LOS LUCHADORES

Por
Tony Alamo

El Espíritu de Dios en el profeta Joel declaró, “Sobre las siervas derramaré Mi Espíritu en aquellos días” (Joel 2:29).

Aunque ambos Pablo y Pedro sabían que en su tiempo las mujeres no eran permitidas enseñar, predicar, o hablar en las iglesias,1 ellos también sabían que las mujeres especiales de Dios serían profetisas (predicadoras) cuando el fin del tiempo finalmente se acercara.2 El Espíritu de Dios repite el mismo mensaje que El le dio al profeta Joel del Antiguo Testamento a través del Apóstol Pedro en el Nuevo Testamento, en Hechos 2:18. “Sobre Mis siervas en aquellos días derramaré de Mi Espíritu, y profetizarán [predicarán el Evangelio].”3 Los teólogos que se niegan a honrar estas dos señales vitales de advertencia con respecto al fin del tiempo por no enseñar estas verdades no son de Dios sino del diablo4 y son engañadores, falsos profetas.5

Cuando mi difunta esposa Susan tenía alrededor de cinco años de edad, ella se estaba muriendo de tuberculosis contagiada por su padre. El se había contagiado mientras estaba en el Ejército de los EE.UU. y había muerto recientemente de ello. Ella estaba acostada en su cuarto de enferma en una casa pequeña en Dyer, Arkansas, al cruzar la calle de un garaje donde unos Cristianos tenían servicios religiosos llenos del Espíritu Santo cada noche. Sus padres no eran espirituales ni píos, pero ésto no hizo que Susan dejara de amar la música y las palabras Evangélicas animadoras y conmovedoras.

Una de las mujeres Cristianas de enfrente venía una o dos veces a la semana y ayudaba a la madre de Susan a limpiar la casa. Su madre le pagaba a la mujer una pequeña cantidad del cheque gubernamental que le enviaban cada mes desde que su padre había estado en las fuerzas armadas.

Un día la señora Cristiana, mientras limpiaba el cuarto de Susan, le dijo, “Estamos orando por ti, querida, para que Jesús te sane y salve tu alma.” Esto hizo a Susan muy contenta.

Una noche el doctor declaró en el pasillo, “Geneva, tu hija no puede sobrevivir la noche.” Susan podía oír a su madre en el pasillo llorando, “Yo no la puedo dejar ir. Dios mío, yo no la puedo dejar ir. Dios por favor, no la dejes morir.” Ella también podía oír a su abuela y a otros en la casa llorando y al doctor diciendo, “No puedo hacer más por ella.”

Esa misma noche Susan vio a su cuarto llenarse de ángeles y de nubes. Mediante las nubes ella vio una mano grande traspasada por un clavo alargarse para tocar su cuerpecito. Susan declaró que ella inmediatamente sintió fuerza, poder y curación entrar en su cuerpo.

Ella no había comido por días. Su tío tenía la única tienda de comestibles en el pueblo. Tuvieron que abrir la tienda en la media noche porque Susan quería de todas cosas, carne aderezada y pepinos encurtidos. Su abuela declaró, “No, ésto no sería bueno para ella comer.” La madre de Susan le respondió, “Déje que se coma los pepinos encurtidos y la carne aderezada. Déje que coma algo, ella no ha comido por días.” Así que habrieron la tienda y Susan recibió su deseo.

Todos los Cristianos del garaje viejo de enfrente se regocijaron extremadamente tanto por este milagro como porque el pueblo entero de Dyer, al igual que mucha gente de los pueblos cercanos, entregaron sus corazones al Señor Jesucristo como su Salvador personal a causa del sanamiento sobrenatural de Susan. Algunos de estos individuos todavía están vivos. Ellos se recuerdan muy bien de estos eventos, y pueden testificar de la autenticidad de estos hechos.

Algunos días después, una de sus familiares, que recién se había casado, preguntó si Susan quería pasarse un tiempo en su pequeña finca en las Montañas de Ozark para recuperar su fuerza aún más. Ellos tenían huevos de sus gallinas y leche fresca de sus vacas.

