sal. 18:2-3).78 Dios hará esto por cualquier persona que sea Su hijo a través de Jesús, el Mesías.79

Resistir a Satanás significa resistir a Satanás todo el tiempo.80 A veces, esta guerra puede aparecer casi insoportable para ti si no has madurado completamente en el Señor. Por eso es que las Palabras de Dios nos dicen, “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera; porque en Ti ha confiado” (Is. 26:3). Esto es porque Dios en Jesús nos dice, “No te desampararé, ni te dejaré” (He. 13:5). Romanos 8:31 nos dice, “Si Dios es por nosotros, ¿quien contra nosotros?”80a No hay placer propio para el espíritu carnal que está cargado con una carga indescriptible por cuenta de Dios.81 No será interesante que la persona indulgente ataque a espíritus malvados con cada fibra de su ser. Pero es sumamente interesante para los que son de la fe hacer esta clase de obra. Inmediatamente corren a Dios para ayuda por oración ya que saben que Dios ha prometido oírles, contestarles, defenderlos, y librarlos, y saben que Él lo hará.82 Dios guardará todas Sus promesas.83 Ganando la victoria sobre nuestro enemigo por oración a Dios es de lo que se trata la guerra de oración.84 ¿Estás orándole a Dios por victoria para otros y para ti mismo? Si yo fuera tú, yo oraría siempre como manda Jesús.85 Hay mucho por lo cual orar. Si oras, ¿es para ti mismo o para que Dios obre Sus obras en y a través de ti? Ora por otros.86 Dios nos dice que Él viene primero, y otros vienen después.87 Él ve lo que estamos haciendo, y nos manda a todos a “Buscad primeramente el reino de Dios y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mt. 6:33). La oración correcta es la oración a Dios pidiéndole que luche por nosotros,88 lo cuál es totalmente vacío de nuestros propios razonamientos, nuestros propios intereses, nuestros propios sentimientos carnales, y nuestro propio intromisión.89 No hay nada en esta clase de oración que te hará sentir cómodo cuando estás sufriendo en tu alma y orándole a Dios que destruya y edifique, es decir, destruir tu vida propia y edificar Su vida en ti.90 Nada en la guerra espiritual puede alegrar a la carne si no tenemos fe en lo que Dios dice que será el resultado final de lo que hemos orado.91

Aquellos que son propensos a vivir una vida propia prefieren iglesias donde se SIENTEN cómodos.92 No tienen ningún deseo de negarse ellos mismos, de tomar sus cruces diariamente, y de seguir a Jesús como Él manda.93 Su hostilidad hacia las instrucciones de Dios se alzará como una cobra venenosa cada vez que la Palabra de Dios toca sus sentimientos. Un supuesto Cristiano emocional se derrota fácilmente en conflicto con Satanás cuando está orando o asaltando a Satanás por oración a Dios.94 El enemigo, con su espíritu malvado, atacará las emociones de este Cristiano inmaduro. El diablo lo hará creer que atacar a Satanás es demasiado duro, demasiado doloroso, y demasiado hiriente para él; así que la oración de este supuesto “Cristiano” se volverá muerta, vacía de fe en Dios.94A Sus sentimientos de dolor, compasión propia e interés propio han eliminado cualquier preocupación por la voluntad, el propósito, y la obra de Dios.95 Él está contra Cristo, él es anti-Cristo, debido a sus sentimientos, sus emociones, y su amor por sí mismo más bien que su amor por Dios.96 Él ha parado de clamarle al Señor para que luche por él.97 Si no se arrepiente de este pecado y busca la fe, el enemigo lo llevará de nuevo a la casa de la prisión de donde una vez fue librado por Jesús.98

Un supuesto Cristiano es uno sin el poder de Dios en ellos para emprender guerra contra Satanás.99 El minuto que sus sentimientos son atacados por el diablo, él renunciará y se alejará de la zona de guerra. Si no permite que sus emociones experimenten la muerte, él le está dando a Satanás una invitación de atacarlo y traerlo nuevamente al cautiverio.100

Cada vez que una persona con su vida propia decide oponerse al enemigo, un toque de Satanás sobre sus sentimientos lo derrota.101 Caminamos por fe, no por vista o sentimientos.102 Ningún Cristiano puede esperar contar con victoria sobre Satanás a menos que él primero haya conquistado su vida propia de sentimientos.103 La victoria espiritual sobre uno mismo, el pecado, Satanás, y el mundo demanda que la propia vida de sí mismo muera constantemente al igual que la muerte constante de sus sensaciones.104 Todos tenemos que tener una fe completa en Dios, confiando en Él y solamente en Él.105 Solamente con esta actitud diaria, por el poder de Dios, leyendo y orando, somos capaces de permanecer allí, aguantando y no buscando que alguien nos consuele en nuestro combate contra el diablo.106 Solamente esta clase de Cristiano puede continuar con el Señor bajo cada clase de sentimiento angustiado. A él no le importa nada de su vida o su muerte.107 A él solamente le importa que Dios lo está conduciendo.108 Él no tiene ningún interés o deseo personal. Él se ha dado al Señor como un regalo que Dios puede usar de cualquier manera que le complazca a Él.109 Él vive solamente para Dios. Dios es su vida y su vida eterna.110 Él nunca entiende mal a Dios o lo culpa por cualquier mal que le suceda, porque él sabe que todas las maneras de Dios son correctas y fueron hechas por Su amor por nosotros.111 Dios tiene victoria y se le da gloria en este raro tipo de Cristiano.112

Ocasionalmente la gente puede pensar que Dios los ha abandonado y han sido olvidados por los hombres. Aún, ellos permanecen en sus postes, su nivel de autoridad, su estación de batalla, la guardia que les ha sido asignada por el Espíritu. Esta persona, por su fe en la Palabra de Dios siendo la verdad, y por su fe en la capacidad de Dios de cumplir todo lo que Él ha prometido que puede hacer y hará, es un guerrero entusiasta de la oración. Él violentamente irrumpe el trono de Dios día y noche113 para tomar las promesas de Dios por fuerza y violencia.114 ¿Por qué? Porque aquellos que tienen fe en Dios no serán negados. Violentamente tomarán lo que Dios les ha prometido, porque son justos debido a su fe en Dios. Por eso es que el Reino de los Cielos permite este tipo de violencia. “Los violentos lo arrebatan,” que significa que tomarán las promesas de Dios por su “fe fuerte” en la Palabra de Dios (Mt. 11:12).

