“AQUÍ ESTOY”

Por
Tony Alamo

Nada es más necesario, más importante para la gente del mundo que correr inmediatamente al mejor refugio atómico del universo, es decir, que se apresuren al Espíritu de Dios, el Cuerpo de Cristo, donde todos están seguros, sin riesgos, felices, y en paz con Dios. Ahí pueden estar totalmente libre de todo terrorismo, bombas nucleares, guerras de gérmenes o bacterias, balas, armas, tanques, lanzallamas, u otras amenazas físicas que Roma está instigando y apoyando en el mundo, así como de los vaticanatos subversivos que han infiltrado mucho de nuestro gobierno para sabotearlo y declarar guerra contra sus ciudadanos.1 Ellos están culpando a otros de lo que ellos están haciendo.

La Palabra de Dios dice que no hay condenación para los que caminan conforme al Espíritu Santo.2 Si tú no eres nacido de nuevo del Espíritu, no puedes estar libre de la preocupación de las cosas que los medios de noticias, los propagandistas, te están diciendo actualmente que tienes que temer. La gente de Satanás quiere que temas a Satanás en vez de a Dios.3 Sin embargo, el hombre más sabio del mundo dijo, “Teme a Dios, y guarda Sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Ecl. 12:13).4 El mandamiento de Dios para todos es, “Os es necesario nacer de nuevo” “del Espíritu” (Juan 3:7, 5). Tus pecados tienen que ser lavados en Su sangre, y después de esto, tienes que ser dirigido directamente por el Espíritu Santo a través de cada día hasta el día que mueras.5

El diablo y toda su gente son los perdedores. Cuando mueran, irán al Infierno y permanecerán allí por la eternidad, que nunca termina.6 Cuando morimos nosotros que somos salvos, nacidos de nuevo del Espíritu, y dirigidos directamente por el Espíritu Santo morimos, nosotros vamos al cielo, y nosotros permanecemos allí por la eternidad.7 Así pues, nada es más necesario, más importante para la vida de un Cristiano que sea dirigido directamente por el Espíritu Santo.8 Es el ser conducido directamente por el Espíritu Santo que mantiene al hombre Cristiano en un camino espiritual continuo con el Señor.9 El ser dirigido directamente por el Espíritu lo librará del poder de la carne y le dará el poder de obedecer siempre la voluntad de Dios.10 Ser dirigido directamente por el Espíritu lo librará de los ataques feroces de Satanás.11

Es obligatorio que entendamos la operación del hombre interno, nuestro espíritu nuevamente regenerado. El momento que recibimos el Espíritu de Dios dentro de nuestro espíritu, tenemos que comenzar inmediatamente a caminar, adorar, y a servir a Dios con nuestro espíritu, con todo nuestro corazón, alma, mente, y fuerza.12 Es necesario que hagamos esto siempre, cada segundo, cada minuto, y cada hora de cada día.13

En este mundo nunca podemos relajarnos o dejar a un lado nuestra cruz.14 Siempre tenemos que estar atentos de nuestro hombre interno, nuestro espíritu.15 Tenemos que entrenarnos a ser vigilantes y firmes al peligro, el riesgo de no caminar en el Espíritu.16 Recuerda, caminar en el Espíritu es la cosa más necesaria que un ser humano puede hacer para mantener una vida Cristiana. La cosa más peligrosa que una persona puede hacer es caminar sin ser dirigido directamente por el Espíritu Santo. La cosa más peligrosa, más arriesgada que una persona jamás podría hacer es rechazar totalmente la guía del Espíritu Santo.17

Aprender la Biblia es obligatorio, indispensable.18 Mucha gente estudia la Biblia para propósitos intelectuales solamente, pero solamente saber lo que dice la Biblia intelectualmente no es suficiente en absoluto.19 Si estamos satisfechos con el conocimiento espiritual sólo, y le ponemos poco o ningún valor al caminar con o ser dirigido directamente por el Espíritu Santo, Jesús nos dirá en el día del juicio, “Nunca Os conocí; apartaos de Mí, hacedores de maldad” (Mt. 7:23). Recibir consejos de los que han sido conducidos directamente por el Espíritu Santo por años es extremadamente provechoso para los nuevos convertidos al igual que para todos los demás.20 Sin embargo, nada en este mundo es más importante que el espíritu de un Cristiano sea conducido directamente por el Espíritu de Dios, momento por momento, diariamente.21

Pablo tuvo contacto directamente con Jesús cuando él estaba en camino a Damasco con la intención de matar a los Cristianos nacidos de nuevo.22 Su vida fue temerosa e inmediatamente cambiada de carnal a espíritual.23 Jesús hizo un creyente de él. A partir de ese día él comenzó a ser dirigido directamente por el Espíritu Santo.24

El profeta Amós del Antiguo Testamento testificó, “No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres. Y Jehová me tomó de detrás del ganado y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel” (Amós 7:14-15). La Palabra de Dios vino a Amós y cambió su vida carnal a una vida espiritual, una vida dirigida directamente por el Espíritu Santo.

Antes de que el Señor Jesús me hablara directamente en una oficina en Beverly Hills, yo tampoco era ningún profeta ni hijo de un profeta. Me consideraban un experto gigante de comercio y un hombre familiarizado con cada cosa mundana. Yo era un hombre carnal, un hombre muy ignorante a las cosas del Espíritu, y era miserable y frío.25 El temor de Dios vino sobre mí en un instante. Sólo tomó un instante, y mi vida entera cambió inmediatamente. Las cosas del mundo inmediatamente fueron repugnantes, asquerosas, y estúpidas para mí,26 y comencé a ser dirigido directamente por el Espíritu de Dios. Nada podría ser más satisfactorio, más espléndido, más grato, más gratificante, más realizado, más bendito, más expiatorio, o más cariñoso que esto, que es el guardar de los mandamientos de Dios. Desde entonces, el Espíritu Santo me ha dirigido directamente todo el dia, cada día. Esto comenzó en 1964.

Después de la experiencia inicial de Pablo con Jesús de Nazarét en el camino a Damasco, Pablo dijo que él no consultó “con carne y sangre [que significa con ser humanos].” Ni tampoco Amós ni yo. Él declaró, “Ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo” (Gá. 1:16-17). Esto fue porque él no tuvo que hacerlo.27 Él fue dirigido por el Espíritu Santo directamente. Dios le estaba enseñando directamente por el Espíritu Santo, diciéndole qué decir, qué hacer, y qué escribir. Pablo no estaba recibiendo o predicando mensajes heredados que fueron enseñados o predicados por otro. Dios le estaba hablando directamente, así como Él hizo con Adán, Set, Jared, Enós, Noé, el escritor del libro de Jaser, Moisés, los profetas, y con cada verdadero discípulo nacido de nuevo dirigido directamente por el Espíritu.28

El Espíritu Santo dirigirá a cada creyente lleno del Espíritu. Él dirigirá cada uno de sus movimientos y palabras que hablan si su deseo es dejarlo ser el Señor de sus vidas.29 Jesús dijo, “Si me amáis, guardad Mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y Os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad…[Él]…estará en vosotros.” “Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que Yo os he dicho.” “Cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a toda verdad; porque no hablará por Su propia cuenta; sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 14:15-17, 26, 16:13). Aquí Jesús nos está enseñando que cada creyente lleno del Espíritu que guarda los mandamientos será dirigido directamente por el Espíritu Santo.

El Espíritu Santo estaba directamente enseñándole a Pablo que él le predicaría el evangelio del Señor Jesucristo a los gentiles así como enseñárle todas las cosas que Él quería que él escribiera, la cual es aproximadamente dos tercios del Nuevo Testamento.

Pablo era fariseo.30 Antes de encontrarse con Jesús él sabía la Biblia, no por el Espíritu, sino por la letra. Recuerde, “la letra mata, más el Espíritu vivifica” (2 Co. 3:6).