En su cuarto había un calendario en la pared. En este calendario había un retrato de una niñita con cabello rubio y largo, vestida de un traje largo y blanco, y agarrando una cruz esculpida de piedra y situada en medio de un río ancho, turbulento, y torrente. Los brazos de la niñita agarraban la cruz. Parecía como si el río estaba tratando de llevársela. En la mente joven de Susan, ella era la niñita en el retrato del calendario. Para ella, ese río arrebatador simbolizaba el diablo tratando de separarla de Cristo hacia un mundo depravado,6 lejos de Dios el Padre, y la cruz de piedra era el único lugar en que ella podía encontrar la salvación. Su única esperanza era de ser salva por Cristo, el cual dio Su vida por ella en la cruz cruda,7 y entonces pegarse a El hasta el día que entrara al Cielo.8

Durante el día Susan caminaba por el bosque y ahí oraba. Aunque ella sólo tenía cinco años, de alguna manera sabía que el pecado adámico estaba sobre su alma, como lo está sobre el alma de todos,9 y que su conciencia estaba convicta de ello.

Un día, mientras que Susan oraba para que Jesús le salvara su alma, ella tuvo una visión de Dios mientras sus ojos estaban muy abiertos. Ella vio a Cristo descendiendo del Cielo en una nube. El estaba vestido en un manto de color carmesí.10 Ella dijo que alrededor del Señor había un arco iris de muchos colores,11 colores que no son vistos en este lado de la eternidad. Mientras que Cristo descendía del Cielo, El le mostró a ella que ella le estaría predicando Su Evangelio al mundo en los meros últimos días, justo antes de que El regresara a la tierra.

Jesús también le mostró a ella muchas bestias diferentes representando figurativamente a diferente naciones.12 Ella vio un dragón grande, que simboliza al diablo según las Escrituras.13 El dragón se tragó a todas las bestias (las naciones).14 Ellas estaban en él, representando al gobierno unimundial que vemos hoy en día.15

Una niña de cinco años jamás hubiera podido conocer el libro de Daniel, el libro de Apocalipsis, el segundo libro de Tesa­lonicenses, ni el significado de estos misterios de Dios, que ahora son revelados y bastantemente conocidos por millones. Pero recuérdese que Susan vio esta visión cuando tenía sólo cinco años de edad, en el año 1930. Treinticuatro años después, en 1964, yo fui salvo16 y, por medio de visiones de Dios, fui unido con Susan como marido y mujer. Juntos predicamos el Evangelio al mundo entero. Y desde la muerte de Susan en 1982, yo no he abandonado el deber de la llamada de Cristo sino que he predicado el Evangelio aún más que antes de su muerte.

La gente del mundo no puede entender por qué mi iglesia y yo, después de ser perseguidos como lo fueron Cristo, Sus profetas, apóstoles, y discípulos,17 seguimos luchando, seguimos persistiendo tenazmente en repartirle el mensaje de Dios. Nosotros permanecemos luchadores porque Cristo, quien es la Palabra de Dios y es Dios,18 ha mandado a cada Cristiano, como mandó a cada profeta, a cada apóstol, y a cada discípulo a “predicad el Evangelio a toda criatura”19 de cada nación en el mundo o sino ir al Infierno.20 Si esto no fuese un mandamiento de Dios, y si yo no fuese al Infierno por no predicarle a todo el mundo, entonces yo no le daría al mundo ni un segundo de mi tiempo.21

Cuando el pecado entró al mundo a través de Eva, Dios retiró sus bendiciones de conservación eterna de ello.22 Por el pecado, todo en el mundo decae y se muere.23 Este efecto pasa aún más rápido si no se da un mantenimiento pío.24 Dios ha amoldado nuestra alma y nuestra salvación de tal manera que para El saber quién lo ama y quién lo teme, El permite que Su poder en nosotros se disminuye cada día si nosotros no lo mantenemos constantemente buscándolo a El con todo nuestro corazón, toda nuestra, alma, mente, y fuerza.25 La sabiduría de Dios ha amoldado todo de esta manera, para que El pueda escardar las malas hierbas fuera de aquéllos permitidos a entrar al Cielo.26 Aquellos que desean la eternidad de conservación que se encuentra sólo en el Cielo mantendrán sus almas en este mundo como lo ha diseñado la Palabra de Dios para que puedan entrar en Su paraíso, donde nada se decae o se muere perpetuamente.27 Asi es cómo yo mantengo mi alma invencible en la guerra.28 Dios ha mandado estas cosas para todos los Cristianos.29

El caminar en la santidad muerde a Satanás y al mundo,30 y cuando ejercemos nuestra gracia (eso es, nuestro poder en Dios), esto ofende al corazón profano e incita la guerra que permanece dentro de él.31

En mi literatura titulada El Siervo del Señor, escrita en diciembre, 1995, yo describí visiones que ambos Susan y yo hemos visto, visiones de Dios que nos unieron a Susan y a mí como marido y mujer.32 Yo he estado estudiando la Biblia por casi treintidos años y nunca he leído ni he oído de una unión de marido y mujer más sobrenatural que la de Susan y yo.

