DIOS NO TIENE
MADRE

Por
Tony Alamo

"En el principio era el Verbo [no María, a quien los adoradores de ídolos paganos llaman la madre de Dios], y el Verbo era con Dios [no María. "En el principio" fueron muchos miles de años antes de que naciera María o de que aún se concibiera], y el Verbo era Dios" (Juan 1:1), quien estaba "sin padre, sin MADRE, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida" (He. 7:3). "Y aquel Verbo [que es Dios] fue hecho carne" (Juan 1:14).

Fue en esto, la encarnación de Dios, que El se colocó primero a Sí Mismo dentro de la humanidad.1 Cristo fue el primer y único cuerpo humano en que Dios se colocó con el fin de ser el Redentor. El fue nuestro ejemplo del propósito total de Dios, que es el colocarse a Sí Mismo dentro de seres humanos creyentes y devotos.2 Dios tuvo que convertirse en un hombre para poder tener sangre humana, genuina que vertir para la remisión de nuestros pecados. Esto fue para que El pudiera ser nuestro Redentor y nuestro ejemplo o prototipo de lo que El quiere que seamos, Dios-hombres y mujeres.3 Por lo tanto, tenemos que participar por Su presencia en nosotros a través de Su encarnación, en Su resurrección para estar en El.4 La encarnación lo coloca a El dentro de nosotros, y la resurrección nos coloca a nosotros dentro de El.5 La crucifixión, que es la negación, la mortificación y la muerte de nuestras vidas anteriores, tiene que ocurrir antes de que Su naturaleza total entre dentro de nosotros y nuestra naturaleza humana entre totalmente en El.6

María dio a luz a un varón humano que tenía la vida de Dios y todos los elementos de Dios vertidos en El.7 Dios, que no tiene ni principio ni fin, se colocó a El Mismo allí.8 María no tuvo nada que ver con eso. Ella llegó a ser la madre de un cuerpo humano con Dios Mismo por dentro, el primero de muchos recipientes en los que Dios, con todos Sus elementos, eligió tanto para morar como para realizar activamente obras y hechos poderosos.9 Dios, viviendo y funcionando activamente en el recipiente o vaso humano llamado Cristo, nunca pecó.10 Esto es porque El, en la concepción, era Dios Todopoderoso, mucho más poderoso que la carne humana.11 El con toda Su naturaleza entró dentro de la carne humana de modo que aquéllos de nosotros que lo tenemos dentro de nosotros tengamos poder sobre la carne. Entonces, por Su resurrección, nuestra naturaleza es unida con Su naturaleza Piadosa haciéndonos uno con El, de nuevo, dándonos más que suficiente poder para ir y no pecar más (Juan 8:11). Jesús dijo, "Para que todos sean uno; como Tú, oh Padre, en Mí, y Yo en Ti, que también ellos sean uno en Nosotros; para que el mundo crea que Tú Me enviaste" (Juan 17:21).

Dios en Cristo rechazó inmediatamente cada deseo carnal y deseo mundano, así como Dios que vive en nosotros rechaza inmediatamente cada deseo carnal y deseo mundano.12 "El Espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" (Marcos 14:38).13 Por lo tanto, está escrito, "Andad en el Espíritu [cada elemento del poder de Dios], y no satisfagáis los deseos de la carne" (Gá. 5:16).14 Así es cómo negamos la carne.15 Sólo podemos lograr esto con cada atributo de Dios viviendo en nosotros. Cuando recibimos el poder de Dios en nosotros, nos hacemos victoriosos sobre cualquiera y cada situación.16 No importa cuál sea nuestra situación, la revelación de la plenitud de Dios en nosotros nos consolará, nos fortalecerá, y nos llevará victoriosamente hasta el fin.17

Cristo, al ir a la cruz, destruyó todos los poderes negativos del universo, incluyendo a Satanás, el pecado, el deseo de la carne, el deseo de los ojos, el orgullo de la vida, la enfermedad, dolencias, las debilidades, el envejecimiento, la muerte, el Infierno, el sepulcro, y todo otro poder maligno y negativo.18 Todos éstos fueron clavados en Su cruz.19 Estos poderes negativos son eliminados por la crucifixión de Cristo, en cada cuerpo humano en que El vive y obra activamente. Por lo tanto, aquéllos que pecan voluntariamente y a sabiendas después de que la vida y el poder de Dios han entrado en ellos (después de haber sido convertidos en Dios-hombres y mujeres), no pueden volver a su relación con Dios a menos que hayan pecado por ignorancia y se hayan arrepentido de sus pecados de ignorancia de una vez por todas.20

Cuando vivimos en la resurrección de Cristo con cada atributo de Dios en nosotros por el bautismo en el Espíritu Santo, somos más que capaces de guardar el mandato, "Sed santos, porque Yo soy santo" (1 P. 1:16).21 Jesús dijo, "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los Cielos es perfecto" (Mt. 5:48).22 El Apóstol Juan declaró, a través del Espíritu Santo viviente en él, "Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido [a los muchos falsos profetas y al espíritu de anticristo23]; porque mayor es El que está EN VOSOTROS [a través del bautismo del Espíritu Santo], que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4). No somos solamente vencedores, sino más que vencedores por Cristo con el Padre por el Espíritu viviendo y obrando en nosotros, por Su encarnación y por nosotros en El por la resurrección.24

Ningún otro recipiente humano sino Cristo nuestro Señor y Salvador fue lleno de Dios en Su Espíritu humano al tiempo de la concepción.25 Esto es porque ningún otro hombre excepto Cristo fue ni jamás será Dios Mismo, el Redentor, el Salvador del mundo, el Rey de reyes, el Señor de señores, así como nuestro Padre celestial.26 Ningún otro recipiente humano jamás fue concebido en una virgen por el Espíritu Santo, ni jamás vivió una vida sin pecado a partir de la hora de la concepción.27 Los demás recipientes humanos en los cuales Dios vivió en el pasado, no sólo nacieron pecadores, sino que también continuaron pecando hasta que fueron hechos culpables por sus pecados.28 Entonces fueron convertidos en Dios-hombres y mujeres, como aquéllos que en el futuro serán convertidos en Dios-hombres y mujeres. Se convirtieron en miembros de la nueva nación santa de "los redimidos" después de que se arrepintieron de sus pecados y el Espíritu de Dios, con todos Sus atributos, entró en ellos.29