Si tú eres un verdadero guerrero Cristiano de oración, entonces ora que Dios le de a toda Su iglesia, el Cuerpo de Cristo, inmunidad de cada plaga que viene sobre la tierra, la cual incluye cada virus, cada enfermedad y cada dolencia. Por fe en la capacidad de Dios, él vence, y Dios destruye la obra de Satanás.115 Esto es posible solamente porque, por fe, él niega sus propios sentimientos, y porque él cree en la capacidad de Dios de hacer esta obra.116

Después de que los creyentes hayan profundamente pasado la escuela espiritual de la fe por la lectura y el recibimiento de todo lo que Dios dice en Su Palabra, luego dejando que Dios por el Espíritu haga todas Sus obras en ellos, son capaces por fe de caminar totalmente en el Espíritu de Dios, donde nunca pecarán.117 Como nunca pecan, no hay ninguna condenación de la ley de Dios contra sus almas, y como nunca pecan, son considerados por Dios ser santos y perfectos.118 Todos los que alcanzan este nivel de vida espiritual han entrado a una vida de descanso, o un sábado de siete días a la semana, lo cual significa un descanso de su propia vida y sentimientos.119 Han dejado que el fuego de la cruz destruya su cada meta.120 Han aprendido la lección que Dios desea enseñarles a todos.121 Saben que sólo la voluntad de Dios se puede hacer en la tierra si desean entrar al Cielo, y que todas las cosas del mundo, no importa lo deseable, no son compatibles con Dios, con Su alto llamamiento para ellos, o con la recompensa que Él ha guardado para ellos.122 Ellos ahora encuentran gozo en su capacidad de abandonar todo para Dios.123

Dios tiene razón.124 Él nos permite tener las cosas que no nos arruinarán ni corromperán.125 Esta es una de las muchas razones por lo cual le servimos con alegría. Sabemos que en el Cielo hay un galardón más grande del que nos pudiéramos imaginar.126 Dios quiere que rechacemos todo y cualquier cosa que destruiría nuestro derecho al Cielo.127 Su deseo es que nuestras almas sean preservadas por obediencia a Su Palabra. Todo murmullo, queja, egoísmo, y deseo mundano, los cuales son pecado, han desaparecido.128 Constantemente tenemos que acordarnos que el tipo de vida más alto, la vida más elevada es la vida que se vive para Dios, la vida vivida por aquellos que son obedientes a Su voluntad.129 El Cristiano maduro ha perdido todo para ganar a Dios en Jesús, la Trinidad.130 Él está extremadamente satisfecho que Dios está cumpliendo Su propósito en él. Él ahora tiene un descanso perfecto, el verdadero sábado de 365 días. Nada interno o externo puede tentarlo a alejarse de ser el templo de Dios.131 El hijo de Dios sigue una voluntad que está unida con la voluntad del Señor.132 Por el fuego que recibe de la cruz él se anima mucho a llenarse constantemente con la fuerza de Dios, el Espíritu de Dios en la Palabra de Dios.133 Su espíritu ahora puede controlar sus emociones porque el Espíritu de Dios en su espíritu le da el poder para hacerlo.134 Su caminata es constante y no cambia de día a día. Para el Cristiano que camina por fe en la Palabra de Dios no hay tal cosa como un día de felicidad y otro de depresión. Él está en paz y en descanso.135 Dios obra en y a través de él, y él lo sabe.136 Él se da cuenta que para lograr esto él tiene que mantener su vieja vida clavada a la cruz diariamente, y vigilándose él mismo, es decir, asegurándose de ello, diariamente crece en el reino espiritual de Dios en Jesús.137 Nunca jamás podremos ser gobernados por nuestras emociones, tal como por nuestros propios pensamientos, razonamientos, sentimientos, propósitos o nuestra propia voluntad, si nuestro deseo es entrar al Cielo y vivir allí eternamente.138 Tenemos que poner a muerte tales afecciones.139

Tenemos una condición anterior y una condición presente.140 Esperanzadamente tu condición presente es descansar con Dios.141 Es decir, esperanzadamente has podido, por el poder de Dios, poner a muerte tu vieja vida pecaminosa con Cristo en la cruz para que puedas ser resucitado a la nueva vida, la cual es la vida santa, y estás en descanso o en sábado con Jesús, permitiéndolo continuar Su vida y obrar tanto en y a través de ti en la tierra.142 Si así es, ya no estás viviendo en la confusión de tus sentimientos y tus emociones, ahora estás centrado en Jesús, vigilando en oración.143

Cuando crecemos a la plenitud de la estatura de Jesús, encontraremos que lo que abandonamos del mundo en cambio por Jesús no es nada más que estiércol,144 y que como recompensa, Dios nos ha dado millones de veces más, cosas que son Santas y sanas, cosas que son buenas para nosotros.145

A veces Dios permite que pasemos muchos dolores porque nuestras almas necesitaban el fuego, la cuchillada de la cruz para entrar al Cielo.146 Si nuestras vidas no están completamente cometidas a Dios, nuestras almas son interesadas en sí mismas.147 Nuestras almas no regeneradas desean demasiadas cosas que son dañosas a una vida que está supuesta ser vivida para el Señor. Nuestros seres carnales buscan muchas cosas que están fuera de la voluntad de Dios.148 Esta clase de acción egoísta tiene que ser eliminada o amputada siendo nacido de nuevo del Espíritu Santo.149 Una vez que hayamos abandonado nuestra propia vida a la cruz, podremos gozar la dicha de Dios por dentro, aunque vivimos en un mundo lleno de gente incrédula, no regenerada y malvada.150 No podemos perder vista de Dios aunque los espíritus satánicos están viviendo alrededor de nosotros.151 Tenemos que ser obedientes a la Palabra de Dios. Nunca podemos pasar más allá de los límites que Dios ha establecido para nosotros en Su Palabra si nuestro deseo es pasar la eternidad en dicha con Dios y tener la dicha del conocimiento que Él vive en nosotros hoy.152

¿ESTÁS OCULTANDO ALGO?

Algunas personas viven para Dios, pero al mismo tiempo viven para sí mismos. Éstos aman al Señor y también se aman a ellos mismos. Su intención y propósito es servir a Dios; sin embargo, desean exaltarse y vivir vidas de gloria, placer propio y consolación propia.153 Esta clase de existencia es una existencia contaminada.154 Estos individuos caminan un poco por fe, pero caminan mucho por sentimientos. A veces siguen al Espíritu, pero casi siempre siguen su carne, sus sentimientos. No se quedan con la mayoría para sí mismos, pero lo poco que ocultan es una contaminación para ellos, según el juicio de Dios, así como lo fue con Ananás y Safira en Hechos 5:1-11.155 Solamente lo que Dios juzga ser puro es Santo.156 Cualquier otra doctrina mezclada con la Biblia es asquerosa y maldita.157

Cuando vivimos la vida de la cruz, experimentaremos una vida divina de pureza, santidad, y perfección.158 Todo será para Dios, y nada será para sí mismo aparte de lo que Dios nos ha dado. Hasta el deseo más pequeño fuera de lo que nos da tiene que ser clavado a la cruz con Jesús.159 El amor propio también tiene que ser clavado allí también.160 Para el creyente la única razón por la cual existir es hacer la voluntad de Dios. Todo lo que le importa está dirigido a complacer a Dios. Obedecer a Dios es su único propósito.161 A él nunca le importa cómo se siente. Lo único que le importa es que está obedeciendo a Dios, no tibiamente, sino con todo su corazón, toda su alma, su mente y su fuerza.162 Este es el verdadero significado de lo que quiere decir caminar en el Espíritu.163 Cuando Dios, por su obediencia, le da paz, consolación y dicha, él sabe que esto no tiene nada que haber con lo que desea su naturaleza humana. Él ahora ve todo como lo ve Dios. Con alegría, él ha terminado con su vieja vida pecaminosa.164 Dios le ha dado la vida más alta del universo – la vida de Dios.165

Por la vida de Dios viviendo en él, él ha podido poner a fin la vida destructiva de pecado que él estaba viviendo.166 Por su obediencia al Espíritu de Dios que vive en él, por fe, el Espíritu, la vida de Dios, comenzó desarrollándose en él para más poder, experiencia, y madurez.167 Aquello que era la vida mundana y pecaminosa fue destruida, pero aquello que es espiritual fue establecido en su nueva vida por la vida de Dios resucitándolo más y más a la vida de Dios.168

EL LUGAR PARA ESCAPAR

La población del mundo entero sabe que el mundo ya no puede continuar. Mil millones de personas están procurando escapar la realidad de lo que ven en el mundo hoy, cometiendo suicidio, tomando drogas, alcohol, y muchas otras cosas que tú ya conoces. Esto es lo que sus sentimientos los mandan a hacer. Los sentimientos y razonamientos humanos destruyen los cuerpos, las vidas y las almas de la gente.169 La gente está ahondando en magia negra y brujería, algo que hasta se encuentra en libros inspirados por Satanás para los niños, esperando encontrar en ellos algo para satisfacer sus almas. Están corriendo de un callejón sin salida a otro. Están envueltos en música, deportes, comida, educación y conocimiento mundano, viajar y sexo ilícito. Últimamente, la mayoría de la gente del mundo está llena de pavor de las cosas que están sucediendo en la tierra.170

El diablo y el sistema mundial te dirán que hay millones de maneras de escape, pero el diablo y el mundo te están mintiendo y están condenados.171 Obediencia a la Palabra de Dios es la única salida, tu único escape a la seguridad.172 El Espíritu de Dios a través de Salomón declara, “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Pr. 14:12). “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tu caminos, y Él [Dios] enderezará tus veredas” (Pr. 3:5-6).

Deja de vivir tu vida según tus sentimientos, conocimiento, entendimiento y sabiduría mundana, y busca solo la instrucción, el conocimiento y la sabiduría de Dios.173 “Retén el consejo [de Dios], no lo dejes; guárdalo, porque eso es tu vida” (Pr. 4:13).174 Deja de apoyarte en tu propia prudencia, o en la prudencia de cualquier otro menos de Dios. El razonamiento humano crea cosas en los cuales creer que simplemente no son verdad.174A Es locura para el insensato cuando se le dice que Dios viviendo en Jesús también está viviendo en aquellos de nosotros que somos salvos. El Espíritu en la Palabra nos enseña a convertirnos en nada, porque Dios escoge “lo que no es, para deshacer lo que es” (1 Co. 1:28).174b Tenemos que aprender a no gloriar en la carne, sino a gloriar en el Señor.175 “Echando toda vuestra ansiedad [todas tus preocupaciones, de una vez por todas] en Él, porque Él tiene cuidado de vosotros” (1 P. 5:7). Sal fuera de tu mundo oscuro de sentimientos al mundo de Dios, el mundo de luz y vida eterna.176 No esperes más. Hazlo inmediatamente. El Señor está parado ante ti ahora mismo, urgiéndote a que abras tu corazón y lo dejes entrar.177 Deja que Él entre tu espíritu ahora mismo diciendo esta oración:

Oración

Mi Señor y mi Dios, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que Jesucristo es el Hijo del Dios Viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre por el perdón de todos mis pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4 y que Él está sentado a la mano derecha de Dios en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración. 5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón Señor Jesús. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor Jesús; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor Jesús, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11

Usted acaba de com pletar el primer paso en una serie de cinco pasos que se requieren para recibir la salvación. Su segundo paso es negarse a sí mismo y aceptar la cruz cada día con el propósito de mortificarse, es decir, para darle muerte a su propia voluntad, a su ser autosuficiente, y al mundo con todos sus deseos. Todos estos tienen que ser bautizados en la muerte de Cristo. El tercer paso es su resurrección de la vida satánica de Adán a la vida libre de pecados de Cristo. El cuarto paso es su ascensión a una posición de autoridad para reinar por Dios en la tierra, y el quinto paso es reinar por Dios en la tierra hasta el fin con el propósito de traer el reino del Cielo a la tierra. Usted tiene que aprender la Palabra de Dios, luego someterse y hacer lo que la Palabra dice, para que la Iglesia y el mundo puedan ver pruebas de su sumisión a la Palabra de Dios, Su orden, y Su autoridad en usted y por usted.
Alabado sea el Señor. Que Dios lo recompense abundantemente.

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Notas del " ¿Estás Viviendo por Fe o Sentimientos? " : vuelva arriba

1 Mr. 16:16, Lc. 18:8, Jn. 1:12, 5:24, 11:25-26, Hch. 13:38-39, 48, 16:31, Ro. 1:16-17, 3:22-26, 5:1, 9:33, 10:6-10, 17, 11:20, 1 Co. 1:21, 2 Co. 1:24, 5:7, Gá. 2:20, 3:2-9, 11, 22, 26, 5:22, Ef. 2:8, 6:16, Col. 1:23, 1 Ts. 2:13, 2 Ts. 2:13-14, 1 Ti. 6:11-12, He. 4:1-2, 9-11, 10:38-39, 11:6-11, 1 P. 1:3-9, 1 Jn. 5:4-5, Jud. 3, 5 vuelva

2 Mt. 10:1, 7-8, 17:20, 21:21-22, Mr. 9:23, 16:15-18, 20, Jn. 14:11-17, 15:5, 7-8, 16, 17:20-23, 26, 1 Co. 2:4-5, 6:19-20, 15:10, 2 Co. 5:17-21, 6:16, Gá. 3:2, Ef. 3:16-20, Col. 1:27-29, 2 Ti. 1:14, 2:20-21, He. Cap. 11, 1 Jn. 2:6, 24, 27-29, 5:4-5 vuelva

3 Lc. 8:14, 16:19-31, Ro. 1:17-32, 15:1, 3, 2 Co. 5:15, 1 Ti. 5:6, 2 Ti. 3:2-5, 4:10, He. 11:24-26 vuelva

4 Hag. 1:4-6, 9, Mt. 5:20, 7:21-23, 19:16-22, 23:1-7, Lc. 6:24-25, 32-35, Ro. 10:3, Fil. 2:21, 2 Ti. 3:2-9, 13, 1 Jn. 3:17 vuelva

5 Ro. 7:14-18, 23-25, 8:5-9, 13, 1 Co. 2:14, 3:3, Gá. 5:16-17, 6:7-8 vuelva

6 Is. 53:3, Mt. 4:1-11, 8:20, 10:38-39, 26:36-39, 42, 67-68, Lc. 9:23-26, 22:42-44, Ro. 6:6-8, 1 Co. 1:18, He. 2:9-10, 14-18, 4:15, 5:8-9, 12:2-3, 13:12, 1 P. 4:1-2 vuelva

7 Mt. 16:24-26, Lc. 14:26-27, 33, Jn. 12:25, Ro. 8:12-13, 12:1-2, Gá. 2:20, 6:14-17, Fil. 3:7-12, Stg. 4:9-10, 1 Jn. 2:15-17 vuelva

8 Sal. 5:11, 9:14, Jn. 14:27, 16:33, Hch. 20:24, 32, Ro. 5:1-2, 14:17-19, 2 Co. 4:11-18, 6:4-10, Fil. 3:7-14, Col. 1:10-14, 1 P. 1:3-5 vuelva

9 Lc. 9:23-24, 14:26-27, 33, Jn. 12:24-26, Ro. 8:1-14, 35-37, 13:11-14, 1 Co. 9:26-27, 2 Co. 6:4-10, Gá. 5:24, 2 Ti. 4:7-8, Tit. 2:12 vuelva

10 Ro. 13:14, 15:1, 1 Co. 9:26-27, Gá. 5:16-17, 24, Col. 3:5, 2 Ti. 2:4, Tit. 2:12, 1 P. 4:1-2 vuelva

11 Mt. 16:24, Ro. 6:2-14, 8:10-11, Ef. 2:1-6, Fil. 3:7-11, Col. 2:10-15, 3:1-3, 1 P. 2:21-24 vuelva

12 Hab. 2:4, Gá. 3:11, He. 10:38 vuelva

13 Jn. 12:24-26, Ro. 8:5-14, 35-37, 9:33, 2 Co. 5:7, He. 10:38-39 vuelva

14 Job 32:8, Pr. 20:27, Mt. 13:3-9, 18-23, Jn. 4:24, 6:63, Ro. 1:9, 2:29, 7:18-25, 2 Ti. 4:22 vuelva

15 Pr. 6:20-23, Jn. 4:14, 24, 7:38-39, 14:15-20, 23, 26, 15:1-11, 26, 17:21-23, 26, Ro. 1:9, 8:1, 10-11, 16, 26-28, 1 Co. 6:19-20, 2 Ti. 1:14, He. 8:10, 1 Jn. 2:27, Ap. 3:20 vuelva

16 Lc. 4:31-32, Jn. 6:63, 7:38-39, Hch. 1:8, Ro. 8:6-8, 1 Co. 4:19-20, 2 Co. 3:5-6, 1 Ts. 1:5 vuelva

17 Sal. 46:4-5, Is. 12:2-3, Mt. 8:16, 24:35, Jn. 4:5-14, 5:24, 6:35, 63, 7:37-39, 15:3, 7, 1 P. 1:23, Ap. 21:6, 22:1-2, 17 vuelva

18 Sal. 8:2, 119:13, 16, Is. 55:10-11, Mr. 16:15, Lc. 15:3-7, 24:46-48, Jn. 7:37-39, Hch. 14:21-22, Ro. 10:14-15, Col. 3:16-17, 1 Ts. 2:11-13, 2 Ti. 2:15, 3:14-17, 4:2, Tit. 1:9, He. 3:13, 1 P. 1:23-25, 5:2 vuelva

19 Jn. 4:24, Ro. 1:3-4, Fil. 2:6-8, He. 2:9-10, 14-18, 1 Jn. 4:9, 5:7, Ap. 19:13 vuelva

20 Jn. 3:34, 4:34, 5:19-23, 27, 30, 8:28-29, 14:10-12, 17:21-23 vuelva

21 Ex. 3:1-10, 4:10-12, Nm. 22:21-35, 1 R. 19:9-13, Lc. 12:11-12 vuelva

22 Is. 11:2, Ez. 36:27, Lc. 12:11-12, Jn. 5:17, 16:7-14, Ro. 8:1-4, 10-11, 26-28, 1 Co. 3:9, 16-17, 15:10, 2 Co. 4:7-11, 5:17-21, 6:16-18, Gá. 2:20, Ef. 2:18-22, 3:16-21, Col. 2:9-10, 2 Ti. 3:16-17, 1 Jn. 3:6, 24, 5:12, 2 Jn. 9, Ap. 14:1-5 vuelva

23 1 S. 15:22, Sal. 127:1-2, Is. 64:6, Zac. 4:6, Mt. 5:20, 7:21-23, Mr. 14:38, Lc. 13:25-28, Ro. 10:3, 1 Co. 3:1-4, 15:48, 2 Co. 3:5-6, 13:3-5, He. 4:3-10, 2 P. 1:21 vuelva

24 Jn. 3:34, 8:28-29, 12:49-50, 14:10-12 vuelva

25 Jn. 1:1, 14, 1 Jn. 5:7, Ap. 19:13 vuelva

26 Sal. 23, 91, 34:10, 68:19, 81:10, 84:5, 11, 103:2-4, Is. 40:11, 31, 54:17, 58:8-11, Mt. 13:43, Lc. 12:32-38, Jn. 14:2-3, 2 Co. 4:16-18, Fil. 4:7, 19, Col. 1:4-6, 10-12, He. 3:6, 14, 11:8-10, 13-16, 13:12-14, Stg. 1:17, 1 P. 1:3-7, 2 P. 1:3-4, 3:13, 1 Jn. 4:4, Ap. 2:17, 7:9, 13-17 vuelva

27 Jn. 17:11, 21-26, Ro. 8:14-18, Gá. 3:25-29, 4:1-7 vuelva

28 Is. 9:6-7, Mt. 21:9, Lc. 2:4-11, Jn. 10:30, 37-38, 14:6-11, 17:11, 21-23, 1 Co. 1:24, Ef. 1:19-23, Fil. 2:6-11, He. 1:3 vuelva

29 Ex. 20:13, Nm. 35:30, Dt. 5:17, Mt. 5:21, Mr. 10:19, Lc. 18:20, Ro. 13:9, Stg. 2:11 vuelva

30 1 S. 15:23, Gá. 5:19-21 vuelva

31 Sal. 1:4-6, 9:17, Is. 5:14-15, 14:9-11, 33:14, Mt. 7:13-14, 24:37-39, 44, 48-51, Lc. 13:23-28, 2 Ts. 1:8-9, Jud. 6, Ap. 14:9-11, 19:20, 20:10, 15, 21:8 vuelva

32 2 Cr. 7:14, Sal. 34:14, Pr. 1:22-23, Is. 55:6-7, Jer. 3:12-14, Ez. 18:21-23, Mt. 16:24-26, Lc. 14:26-27, 33, Jn. 12:24-26, Ro. 6:2-14, 8:10-11, 1 Co. 15:30-31, 57-58, Gá. 5:16-17, 24, Ef. 2:1-6, 4:27, Stg. 4:5-10, 13-15, Tit. 2:12-13, 1 P. 4:1-2 vuelva

33 Mt. 10:37-39, 16:24-26, Lc. 9:22-25, 14:26-27, 33, Jn. 12:24-26, Ro. 8:1-14, 35-37, Gá. 2:20, 5:16-17, 24, Col. 3:5-17, 23, 25, Tit. 2:12, Stg. 4:5-10, 13-15 vuelva

34 Ez. 36:27, Jn. 3:16-21, Ro. 8:1-4, Gá. 5:16, 25 vuelva

35 Mt. 13:3-7, 18-22 vuelva

36 Mt. 13:19-22, Jn. 15:5, Ro. 10:17, He. 4:2, 11:6 vuelva

37 Mt. 13:3, 8, 18, 23, Ro. 1:17, 5:1, 9:33, 2 Co. 5:7, Ef. 4:13-16, Col. 1:23, 1 Ti. 6:11-12, He. 10:38-39 vuelva

38 Jn. 12:24-26, Ro. 7:4-6, 8:1-14, 35-37, 2 Ti. 4:7-8, 18, Ap. 12:11 vuelva

39 Jer. 4:3-4, Os. 10:12, Mt. 13:3-9, 24-32, 1 Co. 3:9-11, 1 Jn. 3:9 vuelva

40 Sal. 1:4-6, Jl. 2:28-29, Mt. 4:19, 11:4-5, 13:3-8, 20:6, 25:14-30, Mr. 1:4, 16:15, Lc. 4:18, 9:23, Jn. 4:35, 6:63, 12:32, Hch. 2:14-41, 8:4, 26-40, 15:35, Ro. 10:14-15, 1 Co. 1:17, 21, 3:6-7, 9:16, 27, Gá. 6:7, Ef. 4:11-13, 2 Ti. 4:2 vuelva

41 1 R. 11:4, 9, 15:1-3, 25-26, 16:7, 22-25, 29-30, Sal. 7:11, 9:4, 16-17, Pr. 24:12, Jer. 17:10, Dn. 5:27, Mt. 5:20, Jn. 12:48, 1 Co. 3:8, Ef. 6:7-8, Stg. 2:10-11, 18-24, Ap. Caps. 2, 3, 20:12-13 vuelva