La unión de Adán y Eva verdaderamente fue sobrenatural,33 pero no más que cuando Dios nos unió a Susan y a mí. Eva y Adán nos causaron a todos, incluyendo a Cristo, que tuvieramos que morir.34 Por supuesto, Cristo resucitó de entre los muertos y está “vivo por los siglos de los siglos.”35 Dios usó a Susan y a mí para dirigir el revivamiento más grande de almas ganadas para Cristo en memoria viviente, quizás desde que empezó el mundo. Este Evangelio de Cristo que nosotros hemos predicado y continuamos predicando, es el único Evangelio que tiene el poder de resucitar a aquéllos que están muertos espiritualmente o que están muertos físicamente a la vida.36

Los medios de comunicación no reportarán, ni el sistema judicial me permitirá testificar sobre los eventos buenos y sobrenaturales que han occurido en nuestras iglesias a través de los años. Por eso es que yo trato de reportarlos. El gobierno y los medios de comunicación están haciendo todo lo que pueden para impedirme reportar eventos tal como la vez que un hombre fue regresado a la vida después de haber muerto en la propiedad de nuestra iglesia en Sierra Highway en Canyon Country, California mientras trabajaba debajo de una casa remolque. Yo le oré a Dios para que él fuera resucitado. Dios me escuchó y lo resucitó de entre los muertos: el estuvo perfectamente sano desde ese mismo momento. Hubo muchos testigos que vieron este milagro sobrenatural de Dios, comprobando que el poder de Dios es el mismo hoy como lo fue en el pasado, y como lo será en el futuro.37 Este gran milagro muestra que El oye y contesta las oraciones de Sus hijos hoy en día, justo como El lo hizo con Sus profetas en los días cuando la Biblia fue escrita.38

Juan 9:31 declara, “Y sabemos que Dios no oye a los pecadores.” Dios no oirá ni le contestará a los adúlteros, fornicadores, aquéllos que cometen incesto, asesinos, líderes de cultos, criminales, evasores de impuestos, mentirosos, ladrones, codiciosos, consumidores, abusadores, lavadores de cerebro, aquellos que controlan la mente, operadores de campos de mano de obra esclava, engañadores, falsos profetas, hipócritas, estafadores, aquellos que persiguen a los Cristianos o a cualquier otra persona, jueces injustos, aquellos que dan falso testimonio en contra de cualquier otra persona, traidores Judas, o cualquier otra clase de persona malvada, inmoral e inescrupulosa. Dios jamás nos hubiera dado la jefatura de Su obra completa de los últimos días a Susan y a mí si nosotros alguna vez hubieramos estado o estuviesemos poseídos por cualquiera de las maldades sobredichas.39

Pronto las últimas de todas las profecías de Dios se cumplirán.40 El misterio de la iniquidad41 y el misterio de Dios pronto serán completamente revelados a todos.42 “He aquí que viene [Cristo] con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron.”43

Prepare su alma ahora para encontrarse con El.44 Esté listo para este evento pronto por venir para que pueda escapar Su ira la cual es Su juicio verdadero y justo.45 Arrepiéntese de todos sus pecados ahora diciendo esta oración:

Oración

Mi Señor y mi DIOS, ten misericordia de mi alma pecadora.1 Yo creo que JESUCRISTO es el Hijo del DIOS viviente.2 Creo que Él murió en la cruz y derramó Su preciosa sangre para el perdón de todos mis anteriores pecados. 3 Creo que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo4y que Él está sentado a la diestra de DIOS en este momento, escuchando mi confesión de pecado y esta oración.5 Abro la puerta de mi corazón, y Te invito en mi corazón, Señor JESÚS. 6 Lava todos mis pecados sucios en la preciosa sangre que Tú derramaste por mí en la cruz del Calvario. 7 Tú no me rechazarás, Señor JESÚS; Tú perdonarás mis pecados y salvarás mi alma. Lo sé porque Tu Palabra, la Biblia, así lo dice. 8 Tu Palabra dice que Tú no rechazarás a nadie, y eso me incluye a mí.9 Por eso sé que Tú me has escuchado, sé que me has contestado, y sé que soy salvo.10 Y Te doy gracias, Señor JESÚS, por salvar mi alma, y Te mostraré mi agradecimiento haciendo como Tú mandas y no pecar más. 11