Solamente podemos hacernos espiritualmente vivos por la vida de Dios viviendo en nosotros.30 Cristo se ha comprobado ser la misma vida de Dios por muchas pruebas infalibles que incluyen Su encarnación, Sus obras, Su crucifixión, Su resurrección, Su ascensión, y Su conversión en un Espíritu que da vida.31 El dijo, "Yo soy...la vida" (Juan 11:25).32

El poder para no pecar más se recibe cuando el Espíritu de Cristo irresistible que da vida, se fusiona dentro de nuestros seres, nuestros cuerpos.33 Con Su Espíritu en nuestros espíritus, nos convertimos en una combinación de Dios y hombre, de la misma manera que María y las otras ciento diecinueve almas se convirtieron en Dios-hombres y mujeres el día de Pentecostés.34 Este bautismo a la vida de Dios lograría uno de los muchos propósitos del ministerio de Dios en ellos, de ministrarse El Mismo dentro de otros por medio de ellos.35

La vida y el poder de Dios no entraron en María como Su vida y poder hasta el día de Pentecostés. Dios y Su poder entraron en el cuerpo humano, Cristo, que Dios puso en María. Por lo tanto, ella, hasta el día de Pentecostés, no era nada más que María, una virgen embarazada en la que Dios milagrosamente puso un cuerpo de carne con El Mismo por dentro.36 Esto era una señal al mundo de que el cuerpo de carne en ella era un Dios-hombre, el primero de una raza de gente completamente nueva, una raza santa compuesta de multitudes de gente que eran y son otros recipientes en los cuales El vive y obra activamente.

El poder y la obra activa de Dios por Su Espíritu entró al espíritu humano de María el día de Pentecostés, unos treinta y tres años y medio después de que Cristo fuese concebido en ella por el Espíritu Santo, unos días después de la resurrección y la ascensión de Cristo.37 Todos aquéllos que fueron llenos con Dios aquel día, literalmente se convirtieron en la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.38 Todos ellos se convirtieron en una combinación de Dios-hombres y mujeres debido a la vida, el poder, y la actividad de Dios que entraron en ellos. Se conocen colectivamente como la Novia de Cristo.39 La Novia, que es la Iglesia, Su cuerpo, y el marido, que es Cristo, el jefe de Su cuerpo, son una carne con Dios en cada uno de ellos.40 Estas citas bíblicas son hechas verdaderas y han estado en la Biblia todo este tiempo. "Buscad [por sí mismo], y hallaréis" (Lucas 11:9). María no es la madre de Dios, sino una mujer que necesitaba que el Espíritu Santo de Dios viviera en su espíritu humano, dándole El Su vida, poder, y actividad a ella para que pudiera ser una Dios-persona. Esta es la misma cosa que cada persona tiene que experimentar para entrar al Cielo. Es una necesidad. Jesús dijo, "Os es necesario nacer de nuevo" (Juan 3:7).

"El que practica el pecado es del diablo" (1 Juan 3:8). "Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios" (1 Juan 3:9). Las grandes obras logradas por nosotros no son logradas solamente por nosotros. Son logradas por la combinación de Dios con nosotros, viviendo y obrando activamente en nosotros.41 Es El quien obra. Jesús dijo, "Separados de Mí nada podéis hacer" (Juan 15:5). Es Cristo, el Dios-hombre, El quien es el Espíritu que da vida [la plenitud de Dios] en nosotros, que logra todas las obras de Dios en nosotros.42

El término "la obra de Dios" es literal. La obra es hecha por Dios Mismo viviendo y obrando en nosotros. ¿Por qué dice la gente que ELLOS están haciendo la obra de Dios cuando Dios obra todas las obras de Dios?43 Por eso es que la obra de Dios se llama "las obras de Dios."44 Solamente Dios creó todo.45 Sólo Dios redimió a todos aquéllos que son redimidos.46 Solamente Dios transformó a todos aquéllos que están transformados. El hombre no puede hacer nada santo por sí mismo. Sólo Dios en nosotros puede obrar las obras de Dios.47

La obra de Dios de la creación no fue el fin de la obra de Dios. Después que se completó la obra de Dios de la creación, El, después de la caída de Eva y Adán, comenzó Sus obras de juicio, de redención, y de transformación. La redención ocurre cuando la vida y el poder activo de Dios se siembra en nosotros, pero esa semilla se tiene que regar continuamente para que la vida de Dios crezca a Su plenitud dentro de nosotros.48 La transformación ocurre por la Palabra de Dios regando esa semilla día por día hasta que se transforma completamente en la plenitud de lo que se supone ser, un Dios-hombre completamente formado.49 Sus instrucciones con respecto a la transformación dicen que tenemos que conformarnos a Su semejanza adhiriéndonos a Su cada Palabra y recibiendo Su semejanza dentro de nuestros espíritus por Su Espíritu, la Palabra.50 El también está envuelto en la obra de la mediación entre el hombre y Dios, así como de gobernar el universo y juzgarlo.51

Dios no está durmiendo, sino que está obrando día y noche.52¿Qué podemos hacer sino dejarlo vivir y obrar activamente en nosotros? Desde el día de Pentecostés, Dios siempre ha utilizado la carne humana en Su obra de redención, conformación, y transformación.53 Esto es para que El, por Su poder, pueda transformar a aquéllos que reciben Su Palabra a Su semejanza e imagen, haciéndolos uno, activa y eternamente vivos, con Su poder, Sus acciones, y Su vida viviendo en ellos. No hay ningún pecado con El en nosotros y nosotros en El.54

El Apóstol Pablo declaró, "Antes he trabajado más que todos ellos [los otros apóstoles]; pero no yo, sino la gracia [la misma vida, las mismas acciones, y el poder] de Dios conmigo [en mí]" (1 Co. 15:10). La vida y el poder de Dios en nosotros es más grande que la tentación de pecar, el deseo de la carne, los cuidados del mundo, la enfermedad, las debilidades, y cualquiera otra situación, ya sea pequeña o aparentemente abrumadora.55

Una vez más, María no es la madre del Dios infinito. Dios es su Padre, de la misma manera que El es el Padre de cada hijo e hija engendrado por el Espíritu a través de Cristo.56 La creencia en Cristo significa que usted sabe que puede lograr todas las cosas por Cristo, que lo fortalece, si cree que la vida y el poder que vivió en El vive EN USTED,57 y si usted cree que Dios viviendo EN USTED lo convertirá en todo lo que la Palabra de Dios dice que es. El Apóstol Pablo declaró en la lengua griega helénica original, Tengo fuerza para todas las cosas en Cristo quien me habilita [estoy listo para cualquier cosa y a nivel de cualquier cosa a través de El que infunde fuerza interna dentro de mí; soy autocompetente en la competencia de Cristo] (Fil. 4:13).

Una vez más, el Dios que primero vivió por el Espíritu en el cuerpo humano de Cristo y ahora vive en cada VERDADERO CRISTIANO no tenía madre ni padre.58 El no tenía principio ni fin [ningún fin de vida].59 Una vez más, déje que El quien es Vida, sea recibido en usted aceptando estas verdades de la Palabra de Dios. En el libro de Apocalipsis, Cristo declara, "Yo [Dios, no María] soy el Alfa y la Omega, Principio y Fin…el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso [el Gobernador, el Salvador, y el Rey para todos aquéllos que lo reciben completamente]" (Ap. 1:8).

Nueve meses después de que Dios por el Espíritu se sembró a Sí Mismo dentro del cuerpo humano o el recipiente llamado Cristo en la matriz virgen de María, Cristo salió del cuerpo de María. Esto fue para que Dios Mismo pudiera vivir Su vida y hacer Sus obras en Cristo como nuestro ejemplo.60

El promete que nunca nos dejará ni nos abandonará61 si, después de ser regenerados por el Espíritu, continuamos viviendo en ese mismo Espíritu hasta que por completo nos hayamos conformado espiritualmente a Su semejanza. Esto es para que podamos ser transformados en unidad con El para siempre fortaleciéndonos diariamente en el Espíritu a través de nuestra comunión con El, reuniéndonos con El en oración y por la lectura de Su Palabra, que no es solamente Dios, la Palabra, sino que también es igual que Su Espíritu Santo y Su vida santa siendo inyectados constantemente dentro de nosotros diariamente.62 Jesús dijo, "Las palabras que Yo os he hablado son Espíritu y son vida" (Juan 6:63).

Después de que la vida de Dios se apartó de Su cuerpo humano, templo, hogar, recipiente llamado Cristo, cuando El murió en la cruz del Calvario, El resucitó, ascendió, fue glorificado, y fue dado el dominio sobre todo en el universo. El es Dios. De hecho, El es "la plenitud de la Deidad" (Col. 2:9). El se convirtió en el Espíritu dador de vida, permitiéndole entrar dentro de todos los que lo aceptan como su Dios, su vida, su Señor, su Salvador, su Rey, y su todo.63 El Espíritu que da vida ahora es Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo combinado.

Después de que recibimos a Cristo con el Padre por el Espíritu, El en nosotros mortifica nuestras vidas anteriores, nuestra carne, y nuestros deseos para el pecado y para las cosas del mundo. El nos rechazará como Dios-hombres y mujeres, así como recipientes en cuales vivir y obrar, si comenzamos a desear nuestra vieja vida de pecado, es decir, una vida de no permitir que Dios viva Su vida y haga Sus obras activas en nosotros como hizo Su primer recipiente, Cristo.64 El mismo Espíritu de Dios que nos dio vida inmortal le pondrá fin a Su vida inmortal en nosotros y borrará nuestros nombres fuera del Cielo, fuera del libro de la vida del Cordero.65

Antes de que Dios por Su Espíritu entre en nosotros, tenemos que arrepentirnos de nuestros pecados y hacer un pacto para hacernos uno con El en Espíritu, en pensamiento, y en acción.66 Estamos casados con El literalmente. Ya no somos dos personas sino uno con El por el Espíritu que da vida, Cristo, el Padre, y el Espíritu Santo.67 Le hacemos promesas, y si guardamos nuestras promesas, El guardará todas Sus promesas a nosotros.68 Si rompemos este pacto por no guardar nuestra promesa de confiar en El y de obedecerle, El ya no será nuestro Dios, nuestro marido, o nuestro amigo. El dijo, "Vosotros sois Mis amigos, SI hacéis lo que Yo os mando" (Juan 15:14). El amar a Dios significa guardar Sus mandamientos.69

El anulará el contrato de matrimonio entre El y cualquiera de nosotros si rompemos nuestras promesas a El. El dijo "SI permanecéis en Mí [el Espíritu que da vida], y Mis palabras [Dios] permanecen EN VOSOTROS, pedid [a Mí, no a María] todo lo que queréis, y os será hecho" (Juan 15:7). Deuteronomio 28:15-68 nos dice que Dios nos maldecirá si le damos nuestra espalda a El. Dios declara que si nos acercamos a El, El se acercará a nosotros.70

Después que Dios entra en nosotros, no nos convertimos en la madre o el padre de Dios más que María o cualquier otra persona. Mientras que leemos Su Palabra y le oramos día a día, El se infunde dentro de nosotros más y más hasta que la plenitud de nuestra conformidad a Sus maneras causa nuestra transformación en El.71 No podemos ser adorados ni se nos puede rezar, de la misma manera que no se puede adorar a María ni rezarle. Rezarle a nosotros o a María no le traerá nada bueno. Solamente Dios puede perdonar el pecado.72 Solamente Dios en el Cielo contesta las oraciones dirigidas al Cielo. Rezarle a María o a nosotros no resultará en nada más que en maldiciones de Dios.73

Somos solamente vasos recompensados con el poder de filiación de hijos, que es la unidad con Dios, por nuestra creencia en El.74 Jesús dijo, "Las palabras que Yo os hablo, no las hablo por Mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en Mí, El hace las obras" (Juan 14:10). "Nada hago por Mí Mismo, sino que según Me enseñó el Padre, así hablo" (Juan 8:28). Esta obra milagrosa de Dios ocurre en cada uno que es un recipiente o vaso de Dios. La prueba de esto está en la declaración de Cristo a todos los discípulos, vasos o recipientes de Dios: "Cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla EN VOSOTROS" (Mt. 10:19-20).