El Espíritu de Dios le habló directamente a Juan. Él le dijo a Juan, “Escribe” (Ap. 1:11, 19). El Espíritu Santo quería que Juan escribiera en un libro las cosas que el Espíritu Santo le mostraría. Juan comenzó inmediatamente a escribir. Cuando terminó, sus escrituras se convirtieron en el libro del Apocalipsis. Podemos ver las profecías en el Apocalipsis, al igual que en Daniel, y en los demás libros en la Biblia que se están cumpliendo hoy día ante nuestros propios ojos.31

Estoy excesivamente alegre que los profetas y los apóstoles fueron dirigidos directamente por el Espíritu Santo,32 porque las cosas que el Espíritu Santo le mandó escribir han pasado, edificando la fe de cada Cristiano que la Biblia es verdad e inundando sus espíritus con la confianza para caminar en sabiduría y en poder. Cuando cualquier persona lee la Biblia, su espíritu ganará no sólo gran fe, sino que será inundado con confianza sobrenatural para que no teman nada ni a nadie sino a Dios.33

Yo veo la Biblia trabajando a través de cada día.34 También veo que las enseñanzas del mundo no trabajan en absoluto. La gente del mundo está llena de confusión y del temor de la muerte.35 La confusión y el temor de la muerte son del diablo.36 Cuando tenemos fe en Dios, tenemos victoria sobre todas las cosas, aún el deseo de pecar, el deseo de vivir la vida propia, el deseo de hacer nuestra voluntad, y el deseo de hacer las cosas improductivas que la gente del mundo hace.37 “Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Juan 5:4).

De nuevo, no hay nada más importante en la vida de un Cristiano que ser dirigido directamente por el Espíritu Santo. Cuando buscamos el Señor con nuestro espíritu, sabremos de qué parte de la Biblia el Espíritu Santo quiere que leamos.38 Así es cómo podemos saber directamente de Dios qué es importante para nosotros leer. Si leemos la Biblia sin la dirección del Espíritu Santo, no estará viva, no nos edificará, y no nos dará la madurez en el espíritu, la cual ayudaría a nuestro espíritu llegar a la plenitud de la estatura de Cristo.39 Otra vez, leyendo la Biblia por “la letra mata,” nos pone a dormir espiritualmente y en oscuridad, pero leyéndola en el Espíritu trae vida.40 Si predicamos y enseñamos la Biblia sin ser dirigidos directamente por el Espíritu, estamos espiritualmente ciegos y muertos, nuestras congregaciones estarán espiritualmente ciegas y muertas, y todos caeremos en el zanje, así como Jesús nos dijo.41

CUANDO LEEMOS LA BIBLIA

Leyendo la Biblia por el Espíritu es la manera que confirmamos las cosas que el Espíritu de Dios nos está enseñando.42 “No con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu; acomodando lo espiritual a lo espiritual [cosas]” (1 Co. 2:13). Si el Espíritu Santo te está dirigiendo a leer un pasaje, será la misma cosa que el Espíritu, a través de ti, estará tratando contigo o con alguien durante el día.43 Cuando ves esto pasar repetidamente una y otra vez, te dará más fe y más confianza que es el Espíritu Santo que está conduciendo, guíando, y dirigiendo tu espíritu. Esto también te dará gran consuelo y paz porque sabrás con certeza que Dios está verdaderamente contigo, conduciendo y dirigiéndote.

Cuando creemos que estamos recibiendo la perspicacia o intuición espiritual de Dios a nuestros espíritus, somos mandados a que siempre probemos la perspicacia. El apóstol Juan lo dice de esta manera: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4:1). Para asegurarnos que es el Espíritu de Dios y no nuestro deseo absurdo o el enemigo hablándole a nuestro espíritu, tenemos que probar el espíritu que nos está diciendo algo cogiendo inmediatamente la Biblia para determinar la fuente del espíritu que le está hablando a nuestro espíritu, si es Dios, Satanás, o nuestra carne.44

Nosotros somos nuestros peores enemigos.45 Si nosotros por el Espíritu de Dios en nosotros hemos conquistado nuestra carne, nuestra propia vida, entonces hemos conquistado todo, incluyendo el pecado, Satanás, y al mundo.46 Dios no se ofende porque lo comprobamos, porque otra vez, el diablo es muy engañoso.47 Él falsificará el Espíritu Santo. Tenemos entonces que comparar estas palabras dadas a nuestra intuición o perspicacia espiritual con la Palabra de Dios, que también es Espíritu y vida.48 Cuando hacemos esto, el Espíritu Santo nos dirigirá a la escritura o a las escrituras exacta que Él quiere que comparemos con la intuición de nuestro espíritu, nuestra perspicacia espiritual. Si hacemos esto, sabremos si es el Espíritu de Dios que le está diciendo a nuestro espíritu, el espíritu falsificado de Satanás diciéndole algo a nuestra alma, o simplemente una idea o pensamiento que nuestra propia carne quiere hacer.49

Dios no está haciendo contacto con nuestra carne o nuestra alma. Él está haciendo contacto con nuestro espíritu.50 “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:24).51 Una vez que por la Biblia hayamos detectado la fuente de la voz que le está hablando a nuestro espíritu y descubrimos que es Dios, habremos experimentado una verdadera revelación de Dios. Esto puede suceder centenares de tiempos cada día a cada persona que sea dirigida directamente por el Espíritu Santo. Si tú adoras, sirves, y buscas a Dios con tu espíritu, “lo hallarás” (1 Cr. 28:9).52 Muchos Cristianos han pensado neciamente que es inteligente desobedecer a Dios y caminar solamente de vez en cuando en el Espíritu Santo.53

Años atrás Dios me dio una visión mientras dormía. Al principio, la visión era muy oscura. De repente vi un par de botas para caminar, lujosas y costosas. Sin embargo, la visión no mostró quién era el que caminaba en ésas botas lujosas y costosas. La visión de las botas era muy viva y brillante, luego se volvió muy negro de nuevo. Yo sé ahora que Dios me estaba diciendo que me saliera del negocio de diseñar y de proveer botas de lujo y ropa a las estrellas, para que dejara que Dios me proporcionara todo, como el Señor dijo que haría.54 El Espíritu Santo le estaba diciendo directamente a mi espíritu a través de esta visión que “ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas [el dinero, el mundo]” (Mt. 6:24). Él me demostró que si no estamos caminando en el Espíritu Santo, momento por momento, todo el dia, cada día, estamos totalmente ciegos a la guía directa del Espíritu de Dios.55

Mucha gente odia y desdeña las cosas que está haciendo para ganarse la vida. Desdeña el negocio en que está, aunque está alimentando y pagando las cuentas. Sabe que es un círculo vicioso, y no puede ver cómo puede salir de él. Sé que lo harían si pensaban que podrían. Necesitan hacerse algunas preguntas, por ejemplo: “Me estoy matando trabajando. ¿Quién recibirá lo que he ganado después de que muera?56 Y si no le importo a nadie excepto el dinero que hago, ¿por qué me estoy matando para gente tal como esta? Y ¿por qué no estoy sirviendo a Dios quien apreciaría todo lo que haría por Él en vez de seres humanos que no aprecian nada que hago por ellos excepto el dinero que les doy? Y ¿tendrá algún valor el amor y la amistad que se compra? Y ¿por qué no tengo las agallas para dejar todo lo que estoy haciendo en el mundo para servir a Dios, cuando solamente Dios puede darme vida eterna?57 Y si no dejo todo lo que estoy haciendo en el mundo para servir a Dios, ¿iré al Cielo?” La respuesta es no.58 Nadie que pelea o lucha contra Satanás será victorioso contra él si no es dirigido directamente por el Espíritu Santo. Nadie que es dirigido por el Espíritu Santo se enreda “en los negocios de la vida, a fin de agradar a Aquel [Dios] que lo tomó [llamó] por soldado [Cristiano] [soldado que es dirigido directamente por el Espíritu de Dios]. Y también el que lucha como atleta [es decir, ser dirigido siempre directamente por el Espíritu Santo], no es coronado [no es dado la capacidad de ser dirigido siempre directamente por el Espíritu Santo], si no lucha legítamente [a menos que se esfuerce ser dirigido directamente por el Espíritu Santo]” (2 Ti. 2:4-5).59

La felicidad no se encuentra en mercancía mundana o en cuánto dinero tengas. Jesús dijo, Es más fácil que una cuerda pase a través del ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios (Mt. 19:24, la Biblia aramea Lamsa). ¿Por qué? Porque un hombre rico encuentra más duro confiar en Dios que en sus riquezas. Pero ni él ni cualquier persona puede llevar riquezas al Cielo.60 Jesús dice que si un hombre rico vuelve a Dios y le sirve, es posible que él entre al Cielo. “Con los hombres esto es imposible; pero con Dios todas las cosas son posibles” (Mt. 19:26). Nadie que es rico será rico eternamente si no abandona lo que tiene aquí en este mundo para servir a Dios y sea dirigido directamente por el Espíritu Santo.61 Él será el desdichado más pobre y desgraciado, eternamente.