Usted acaba de completar el primer paso en una serie de cinco pasos que se requieren para recibir la salvación. Su segundo paso es negarse a sí mismo y aceptar la cruz cada día con el propósito de mortificarse, es decir, para darle muerte a su propia voluntad, a su ser autosuficiente, y al mundo con todos sus deseos. Todos estos tienen que ser bautizados en la muerte de Cristo. El tercer paso es su resurrección de la vida satánica de Adán a la vida libre de pecados de Cristo. El cuarto paso es su ascensión a una posición de autoridad para reinar por Dios en la tierra, y el quinto paso es reinar por Dios en la tierra hasta el fin con el propósito de traer el reino del Cielo a la tierra. Usted tiene que aprender la Palabra de Dios, luego someterse y hacer lo que la Palabra dice, para que la Iglesia y el mundo puedan ver pruebas de su sumisión a la Palabra de Dios, Su orden, y Su autoridad en usted y por usted.
Alabado sea el Señor. Que Dios lo recompense abundantemente.

Pastor Mundial Tony Alamo


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© Propiedad literaria enero, 1996 Todo derecho reservado Pastor Mundial Tony Alamo ® Registrado enero, 1996
Esta literatura fue escrita en enero de 1996 en la prisión federal. El Pastor Alamo, como el Apóstol Pablo, cuenta su encarcelamiento por Cristo como siendo todo regocijo. 


Notas del "LOS LUCHADORES ":vuelva arriba

1 1 Ti. 2:12, 1 Co. 14:35 vuelva

2 Hechos 2:18 vuelva

3 Arameo original vuelva

4 2 Ti. 4:2, Ez. 33:3-9, Joel 2:1, Jn. 10:12 vuelva

5 Gá 1:8-9, Mt. 7:15, 13:21, 24:11, 24, Jn. 1:5, Ap. 2:4, 22:18 vuelva

6 1 Jn. 2:16-17, 4:4-6, 5:19, 8:23, 2 P. 1:4 vuelva

7 Ef. 1:7, 2:1,8 12-13, Col. 1:14, 2:13-15, Jn. 3:16, 11:25, 50, 18:14, 1 Ts. 5:9-10, Is 53:4-8, 10-12, 1 P. 3:18 vuelva

8 Mt. 24:13, 1 Co. 9:24, 2 Ti. 4:7, Fil. 3:14 vuelva

9 1 Co. 15:22, 45, Ro. 3:23, 5:12, 14 vuelva

10 Ap. 19:13 vuelva

11 Ap. 4:3 vuelva

12 Dn. 7:2-7, Ap. 13:2 vuelva

13 Ap. 12:3-4, 9, 20:2 vuelva

14 Dn. 7:7, Mateo capítulo 24, 2 Ts. 2:7-10, Ap.13:2 vuelva

15 Ap. 12:9, 13:3-4, 7-8, 20:8 vuelva

16 Ordene el folleto del testimonio de Tony Alamo titulado Huesos Secos vuelva

17 Mt. 5:12, 23:34, Lc. 11:47 vuelva

18 Jn. 1:1, Ap. 19:13 vuelva

19 Mr. 16:15-16, Mt. 9:38, 5:14-16, 25:40-43, Lc. 10:1, 14:23, Ro. 10:14-15, 2 Co. 9:6, Jn. 3:17, 1 Co. 1:21, 9:16, Hch. 20:28, 2 Ti. 4:5 vuelva

20 1 Co. 9:16, 27, 2 Co.5:11, Ez. 3:18-19, Mt. 3:10, 7:18-19, Lc. 19:20-27, Jn. 15:1-2, 6, 2 Ts. 2:10, He. 10:28-29, Stg. 2:13 vuelva

21 1 Co. 9:16, 15:32 vuelva

22 Gn. 3:16-19, 4:11-12,6:17 vuelva

23 Job 34:15, Sal. 102:26, 103:15-16, Is. 40:7-8, He. 1:11-12, Stg. 1:10-11, 1 P. 1:24, Ap 21:1vuelva

24 Mt. 5:6, Pr. 27:27, Sal. 104:14, He. 6:7 vuelva

25 2 P. 2:20-21, Heb. 3:12, 2 Ti. 2:12, Ap. 3:2-3, 2:21-22, 1 Co. 10:1-12, Ap. 2:4-5, Lc. 11:21-23, 9:62, He. 12:15, 2 Jn. 1:9, Jn. 15:6, Mr. 4:3-9, 14-20, 1 Cr. 28:9, 2 Cr. 15:2, Is 55:6, Mt. 5:13, 24:12, Stg. 4:8, 1 S. 15:11, Ap. 21:8, He. 6:4-6, 10:26-29 vuelva

26 Ro. 14:23, Dn. 12:2, 2 Co. 5:10, Ec. 12:14, Sal. 1:4, Mt. 3:12, 25:31-34, 41, Mr. 16:16, Jn. 8:35, 10:27-28, Gá. 6:7-8 vuelva

27 Jn. capítulo 15, 14:23, Mt. 16:24, Ro. 8:37, 2 Ts. 2:10, 2 Ti. 2:3, 1 Jn. 2:28, 4:4, Ordene el folleto Bessie vuelva

28 Mt. 10:1, 7-8, Lc. 10:19, Jn. 1:12, Ro. 8:37, 31, 1 Co. 10:13, Fil 4:13, 1 Jn. 4:4, 5:4 vuelva

29 Mt. capítulo 5, 5:7, 11:28-29, 16:24, Ex. 20:12-17, Dt. 10:12, 20, 13:4, Jos. 24:15, Ec. 12:13, Ro. 15:16-17, 1 Co. 2:2 vuelva

30 Gá 6:14, 1 Co. 1:18, Ap. 12:12, 17, Jn. 1:5, 15:18-19, 17:14, Hch. 6:8-13, 7:54-60, 9:1-5, 8-9, 1 P. 2:7-8, 2 Ti. 3:12, Mt. 17:25-26 vuelva

31 1 Co. 1:18, Ap. 13:5-7, 19:11, Hch. 4:16-17, 16:19-24, Mt. 5:4, Lc 9:23, Mr. 4:17 vuelva

32 Ordene el folleto El Siervo del Señor escribiendo a la dirección al fin de este folleto. vuelva

33 Gn. 2:21-22 vuelva

34 Gn. 2:17, 3:6, 19, Ro. 5:14, 17, 1 Co. 15:22 vuelva

35 Ap. 1:18, Mt. 28:7-10, Hch 1:2-3, 1 Co. 15:3-6 vuelva

36 Jn. 6:53-57, 10:1, 11:25, 14:6, Hch. 4:12, Ap. 1:8, 19:13 vuelva

37 He. 13:8, Mal. 3:6, Nm. 23:19 vuelva

38 Sal. 10:17, 34:17, Pr. 15:29, Lc 18:7-8, Jn. 9:31, Stg. 5:16 vuelva

39 1Ti. 3:8-13, Tit. 1:7-9, 1 Co. 4:2, 2 Co. 6:4-10 vuelva

40 Ap. 1:3, 22:10 vuelva

41 2 Ts. 2:7 vuelva

42 Ap. 10:7 vuelva

43 Ap. 1:7 vuelva

44 Am. 4:12, 2 Co. 6:2 vuelva

45 Ap. 16:4-7, 18:21-24, 19:1-2 vuelva

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Notas de la Oración:

1. Sal 51:5, Ro. 3:10-12, 23 vuelva

2. Mt. 26:63-64, 27:54, Lc. 1:30-33, Jn. 9:35-37, Ro. 1:3-4 vuelva

3. Hch. 4:12, 20:28, Ro. 3:25, 1 Jn. 1:7, Ap. 5:9 vuelva

4. Sal. 16:9-10, Mt. 28:5-7, Mr. 16:9, Jn. 2:19, 21, 10:17-18, 11:25, Hch. 2:24, 3:15, Ro. 8:11, 1 Co. 15:3-6 vuelva

5. Lc. 22:69, Hch. 2:25-36, He. 10:12-13 vuelva

6. Ro. 8:11, 1 Co. 3:16, Ap. 3:20 vuelva

7. Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 Ef. 2:13-22, He. 9:22, 13:12, 20-21, 1 Jn. 1:7, Ap. 1:5, 7:14 vuelva

8. Mt. 26:28, Hch. 2:21, 4:12, Ef. 1:7, Col. 1:14 vuelva

9. Ro. 10:13, Stg. 4:2-3 vuelva

10. He. 11:6 vuelva

11. Jn. 8:11, 1 Co. 15:10, Ap. 7:14, 22:14 vuelva