LAS AUTORIDADES

Por
Tony Alamo

"Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra" (Proverbios 29:2). Jesús es la potestad de Dios, la Autoridad del cielo y la tierra, el Monarca del universo entero (Efesios 1:19-23; Apocalipsis 19:16). El Diablo y su mundo de espíritus inmundos saben esto al igual que Dios (Hechos 19:15). "Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan" (Santiago 2:19).

En Israel, hubo un Judío llamado Esceva, quien también era el jefe de los sacerdotes, y él tenía siete hijos. Estos, con "algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron" congregar a gente poseída por espíritus malos usando el nombre del Señor Jesús. (Esto hicieron ellos deseando hacer dinero.) Ni el milagro de salvación ni ningunos de los milagros de Dios se pueden comprar o vender por dinero o por cualquiera otra mercadería. Los dones y los milagros de Dios son dados libremente, sencillamente por tener fe en Jesús, fe en la Palabra de Dios haciendo todo lo que El manda. Jesús dijo, "El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él" (1 Juan 2:4). "Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos" (1 Juan 5:3). Dios y el Hijo de Dios pagaron el precio por todos nosotros para que podamos tener todo lo que El tiene. "Porque por gracia (poder) sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios" (Efesios 2:8).

Estos exorcistas ilegales habían visto a Pablo, a Silas, y a otros apóstoles echando espíritus inmundos fuera de la gente poseída con ellos. Pablo y Silas hicieron esto por el potente poder de Dios, el cual está en Jesús en quien ellos creyeron y de quien predicaron. Los exorcistas le dijeron al espíritu malo, "Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo" que saliera de esta persona. "Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A JESUS CONOZCO, Y SE QUIEN ES PABLO; PERO VOSOTROS, ¿QUIENES SOIS? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos" (Los Hechos 19:13-16). Así que es evidente que el que no es salvo no puede imitar, fabricar, ni fingir el poder increíble, sobrenatural del Espíritu Santo y la autoridad del Dios Todopoderoso, no importa cuanto usted le pague.

La Escritura continúa, "Y esto [este hecho] fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús. Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asímismo muchos de los que habían practicado la magia [la adoración de Satanás, otras falsas religiones, y falsas doctrinas] trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor" (Los Hechos 19:17-20).

En Mateo 8:28-29, los demonios admiten otra vez que Jesús es la verdadera Autoridad y todo Poder, con poder y autoridad para colocar a los espíritus y las almas en dondequiera que El guste. Nadie tiene el poder o la autoridad de navegar su espíritu, su alma, de la jurisdicción final que infunde temor reverencial y el dominio de Dios. Jesús es el músculo de Dios, la fuerza de Dios. "Yo soy la resurrección y la vida" (Juan 11:25). Jesús dijo, "Nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6).

Es Jesús, el Poder, quien creó los cielos y la tierra, las galaxias, las estrellas, el sol, la luna, y todas las cosas que son visibles e invisibles (Génesis 1). Fue Jesús que puso al universo en su sitio (Juan 1:1-4, Salmo 104:5-22, Génesis 1:1,14-18, 26-31), y todos los tronos caerán delante de El (Daniel 7:9). Cada elemento en todo el universo rápidamente le obedece, con la excepción del hombre, al cual se le ha dado libre albedrío para desobedecer si él quiere, para su propia destrucción ardiente y eterna.

Los Cristianos llevan la autoridad de Dios porque Cristo Mismo mora dentro de ellos. "Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder [y la autoridad] sea de Dios, y no de nosotros" por dentro del hombre interno, vida para siempre jamás (2 Corintios 4:7,10-11). Nosotros que somos humildes ante El, que hemos venido a El para el perdón de todos nuestros pecados a través de Su Hijo Cristo Jesús, cargamos en nosotros la prueba de la autoridad de Dios. Nosotros los Cristianos también testificamos que Dios resiste a aquellos que son orgullosos contra Dios, a aquellos que rehusan hacer Su voluntad (1 Pedro 5:5). Sólo el Señor es el dador de la verdadera alegría (Eclesiastés 2:26, Nehemías 8:10). El Señor es nuestro creador (Génesis 1:26).

"Sométase toda persona a las autoridades superiores." En el mundo de hoy en día, seres satánicos claman ser las autoridades superiores, pero Dios dice, a través de Pablo el Apóstol, "No hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas" (Romanos 13:1). "De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido [los preceptos y los estatutos] por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos" (Romanos 13:2). Versículo cuatro del mismo capítulo (capítulo 13) en Romanos declara que los poderes de este mundo son los ministros del Evangelio de Dios para su bien (no el mal del mundo) porque ellos ministran la Palabra de Dios, no palabras, frases o dichos oscuros que directamente oponen las Palabras de Dios, la Ley, Sus preceptos y estatutos. Jesús dijo, "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra" (Mateo 28:18). Los poderes que están en el cielo y en la tierra le pertenecen a Jesús y a Sus Santos. La seguridad del Cristiano contra todo poder anti-Cristo y la iglesia y el gobierno uni-mundial, depende en resistir todas sus doctrinas (de Satanás) que son contrarias a la Ley de Dios,Sus preceptos, y Sus estatutos. Esta es la armadura proveída por Dios para defender Su poder y las autoridades en la tierra (los Cristianos). Dios no ayudará a aquellos que huyen. Todos en el mundo, si esperan entrar al reino del cielo, tienen que sujetarse a los verdaderos ministros del Evangelio de Dios los cuales son la boca de Dios (Jeremías 15:19). Dios es un enemigo para este mundo. El es vencido sólo por rendirse a El. Y Satanás es vencido sólo por resistencia a través de las instrucciones poderosas proveídas para los santos en las Santas Escrituras de Dios.