La vida que vivimos en este mundo es demasiada corta para vivirla sin Dios.62 Expiramos y estamos ante Él en juicio muy pronto.63 Si servimos a Dios con nuestro espíritu en este mundo caminando directamente trás de Su Espíritu diariamente, Él abrira las puertas del Cielo de par en par para nosotros y nos llevará a ese lugar donde Ojo no vio, ni oído oyó, ni ha subido en corazón de hombre son las que Dios ha preparad para los que le aman’—Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu (1 Co. 2:9-10, griego original).

El hombre rico y los Cristianos tibios están totalmente ciegos.64 Dios quiere lavar los ojos de todos con colirio (Su palabra) y abrirlas a la perspicacia espiritual, que es la voz del Espíritu Santo hablándole a su intuición espiritual y dándole la revelación directamente de Dios. De nuevo, la Palabra de Dios es nuestro colirio espiritual, eso que abrirá nuestros ojos, nos revelará la verdad de Dios, y nos dará la dirección y el poder de Dios.65 El Señor nos habla a todos con estas palabras de sabiduría santa de modo que podamos ser salvos cuando muramos.

Hoy día mucha gente está diciendo, “’Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad.’ Y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” Jesús dice, “Yo te aconsejo que de Mí compres oro refinado en fuego” (Ap. 3:17-18). Esto significa que tenemos que ser purgados, limpiados de nuestra ceguera espiritual, haciendo ambos lo que Su Palabra y la enseñanza directa de Su Espíritu les dice a nuestros espíritus, que es “Venid a [Él] todos los que estáis trabajados y cargados [con los temores y las preocupaciones de hoy día], y [Jesús promete] hallaréis descanso [sábado]...para vuestras almas” (Mt. 11:28-29, KJV, griego original).66 Esta promesa es cumplida al ser dirigido directamente por el Espíritu Santo. Jesús continúa diciendo que Él es el único “camino,” la única “verdad,” y la única “vida” eterna, y que “nadie [puede venir] al Padre [puede entrar al Cielo de cualquier otra manera sino por ser dirigido directamente por Él]” (Juan 14:6).67 Él quiere decir que siempre tenemos que ser dirigidos directamente por el Espíritu Santo.

Jesús es “corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Col. 2:9). Jesús es verdadaderamente la Deidad Trina completa, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.68 Si hacemos lo que Él dice y lo siguimos, tendremos riquezas verdaderas, riquezas eternas, riquezas que nadie nos puede quitar (Lc. 9:23).69 Seremos ricos, ricos más allá de nuestra imaginación humana.70 Tendremos ropa blanca pura para usar a través de la eternidad.71 También podremos ver y entender claramente el reino espiritual entero.72

Sólo después de que seamos dirigidos directamente por el Espíritu sabremos lo ciegos, lo totalmente ciegos, que estábamos. Jesús nos dice, “ Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé pues celoso, y arrepiéntete (Ap. 3:19). Jesús también nos dice cómo ser dirigidos directamente por el Espíritu Santo en estas palabras: “He aquí, Yo estoy a la puerta [de tu voluntad, de tu espíritu, de tu hombre interno] y llamo [así como si estuviera llamando a la puerta de tu hombre interior con el deseo que abras]” (Ap. 3:20). Él quiere que tu hombre interno, tu espíritu, lo invite con alegría a entrar en tu espíritu humano de modo que puedas ser uno con Él.73 Con Su Espíritu mezclado en nuestros espíritus, Él puede dispensar Su vida preciosa de nosotros a otros.74 Así, podremos ser dirigidos directamente por Su Espíritu. De esta manera Él puede también darnos la intuición o la perspicaciia espiritual, la sabiduría, y la fuerza, y podrá demostrarnos cosas grandes y poderosas que jamás podríamos ver en la carne.75 Por esto, Él también nos dará vida eterna, al igual que cosas innumerables en este mundo en este lado de la eternidad que jamás habríamos podido tener en la carne.76

“No me [a Dios] verá hombre y vivirá” (Ex. 33:20). Esto significa que ningún hombre puede ver a Dios a menos que su propia vida esté muerta, mortificada, entregada totalmente a la muerte de la cruz, y resucitada de esa muerte a vida eterna, vida espiritual, para que la única vida que quede en él sea la vida de Dios en Cristo.77 El hombre espiritual resucitado puede ver a Dios. Los hombres carnales, no regenerados no saben lo que significa esta escritura. No pueden ver a Dios porque su vida carnal todavía está viva. No pueden discernir cosas espirituales, porque las cosas espirituales son discernidas por gente que son espírituales.78 El hombre carnal nunca busca a Dios, así que él no puede verlo.

Por años he visto y y oído a los hombres carnales hablando de Dios en la televisión y en otros lugares. También he visto muchos documentales producidos y dirigidos por hombres carnales, que discuten sus teorías de Dios. Todas son increíblemente incorrectas, porque son carnales. Todos los que estuvieron implicados en la fabricación de tales películas o cintas obviamente nunca han sido nacidos de nuevo del Espíritu. No conocen a Dios. El Espíritu Santo no los dirige, para que hablar de ser dirigidos directamente por el Espíritu Santo. Sin embargo, el hombre espiritual está de acuerdo con Dios. Él ve a Dios muy bien.

Aunque seas un hombre o una mujer rica con trillones de dólares, todavía no puedes comprar o sobornar a Dios para que te dé vida eterna, sanación, o cualquiera de los otros dones que solamente Dios puede dar. Todos los dones de Dios vienen por nuestra obediencia, lo cual quiere decir que tenemos que ser dirigidos exclusivamente y directamente por el Espíritu Santo. Las cosas santas no se pueden comprar con dinero ni con cualquier otra cosa, tal como diamantes, rubís, oro, o plata.79 Jesús continúa, deciendo, “Si alguno oye Mi voz y abre la puerta [de su corazón], entraré a él, y cenaré [todas las cosas espirituales] con él, y él conmígo [significado que Él te dirigirá por Su Espíritu]” (Ap. 3:20).80

Nadie puede entrar al Reino del Cielo con solo un conocimiento mental de la Biblia.81 Si una persona no es directamente dirigido por el Espíritu jamás verán el Cielo.82 “Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él...Y si el Espíritu de Aquel que levantó de los muertos a mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por Su Espíritu que mora en vosotros” (Ro. 8:9, 11). Si tú, mientras estés en este mundo, no eres dirigidos directamente por el Espíritu de Dios, Jesús te dirá en el día del juicio, “Nunca Os conocí: apartaos de Mí, hacedores de maldad” (Mt. 7:23).83

Es peligroso, muy arriesgado, para nosotros estar contentos con sólo el conocimiento del Espíritu.84 El Reino del Cielo está por dentro.85 El Espíritu Santo tiene que estar viviendo y obrando dentro de nosotros para que Él pueda dirigir, guiar, y ordenarnos para lograr la voluntad de Dios, y para que podamos pasar la eternidad en el Cielo más bien que en el Infierno.86 “Porque el Reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder [de la acción dirigida por el Espíritu Santo, que ocurre cuando las palabras del Espíritu de Dios son dadas a los espíritus de los hombres llenos del Espíritu Santo que reaccionan inmediatamente a la voluntad de Dios y hacen y dicen exactamente lo que el Espíritu Santo le ha dictado directamente a sus espíritus]” (1 Co. 4:20).87

Hay mil millones de habladores, pero no tienen el Espíritu eterno de Dios en sus espíritus. No están haciendo nada de lo que Dios quiere que hagan. Son solamente habladores. El Reino del Cielo no es nada como eran los fariseos hipócritas en los días cuando Jesús predicaba en la tierra en Su cuerpo humano.88 Estos hipócritas hablaban, pero no podían hacer nada para Dios ni servirle porque otra vez, no tenían el Espíritu de Dios. Ni estaban dirigidos en lo absoluto por el Espíritu Santo, para que hablar de ser dirigido directamente por el Espíritu Santo. Esto es verdad también de los profetas falsos, profesores, predicadores, pastores, y los evangelistas que tú ves y oyes hoy día, aquellos que hablan pero nunca hacen lo que el Espíritu Santo quiero que ellos hagan.90 Como los fariseos, no son dirigidos directamente por el Espíritu Santo, sino que son dirigidos directamente por el espíritu de Satanás. El buen samaritana es mucho mejor que ellos.91

El Reino del Cielo tampoco se trae por gente que piensa que está siriviendo a Dios con sus ideas, sus pensamientos, sus deseos, sus decisiones, sus emociones, sus impulsos, sus deseos, y sus sentimientos. El Reino del Cielo vive en los que son dirigidos directamente por el Espíritu Santo, los que solamente hacen lo que le dice el Espíritu Santo que hagan.92 Algunas veces se equivocan, y cometen un pecado de ignorancia, un pecado no de muerte,93 pero cuando se enteran de su pecado de ignorancia, que no es un pecado de muerte, ellos, por su espíritu, se acercan inmediatamente al trono de Dios en el Cielo para confesar su pecado de ignorancia, que no es pecado de muerte, para que puedan ser perdonados.94 Entonces Dios los perdonará y lavará sus pecado de ignorancia, su pecado no de muerte, en la preciosa sangre de Jesús de modo que su conciencia pueda estar nuevamente libre y clara de la culpabilidad y de la condenación,95 al igual que de la acusación de Satanás.96 Entonces sus corazones estarán llenos otra vez de confianza. Ellos continuarán acercándose a Dios en el Espíritu audazmente y continuarán su camino dirigida directamente por el Espíritu Santo “Hay pecado de muerte, por el cual no digo que se pida.97 Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte” (1 Juan 5:16-17). “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios” (He. 10:26-27).

La evidencia al mundo que el Espíritu de Dios está dirigiendo tu espíritu diariamente es que tus hijos, tu esposa, y tu hogar están en orden, que tú, la iglesia, están en orden, que tu negocio está en orden, y que tus relaciones con Dios y con la humanidad están en orden.98 Si todos éstos están en el orden de Dios, entonces calificarás para llamar al mundo entero a orden con el evangelio.99

Aquellos que son dirigidos directamente por el Espíritu no son influenciados por el mundo.100 Casi cien por ciento del tiempo verás a la mayoría de los “Cristianos” reaccionar alegremente a las multiplicidades de influencias mundanas. Pero si los espíritus de estos Cristianos estuviesen llenos del poder del Espíritu Santo, estuvieran poderosamente independientes de las influencias del diablo, del mundo, de la carne, y de sus vidas propias.101

El conocimiento no es nada si no estás dirigido directamente por el Espíritu Santo.102 Sabiendo la Biblia no es nada a menos que el Espíritu Santo te conduzca directamente, y nuestras vidas son nada a menos que el Espíritu nos conduzca directamente para que el Espíritu Santo, el Dios Trino, pueda vivir Su vida en nosotros y a través de nosotros, dispensándose directamente por nuestros espíritus a todos los miembros del cuerpo de Cristo, así como al mundo perdido.103 Oímos a los ministros que son excelentes habladores, pero si el mensaje que traen no es dado directamente por el Espíritu Santo, el mensaje no tiene sentido, está sin la vida, el poder, y el propósito de Dios. Por lo tanto, sus mensajes no valen nada.104

¿Cuánta gente en el mundo hoy día tienen a Dios viviendo y obrando en ellos con el Espíritu Santo? Y ¿cuánta gente está permitiendo que Él se dispense Sí Mismo a través de ellos a los pecadores perdidos del mundo? ¡Casi nadie!105 ¿Por qué no permiten que Dios los dirija directamente por el Espíritu Santo? La Biblia nos dice por qué. Es porque éstos son los últimos días, y los hombres son “amadores de sí mismos” más bien que amadores de Dios.106 Les encanta pecar.107 Aman la vida propia, la vida mundana. Ellos complacen su carne más bien que complacer a Dios. También, aman sus propias ideas, pensamientos, y deseos, su propia locura, más que la sabiduría, la alta inteligencia de Dios, y más que la dirección directa de sus espíritus por su Espíritu Santo.

Dios es el que creó el Cielo, la tierra, todos nosotros, y todo lo demás.108 El hombre no creó estas cosas. La sabiduría de Dios es más alta, más poderosa, y más potente que toda la sabiduría combinada de cada hombre que jamás ha vivido en la faz de esta tierra.109 Su sabiduría y poder es tan increíble que no puede ser medida. Dios declara, “Como son más altos los cielos que la tierra, así son Mis caminos más altos que vuestros caminos, y Mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Is. 55:9). “Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres” (1 Co. 1:25). Esto significa que Dios es más sabio y más fuerte que todos los hombres juntos, en el pasado, presente y futuro.110 Dios “prende a los sabios en la astucia de ellos” (1 Co. 3:19).111 Dios declara que “los pensamientos [de los hombres].....son vanos” porque no tienen un fragmento de la sustancia necesaria para entrar a la eternidad correctamente (1 Co. 3:20). Ellos son como “ladrones y salteadores” porque procuran entrar al Cielo de otras maneras en vez de la única manera que Dios le ha provisto para entrar al Cielo.112

Una vez más, la cosa más peligrosa, más arriesgada en el mundo es no tener dirección directa de Dios para dirigirnos cada momento. El diablo, nuestra carne, y el mundo no pueden ser peligrosos para cualesquiera de nosotros que somos dirigidos directamente a través de cada día por el Espíritu Santo.113 La Nueva Orden Mundial no es peligrosa para cualesquiera de nosotros que somos dirigidos directamente a través de cada día por el Espíritu Santo. El gobierno uni-mundial no es peligroso para cualesquiera de nosotros que somos dirigidos directamente a través de cada día por el Espíritu Santo. La OTAN no es peligrosa para aquellos de nosotros que somos conducidos directamente a través de cada día por el Espíritu Santo. Los terroristas, las armas, las balas, y las bombas no son peligrosos a aquellos de nosotros que somos conducidos directamente cada momento de cada día por el Espíritu Santo.114 Nunca hay necesidad para nosotros de temer porque cuando nosotros que somos dirigidos directamente por el Espíritu Santo morimos, estaremos inmediatamente en el Cielo por la eternidad. El peligro o el riesgo para todos los que no son dirigidos directamente por el Espíritu Santo está en sí mismos. Cuando mueran, estarán inmediatamente en el Infierno por la eternidad.115 Esta es la razón por la cual no ser dirigido directamente por el Espíritu Santo es tan peligroso, tan arriesgado. Ésta es la condición exacta de casi todo el mundo.116 Casi el mundo entero está viviendo demasiado peligroso. Dios lo dice de esta manera: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos [arriesgados]. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, in gratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2 Ti. 3:1-5). Dios ordena que Sus hijos eviten a aquellos que viven peligrosa y arriesgadamente.117 En otras palabras, los hijos de Dios no deben de tener nada que ver con aquellos que ni aún cuidan si sus almas entren al Cielo, aquellos que no les importa que pueden morir en cualquier momento y pasar la eternidad en el Infierno, que es para siempre.118 La única excepción a esto es cuando la dirección directa del Espíritu nos dice que les testifique a las almas de esta gente con la reprobación y la reprensión de la Palabra de Dios.119

La mayoría de las iglesias de hoy tienen una forma de Deidad, pero la mayoría no son dirigidas directamente por el Espíritu Santo de Dios.120 Por lo tanto, están negando el poder de Dios. Se rehusan a permitir que el Espíritu de Dios gobierne cada movimiento que hacen, o en realidad, cualesquiera de sus movimientos. Ni aún piensan en hacer tal cosa.

Dios declara “lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho” (Is. 46:10). Dios sabía que los hombres serían amadores de sí mismos y de placeres más que amadores de Dios en estos días postreros. Por eso es que Él lo predice por medio del Apóstol Pablo en Segundo Timoteo, capítulo tres.

Otros peligros o riesgos que están en el mundo hoy, mencionados en Segundo Timoteo, capítulo tres, son que la gente del mundo es impetuosa e infatuada, que significa que está llena de violencia y es apasionadamente carnal de toda manera. Son testarudos en contra de caminar en el Espíritu de Dios, lo cual le hará daño eternamente, pero no lastimará a Dios en absoluto.121 Ellos son altaneros y arrogantes contra Dios, lo cual es peligroso para sus almas eternas.122 ¡Qué absurdo, qué peligroso, qué arriesgado!

Otro gran riesgo o peligro para la gente del mundo es que viven sus vidas como si nunca irán a morir o aún enfrentar el juicio por su modo de vivir imprudente, descuidado, desagradable, asqueroso, y totalmente estúpido. El mundo dice, “Voy a vivir hasta que muera,” pero ¿cómo puede eso ser vivir si va a ir al Infierno por la eternidad después de que muera?123 La eternidad es por mucho tiempo. La eternidad es para siempre. Dios nos dice que todos los que no son salvos están espiritualmente “muertos en [sus] delitos y pecados” (Ef. 2:1). Si tú eres un pecador no arrepentido, tú no estás viviendo. De acuerdo a Dios, estás muerto.124 El mensaje que yo predico de la Biblia acerca de la vida parece muerte a los que pasarán la eternidad en el Infierno.125 El mensaje que el mundo enseña, el cual es “vivir peligrosamente hasta que muera,” es el mensaje de muerte.126 Las cosas que te estoy diciendo pertenecen a la vida más abundante aquí en la tierra y en la eternidad.127 ¿Por qué te asusta tanto la vida abundante aquí y la vida eterna que te niegas a recibirla? Es porque el espíritu del diablo que está en ti no quiere dejarte ni dejar la vida de pecado que él está viviendo en ti y contigo.128 Es el diablo en ti que teme el evangelio del Señor Jesucristo.129 Esto es porque cuando tú recibes la verdad que el Señor te está predicando, la verdad te libará del diablo y te lanzará al reino hermoso, divino, espiritual de Dios para tu prosperidad aquí y a través de la eternidad.130 No dejes que Satanás te convenza a que no llegues.

¿Por qué piensas que hay tanto odio en el mundo hacia aquellos de nosotros que llevamos el mensaje de vida más abundante aquí en la tierra y la vida eterna?131 Es porque el reino demoniaco mundial no quiere perderte. Satanás quiere que seas echado al Infierno con él y el resto de sus seguidores.132 Él no tiene ningún amor por tu alma, tu espíritu, o tu cuerpo.133 Si lo tuviera, él no estaría luchando el evangelio del Señor Jesucristo y a los que lo predican como lo hace. Este mensaje de la Palabra de Dios es el único mensaje que puede salvar tu alma eterna. Primer Corintios 1:21 declara, “Agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.”134 Si tú estás luchando contra el Dios Trino que vive en aquellos de nosotros que somos Cristianos nacidos del Espíritu, te maldecirás eternamente y te odiarás a ti mismo por haberlo hecho cuando estés en el Infierno llorando, crujiendo tus dientes, y masticando tu lengüa por el dolor.135

Si tú amas a tu familia, tus amigos, y a otra gente, y si estás interesado en donde ellos van a pasar la eternidad, entonces recibe vida eterna en tu espíritu recibiendo a Dios en Jesús por el Espíritu Santo en ti como tu Señor y Salvador ahora.136 Recuerda, nada es más importante que la gente del mundo sea Cristianos y que inmediatamente sea dirigida directamente por el Espíritu Santo, y que continúe siendo dirigida directamente por el Espíritu Santo. Nada es más peligroso que estar sin el Espíritu del Señor que te dirija cada segundo de cada día, porque nosotros los seres humanos somos débiles y frágiles.137 Estamos aquí hoy pero es posible que estemos parados delante de Dios más tarde. Nadie sino Dios sabe cuándo o dónde moriremos a menos que nosotros o alguna otra persona programe el momento de nuestra muerte. Nosotros los seres humanos somos susceptibles a encontrar a nuestro Creador en cualquier momento.138 Así que para evitar un Infierno horrible, horroroso lleno de tormentos y angustias, es importante y necesario que entregues tu vida ahora a Él, después que seas dirigido directamente por el Espíritu Santo a través de cada día hasta que mueras. No hay tiempo para perder. No lo pospongas más.139 Pídele a Jesús ahora que entre en tu espíritu y comienza a caminar directamente por el Espíritu Santo antes de que sea demasiado tarde. Empieza a ser dirigido directamente por el Espíritu Santo diciendo esta oración:

Oración

Mi Señor y mi Dios, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que Jesucristo es el Hijo del Dios Viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre por el perdón de todos mis pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4 y que Él está sentado a la mano derecha de Dios en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración. 5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón Señor Jesús. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor Jesús; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.Por eso, sé que me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor Jesús, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11

Usted acaba de completar el primer paso en una serie de cinco pasos que se requieren para recibir la salvación. Su segundo paso es negarse a sí mismo y aceptar la cruz cada día con el propósito de mortificarse, es decir, para darle muerte a su propia voluntad, a su ser autosuficiente, y al mundo con todos sus deseos. Todos estos tienen que ser bautizados en la muerte de Cristo. El tercer paso es su resurrección de la vida satánica de Adán a la vida libre de pecados de Cristo. El cuarto paso es su ascensión a una posición de autoridad para reinar por Dios en la tierra, y el quinto paso es reinar por Dios en la tierra hasta el fin con el propósito de traer el reino del Cielo a la tierra. Usted tiene que aprender la Palabra de Dios, luego someterse y hacer lo que la Palabra dice, para que la Iglesia y el mundo puedan ver pruebas de su sumisión a la Palabra de Dios, Su orden, y Su autoridad en usted y por usted.
Alabado sea el Señor. Que Dios lo recompense abundantemente.

Pastor Mundial Tony Alamo


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© Propiedad literaria junio, 2002

Todo derecho reservado Pastor Mundial Tony Alamo ® Registrado junio, 2002


Notas del "AQUÍ ESTOY":vuelva arriba

1 Sal. 4:8, 37:37, 91:7-10, 125:1, Is. 26:3, 12, 28:12, 32:2, 17-18, Mal. 2:5, Jn. 14:27, 15:4-7, Ro. 5:1, 8:1, 6, 13-17, Gá. 5:22, Ef. 2:14-17, Fil. 4:7 vuelva

2 Ro. 6:4-7, 8:1-13, Gá. 5:16-18, 25, Ap 21:8 vuelva

3 1 Jn. 2:24-25 vuelva

4 Dt. 10:12, Sal. 2:11, 25:12-14, Pr. 16:6, Mt. 10:28 vuelva

5 Ro. 5:9-11, Ef. 2:13-22, He. 10:19-22, 13:12, 1 Jn. 1:7 vuelva

6 Sal. 9:17, Mt. 3:12, 7:13, 13:38-42, 49-50, 25:30, 41, 46, Mr. 9:43-44, Lc. 16:23-26, 2 Ts. 1:9, 2 P. 2:4, Jud. 6, Ap. 14:10-11, 20:10, 15, 21:8 vuelva

7 Mal. 3:17, Mt. 13:43, Jn. 5:29, 10:28, 1 P. 1:4, Ap. 2:7 vuelva

8 Pr . 22:1-5. 6:21-22, Mt. 25:1-13, Lc. 9:23-26, 12:11-12, 35-40, 43-46, Jn. 6:63, 8:31-32, 14:16-18, 23, 15:4-6, Ro. 6:11, 8:13-17, 2 Co. 4:16, Ef. 3:5, 16-19, Col. 2:6-7, 1 Ts. 4:1, He. 3:12-15, 1 Jn. 2:20, 27-29, 2 Jn. 6 vuelva

9 Sal. 16:7, Is. 58:11, Jn. 10:3-4, 27, 15:4-5, 7, 17:21-23, Ro. 8:1, 9, 14-17, 1 Co. 6:14-15, 17, 2 Co. 6:16, 1 Jn. 1:1-4, 7, 2:6, 24-28, 3:24, Ap. 3:20, 21:3 vuelva

10 Mt. 26:41, Jn. 6:63, 15:5, Ro. 8:1-14, 37, 13:13-14, Gá. 5:16-18, Fil. 1:6, 9-11, 2:13, 15, Col. 2:9-15, He. 13:20-21, 1 P. 5:10 vuelva

11 Is. 59:19, Mt. 7:24-25, Jn. 4:24, Ro. 8:1-14, 31, 37-39, 13:14, Gá 5: 24-25, Ef. 6:10-13, He. 2:18, Stg. 4:7, 1 P. 4:1-2, 5:8-10, 1 Jn. 3:5-9, 5:18-20 vuelva

12 Ez. 36:27, Mt. 22:36-38, Jn. 4:24, 8:11, Ro. 1:9, 8:16, Gá. 1:15-19, Ef. 3:16-21, 2 Ti. 1:14 vuelva

13 Pr 3:5-6, Mr. 13:33-37, 14:38, Lc. 18:1, 21:36, 1 Co. 15:31, Ef. 4:27, 6:10-18, Col. 4:2, 1 Ts. 5:17, 1 P. 5:8-9, Ap. 12:12 vuelva

14 Pr. 6:10-11, Mt. 10:22, 24:36-39, 42-46, 26:41, Mr. 13:35-37, Lc. 9:23-26, 12:35-40, Hch. 14:19-25, Ro. 2:7, 1 Co. 16:13, 1 Ts. 5:6, 2 Ti. 4:7-8, He. 3:14, 4:1, 6:10-15, 10:32-39, 12:1-3, 1 P. 4:7, 2 P. 3:10, 1 Jn. 2:24-25, Ap. 16:15 vuelva

15 Job 32:8, Pr. 20:27, Ecl. 3:21, 12:7, Is. 26:8-9, Zac. 12:1, Mt. 26:41, Jn. 4:24, Ro. 1:9, 1 Co. 6:20, 2 Co. 4:16, 1 Ts. 5:23, He. 4:12, Stg. 2:26 vuelva

16 Ro. 8:1-14, 2 Co. 8:7, 12:9-10, 1 Ti. 3:1-13, 2 Ti. 3:1-5, He. 6:11, 11:6, 12:14, 1 P. 5:8-10, 2 P. 1:3-8, 10-11, 3:14, Jud. 3 vuelva

17 Mt. 6:24, Ro. 8:5-9, Gá. 5:16-21, 1 Ti. 4:1, He. 6:4-8, 10:29 vuelva

18 Pr. Cap. 1, Jn. 14:23-24, 15:3, 7, Hch. 17:11, Ro. 10:17, Col. 3:16, 2 Ti. 2:15, 3:15-17 vuelva

19 Zac. 4:6, Mt. 25:1-13, 41-46, Lc. 12:11-12, Jn. 3:3, 5, 6:63, 10:3-4, 15:14, 16:13-14, Ro. 8:1, 6-9, 11, 1 Co. 1:21, 4:20, Gá. 5:25, 6:8, Stg. 2:18, 20-26 vuelva

20 Mt. 28:19-20, Lc. 22:32, Jn. 21:15-17, Hch. 20:28, Ro. 12:6-8, 2 Co. 1:24, Ef. 4:11-13, 1 Ts. 5:12, 1 Ti. 4:6, 13, 2 P. 1:12-13, 15 vuelva

21 Ex. 4:12, Sal. 32:8, Pr. 3:5-6, Mt. 25:1-13, Lc. 9:23, Jn. 10:3-5, 16, 27, Col. 4:2, 1 Ts. 5:17, 1 Jn. 2:20, 27 vuelva

22 Hch. 9:1-18, 23:6, Fil. 3:5 vuelva

23 Ro. 6:3-8, 11, 7:6, 2 Co. 3:17-18, 5:17, Gá. 6:15, Ef. 2:1-8, 4:22-24, Col. 2:11-13, 3:9-10, 1 P. 2:9, 1 Jn. 3:14 vuelva

24 Hch. 16:6-10, Ro. 8:14, 16, 26, 15:18-19, 1 Co. 2:12 vuelva

25 Señales del Tiempo, Huesos Secos, Mordiendo la Bala, Peces Gordos, y Derritiendo los Corazones Fríos por Tony Alamo vuelva

26 Sal. 97:10, 101:3, 119:104, 128, 163, 139:21-22, Jn. 12:25, Ro. de 12:9 vuelva

27 Hch. 26:16-18 Ef. 3:7, 1 Ti. 2:7 vuelva

28 Gn. 2:15-17, 3:8-9, 4:26, 5:24, 6:8-9, 13-21, 7:1-4, Ex. 3:3-22, 4:1-17, 6:1-13, Is. 8:5-6, 11-16, Jer. 30:1-2, Lc. 3:37-38, Hch. 8:29, 9:10-16, 10:19-20, 11:28, He. 1:1, 11:5, Jud. 14-15 vuelva

29 Is. 30:21, Jn. 14:16-17, 26, Mr. 13:11, Gá. 5:25 vuelva

30 Hch. 23:6, 26:4-5, Fil. 3:4-5 vuelva

31 Dn. 2:31-45, 12:4, Jl. 2:30-31, Mt. 24:3-15, Lc. 21:25-26, Hch. 2:17-19, 1 Ts. 5:3, 2 Ts. 2:3-10, 2 Ti. 3:1-5, 2 P. 3:3, Ap. Cap. 7, 13:16-18, 14:9-11, 16:2, 19:20 vuelva

32 Jer. 36:1-2, Zac. 7:12, Mt. 5:17-18, 1 Co. 14:37, 1 Ts. 2:13, 2 Ti. 3:16-17, He. 1:1, 1 P. 1:10-12, Ap. 1:1-2, 11, 19, 22:6-8, 18-19 vuelva

33 Ex. 20:20, Dt. 20:3-4, Sal. 119:9, Ecl. 12:13, Is. 8:12-13, Mt. 10:28, Jn. 15:3-5, Ro. 10:17, Gá. 6:8, Col. 2:19, 1 Ts. 3:12-13 vuelva

34 Sal. 119:9, 89, 160, 138:2, Is. 40:8, 55:10-11, Jer. 23:29, Mt. 7:24-25, 8:16, 24:35, Jn. 5:24, 15:3, 17:16-18, Ro. 10:17, 2 Ti. 3:14-17, He. 4:12, Stg. 1:18-25, 1 P. 1:23-25 vuelva

35 Is. 5:20-25, 2 Ti. 4:3-4, He. 2:14-15, Ap. 12:9 vuelva

36 Lv. 20:12, Sal. 71:1, Is. 41:28-29, 45:16, Jn. 8:44, 10:10, Stg. 3:14-16, 1 P. 5:8-9, Ap. 12:9, 19:20 vuelva

37 Sal. 125:1, Mt. 10:1, 22:21-22, Mr. 9:23, Lc. 10:19, Jn. 11:25-26, Hch. 1:8, Ro. 1:17, 6:4-14, Gá. 3:11-12, 5:16, Ef. 6:10-18, Fil. 1:6, 9-11, 4:13, Col. 1:21-23, 2:11-12, 1 Ti. 6:11-12, He. 4:9-11, 10:38, 13:20-21, 1 P. 1:3-5, 5:10, 1 Jn. 3:5-9, 5:18-20 vuelva

38 Mt. 10:19-20, Lc. 21:36, Jn. 14:26, Ro. 8:1-2, 26-34, 1 Co. 2:9-16, 12:1-15, 14:2, 15, 2 Co. 3:4-6 vuelva

39 Ro. 10:17, 2 Co. 3:6, Ef. 2:20-21, Col. 2:9-10 vuelva

40 Pr. 4:4, Lc. 4:4, Jn. 5:24-26, 6:35, 40, 47, 63, 20:31 vuelva

41 Mt. 15:14, 1 Co. 2:14 vuelva

42 Sal. 119:30, 104-105, Pr. 6:23, 16:25, 1 Co. 1:12-14, 2 Ti. 3:15-17 vuelva

43 Is. 51:16, Mt. 6:11, Ro. 10:8, Ef. 6:10-18, Col. 3:16 vuelva

44 Pr. 6:23, Jer. 23:29, Mr. 4:24, Jn. 3:21, Ro. 12:12, 2 Co. 3:3-5, 11:3-4, He. 4:12, 2 P. 1:19-21, Ap. 12:9, 12 vuelva

45 Ro. 7:5, 18, 8:1, 6-8, 12-13, 1 Co. 15:50, Gá. 5:16-21, 6:8, 1 P. 2:11 vuelva

46 Lc. 10:19, Hch. 1:8, Ro. 8:1-18, 37, 1 Co. 9:27, Fil. 4:13, 1 Jn. 5:18-20 vuelva

47 Mt. 24:24, Jn. 8:44, 2 Co. 4:4, 11:14-15, 2 Ts. 2:3-10, 1 P. 5:8, Ap. 12:9, 12 vuelva

48 Sal. 119:97-100, 104-105, 130, Pr. 6:22-23, 8:20, 1 Co. 2:10-13, 2 Ti. 3:15-17 vuelva

49 Jn. 10:4-5, 2 Co. 11:4, 14, Ef. 4:27, Job 32:8 vuelva

50 1 Jn. 4:1, Pr. 20:27, Ecl. 3:21, 12:7, Is. 26:8-9, Zac. 12:1, Mt. 26:41, Jn. 4:24, Ro. 1:9, 6:17, 1 Co. 6:20, 2 Co. 4:6, Gá. 6:18, 1 Ts. 5:23, He. 4:12, Stg. 2:26 vuelva

51 Jn. 4:23, Ef. 5:9-10, Fil. 3:3, 1 P. 2:5 vuelva

52 Pr. 8:17, Jer. 29:13-14, Mt. 7:7-8, Hch. 17:24-27 vuelva

53 Ro. 8:1-13, Gá. 5:16-18, 25, Ef. 5:18, Ap. 3:16 vuelva

54 Mt. 6:24-33, Fil. 4:19 vuelva

55 2 Co. 3:14-16, 4:4, Ap. 3:16-18 veulva

56 Ecl. 2:18-21 vuelva

57 Mr. 10:29-30, Lc. 10:25-28, Jn. 3:15, 6:68, 10:27-28, 17:2, Ro. 6:23, 1 Jn. 2:25, 5:11 vuelva

58 Mt. 10:22, 37-39, 13:44-46, Lc. 9:23-25, 62, 14:26-27, 1 Ti. 6:9-10 vuelva

59 Lc. 16:13 vuelva

60 Pr. 11:4, 23:4-5, 27:24, 1 Ti. 6:7 vuelva

61 Pr. 11:4, 28, Mt. 13:44, Lc. 12:15-21, 16:19-31, 18:18-25, Jn. 12:25, 1 Ti. 6:17-19 vuelva

62 Job 7:6-9, 8:9, 14:1-22, Sal. 39:4-6, 11, 89:47-48, 90:3, 5-6, 9-10, Is. 40:6-7, 64:6, Stg. 1:10-11, 4:14 vuelva

63 Job 21:30, Ecl. 3:17, 11:9, 12:14, Am. 4:12, Mt. 3:12, 7:19-23, 12:36-37, Lc. 12:2-3, Jn. 12:48, 2 Co. 5:10, He. 9:27, 10:26-31, 1 P. 4:3-5, Ap. 22:12 vuelva

64 Job 21:7-15, Sal. 52:5-7, 73:4-12, 17-19, Is. 5:20, Ez. 12:2, Sof. 1:18, Mt. 6:23, 22:29, Mr. 10:17-23, Lc. 12:15-21, 16:19-26, Jn. 1:5, 10, 3:19-20, 8:43, Ro. 1:20-22, 28-32, 1 Co. 2:14, 2 Co. 4:3-4, Ef. 4:17-19, 1 Ti. 6:17-19, Stg. 5:1-3, 2 P. 1:9, 1 Jn. 1:6, 2:4, 9, 11, Ap. 2:4, 3:2, 15-17 vuelva

65 Sal. 119:9, 160, Jn. 5:24, 8:31-32, 15:3, 7, 17:17, 2 Co. 3:16-17, Ef. 5:26, Stg. 1:18-25, 1 P. 1:23-25, Ap. 3:18 vuelva

66 Mt. 11:28-30, Ef. 4:3-4 vuelva

67 Jn. 6:63, 10:1-5, 11:25-26, 15:5, Ro. 5:6-9, 11, 15, 17, 19, 21, 2 Co. 3:5, Ef. 2:18 vuelva

68 Is. 9:6, Jn. 6:63, 10:30, 37-38, 14:6-11, 17:11, 21-23, 1 Co. 1:24, Ef. 3:19, Col. 2:9, He. 1:2-3, 1 Jn. 5:7, Ap. 1:8, 11, 21:6, 22:13 vuelva

69 Mt. 4:19, 6:19-21, 19:21 vuelva

70 1 Co. 2:9, Ap. 21:1-5, 9-27, 22:1-5, 12-14 vuelva

71 2 Cr. 6:41, Sal. 132:9, 16, Mt. 22:11-14, Ro. 13:14, 2 Co. 5:1-4, Ef. 4:24, Ap. 3:5, 18, 7:9, 13-17, 19:8, 14 vuelva

72 Lc. 21:15, Jn. 8:12, 12:46, 16:13-14, 1 Co. 2:9-14, 13:12, Col. 1:26-28, 1 Jn. 2:20, 27, 5:20, Ap. 3:18 vuelva

73 Jn. 17:11, 21-26, 1 Co. 6:15-17, 12:27, 2 Co. 5:17-21, 13:4, Gá. 3:25-29, Ef. 2:4-6, 4:4-6, He. 2:11, 2 P. 1:3-4 vuelva

74 Mt. 10:7-8, Mr. 16:15-20, Lc. 24:46-48, Jn. 15:5, 8, 12, Hch. 1:8, Ro. 7:4, 10:13-15, 1 Co. 1:17-18, 21, 2:1-5, 9:16-17, 2 Co. 5:14-21, Col. 1:25-29, 2 Ti. 4:2 vuelva

75 Job 32:8, Sal. 25:14, Jer. 33:3, Lc. 21:15, Jn. 16:13-15, 1 Co. 2:9-12, Ef. 3:16 vuelva

76 Mr. 10:29-30, Jn. 10:10, Ef. 1:13, 3:16-20, 2 P. 1:10-11 vuelva

77 Mt. 16:24, Ro. 6:1-14, 7:4-6, 8:1-11, 15-17, 13:14, Gá. 2:20, 5:16-25, 6:8, 14, 16-17, Ef. 2:1-6, 4:22-24, Fil. 3:10-11, Col. 3:1-15 vuelva

78 Jn. 8:12, 43-44, 14:16-17, Ro. 8:5-8, 1 Co. 2:11-16, 2 Co. 4:3-4, 6, 1 Jn. 1:6, 2:3-6 vuelva

79 Job 28:12-28 de, Pr. 3:13-20, Hch. 8:20-21, 1 P. 1:18-19 vuelva

80 Jn. 14:23, 15:7-8, 16:13-15 vuelva

81 1 Co. 1:17-28, 2:1-2, 4-6 vuelva

82 Zac. 4:6, Jn. 3:5, 15:14, Ro. 8:1, 6, 8-10, 13, 2 Co. 3:6, Gá. 5:16-21, 6:8 vuelva

83 Mt. 7:19-23, 25:41-46 vuelva

84 Gn. 1:2, Ex. 28:3, 1 S. 15:23, Dn. 5:27, Zac. 4:6, Mt. 1:18, 20:6, 21:28-31, 25:1-30, 41-46, Mr. 1:12, Lc. 1:26-35, 4:18, Jn. 3:3, 5, 6:63, 14:26, 15:14, Ro. 8:1-16, 2 Co. 3:6, Gá. 6:8, Stg. 2:18, 20, 26, 1 P. 1:17, 1 Jn. 5:4, Ap. 1:10, 2:7, 20:12-13 vuelva

85 Lc. 17:20-21 vuelva

86 Lc. 12:11-12, Jn. 3:5, 10:3-4, 14:26, 16:13-14, Hch. 1:8, Ro. 8:1-16, Gá. 6:8, Col. 3:3, 16-17, 1 Jn. 2:27 vuelva

87 2 R. 17:13, Jer. 36:1-2, Mt. 21:28-31, Ro. 5:18, 1 Co. 2:4, Ef. 6:17-18, 1 Ts. 2:13, 2 Ti. 3:16-17, 2 P. 1:21, 1 Jn. 1:1-5, Ap. 1:1-2, 11, 19, 2:7, 22:6-9, 18-19 vuelva

88 Mt. 5:3-12, 13:24-52, 15:7-9, 18:23-35, 23:1-33, Lc. 11:39-44 vuelva

89 Mt. 5:19-20, 15:7-9, Cap. 23 vuelva

90 Mt. 24:11, 24, Ap. 2:20 vuelva

91 Lc. 10:25-37 vuelva

92 Mt. 10:7, Lc. 17:20, Jn. 10:3-5, 14:15-20, 23, 26, 17:21-23, 26, 1 Co. 3:9, 6:13, 15:10, Gá. 1:15-16, Col. 2:9-10, 2 P. 1:21, 1 Jn. 3:6, 24, Ap. 3:20 vuelva

93 1 Jn. 5:16-17 vuelva

94 Sal. 32:4-6, Pr. 28:13-14, 1 Jn. 1:9 vuelva

95 Mt. 26:28, Ro. 3:24-26, Ef. 1:7, He. 9:7, 12, 13:12, 20-21, 1 P. 1:18-20, 1 Jn. 1:7, 2:1, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

96 Job 1:6-12 2:1-6, 1 P. 5:8, Ap. 12:10-11 vuelva

97 Pr. 14:26, 28:1, Jn. 10:27, 17:9-10, Hch. 20:28, Gá. 6:8, Ef. 3:12, Tit. 2:14, He. 4:16, 13:6, 1 Jn. 2:28, 4:17 vuelva

98 Mt. 5:16, 7:24-27, Ro. 12:11, 1 P. 2:12 vuelva

99 Mt. 28:18-20, 1 Co. 6:1-3, Ap. 1:5 vuelva

100 Jn. 15:19, 17:14-19, Ro. 12:2, 1 Co. 2:12, 7:31, Col. 2:8-9, 1 Ti. 6:17-19, Stg. 4:4, 1 Jn. 2:15-17 vuelva

101 Lc. 9:1, 10:19, Jn. 16:33, Ef. 6:13-18, Fil. 4:13 vuelva

102 Jn. 6:63, 1 Co. 8:1-3 vuelva

103 Jn. 6:57, 8:12, Ro. 6:3-13, 16-19, 7:6, Stg. 2:17-26 vuelva

104 Zac. 4:6, Jn. 15:5, 2 Co. 3:6 vuelva

105 Mt. 7:13-14, 20:16, Lc. 13:23-24 vuelva

106 Mt. 24:7-12, 2 Ti. 3:1-4 vuelva

107 Mt. 24:7-12, Jn. 3:19, 2 P. 2:12-22 vuelva

108 Gn. Cap. 1, Sal. 33:6-9, Jer. 32:17, Col. 1:16-17, He. 11:3, Ap. 10:6 vuelva

109 Ro. 11:33, 1 Co. 1:18-21, 25-27, 3:19-20 vuelva

110 Ex. 15:11, Dt. 3:24, 2 Cr. 20:6, Job 9:4-13, 12:14-25, 34:14-15, 40:9, 41:10, Sal. 89:8-14, Pr. 21:30 vuelva

111 Job 5:13 , 12:13, Jer. 10:7 vuelva

112 Jn. 10:1, 7-8, 14:6 vuelva

113 Ro. 8:13-14, Gá. 5:16-18, 1 Jn. 4:4 vuelva

114 2 Co. 10:3-5, Ef. 6:10-18 vuelva

115 Pr. 1:24-32, Mt. Cap. 25, Ap. 21:8 vuelva

116 Mt. 7:13-14 vuelva

117 2 Co. 6:14-18, 2 Ti. 3:1-5 vuelva

118 Sal. 9:17, Mt. 25:30, Lc. 3:17, 2 P. 2:4-9, Ap. 20:15 vuelva

119 Mr. 16:15, Lc. 14:23, 2 Co. 6:14-18, 2 Ti. 4:2 vuelva

120 2 Co. 11:13-15, Fil. 3:2, 2 Ti. 3:13, Tit. 1:10-11, 2 P. 2:1-3 vuelva

121 Dt. 28:15-68, 32:28-29, Pr. 1:24-32, Mr. 16:16, Ap. 21:8 vuelva

122 Dt. 32:28-29, Pr. 1:24-32, Mt. Cap. 25, Ro. 1:18-32, 2 Ti. 3:1-5 vuelva

123 Pr. 14:12-13, Ecl. 6:11-12, 11:9, Mt. 10:39, 16:26, Lc. 12:16-20, 21:34, Fil. 3:18-19, 1 Ti. 5:6, He. 9:27 vuelva

124 Jn. 6:53, Ef. 5:14, Col. 2:13, 1 Ti. 5:6, 1 P. 2:24, 1 Jn. 5:12 vuelva

125 1 Co. 1:18, 23-28 vuelva

126 Job 14:1-2, Sal. 22:29, 39:4-6, 78:39, 89:48, 90:3-6, 103:15-16, Pr. 27:1, Is. 2:22, 51:12, Mt. 7:13, 10:39, 16:23, Lc. 12:16-21, Jn. 12:25, Ro. 6:23, 8:13, Stg. 1:11, 4:13-14 vuelva

127 Ecl. 12:11, Jn. 3:16, 5:24, 6:63, 68-69, 10:10, 17:3, Hch. 26:18, Ro. 2:7, Gá. 6:8, 2 Ti. 1:10 vuelva

128 Hch. 7:6-7, Ro. 8:14-15, 21, Gá. 2:3-4, 4:2-5, Mt. 5:17, 4:9, 24-25, He. 2:14-18, 2 P. 2:19, Ro. 5:12-19, Is. 14:12-17, 42:5-7, Mt. 6:24, 12:30, Jn. 8:36, 44, Hch. 12:1-11, 16:16-34, 26:1-23, Ro. 1:18-32, 7:5-25, Gá. 3:1-5, 4:8-9, Ef. 2:1-16, 4:14, 1 Ti. 1:12-16, 2 Ti. 1:8, Stg. 4:7, 1 P. 3:18-20, 2 P. 2:20-22, 1 Jn. 3:8, Ap. 12:9 vuelva

129 Mt. 4:1-11, 2 Co. 4:4, Ef. 6:11-16, Stg. 2:19, 4:7 vuelva

130 Jn. 8:32, Ro. 6:22-23, 8:2, Gá. 5:1, Col. 1:12-13, 1 Ts. 1:9-10, 1 P. 2:9-10 vuelva

131 Mt. 10:16-18, 22, 24:9, Jn. 15:18-19, 17:14, Ro. 8:17, 35-37, 2 Co. 6:4-5, 12:10, Gá. 4:29 vuelva

132 Mt. 12:43-45, 13:19, 38-40, 2 Co. 4:4, 11:3, Ef. 2:2, 6:11-12, 1 P. 5:8, Ap. 12:9, 12-13, 20:10 vuelva

133 Jn. 8:44, 2 Co. 11:3, 13-15, 1 P. 5:8, Ap. 12:9-13 vuelva

134 Lc. 1:79, Jn. 5:24-26, 6:50-53, Ro. 5:12, 15, 1 Co. 1:21-25, Ef. 2:1, 5, 8 vuelva

135 Is. 14:15, Mt. 8:12, 13:41-42, 22:13, 24:48-51, Lc. 13:27-28, 16:23, Ap. 14:10-11, 16:10 vuelva

136 Jn. 3:36, 5:24, 17:3, Hch. 16:29-31 vuelva

137 Stg. 1:9-11, 4:13-14, 1 P. 1:24-25 vuelva

138 Sal. 22:29, Ecl. 8:8, Mt. 24:44-51, 25:1-13, Lc. 12:16-20, Jn. 7:6, 1 Ts. 5:2, 2 P. 3:10 vuelva

139 Sal. 102:25-26, Is. 24:19-20, 51:6, Mt. 24:3-34, Mr. 13:31-35, He. 1:10-12, 2 P. 3:10-12, Ap. 20:11, 21:1 Co. 15:31, Ef. 4:27, 6:10-18, Col. 4:2, 1 Ts. 5:17, 1 P. 5:8-9, Ap. 12:12 vuelva

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Notas de la Oración:

1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva

2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva

3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva

4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva

5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva

6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva

9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva

10. He. 11:6 vuelva

11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva

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