41A. Sal. 1:2, 2:12, 4:5, 7:1, 9:9-10, 19-20, 108:12-13, Cap.124 vuelva

42 1 Co. 2:2, Fil. 3:13-14, 2 Ti. 1:12-14, He. 11:13-16 vuelva

43 Sal. 33:11, Ecl. 3:14, Mal. 3:6, He. 1:12, Stg. 1:17 vuelva

44 Mt. 17:20, 2 Co. 5:7, 1 Jn. 5:4 vuelva

45 Ex. 20:1-18, Lv. 26:1, 2 S. 22:30, Job 1:1, 8, 2:3, 38:3, Mt. 4:10, 22:37, Mr. 4:24, 12:30, Lc. 10:27, 2 Co. 10:4, Gá. 1:8-9, Ef. 4:27, 6:11-18, Fil. 1:14, He. Cap. 11, 1 Ti. 6:12, Stg. 4:7, 1 P. 3:11, 5:8, Ap. 12:11 vuelva

46 Hch. 20:24, 21:13, Ro. 8:35-39, Fil. 3:7-11, 1 Jn. 4:17 vuelva

47 Gn. 1:26, Sal. 23, 112:1, Mt. 5:14-16, 13:23, Jn. 5:20, 10:4-5, 27, 14:15, 15:5, 7, 14, Ro. 8:11, 1 Co. 3:16-17, 6:19-20, 16:10, 2 Co. 6:16, 13:5, Ef. 2:10, Col. 3:4, Stg. 2:18, 1 Jn. 2:3-6, 3:9, 5:2-3, Ap. 3:20-21 vuelva

48 Mt. 10:22, 37-39, 16:24-27, Lc. 14:26-27, 33, 18:28-30, Jn. 12:25, Ap. 14:4-5 vuelva

49 Mal. 1:10, 3:14, Mt. 6:1-5, 16, 7:22-23, 26-27, 20:1-16, 21:28-32, 25:14-30, 31-46, Jn. 10:13, Ro. 12:1, 2 Co. 9:6, Gá. 6:7, 2 Ti. 3:1-5, Stg. 2:18-20, Ap. 22:14-15 vuelva

50 Sal. 51:17, Ro. 6:4-6, 8:13, Gá. 2:20, 5:24, 6:14, Col. 3:5-6 vuelva

51 Hch. 19:11-12, Ro. 6:22, 8:28, 1 Co. 12:6, 2 Co. 5:5, 9:8, Ef. 2:10, 3:7, 4:11-13, Fil. 1:6, 2:13, Col. 1:10-14, 1 Ts. 2:13, 2 Ts. 1:11-12, 2 Ti. 1:8-10, 3:16-17, 4:7-8, He. 13:20-21 vuelva

52 Mt. 16:24-26, Lc. 18:28-30, Jn. 16:33, Ro. 8:1-14, 35-37, 1 Co. 15:57-58, Gá. 2:20, 5:16-17, 24, 2 Ti. 2:4, 4:7-8, 18, He. 11:8-10, 13-16, 24-26, 35-38, 1 P. 4:1-2, Ap. 12:11 vuelva

53 Jn. 1:5, 1 Co. 1:21-25, 2:14 vuelva

54 Dt. 33:26-28, Mt. 5:17-18, Jn. 3:15-16, Col. 1:16-19, 1 Jn. 5:13 vuelva

55 Mt. 6:24, 10:37-39, 16:24-26, Lc. 9:23, 14:26-27, 33, Jn. 12:25, Gá. 5:16-17, 24, 6:14, Col. 3:5-7, Stg. 4:7-10, 1 Jn. 2:15-16 veulva

55A Dt. 11:32, Mt. 10:7-8, Mr. 12:30-31, 16:15, Lc. 9:23, 18:18-22, 2 Ti. 4:5 veulva

56 Ro. 8:1, 37, 2 Co. 5:7, Ef. 6:13-18, Col. 2:6-10 vuelva

57 Is. 26:3-4, Mt. 16:24-26, 22:36-40, Ro. 8:1-14, 35-37, 12:1-2, 1 Co. 9:26-27, Gá. 2:20, 2 Ti. 2:4, 1 P. 4:1-2, Ap. 12:11 vuelva

58 Mt. 16:24-26, Hch. 20:22-24, Ro. 8:1-14, 35-37, 1 Co. 9:26-27, 15:30-31, 57-58, Ef. 4:27, 1 Ts. 5:22, Stg. 4:7, 1 P. 5:8-9 vuelva

59 Ro. 8:1-14, 35-39, 12:1, 1 Co. 9:26-27, 15:30-31, Gá. 2:20, 5:16-18, 24-25, Ef. 4:27, Col. 3:5-17, 23-25, Stg. 4:5-10, 1 Ts. 5:22, Tit. 2:12, 1 P. 4:1-2, Ap. 12:11 vuelva

60 Lc. 9:23-25, 14:26-27, 33, Ro. 6:6, 12-23, 8:1, Gá. 2:20, 5:24, Col. 3:1-16 vuelva

61 Lc. 18:24-30, Ro. 8:13, 12:1-2, Gá. 5:24, Ef. 6:11-16, Fil. 3:7-11, 2 Ti. 1:9-12, He. 11:4-13 vuelva

62 Sal. 18:6, 22:4, 24, 30:2, 34:4-6, Mt. 7:7-8, 11:12, 17:20, 26:41, Lc. 8:50, 18:1, Ro. 8:26, Ef. 6:18-19, He. 4:16, Stg. 5:16 vuelva

63 Dt. 28:12-13, Sal. 37:25, Pr. 25:21-22, Ro. 12:20-21 vuelva

64 Mt. 5:43-45, Lc. 6:35-36, Ro. 12:14, 20-21 vuelva

65 Ex. 14:21-31, Jos. 23:10, Sal. 1:2-3, 18:2-3, 30, 48, 33:18-20, 34:7-10, 15-22, 41:1-2, 91:5-10, 97:10, 121:3-8, Pr. 2:7, 10:3, 14:26, Ecl. 8:5, Dn. 3:14-30, 6:12-28, Mt. 28:20, Mr. 3:35, 8:35, Lc. 6:46-48, Ro. 1:17, 8:1, 31, 1 Co. 2:16, Ef. 6:11-18, 2 Ti. 2:15, Stg. 2:17-26, 1 Jn. 3:22, 24 vuelva

66 Sal. 94:10, Ro. 12:19, He. 10:30 vuelva

67 Sal. 6:9-10,18:2, 34:4, Jer. 33:3, 1 P. 3:12 vuelva

68 Ex. 15:4-10, Dt. 31:3-5, 2 R. 19:34-35, Sal. 66:3, 136:10-24, Is. 23:11, Jer. 25:8-14 vuelva

69 Mt. 6:9-13, 33, Ro. 8:26-27, 1 Co. 14:15, Ef. 6:18, Col. 3:1-3 vuelva

70 Gn. 18:20-32, 2 R. 6:14-23, Jon. 3:2-10, Lc. 4:18, Jn. 8:36, Hch. 12:1-19, 16:25-26 vuelva

71 2 R. 4:18-37, Lc. 7:11-16, 22, 8:41-42, 49-56, Jn. 11:39-44, Hch. 9:36-41, 20:9-12 vuelva

72 Mt. 17:20, 19:26, 21:21-22, Mr. 9:23, Lc. 8:50, Ef. 3:20 vuelva

73 Ex. Caps. 7-12, 14:10-31, Dn. Caps. 3, 6, Mt. 19:26, Mr. 11:23, Lc. 1:37 vuelva

74 Jos. 24:15, 1 R. 18:21, Sal. 97:10, Mt. 6:24, 12:30, 33, Jn. 14:21, 2 Co. 6:14-18, Ef. 4:22-24, 5:3-12, Stg. 4:4, 1 Jn. 1:5-6, Ap. 22:11 vuelva

75 Sal. 7:8, 11, 50:3-6, Escl. 11:9, 12:14, Dn. 7:9-10, Mt. 25:31-46, Ro. 14:10-12, 2 Co. 5:10, He. 10:30-31, Ap. 20:11-15 vuelva

76 Gn. 32:9-31, 33:1-4, Jue. 2:18, 2 R. 10:11. 19:10-37, 2 Cr. 14:11-15, Is. 19:20, Lc. 18:1-8 vuelva

77 2 S. 22:29-34, 5:11-12, Sal. 3:3-6, 18:2-3, 28-32, 91:4-16, Ro. 8:31 vuelva

78 Neh. 8:10, Job 22:27, Sal. 3:3, 9:10, 12, 10:17, 18:3, 31:3, 34:15-19, 50:15, 55:16-18, 56:9-11, 61:2-4. 62:1-2, 6-8, Is. 58:9-11, 59:19, 65:24, Jer. 29:12-14 vuelva

79 Lc. 18:7-8, 1 Co. 10:13, 2 Ts. 3:3, 1 P. 3:12-13, 2 P. 2:9, Ap. 3:10, 7:3 vuelva

80 1 Co. 15:58, Ef. 4:1, 17-20, 27, 1 Ts. 5:22, Stg. 4:7 vuelva

80A Sal. 3:6, 8 vuelva

81 1 S. 15:23, Pr. 1:22-31, Is. 59:2, Mt. 24:12, 26:41, Jn. 3:5-6, 6:63-66, Ro. 8:5-9, 12-13, 18, 1 Co. 2:11-14, 2 Ts. 2:8-12 vuelva

82 Ex. 22:23, 27, Dt. 4:7, Sal. 4:3, 9:10, 18:2-3, 32:6, 34:4, 15, 17, 19, 22, 50:15, 55:16-18, 22-23, 56:9, 81:7, 86:7, 107:6, 145:18-20, Pr. 15:8, 29, Jer. 29:12-13. 33:3, Joel 2:32, Mt. 7:7-11, 21:22, Lc. 18:1-8, He. 4:16, 11:6, Stg. 1:6-7, 5:16 vuelva

83 Dt. 7:9, Sal. 36:5, 45:6, 94:14, 111:7-9, 119:89-90, Mal. 3:6, Mt. 24:35, Ro. 3:3-4, 11:29, 1 Co. 1:9, 2 Co. 1:20, 2 Ti. 2:13, He. 6:10-19, 10:22-23, 13:8, 2 P. 3:9 vuelva

84 Sal. 27:1-6, 35:1-6, Mt. 11:12, Ef. 6:10-18. 2 Co. 10:4-5, He. 4:16, 10:19-23 vuelva

85 Pr. 3:5-6, Mr. 14:38, Lc. 18:1, 21:36, Col. 4:2, 1 Ts. 5:17 vuelva

86 Job 42:10, Ef. 6:18, 1 Ti. 2:1, Stg. 5:14-16 vuelva

87 Mt. 10:37-39, 23:11, Lc. 10:27, Ro. 12:10, 15:1-3, 1 Co 13:4-5, 2 Co. 5:14-15, Gá. 6:2, Fil. 2:1-8 vuelva

88 Ex. 14:13-31, 2 Cr. 20:1-30, 32:1, 20-23, Sal. 3:3-7, 9:3-4, 20:5-9, 44:4-8, 46:1-3, 6-7, cap. 47, 56:3-4, 9-11, 57:1-3, 60:12 vuelva

89 Sal. 66:18, Is. 55:6-9, Mt. 16:24, Jn. 4:23-24, Ro. 8:1, 26-27, Stg. 4:3, Jud. 20 vuelva

90 Dt. 30:6, Sal. 51:10-13, 105:4, Ecl. 3:3, Jer. 1:10, Ez. 11:18-20, 18:31, 36:26-27, Os. 10:12, Mt. 5:6, Hch. 20:32, Ro. 2:29, Ef. 2:18-22, 4:22-24, Col. 2:6-7, 3:9-10, 1 P. 2:4-5, Jud. 3, 20-21 vuelva

91 Mr. 10:29-30, 11:22-24, Ro. 2:7, 6:22-23, Tit. 3:7, He. 11:1, 6, 13:14, 1 Jn. 3:22 vuelva

92 Is. 1:11-18, 29:13-14, Mic. 3:11, Mt. 7:21-23, 15:7-9, 21:28-31, 23:2-7, 13-15, 23-33, Lc. 6:46, 2 Ti. 3:2-5, 7, Tit. 1:16, Stg. 1:22, 2:19-20 vuelva

93 1 S. 15:22-23, Jer. 7:23, Mt. 4:4, 10:37-39, 13:44-46, 16:24-26, 19:21, Lc. 9:23-25, Jn. 12:24-26 vuelva

94 Mt. 7:26-27, 24:12-13, 26:14-16, Mr. 4:3-6, 13, 16-17, Lc. 12:4-5, Jn. 6:66, 10:12-13, Hch. 5:1-11, 2 Co. 11:23-28, 13:5, Gá. 2:4-5, 2 Ti. 2:15, 3:2-5, He. 5:11-14, 10:38, 2 P. 2:18-22, 1 Jn. 2:19, Jud. 12 vuelva

94A. Mt. 10:22, 24:13, Mr. 13:13, Gá. 6:9, 1 Ts. 3:13 vuelva

95 Pr. 6:16-19, 14:12, 16:18, 29:23, Jn. 10:11-13, 1 Co. 13:1-8, 13, 2 Ti. 3:2-9, 13, 4:10, Tit. 1:15-16, Stg. 2:26, 1 Jn. 2:4 vuelva

96 Mt. 19:21-22, Ro. 8:5-8, 2 Ti. 3:1-5, 4:10, Stg. 4:4, 1 Jn. 2:15-19, 22-23, 4:3, 2 Jn. 7 vuelva

97 Sal. 34:1, Mt. 10:22, 24:12-13, Ro. 2:6-7, He. 3:12-14, 13:15, 1 P. 1:3-7, 13-17, 2 P. 3:13-14, 1 Jn. 2:24-25 vuelva

98 Pr. 26:11, Lc. 9:62, 11:23-26, Jn. 5:14, Gá. 4:9, 1 Ti. 1:19, He. 3:12-13, 4:1, 11, 6:4-8, 10:26-29, 38-39, 2 P. 2:20-21, Jud. 3-6, Ap. 2:4-5 vuelva

99 Sal. 66:18, Jn. 15:5, Hch. 19:13-16, 2 Ti. 2:25-26, 3:1-2, 5, 2 Jn. 9 vuelva

100 Mt. 12:43-45, 26:41, 24:43, Jn. 5:14, Gá. 4:9, 5:24vuelva

101 Mt. 13:21 vuelva

102 Ro. 1:17, 2 Co. 5:7, Gá. 3:11, He. Cap. 11 vuelva

103 Mt. 16:24-26, Ro. 6:3-14, 8:12-14, 12:1, Gá. 2:20, 5:16-17, 24-26, 6:14-17, Col. 3:5-10, 2 Ti. 2:4, Tit. 2:12, Stg. 4:5-10, 1 P. 4:1-2 vuelva

104 Mt. 6:24-26, 10:37-39, 22:36-40, 19:21, Lc. 14:26-27, 33, 18:28-30, Jn. 12:24-26, Hch. 20:18-24, Ro. 8:1-14, 35-37, 1 Co. 9:26-27, 15:30-31, Ef. 4:27 vuelva

105 Sal. 31:19-20, 37:3, 5-7, 9, 62:8-11, 115:9-11, 118:6-9, 125:1-3, Pr. 3:5-6, 25:19, 29:25-26, Is. 26:3-4, Jer. 17:7, Nah. 1:7, Mt. 21:21-22, Ro. 1:16, Stg. 1:6-8 vuelva

106 Pr. 3:5-6, Lc. 21:36, Jn. 8:31-32, 15:7, 14:23, Ro. 10:17, Ef. 3:16-19, 6:10-18, Fil. 3:12-14, Col. 2:6-7, 1 Ts. 2:13, 4:1, 2 Ti. 1:13-14, 2:15, 3:14-17, He. 4:15-16, 5:12-14, 1 P. 2:2-5, Jud. 20-21 vuelva

107 Sal. 23:4, 37:37, Pr. 14:32, Ro. 14:7-8, 1 Co. 15:51-57, 2 Co. 5:6-10, Fil. 1:20-24, 3:7-11, 2 Ti. 4:6-7 vuelva

108 Sal. 5:8, 23:1-3, 25:4-5, 27:11, 31:3-5, 139:7-13, Pr. 3:5-6, Ro. 8:14 vuelva

109 Ro. 12:1-2, 1 Co. 6:15, 19-20, Gá. 5:24, 2 Ti. 2:21 vuelva

110 Mt. 19:29, Jn. 1:4, 3:16, 4:14, 5:24-29, 6:40, 47, 50-58, 68-69, 10:10, 27-28, 12:25, 17:2-3, Ro. 6:23, Gá. 6:8, 2 Ti. 1:9-10, 1 Jn. 2:25, 5:11-13, Ap. 2:7 vuelva

111 Ro. 8:28-29, He. 12:1-2, 5-7 vuelva

112 Mt. 5:16, Jn. 17:6-10 vuelva

113 Gn. 32:24-28, Lc. 18:1-7, 21:36, 1 Ts. 5:17, Ef. 6:18 vuelva

114 Jl. 2:7, Mt. 11:12, Lc. 18:1-7, Ef. 6:18, Fil. 4:6, Col. 4:2, 1 Ts. 5:17, He. 4:16 vuelva

115 Lc. 10:19, Jn. 15:7-11, 14, 16:33, 1 Co. 15:10, 57-58, Fil. 4:13, 1 Jn. 5:4 vuelva

116 Lc. 9:23-24, 14:26-27, Jn. 12:25-26, Ro. 6:5-11, 8:12-13, 35-39, 13:14, Gá. 2:20, 5:16, 6:14, Fil. 3:7-14, Col. 3:5-10, 2 Ti. 2:4, Tit. 2:12-14, Ap. 12:11 vuelva

117 Sal. 4:4, Ro. 6:6-11, 8:11-15, 1 Co. 2:2, 4-5, Gá. 5:24, Fil. 4:11-13, 2 Ts. 1:10-12, 1 Jn. 3:9 vuelva

118 Mr. 9:23, Ro. 1:17, 5:1-2, 8:33, 1 Co. 2:5, 2 Co. 5:7 vuelva

119 Mt. 11:28-30, 12:8, 2 Co. 5:7, Fil. 2:13, 1 Ts. 2:13, He. 4:1, 9-11, 1 P. 5:7 vuelva

120 Zac. 13:9, Lc. 9:23, 1 P. 1:7, Ap. 3:18 vuelva

121 Mt. 11:28-30, 24:13, 1 Ti. 2:3-4, 2 P. 3:9 vuelva

122 Ro. 8:16-18, Fil. 3:13-14, He. 11:13-16, 26, 35, 39-40, Ap. 3:12, 21:2-4vuelva

123 Hch. 20:24, 32-35, 2 Co. 4:11-18, 6:4-10, Fil. 3:7-8, Col. 1:10-14, Stg. 1:2-4, 1 P. 1:3-5 vuelva

124 Nm. 23:19, Job 34:10, Sal. 33:5, 14, 50:6, 71:19, 100:5, 117:2, 145:17, Jer. 9:24, 10:10, Jn. 17:17, Ro. 3:4 vuelva

125 Mt. 21:22, Ro. 8:32, 1 Co. 3:21-23 vuelva

126 Jn. 15:14, Ro. 8:16-18, 1 Co. 2:9, 1 Ti. 6:12, 2 Ti. 4:7-8 vuelva

127 1 Co. 9:26-27, 2 Co. 10:3-5, Stg. 4:7-8 vuelva

128 Ro. 13:12-14, Ef. 4:22-32, Col. 3:5-10 vuelva

129 Jn. 10:3-5, 27, 14:23, 15:7-11, 14 vuelva

130 Jn. 17:17-23, Hch. 20:22-24, 1 Co. 9:26-27, Fil. 3:8-9 vuelva

131 Ro. 8:35-39, Stg. 1:12, Ap. 2:10 vuelva

132 Dt. 5:29, Is. 1:18-19, Mt. 12:50, Jn. 7:16-18, 15:7-11, 14, Ro. 12:2 vuelva

133 Jer. 20:9, Zac. 13:9, Hch. 2:1-4, 1 P. 1:7, Ap. 3:18-19, 4:5 vuelva

134 Lc. 9:23-25, 1 Co. 9:25-27, 14:32 vuelva

135 Mt. 11:28-30, He. 4:1, 9-11, Ap. 14:13 vuelva

136 Lc. 10:19, Jn. 10:3-5, 27, 14:23, 15:7-11, 14, 16:33, 1 Co. 15:10, 57-58, He. 13:5-6 vuelva

137 Ro. 6:6-13, 1 Co. 15:31, 2 Co. 4:16, Gá. 6:14, Ef. 2:19-22, Col. 2:6-7, 1 P. 2:5 vuelva

138 Ef. 4:27, Col. 3:5-17, 23-25, 2 Ti. 2:4, Tit. 2:12, He. 11:8-10, 13-16, 24-26, 35-38, Stg. 4:5-10, 1 P. 4:1-2, Ap. 12:11 vuelva

139 Ro. 6:6, 8:13, 13:14, 1 Co. 9:27, Gá. 2:20, 5:24, Col. 3:5-10 vuelva

140 Ro. 6:2-14, 7:4-6, 8, 10-11, Ef. 2:1-6, Col. 2:10-15, Gá. 5:24 vuelva

141 Gn. Cap. 1, 2:1-3, Dt. 5:12-14, He. 4:4-11 vuelva

142 He. 4:1, 9-11, Mt. 16:24, Ro. 6:2-14, 7:4-6, 8:10-11, 1 Co. 15:22, 2 Co. 4:8-12. Gá. 2:20, 6:14, 16-17, Ef. 2:1-6, Fil. 3:10-11, Col. 2:10-15 vuelva

143 Is. 26:3, Mt. 26:41, Mr. 13:33-37, Lc. 18:1, 21:36, 1 Co. 16:13, Col. 4:2, 1 Ts. 5:17, 2 Ti. 4:5, 1 P. 4:7 vuelva

144 Lc. 18:29-30, Fil. 3:7-9 vuelva

145 Mt.16:24-27, 19:27-29, 25:34, Mr. 13:13, Lc. 6:22-23, 18:29-30, Hch. 26:18, Ro. 2:10, 1 Co. 3:8-9, Ef. 4:13, 15, He. 10:34, 11:26, 12:28, 2 P. 1:10-11, 3:18, Ap. 2:10, 25-28, 7:14-17, 22:12 vuelva

146 Lc. 9:23, Ro. 6:6-13, 8:28, 1 Co. 15:31, 2 Co. 4:14-17, 7:9-11, Gá. 2:20, 5:24 vuelva

147 Nm. 16:1-3, 35, Ez. 28:2-10, Dn. 4:30-33, 5:22-28, 30, Hch. 12:20-23, 2 Co. 10:5 vuelva

148 Lc. 12:13-34, 18:18-27, Ro. 7:18-20, Stg. 4:5 vuelva

149 Dt. 30:6, 1 Co. 15:30-31, Col. 2:10-15 vuelva

150 Neh. 8:10, Mt. 5:14-16, 10:1, 16, Mr. 16:16, Lc. 10:19-20, Jn. 10:10, 11:26, 15:10, 16:33, Ro. 8:16-18, 31-39, 14:17, 1 Co. 15:50-54, 2 Co. 5:17-18, 6:16-18, Fil. 4:7, 2 Ti. 1:7, He. 11:6, 1 P. 1:3-9, 1 Jn. 2:14, 3:1-3, 5:4, Ap. 1:5-6 vuelva

151 Job 1:6-12, 2:3-7, Mt. 4:1-11, 12:43-45, 13:24-30, Lc. 22:31, Ro. 12:2, 2 Co. 2:11, 11:12-15, Ef. 4:27, 5:15-17, 6:11-18, 1 Ti. 4:1, 1 P. 5:8-10, 1 Jn. 5:18-19, Ap. 12:9-12 vuelva

152 Dt. 11:26-28, 1 S. 15:22-23, 1 Cr. 28:9, Job 36:11, He. 3:6-14, 4:1, 4-11 vuelva

153 Mt. 6:18-21, 22:35-38, Lc. 9:62, Stg. 1:23-24, 4:4, 1 Jn. 2:15-17, Ap. 3:15-17 vuelva

154 Mr. 12:29-30, Lc. 14:26-33, Ro. 6:13, 16, 19, Stg. 2:10 vuelva

155 Jos. 6:18-19, 7:1, 20-21, 24-26, Mt. 6:24, Mr. 12:30-31, Hch. 5:1-11, 1 Co. 10:21 vuelva

156 Job 14:4, Sal. 19:7-9, 51:10, 119:140, Pr. 16:2, Mr. 7:1-8, 15, 18-23, Jn. 15:3, 17:17, Ef. 5:25-27, Stg. 1:27, 3:17-18 vuelva

157 Mt. 6:22-24, Ro. 6:12-13, 16, 1 Co. 5:6-8, Gá. 1:8-9, 5:9, Stg. 2:10 vuelva

158 Sal. 23:1-4, Jn. 3:5-6, 10:3-5, 12:24-26, 15:3-5, 14, Ro. 1:17, 6:1-14, 8:1-11, 2 Co. 7:1, 13:4, Gá. 2:20, 5:24, 16, 6:8, Ef. 1:4-7, 2:8-10, 4:22-32, 5:25-27, Col. 2:10-14, 1 Ts. 5:21-24, 1 Ti. 6:12, 2 Ti. 3:14-17, He. 12:14, Ap. 21:2-3 vuelva

159 Mt. 6:19-21, 31-33, 16:26, Lc. 12:15, Fil. 3:7-11, Col. 3:2, 5-6, 1 Ti. 6:5-8 vuelva

160 Ro. 6:6, 8:12-13, 35-36, Gá. 2:20, 5:16-17, 24, Col. 3:5, Tit. 2:12, Ap. 12:11 vuelva

161 Gn. 18:19, Ex. 19:5, 1 S. 15:22-23, Sal. 103:17-18, 20-21, 119:2, 4-5, Is. 1:19, 1 Ti. 6:14, 18, He. 13:16, 1 Jn. 5:2-3, 2:3-6, 17 vuelva

162 Dt. 6:5-7, 11:13-15, 13:4, Jos. 22:5, Lc. 10:25-28 vuelva

163 Dt. 6:25, Ro. 8:1-6, Gá. 5:16-18, 24-25, Col. 3:1-4 vuelva

164 Mt. 10:39, 16:24-25, Jn. 12:25, Ro. 6:6, 22-23, 8:12-13, 35-36, Gá. 2:20, Col. 1:21-23, 3:5, Tit. 2:12, Ap. 12:11 vuelva

165 Jn. 3:16-17, 36, 5:25, 6:27, 17:2-3, Ro. 6:22-23, Gá. 2:19-20, Tit. 1:2-3 vuelva

166 Jn. 14:16-20, 26-27, Ro. 8:10, 1 Co. 15:57, 2 Co. 5:15-21, Ef. 3:16-21, Fil. 4:13, Col. 3:1-16, 1 P. 2:9-10, 4:1-5, 2 P. 1:3-4, 1 Jn. 4:4, 5:4 vuelva

167 Hch. 20:32, Col. 2:6-7, 9-10, 1 P. 2:5, Jud. 20-21 vuelva

168 Ro. 6:4-13, 7:4-6, 8:10-11, 2 Co. 5:17-18, Ef. 2:1-7, 4:13-16, Col. 2:12-14 vuelva

169 Gn. 6:5-7, Dt. 7:4, 9-10, 28:15-68, Pr. 14:12, 16:18, 25, Ro. 6:23, 8:5-7, Ap. 21:8 vuelva

170 Sal. 23, 5:8, Lc. 21:26, 2 Ti. 3:1-5, 2 P. 3:3 vuelva

171 Ecl. 9:5, Mt. 7:14, 13:19, Jn. 8:44, 1 Co. 3:19-20, Ef. 5:11, 2 P. 3:10-13, 1 Jn. 2:17, 4:1-6, Ap. 12:9, 20:10 vuelva

172 Ex. 19:5, 1 S. 15:22-23, Sal. 23, 5:8, Pr. 1:33, 19:16, Nah. 1:3, Lc. 6:47-48, 11:28, 12:37-38, Jn. 14:23, 15:10-11, 14-15, Ro. 6:13-14, 16, 19-23, 1 Jn. 2:5-6, 17, Ap. 22:7, 14 vuelva

173 Pr. 1:7, 33, 2:5-8, 5:1-2, 7:1-4, 8:1-17, 2 P. 3:17-18 vuelva

174 Pr. 2:1-11, 3:6-8, 11-23, 4:4-13, 20-22, 5:23, 6:23, 10:17 vuelva

174A Sal. 2:1-5, 9-11 vuelva

174B Sal. 9:12 vuelva

175 Ro. 15:6, 1 Co. 1:29, 6:13-14, 20, Gá. 6:13-14, 1 P. 1:24 vuelva

176 Jn. 6:68, 8:12, 10:27-28, 11:9-10, Hch. 26:18, Ro. 13:12, 1 P. 2:9-10 vuelva

177 Sal. 95:7, Pr. 1:23, Jn. 14:23, Ap. 3:20 vuelva

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Notas de la Oración:

1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva

2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva

3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva

4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva

5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva

6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva

9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva

10. He. 11:6 vuelva

11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva

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