Los Cristianos nuevamente nacidos en el Señor, jóvenes, no sazonados algunas veces tropiezan y se apostatan del Señor porque el gobierno uni-mundial y su iglesia satánica parecen ser tan poderosos. Ellos aún no han crecido completamente en la plenitud de la estatura del Señor Jesucristo (la autoridad completa de Cristo) (Efesios 4:13). Pues ya que ellos no están completamente fundados en la Palabra, ellos son débiles. Ellos ven que los obradores del Diablo en el mundo son muchos y que aquellos que verdaderamente sirven al Señor son tan pocos. Los ejércitos del mundo parecen estar tan bien entrenados, organizados, y escogidos, que ellos se sienten deshechos, desarmados, y no uniformados. Ellos temorosamente observan al enemigo de sus almas tan diabólicamente experto y hábil con mentiras y persecución, y se ven a sí mismos bebés en Cristo, débiles, sin fe, inexpertos, y no organizados. Pero el Señor anima, por el Apóstol Pablo, que la victoria en la guerra por las almas depende en la fuerza del Señor. El yugo de la carga de guerra depende en la ejecución del Señor Dios, quien se ha comprobado ser el Triunfador de cada guerra. Dios quiere que nosotros sepamos que es El, no nuestra capacidad, no nuestro poder. Los Cristianos tienen que echar sencillamente todos sus cuidados sobre el Señor y saber que El cuida de ellos, provee para ellos, y defiende a aquellos que se mantienen firmes, crecen, y resisten (1 Pedro 5:7). Por fe en la Palabra de Dios, somos salvos, sanados y liberados.

Nosotros los Cristianos somos llamados a Dios por Jesús, a través del Espíritu Santo, llamados para aprender de El (Mateo 11:29), y llamados para hablar de El (Mateo 28:19-20). Las complejidades y las estrategias de la victoria de la batalla, de cada obra mala y destructiva, y de Satanás y cada acción mala de su ejército que se está haciendo invisiblemente, más allá de la vista del ojo humano, tienen que ser puestas en las manos poderosas de El quien causará al impenitente, al malo que se meta "en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra" (Isaías 2:19). Y "El mira a la tierra, y ella tiembla; Toca los montes, y humean" (Salmo 104:32). Dios jamás nos pediría que hiciéramos Su trabajo (los trabajos GRANDES). Dios nunca ordena a Su ejército que haga trabajo más allá de su límite.

Este es el significado de las enseñanzas del Señor por el Espíritu Santo, a través de Pablo, para nosotros: "fortaleceos en el SEÑOR, y en el poder de SU fuerza" (Efesios 6:10). Mirando las Escrituras de Dios en esta luz, nuestra fe es aumentada para ser más que capaces en nuestras muchas debilidades desatadas para entender que es Su fuerza que es suficiente. Jesús le dijo a Pablo, "Bástate mi gracia [el poder de Dios]; porque MI PODER (GRACIA) se perfecciona en la debilidad [nuestra debilidad]" (2 Corintios 12:9). Aquí el Señor nos dice que Su poder (gracia) es dado gloria porque El es el que causa nuestras victorias. Nuestras debilidades causan que todos sepan que fue el poder de Dios que nos liberó y no nosotros mismos. Cuando nosotros los Cristianos no pecamos, y confiamos en Dios para la liberación, El moverá cada montaña por nosotros. Porque todo poder en el cielo y en este mundo le pertenece a El (Mateo 28:18). El no compartirá Su gloria con ningún otro (Isaías 42:8, Hechos 12:23). Dios nos destruiría si nosotros tomamos crédito por las victorias que El nos da. Por esto es que podemos verdaderamente contestar cuando los del mundo que adoran a Satanás preguntan, "¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?" (Apocalipsis 13:4). La respuesta a esta pregunta es Jesús (la Autoridad que dio Su vida una vez en la cruz del Calvario) ya ha derrotado a Satanás, el dragón, la bestia y el falso profeta, así que Cristo en nosotros, por el Espíritu Santo, nos da Su poder (gracia) y Su autoridad para hacer guerra con la bestia y prevalecer. Pues "somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó" (Romanos 8:37). "Mayor es el que está en vosotros [Jesús], que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4).