El llama aquellos de nosotros que tenemos la vida y el poder de Dios dentro de nosotros los santos de Dios. Somos un linaje [nuevo] escogido, [una gente que jamás había existido antes de que Dios primero se colocara a Sí Mismo dentro de Cristo, y luego dentro de los seres humanos creyentes. Antes de este evento, Dios era Dios y los seres humanos eran sólo seres humanos], real sacerdocio…para que anuncien ellos los maravillosos hechos y muestren las virtudes y las perfecciones de Aquel que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable (1 P. 2:9). ¿No es maravilloso? Nosotros, de cada nacionalidad y de cada raza, nos convertimos en uno con Dios en Cristo, y Cristo camina de nuevo en la tierra, en cada miembro de Su cuerpo resucitado.75

"Ya vosotros estáis limpios por la Palabra que os he hablado" (Juan 15:3). El Apóstol Pablo verifica, "Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios [viviendo EN USTED y fortaleciéndolo]" (1 Co. 6:11). "Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con Su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, Su Padre" (Ap. 1:5-6). Por estas acciones, nosotros que éramos sólo seres humanos sin la vida de Dios ni ninguna fuerza ni poder, ahora somos elevados a la estatura de Dios.76
Dios se colocó a Sí Mismo dentro del hombre, no para descender al nivel bajo del hombre de comunión, sino que El vino a la tierra en forma de un hombre para alzarnos a Su nivel, a Su plenitud, y a Su estatura por Su encarnación, Su vida, Su crucifixión, Su resurrección, Su ascensión, Su entronización, Su glorificación, y Su conversión en un Espíritu que da vida.77 El hizo esto para que podamos ser uno con El, así que pudiéramos convertirnos en Su semejanza exacta.78 Decir que María, una muchacha judía, era la madre de El quien creó los cielos y la tierra y la plenitud de ello,79 es gruesa y vergonzosa ignorancia bíblica.

Cristo dijo que El continuará haciendo mayores obras en otros cuerpos humanos.80 Jesús dijo, "El que en Mí cree [es decir, los que creen que nos hacemos hijos de Dios a través de Cristo viviendo en nosotros con el Padre por el Espíritu, haciéndonos combinaciones de Dios y hombre], las obras que Yo hago, él las hará también; y aun mayores hará" (Juan 14:12). Jesús está hablando de Su cuerpo, la Iglesia, Su Novia, que se compone de una gran multitud de miembros, de muchos Dios-hombres y mujeres colocados estratégicamente por El a través del mundo entero con Dios haciendo Sus mismas obras en ellos.81 Hay muchos más Dios-hombres hoy que hace dos mil años cuando el único Dios-hombre caminó por el mar de Galilea en Jerusalén y en otras partes de Israel. El tener muchos miembros permite que Dios haga una cantidad mayor de obras.82

María fue sólo una incubadora. No podemos adorar ni rezarles a las incubadoras. Sólo podemos servir, adorar, y orarle a Dios, ningún otro.83 Adorarnos a nosotros o adorar a María sería una abominación a Dios desde que esto sería paganismo o idolatría.84 Las Palabras de Dios, pronunciadas por la boca de Jesús a Satanás, eran y siguen siendo "Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a El sólo servirás" (Mt. 4:10). Cuando Sus discípulos le preguntaron cómo orar, Jesús les instruyó a decir, "Padre nuestro que estás en los Cielos" (Lucas 11:2). El no dijo "María que estás en los Cielos." Jesús nos instruye a todos nosotros a "Pedid [a Dios, no a María], y se os dará; buscad [a Dios, no a María], y hallaréis; llamad [a la puerta de Dios, no la de María], y se os abrirá" (Mt. 7:7). Si deseamos paz no podemos ir a María ni a cualquier otra persona. Tenemos que ir al Príncipe de Paz, a Cristo, para Su paz.85 Si alguien lo conduce a rezarle a María, la cual no puede lograr nada para usted, sería el mismo diablo, porque sus oraciones no pueden ser contestadas rezándole a ella o a cualquier otro sino a Dios. Dios desea que sus oraciones sean contestadas. El diablo no quiere que sus oraciones sean contestadas. Si el diablo puede dirigirlo erradamente a usted de Dios a María, él se reirá de usted, aplaudirá con felicidad, y luego le manoseará su nariz a usted con los dedos porque usted está engañado y angustiado. Una vez que el diablo le haga rezar a María, él entonces intentará hacer que le rece al papa, al gobierno, a los medios de comunicación, todos comprobados ser mentirosos,86 y a los animales de la granja.

Si nuestro deseo es complacer a Dios y entrar al Cielo, inmediatamente tenemos que rechazar a cualquier persona que nos mande a adorar o a orarle a cualquier otra persona excepto a Dios en el nombre de Cristo: "Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" (1 Ti. 2:5). Cristo, el Mesías, nuestro Salvador, el primer Dios-hombre principal, oró que otros serían exactamente como El en estas palabras: "Para que todos sean uno; como Tú, oh Padre, en Mí, y Yo en Ti, que también ellos sean uno en Nosotros; para que el mundo crea que Tú Me enviaste" (Juan 17: 21). Esto significa que Dios mandó al primer recipiente humano o Dios-hombre al mundo, con la vida y el poder de Dios dentro de El como el Redentor, el Salvador del mundo.87 Por El con el Padre viviendo en el resto de nosotros como Dios-hombres y mujeres, El demuestra sin duda que Cristo vino al mundo, que todavía vive en el mundo, y que todavía obra activamente hoy en cada Dios-hombre, redimiendo a otros por medio de ellos. ¡Su vida y verdad, dispersadas en otros por Su Palabra, continúan marchando adelante, estableciendo el reino de Dios en la tierra como lo está en el Cielo! Sabiendo estas cosas, la escritura "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Fil. 4:13) tiene mucho más sentido. Es Cristo con el Padre por el Espíritu viviendo en nosotros que nos fortalece.

Jesús dijo, "El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte [intenta entrar al Cielo sin ser un Dios-hombre o mujer, y estando en rebelión contra Dios le ora a otro más que a Dios en Cristo], ése es ladrón y salteador" (Juan 10:1). Está escrito que ningún ladrón entrará al reino de los Cielos88

"De tal manera amó Dios [no María] al mundo, que [El, no María] ha dado a Su Hijo unigénito [como nuestro ejemplo o prototipo], para que todo aquel que en El cree [Su encarnación, Sus obras, Su crucifixión, Su resurrección, Su ascensión, y Su capacidad de darnos vida], no se pierda, mas tenga [por El, no por María] vida eterna" (Juan 3:16). Jesús dijo, "Nadie viene al Padre, sino por Mí" (Juan 14:6). Esto significa que ninguna persona puede entrar al reino de los Cielos a menos que se convierta en un Dios-hombre a través de Cristo, quien es la vida con el Padre por el Espíritu viviendo y activamente obrando en ellos.89 La Palabra de Dios llama ésto "regeneración,"90 "conformándose a Dios"91 "siendo transformado a Dios,"92"siendo convertido en una nueva criatura,"93"siendo cambiado,"94"siendo nacido de nuevo del Espíritu,"95"siendo redimido,"96 y siendo "salvo."97

Los adoradores de ídolos y los herejes siempre están buscando a una mujer, a un animal, o a algún hombre no según las Escrituras para adorar.98 Los griegos adoraban a Diana.99 Otras religiones paganas adoran a María y a otras hembras tales como Anat, Artemis, Aserah, Astarte, y Atargatis.100 Cuando son salvos los que adoran a ídolos, rompen los ídolos y los queman.101

Hoy en día, la mayoría de los réprobos y pervertidos escandalosos están haciendo lo más que pueden para convencer al mundo de que Dios es un él/ella, una hembra, la tierra, oficiales elegidos del gobierno, el dinero, el poder temporal del mundo, los animales, etc. Cada falso piensa que el resto de la gente son falsos. Cada ladrón piensa que el resto de la gente son ladrones. Cada mentiroso piensa que el resto de la gente son mentirosos. Cada pervertido piensa que el resto de la gente son pervertidos. Cada uno de éstos procurará continuamente pervertir el nombre santo del Dios Todopoderoso y procurar cambiarlo a su imagen en vez de permitir que El los moldee a Su semejanza e imagen. ¿Puede alguien culpar a Dios por quemarlos en el Infierno para siempre como El dice que hará? Y si usted lo culpa por Su juicio justo con respecto a este asunto, ¿qué beneficio le traerá? Usted no lo cambiará. El es el Monarca santo del universo.102 El exige la santidad y quema la perversidad.103 Nada pervertido entrará al Cielo.104 No hay nada que su mundo de pervertidos pueda hacer acerca de ello. Usted tiene que cambiar su estado al de El o quemar.105 Dios va a hacer exactamente lo que El dice que va a hacer, y El no se arrepentirá de Sus acciones.106 Nadie, ni el universo entero, puede cambiarlo o pararlo. El no cambia y no se detiene.107 El es muy obstinado con Sus maneras y no se arrepentirá de ellas. El es "el mismo ayer, y hoy, y por los siglos" (He.13:8). El es un El-Dios, el Padre Celestial, el Rey de reyes, y Señor de señores, no la Reina de las reinas o Princesa de las princesas.108

Cristo declaró que El no vino "para abrogar la ley [moral]...sino para cumplir [la]" (Mt. 5:17). El les dijo a todos Sus seguidores, "Sígame [no a María o a cualquier otro ídolo]" (Mt. 16:24). Esto significa que la ley o el mandato de Jesús, "Sígame" se refiere a que se siga a Jesús y que guarde la ley moral, los diez mandamientos por Su poder y vida viviendo en usted. La ley será cumplida en cada Dios-hombre y mujer.109 Aquéllos que tienen fe son salvos mientras que los que dudan de El son condenados.110 Ninguna cosa vil entrará al reino de Dios.111 Dios es un Dios discriminatorio y odia la maldad.112¿Y qué vamos a hacer acerca de ello?113 ¿Vamos a luchar contra Dios y ganar? La respuesta es no. Teocracia, la manera de Dios, es la manera que prevalecerá. Todo el resto será echado a pedazos,114 arrebatado con el viento como el tamo,115 y quemado.116

El primer mandamiento de mayor importancia es, "Amarás al Señor tu Dios [no a María ni a cualquier otra persona] con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas" (Marcos 12:30). Cuando la escritura dice "todo," esto no significa noventa y nueve y nueve décimos de cien por ciento del corazón, del alma, de la mente, y de la fuerza, sino todo el corazón, el alma, toda la mente y la fuerza—cien por ciento del corazón, del alma, de la mente, y de la fuerza. "Todo" significa que tenemos que hacer todo lo que El nos manda a hacer. Solamente tenemos que creer Su Palabra y no aceptar ninguna palabra, doctrina, ni persona adicional para adorar, con quienes combinarnos, para servir, o para orarle.117 Tenemos que servirle a Dios según Su Palabra, o no le estaremos sirviendo.118

Jesús advierte muchas veces de los falsos profetas de hoy, diciéndonos cómo es que Satanás engañará al mundo entero.119 Esto nunca hubiera sucedido si la gente del mundo hubiera leído la Palabra de Dios, que es el Espíritu y la Vida de Dios.120 La Palabra de Dios, que es Dios,121 es el modelo que tenemos que seguir si deseamos entrar al Cielo en el día que dejemos nuestros cuerpos humanos.122 Cualquiera de nosotros podría morir hoy, esta tarde, o mientras dormimos. El Señor dice que El "vendrá como ladrón en la noche" (2 P. 3:10). "Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo Mi Padre" (Mt. 24:36). La única manera que podremos ganar la vida y el poder de Dios es ser nacidos de nuevo del Espíritu y permanecer allí, puesto que "ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu" (Ro. 8:1). Esta caminata solamente se puede lograr dejando que El camine en nosotros.

Si usted desea que la vida y el poder de Dios vivan dentro de usted, dándole la capacidad de vivir Su vida de victoria sobre cada situación por la revelación de Su vida y poder real EN USTED a través de Su Palabra eterna que da vida,123 o si usted desea revelaciones personales diarias por medio de las capacidades sobrenaturales que vienen de Su vivir y obrar EN USTED para intensificar Su presencia, Su vida, y Su poder dentro de usted,124 dándole una vida y fe más abundante estando unido con El por fe,125 que es la victoria de los Cristianos, déjele saber ahora.126 Por su fe en las capacidades de Dios dentro de usted, todas las cosas son posibles.127 Si su deseo es ser más que un vencedor y nunca ser un fracaso,128 escapar de un Infierno eterno, que es tortura eterna en fuego y miseria insaciable,129 o si usted desea vivir para siempre en el lugar más hermoso, tan hermoso que no se puede explicar,130 un lugar de vida eterna, juventud, salud, felicidad, alegría, y mucho más,131 entonces diga esta oración:

Oración

Mi Señor y mi Dios, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que Jesucristo es el Hijo del Dios Viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre por el perdón de todos mis pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4 y que Él está sentado a la mano derecha de Dios en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración. 5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón Señor Jesús. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor Jesús; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor Jesús, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11

Usted acaba de completar el primer paso en una serie de cinco pasos que se requieren para recibir la salvación. Su segundo paso es negarse a sí mismo y aceptar la cruz cada día con el propósito de mortificarse, es decir, para darle muerte a su propia voluntad, a su ser autosuficiente, y al mundo con todos sus deseos. Todos estos tienen que ser bautizados en la muerte de Cristo. El tercer paso es su resurrección de la vida satánica de Adán a la vida libre de pecados de Cristo. El cuarto paso es su ascensión a una posición de autoridad para reinar por Dios en la tierra, y el quinto paso es reinar por Dios en la tierra hasta el fin con el propósito de traer el reino del Cielo a la tierra. Usted tiene que aprender la Palabra de Dios, luego someterse y hacer lo que la Palabra dice, para que la Iglesia y el mundo puedan ver pruebas de su sumisión a la Palabra de Dios, Su orden, y Su autoridad en usted y por usted.
Alabado sea el Señor. Que Dios lo recompense abundantemente.

Pastor Mundial Tony Alamo


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ESTA LITERATURA LLEVA EL VERDADERO PLAN DE SALVACIÓN (Hch. 4:12). NO LA TIRE, PÁSELA A OTRO.

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© Propiedad literaria agosto, 1998, Todo derecho reservado Pastor Mundial Tony Alamo ® Registrado agosto, 1998
Tony Alamo Christian Ministries is a division of Music Square Church, Inc.


Notas del "Dios no tiene madre":vuelva arriba

1 Lc. 1:35, Hch. 13:23, Ro. 1:1-4, 8:3, 9:5, Gá. 4:4-5, 1 Ti. 3:16, He.2:14-18, 1 Jn. 1:1-2, 4:2, Ap. 22:16 vuelva

2 Mt. 1:20-23, Jn. 14:6, 15:8, 16, Hch. 4:12, Gá. 4:4-7, 2 Co. 6:16-18, He.2:10, 10:5, 7 vuelva

3 Jer. 31:31-34, Ro. 5:14-21, Ef. 2:13, He.2:16-18, 9:14, 22-28, 1 P. 1:18-19, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5 vuelva

4 Jn. 6:56, 11:25-26, 14:16-17, 20, 15:5, Ro. 8:9-11, 26, 1 Co. 12:13, 2 Co. 5:17, 6:16, 13:5, Gá. 2:20, Ef. 2:4-6, 4:6, Fil. 3:8-11, 2 Ti. 1:14, 4:22, 1 Jn. 2:5-6, 14, 28, 3:6, 9, 24, 4:12, 15 vuelva

5 Jn. 17:21, 23, 26, 1 Co. 3:16-17, 6:17, 19, Hch. 2:4, 4:31, Gá. 4:6, Ef. 1:3-4, 11, 2:20-22, 3:16-19, Fil. 1:20, 3:4, 2 Ti. 1:14, 1 Jn. 3:24, 4:12, 15-17, 2 Jn. 2 vuelva

6 Ro. 6:4-13, 19-23, 8:13, Gá. 4:19, Col. 3:1-10 vuelva

7 Is. 11:2, Ez. 47:1-5, Mt. 1:18, Lc. 1:34-35, Jn. 4:13-14, 6:53-57, 63, Ap. 3:1, 4:5 vuelva

8 Hch. 13:23, He.7:3 vuelva

9 1 Co. 15:20-22 vuelva

10 Jn. 7:18, 2 Co. 5:21, Fil. 2:13, He.4:15, 8:10, 1 P. 1:18-21 vuelva

11 Jn. 7:18, 2 Co. 5:21, Fil. 2:13, He.4:15, 8:10, 1 P. 1:18-21 vuelva

12 Ro. 8:3-13, 37, 1 Co. 15:57-58, He.4:15, 1 Jn. 2:16-17, 4:4, 5:4 vuelva

13 Mt. 16:24, Mr. 8:34, Lc. 9:23, Ro. 8:1,4, Gá. 5:16,Ef. 3:20, 2 Ti. 2:12 vuelva

14 Ro. 8:4-16, 13:14, Gá. 2:20, 5:17, 24-25, 6:7-8 vuelva

15 Mt. 16:24, Jn. 6:63, 1 Co. 9:27, 15:50, Gá. 6:8, Col. 3:5, 2 Ti. 3:1-5, 4:10, 1 Jn. 2:16 vuelva

16 Ro. 8:35-39, 1 Co. 15:57 vuelva

17 Sal. 27:14, 31:24, Hch. 9:31, Ro. 8:35-39, 1 Co. 14:3, 2 Co. 1:3-6, 1 P. 5:10 vuelva

18 Is. 14:12-17, 25:8, Jn. 16:33, 1 Co. 15:54-57, Col. 2:15, 1 Jn. 2:13-14, 16, Ap. 1:18, 12:12 vuelva

19 Col. 2:14 vuelva

20 Lc. 9:62, 11:21-26, Jn. 15:6, 1 Co. 10:1-12, Col. 2:15, He.4:1, 11, 6:4-8, 10:26-31, 2 P. 2:4-9, 20-21 vuelva

21 Lv. 19:2, Dt. 26:16-19, Jn. 17:23, Col. 1:21-23, He.12:14, 1 P. 1:15-16vuelva

22 Gn. 17:1, Dt. 18:13, Sal. 24:3-4, 2 Ti. 3:16-17, 2 P. 3:11-14, 1 Jn. 3:6, 9, 5:18 vuelva

23 1 Jn. 2:18-19, 22, 4:1-3, 2 Jn. 7 vuelva

24 Jn. 3:3-8, 17:21-23, Ro. 8:37vuelva

25 Is. 7:14, Lc. 1:31-35, 2 Co. 5:20-21, He.4:15 vuelva

26 1 Co. 15:20-23, Col. 2:9-10, Ap. 1:8, 11, 21:6, 22:13vuelva

27 Sal. 51:5, Is. 7:14, Mt. 1:23, Hch. 4:12, He.4:15, 9:28vuelva

28 Ro. 3:23, 5:12-14, 1 P. 1:18-23, 4:1-5, 1 Jn. 5:18, Ap. 14:2-5 vuelva

29 Jn. 14:23, 1 Co. 3:16, Gá. 3:13-14, Ef. 1:17-19, 3:14-21, 1 P. 1:18-21, 2:9, Ap. 5:9, 14:3-4, 21:3 vuelva

30 Jn. 5:24-26, 6:56-58, 10:10, 11:25-26, 14:18-20, Ro. 6:4-13, 8:11, 1 Jn. 4:9 vuelva

31 Ro. 5:10, 6:4-5, 9-10, 8:11, 1 Co. 15:20-23, 1 Jn. 5:11-13, Ap. 1:18vuelva

32 Jn. 14:6 vuelva

33 2 Co. 12:9-10, Ef. 1:17-23, 2:1-8, 3:20, Fil. 4:13, Col. 1:13-14, 2:10, 2 Ti. 1:7, He.7:19, 13:20-21, 1 P. 1:3-5 vuelva

34 Jn. 14:15-28, Hch. 2:1-39, 2 Co. 5:17-21, Ef. 2:5-6, 1 Jn. 4:4vuelva

35 Mt. 22:9-10, Jn. 4:34-38, 15:8, Hch. 9:16-22 vuelva

36 Is. 7:14, Mt. 1:23, 1 P. 2:9-10 vuelva

37 Hch. 1:8-9, 2:1-4 vuelva

38 Ro. 7:4, 12:5-8, 1 Co. 12:27-28, Ef. 2:20-22, 5:23-32, Col. 2:19vuelva

39 Jn. 3:28-30, Ap. 21:2, 9-11 vuelva

40 Ro. 12:5, 1 Co. 6:19-20, 10:17, 12:12-27 vuelva

41 Jn. 15:4-8, 17:21-23, 1 Co. 3:6-9, Gá. 2:20, Ef. 3:20 vuelva

42 1 Co. 15:10, Gá. 2:20, Ef. 3:20, 1 Jn. 4:4 vuelva

43 Jn. 1:12, Gá. 4:6-7, Fil. 2:13, Col. 1:16, Ap. 4:11 vuelva

44 Sal. 66:5, Ec. 11:5, Jn. 6:28, 9:3, Hch. 2:11vuelva

45 Gn. cap . 1, Jn. 1:3, 1 Co. 8:6 vuelva

46 Hch. 4:12, Gá. 3:13, 1 P. 1:18-21, Ap. 5:8-10 vuelva

47 1 Co. 12:3-6, Ef. 3:20, Fil. 2:13, Col. 1:29 vuelva

48 1 Co. 3:6-9, Gá. 4:19, Ef. 4:14-16, 1 P. 2:2 vuelva

49 Ef. 4:11-16, Col. 2:6-7 vuelva

50 Ro. 12:2, Ef. 3:16-19 vuelva

51 2 Cr. 20:6-7, 1 Ti. 2:5, He.8:6 vuelva

52 Sal. 34:15, 121:4 vuelva

53 Gn. 3:19, 23 vuelva

54 Dt. 32:4, 2 S. 22:31, Mt. 5:48, 2 Co. 5:21, He.4:15, Stg. 1:17, 1 P. 1:18-19, 2:21-22, 1 Jn. 1:5, 3:5 vuelva

55 Mt. 10:1, Lc. 10:19, Ro. 8:37, 1 Co. 10:13, 2 Co. 12:9-10, 1 Jn. 4:4 veulva

56 Mt. 12:46-50, Ro. 4:11-12, 8:15-16, 1 Co. 8:6, 2 Co. 6:16-18, Gá. 1:3-4, 4:4-7 vuelva

57 Lc. 24:49, Jn. 20:21-22, 14:15-20, 28, 15:26, Fil. 4:13 vuelva

58 He.7:3 vuelva

59 Pr. 8:22-24, Mi . 5:2, Col. 1:17, He.1:11vuelva

60 Jn. 13:14-17, 1 P. 2:21 vuelva

61 Mt. 28:20, He.13:5 vuelva

62 Mt. 10:22, Jn. 17:17, 15:3-5, Ef. 3:16-20, 1 Jn. 2:24-25 vuelva

63 Jn. 16:7-16, 1 Co. 15:45, 1 Jn. 5:11-12 vuelva

64 2 Cr. 15:2, Esd. 8:22, Lc. 9:62, Jn. 15:6, He.6:4-8, 2 P. 2:9-22, 1 Jn. 3:4-5, Ap. 2:4 vuelva

65 Dt. 29:20, Ap. 20:15, 21:27, 22:19 vuelva

66 Jer. 31:31-34, Jn. 14:14-23, 15:4, He.8:6-12 vuelva

67 Jn. 14:8-11, 17:20-23, Col. 2:9-10, Ap. 19:7-9, 21:2-3 vuelva

68 1 Ts. 5:24, He.10:22-23, Ap. 2:10, 3:20-21 vuelva

69 Jn. 14:23, 15:10, 1 Jn. 2:5, 5:3, 2 Jn. 1:6 vuelva

70 Jer. 29:12-13, Stg. 4:8 vuelva

71 Ro. 12:2, Fil. 3:20-21vuelva

72 Ex. 34:6-7, Sal. 103:2-3, 130:4, Is. 43:25, Mr. 2:7, He.1:1-3, 1 Jn. 2:1-2 vuelva

73 Ex. 20:3-5, 34:13-17, Lv. 26:1, 30, Dt. 4:23-24, 17:2-5, Sal. 16:4, 1 Co. 6:9-10, Ap. 21:8 vuelva

74 Is. 64:8, Jn. 1:12, Ro. 8:12-17, 2 Co. 6:17-18, Gá. 4:5-7, He.12:5-9 vuelva

75 Jn. 5:24, 2 Co. 5:17-20, Gá. 3:28, 1 P. 2:1 vuelva

76 Ef. 4:11-16 vuelva

77 Jer. 31:31-33, Lc. 1:78-79, Jn. 10:10, 1 Co. 5:45-49, Gá. 4:3-5, Ef. 2:4-22, 4:22-24, Col. 2:13-15, Tit. 2:14, 1 P. 2:9-10vuelva

78 1 Co. 10:17, Ef. 3:17-19, 1 Jn. 4:17 vuelva

79 Gn. 2:4, Is. 42:5, 45:8, 12, 18, Col. 1:16-18, Ap. 14:7 vuelva

80 Jn. 14:12-14 vuelva

81 Ro. 12:4-8, 1 Co. 6:15-17, 10:17, 12:12-28, 2 Co. 5:18-20, Ef. 2:19-22, 4:4-7, 11-16, Col. 3:15 vuelva

82 Is. 44:3-5, Mt. 10:5-13, 28:19-20, Lc. 10:1-2, Jn. 12:24, Ef. 4:10-13, 2 Ti. 2:21 vuelva

83 Ex. 23:25, 34:14, Dt. 5:8-9, 6:13, 8:19-20, Mt. 4:10, Ap. 19:10 vuelva

84 Ex. 20:3-5, 23, Lv. 19:4, 26:1, 30, Dt. 4:15-16, Sal. 97:7, 115:4-8, Is. 42:17, Os. 10:2, Mi . 5:13-14, Ro. 1:21-25, Ap. 21:8 vuelva

85 Sal. 29:11, Is. 9:6, 26:3, Jn. 14:27, Ro. 5:1, 16:20, 2 Co. 13:11, Fil. 4:7 vuelva

86 Ro. 3:4 vuelva

87 Lc. 2:10-12, Hch. 5:29-32, 13:22-23 vuelva

88 1 Co. 6:10 vuelva

89 Jn. 10:7-10, 11:25, 14:6, 1 Co. 15:50 vuelva

90 Tit. 3:5 vuelva

91 Ro. 8:29-30, Fil. 3:8-11 vuelva

92 Ro. 12:2 vuelva

93 Ro. 12:2 vuelva

94 1 Co. 15:51-52, 2 Co. 3:18 vuelva

95 Jn. 3:5-7, 1 P. 1:22-23 vuelva

96 Gá. 3:13, Tit. 2:13-14, 1 P. 1:18-19, Ap. 5:9-10, 14:3-5 vuelva

97 Mt. 10:22, 24:13, Jn. 3:17, 10:9, Hch. 2:21, 16:31, Tit. 3:4-7 vuelva

98 Jue. 2:10-23, 10:6-14, 1 R. 11:5, 33, Jer. 44:15-27, Hch. 19:33-35vuelva

99 Hch. 19:33-35 vuelva

100 1 R.11:5, 33, Jer. 7:18, 44:19, Hch. 19:26-28 vuelva

101 1 R. 15:11-13, Is. 2:17-21, Hch. 19:18-20vuelva

102 1 S. 2:2, 2 S. 7:22, 1 R. 8:23, 60, 2 R. 19:15, Is. 40:25-28, 43:10-13, 44:6-8, Jer. 32:27, Os. 13:4, Ap. 19:6 vuelva

103 Dt. 23:14, 26:16-19, 28:9, Ro. 12:1-2, 1 Co. 3:16-17, He.12:14, 1 P. 1:16, 2 P. 3:3-7, Ap. 14:9-11, 21:8, 22:11-12 vuelva

104 Ap. 21:27, 22:14-15 vuelva

105 Mt. 3:12, Ap. 21:8 vuelva

106 Nú. 23:19, 1 S. 15:29, Jer. 4:28, Ez. 24:14 vuelva

107 Mal. 3:6 vuelva

108 1 Ti. 6:15, Ap. 19:16 vuelva

109 Sal. 119:4, Mt. 22:35-40, Stg. 1:25 vuelva

110 Mr. 16:16, Ef. 2:8 vuelva

111 Gá. 5:19-21, Ef. 5:5, Ap. 22:14-15 vuelva

112 Gn. 6:5-13, 17-18, 19:12-13, 24-26, Lv. 26:27-33, Nú. cap. 16, Dt. 29:19-28, 32:15-26, Sal. 5:4-6, 45:7, 97:10, Jud. 4-7 vuelva

113 Job 9:12, Ro. 9:18-20 vuelva

114 Mt. 24:35, Ap. 2:27 vuelva

115 Job 21:14-18, Sal. 1:4, Is. 5:24, 17:13, 29:5, 33:11, Os. 13:2-3, Lc. 3:17 vuelva

116 Is. 1:28-31, 47:8-15, Jer. 7:18-20, Mt. 13:24-30 vuelva

117 Dt. 4:40, 6:17-19, 8:3, 6, 19, 10:12-13, 11:16-21, 28:14, Mt. 4:4, Ef. 4:14 vuelva

118 Dt. 4:2, 5:32-33, 6:1-3, 11:26-28, Ec. 12:13, Mt. 4:4, 7:21-27, Stg. 2:10 vuelva

119 Mt. 24:3-5, 11, 15-16, 23-27, Mr. 13:5-6, Ro. 16:18, Ef. 4:14, 2 Ts. 2:8-10, Ap. 12:9, 20:7-10 vuelva

120 Jn. 5:24, 6:63, Hch. 13:48, Ef. 6:17, Fil. 2:16, 1 Jn. 1:1-2 vuelva

121 Jn. 1:1-5, 14, Ap. 19:13 vuelva

122 Sal. 37:31, 119:9, 105, 130, Jn. 5:24, 2 Ti. 3:15-17, He. 2:1-3, Stg. 1:21-25, 2 P. 1:4, 19-21 vuelva

123 Is. 40:8, Jn. 6:63, Ro. 8:37-39 vuelva

124 Ef. 4:8, 11-13, He. 1:3, Jud. 20-21vuelva

125 Jn. 10:10, Ef. 1:22-23, 3:16-19 vuelva

126 Col. 2:15, 1 Jn. 5:4, Ap. 12:11 vuelva

127 Mt. 19:25-26, Mr. 9:23, Lc. 8:50, Fil. 4:13, 1 Jn. 5:4 vuelva

127A. vuelva

128 Ro. 8:37-39vuelva

129 Sal. 9:17, Mt. 3:12, 13:41-42, 49-50, 22:13, 25:30, 41, 46, Mr. 9:43-44, Lc.16:23-26, 2 Ts. 1:9, Ap. 14:10-11, 19:20, 20:10, 15, 21:8 vuelva

130 Is. 64:4, Lc. 23:43, Jn.14:2, 1 Co.2:9, Ap. 2:7, 21:10-25 vuelva

131 Job 3:17, Sal. 16:11, Mt. 5:12, 6:20, 13:43, Lc. 20:36, 2 Co. 5:1-4, 1 P. 1:4, Ap. 7:16-17vuelva

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Notas de la Oración:

1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva

2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva

3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva

4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva

5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva

6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva

9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva

10. He. 11:6 vuelva

11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva

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