¿No declara enfáticamente la Palabra de Dios que las almas de los Cristianos tienen que sembrar obras de misericordia si deseamos cosechar las liberaciones de Dios y luego llegar al cielo? La vida y la muerte continúan de una generación a otra.

El corazón, la mente, y el alma del humano están continuamente inquietos, deseando cambios aun de la perfecta Palabra de Dios. Pero las ricas verdades de Dios son eternas y nunca cambian. La verdad de Dios es la luz guiadora de sabiduría y conocimiento para el creyente.

La verdad de Su Palabra es que Jesús es la Autoridad del universo. Pronto será visto el cumplimiento culminante de esta escritura, "Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro" (Mateo 24:30-31). En el libro de Apocalipsis, Juan ve una visión de la culminación de la tierra: "Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?" (Apocalipsis 6:14-17). Si nosotros no queremos ser quemados, no debemos caminar sobre los carbones de la tentación. Nosotros no podemos olvidar el carácter sútil retrocedor de la serpiente. El hipócrita se sentará en la compañía del réprobo y también será encontrado donde se comete todo pecado, y pretenderá que él no quiere ser igual que el réprobo, el pecador. Nosotros no podemos prostituir nuestros ojos en mirar movimientos obscenos. ¿Cómo podemos hacerlo y permanecer castos? Nosotros no podemos escuchar las doctrinas de corrupción de antaño, ni de las presentes, y quedarnos sanos en las doctrinas de fe. Si lo hacemos, entonces somos víctimas de fuerte engaño.

Si nosotros no ejercemos la autoridad suficientemente para resistir a Satanás en lo pequeño, ¿cómo podemos creer que nuestra autoridad es suficiente para resistirlo en lo más grande? La gente camina deliberadamente a la tentación por la falta de gracia, poder. ¿Cómo entonces, con tan poca fuerza, se librará usted cuando esté en ella? Es mucho más fácil, cuando a bordo del arca, no caer en el mar que estar en el agua y tratar de subirse al arca otra vez. Nosotros no podemos sentir simpatía hacia el Diablo en recibir sus doctrinas.

Nosotros tenemos que pararnos ordenadamente en el lugar que Dios nos ha designado. Satanás lo alejaría con engaño, y por esto, lo arruinaría. Así que es el deber de un Cristiano, el cual es el soldado de Cristo, perseverar hasta el mismo fin de su vida. Nosotros estamos firmes en fe (1 Corintios 16:13); resistiendo y perseverando en la resistencia.

Arrepiéntase de sus pecados ahora mientras está todavía vivo, porque cuando esté muerto será imposible para usted arrepentirse. Tenemos que hacer paz con Dios el Padre a través de Jesús antes de que nuestro espíritu se aparte para encontrarse con El. La mayoría de la gente no sabe exactamente cuando va a morir. Su tiempo puede ser hoy, o su tiempo puede venir esta noche. El Dios Todopoderoso del universo entero salvará su alma si usted le pide que lo haga. Todos aquellos que pasarán la eternidad en el Cielo primeramente tienen que venir a ser justos y santos a través del plan de salvación de Dios. ¿Por qué? Porque la Autoridad lo ha dicho. "La salvación es de Jehová" (Jonás 2:9). La Autoridad también declara, "¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos?" (Jeremías 23:23). Así que llámelo para que El pueda librarlo de la muerte a la vida eterna. Dígale esta oración con un corazón sincero al Señor de los Ejércitos, para que El pueda salvarlo en este mismo momento:

Oración

Mi Señor y mi DIOS, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que JESUCRISTO es el Hijo del DIOS viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre para el perdón de todos mis anteriores pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4y que Él está sentado a la diestra de DIOS en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración.5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón, Señor JESÚS. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor JESÚS; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, la Biblia, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso sé que Tú me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor JESÚS, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11

Usted acaba de completar el primer paso en una serie de cinco pasos que se requieren para recibir la salvación. Su segundo paso es negarse a sí mismo y aceptar la cruz cada día con el propósito de mortificarse, es decir, para darle muerte a su propia voluntad, a su ser autosuficiente, y al mundo con todos sus deseos. Todos estos tienen que ser bautizados en la muerte de Cristo. El tercer paso es su resurrección de la vida satánica de Adán a la vida libre de pecados de Cristo. El cuarto paso es su ascensión a una posición de autoridad para reinar por Dios en la tierra, y el quinto paso es reinar por Dios en la tierra hasta el fin con el propósito de traer el reino del Cielo a la tierra. Usted tiene que aprender la Palabra de Dios, luego someterse y hacer lo que la Palabra dice, para que la Iglesia y el mundo puedan ver pruebas de su sumisión a la Palabra de Dios, Su orden, y Su autoridad en usted y por usted.
Alabado sea el Señor. Que Dios lo recompense abundantemente.

Pastor Mundial Tony Alamo


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Notas de la Oración:

1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva

2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva

3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva

4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva

5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva

6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva

9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva

10. He. 11:6 vuelva

11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva